Estudio Bíblico

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Prosperando mis finanzas.



PROSPERANDO MIS FINANZAS (Sábado 16.10.10).
(Notas de la enseñanza de Hno. Enrique Escobar).



Introducción.
Dios siempre usa los momentos de más necesidad para sacar a luz lo que El ya tenía previsto desde antes de la fundación del mundo y nunca deja nada para mañana (El es un Dios presente, de hoy, de respuestas).
La fe (sencilla y poderosa) es el ingrediente que hace que las promesas dejen de ser promesas y se conviertan en una realidad, en una respuesta.
Si bien el pecado nos ha destruido, la ignorancia nos ha destruido más (Ose 4:6).


El área económica.
El área económica es la única área que no depende de Dios sino que de nosotros.
• 3 Jn 2. Amado, yo deseo que tú seas prosperado en todas las cosas (materiales y espirituales), y que tengas salud (cuerpo), así como prospera tu alma (alma: mente, emociones y voluntad).
• Dios quiere que tengamos de todo, en todas las cosas (espíritu, alma y cuerpo, en lo espiritual y lo material --casa, carro, comida, ropa, dinero, etc--.). Nos quiere dar todas las cosas en abundancia para que las disfrutemos (1 Tim 6:17).
• El espíritu, en este pasaje, no lo menciona porque el espíritu siempre está bien después que ha nacido de nuevo y es la morada de Dios (Dios siempre está bien, nunca necesita nada).


Principios, resultados y libertad.
Jn 8:31-32. Dijo entonces Jesús a los judíos que habían creído en él: si vosotros permaneciereis en mi palabra, seréis verdaderamente mis discípulos; y conoceréis la verdad, y la verdad os hará libres.
Según este pasaje, la aplicación de un principio (verdad) de la Palabra de Dios produce resultados que derivan en libertad en esa área específica de nuestra vida.
La principal razón de los principios que Dios ha dejado es hacernos libres.
Si solo buscamos el resultado nos quedamos a la mitad de lo que Dios espera: que seamos libres,
El problema es que muchos nos quedamos solo con los resultados inmediatos, sin proseguir hacia la consecución de la libertad que Dios nos quiere dar (buscamos las añadiduras, no el Reino).
Dios ya dejo el principio, los resultados y la libertad. Ahora depende de nosotros ejercerlos.


Dueños de nada, mayordomos de todo (Jn 3:27).
La enseñanza básica en toda la Biblia respecto a lo material es que no nos aferremos al dinero ni a las riquezas, que no los amemos (1 Tim 6:10, Mat 6:19-21, Mat 6:24), sino que seamos mayordomos (el dinero es un mal amo pero un buen siervo).


Principios de la mayordomía.

Principio No. 1: dar.
Resultado: recibir.
Nos liberta de un corazón egoísta, de la falta de generosidad.

Principio No. 2: siembra.
Resultado: cosecha.
Nos liberta del temor al futuro, de la ansiedad por el día de mañana.

Principio No. 3. Ofrenda (2 Cor 9:7).
Resultado: lo que le proponemos a Dios por nuestro dar.
Nos liberta de la falta de visión financiera.

Principio No. 4. Diezmo.
Resultados: bendice nuestra economía, nos protege del devorador, abre las ventanas de los cielos para que sobreabunde.
Nos liberta de la codicia, la avaricia, la envidia, el egoísmo, la autosuficiencia, el orgurllo, etc.

Principio No. 5. Mayordomía.
Resultados: administradores de todo lo que Dios nos da, y como consecuencia, Dios nos pone más recursos a disposición.
Nos liberta de lo material, el dinero y las riquezas y podemos usar las riquezas para bendecir a las personas. Nos libera de los deseos egoístas de la carne.


Otras observaciones.

Cuando uno aprende a sembrar, no necesita cuenta de ahorros (lo que uno siembra siempre es menor que lo que uno cosecha, Luc 6:38, Gal 6:7).
Dios nunca nos pide algo, si no es porque nos va a dar algo mejor.

La falta de resultados en el dar, sembrar, ofrendar, diezmar, es por ataduras en el corazón (las que anotamos antes).

Otro obstáculo es dar por obligación, por costumbre, por temor a ser señalado de no dar. Es decir que damos no por libertad y fe sino por otro motivo (todo lo que no proviene de fe es pecado y si proviene de pecado no es agradable a Dios -sin fe es imposible agradar a Dios, quién es galardonador de los que le buscan-.
Hay que ponerle fe y agradecimiento a nuestro dar.

Otro obstáculo en nuestro dar es la falta de responsabilidad hacia aquellos que dependen de nosotros : 1 Tim 5:8, Efe 5:21-23.
Hombre, cabeza de su mujer e hijos.
Responsable por ellos: espíritu, alma, cuerpo y económico.
Jesús, mi cabeza.
Responsable por mi: espíritu, alma, cuerpo y económico.
Si yo no soy responsable por ellos (no estoy dándoles), estoy atando la bendición de Dios hacia mi (no recibo).
Si cuidamos bien a los de nuestra casa, Dios no detendrá ninguna bendición hacia nosotros.

En el Reino de Dios todo va hilvanado (espíritu, alma y cuerpo; lo terrenal y lo celestial; lo natural y lo sobrenatural).


25 Oct 2010
Referencia: Finanzas.