Estudio Bíblico

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Los aspectos fundamentales de la Ruta del Crecimiento (1).



ENSEÑANZA No. 34.

LOS ASPECTOS FUNDAMENTALES DE LA RUTA DEL CRECIMIENTO (1).



Objetivos de la enseñanza.
Profundizar en el conocimiento de cada una de las etapas de la ruta del crecimiento e interiorizarlas para transitarlas y ayudar a otros a transitar por ellas, hasta llegar a la madurez en Cristo.
Profundizar en los fundamentos de la ruta, conocerlos, e interiorizarlos, de tal manera que al aplicarlo no se produzcan desviaciones de los principios que la originan y sostienen su eficiencia.
Conocer, entender y desarrollar la aplicación y utilidad práctica de la ruta, y específicamente de sus principios, tanto en nuestra vida personal como en la familia, la iglesia y la nación.
Conocer y entender los fundamentos de cada una de las etapas de la ruta del crecimiento, de tal manera que nos involucremos activamente en pasar y vivir cada una de ellas, a fin de alcanzar la madurez y plenitud de vida en Cristo.


Las etapas de la ruta del crecimiento.
La ruta del crecimiento, como proceso, tiene una serie de etapas por las cuales es necesario llevar a cada persona, partiendo desde su entrega a Cristo hasta alcanzar la madurez en El. Esas etapas, que son seis, son las siguientes:
• Evangelización (Prov 11:30, 2 Tim 4:5).
• Consolidación (1 Ped 5:10, Efe 3:17-19).
• Sanidad, liberación y restauración (Luc 4:18-19, Isa 61:1-10).
• Formación (2 Tim 2:2).
• Activación (Mat 9:35-38, Mat 10:5-8).
• Discipulado (Mat 28.18-20).


Evangelización.
Mar 16:15-18. El mandato de la evangelización es para todo creyente, y es la puerta de entrada para la vida cristiana. Por lo tanto, la evangelización se trata de compartir con una persona que no conoce a Cristo, las buenas nuevas de la salvación y cuando la persona, como resultado de una plática personal, la asistencia a un grupo celular, la asistencia a la Iglesia o a un evento de evangelización, entrega su vida a Cristo como Señor y Salvador (Prov 11:30, 2 Tim 4:5, Rom 10:8-10).
Implica la conversión de la persona, no solamente la confesión.
La verdadera conversión implica un cambio de vida, en aspectos fundamentales, principalmente relacionados con el pecado.
Implican un cambio de inclinación hacia vivir vidas que agraden a Dios.
Jesús dijo: “Yo soy la puerta, el que por mi entrare será salvo” (Jn 10:9). También dijo: “Yo soy el camino, la verdad y la vida, nadie viene al Padre sino por mi” (Jn 14:6) dándonos a entender con ello que la salvación solo es el principio del camino, y que hay un camino que debemos caminar más allá de la salvación para alcanzar la plenitud de vida que tenemos en El (Jn 10:10). Ese camino que necesitamos caminar es el resto de la ruta del crecimiento.


Consolidación.
Cuando evangelizamos y una persona hace su decisión por Cristo, esa es una de las muchas formas en las que los cristianos damos fruto. Pero es necesario que ese fruto sea permanente, que se establezca y afirme (Jn 15:16). Así como una semilla, para crecer y desarrollarse convirtiéndose en una planta necesita primero echar raíces y establecerse firmemente en la tierra, así el creyente recién convertido, para crecer y desarrollarse necesita echar raíces en la vida cristiana y en “la tierra” que Dios ha establecido para ello, es decir, en una congregación (Jn 12:24). El que un creyente pueda desarrollarse adecuadamente en su vida como tal requiere que se establezca sobre una base firme, y esa base es la Iglesia (Efe 4:11-16, Hch 2:41-42, Hch 2:46-47). Pero debe ser establecido, no solo asistiendo algunas veces, o yendo a uno u otro lado, sino permaneciendo en un lugar y asistiendo regularmente, comprometidamente, activamente (Heb 10:25). Por lo tanto, después de la salvación, el paso siguiente en el desarrollo de un creyente es establecerlo en una congregación y en un grupo celular (o grupo en casa), donde puedan cuidar de él en forma más personal. La participación en un grupo celular es fundamental, por cuanto en ese grupo la atención que recibirá (o debiera recibir) es una atención más personalizada, además de que para la mayoría de personas es más fácil desarrollar relaciones y sentirse cómodo dentro de un grupo pequeño, que dentro de un grupo muchos más grande como lo es la congregación total.
Por lo tanto, la consolidación es el proceso mediante el cual se logra la afirmación de la persona como parte de una congregación, para que la cuiden, la formen y la desarrollen como un discípulo de Cristo (1 Ped 5:10, Efe 3:17-19).
Implica el desarrollo de seguimiento al nuevo creyente a través de llamadas telefónicas, visitas personales y acompañamiento a grupos celulares y a la Iglesia hasta que sea establecido en la congregación.
También implica el enseñarle los principios fundamentales y la necesidad de orar, leer la Biblia y congregarse regularmente, y de los bautismos en agua y en el Espíritu Santo.


Sanidad, liberación y restauración.
Cuando una semilla se siembra y comienza a surgir la planta, para que esta alcance su mayor grado de desarrollo y crecimiento, es necesario limpiarla constantemente a ella y sus alrededores así como tomar medidas preventivas para evitar que su crecimiento quede truncado. El creyente igualmente necesita ser limpiado de todas aquellas influencias negativas que puedan afectar su crecimiento, como la falta de perdón (Mar 11:25, Luc 6:37), la amargura (Heb 12:15), el egoísmo, las viejas ideas y los viejos patrones de conducta que adquirió cuando no era creyente (Efe 4:22-24, Rom 12:2), etc, todo lo cual ha provocado en la persona, heridas que necesitan ser sanadas, ataduras que necesitan ser rotas, etc. Y eso es precisamente lo que Dios quiere hacer en todo creyente (Luc 4:18-19, 3 Jn 2).
En consecuencia, sanidad, liberación y restauración es el proceso mediante el cual un nuevo creyente es desatado y sanado de todas las cosas del pasado que le puedan impedir ir hacia el encuentro de su destino y propósito en Dios (Luc 9:62, Heb 12:15, Luc 4:18-19, Isa 61.1-10).
Este es un proceso continuo, que durará toda la vida, ya que Dios va revelando paulatinamente cosas en nuestro corazón de las cuales necesitamos ser sanados y liberados para alcanzar la plenitud de vida en El (Heb 4:12, Jn 10:10).
Implica que el nuevo creyente asista:
• A los seminarios, retiros y actividades de sanidad física, emocional y espiritual.
• Al ministerio de consejería, si es necesario.


Preguntas para autoevaluación.
¿A que nos referimos cuando hablamos de la ruta del crecimiento?
¿Cuáles son las etapas de la ruta del crecimiento?
¿A que se refiere la evangelización y cuál es su base bíblica?
¿A que se refiere la consolidación y cuál es su base bíblica?
¿A que se refiere la sanidad, liberación y restauración y cuál es su base bíblica?

15 Sep 2010