Estudio Bíblico

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Creciendo a través de las pruebas.




“Vuelve el desierto en estanques de aguas, Y la tierra seca en manantiales.” Salmo 107:35.



Introducción:

La vida terrenal del creyente es un peregrinar y como tal vamos pasando por diferentes etapas que, aunque tengan diferentes características, están relacionadas entre sí. Un ejemplo de ello lo encontramos en el éxodo del pueblo de Israel cuando salió de Egipto (la vieja vida pecaminosa) para ir a la tierra prometida (el lugar de la vida abundante de Dios para ellos).
Los israelitas comenzaron bajo el liderazgo de Moisés (tipo del Espíritu Santo) el camino de la independencia y de la libertad. Un camino que no les fue fácil por causa de su duro corazón. Un camino por el cual pasaron por diferentes etapas de las cuales bien podemos aprender algo.



La etapa del dolor.

Éxodo 15:23. “Y llegaron a Mara, y no pudieron beber las aguas de Mara, porque eran amargas; por eso le pusieron el nombre de Mara.”

¡Imagínese encontrar agua en el desierto y no poder beberla! Principalmente que estaban cansados del sol, del desierto, de caminar, y más que seguro, sedientos. Eso ha de haber producido en ellos una tremenda insatisfacción y frustración. No había agua que calmara la sed en el desierto. Qué triste para aquel que con un profundo vacío en su interior no encuentra la forma de llenarlo. Así estaba el pueblo, en Mara, en un lugar de aguas amargas que no se podían beber para calmar la sed.

Esta etapa es común a todo ser humano. En el camino de la vida atravesamos praderas pero también desiertos y cuando buscamos en que o quien satisfacer nuestra sed solo encontramos las aguas amargas de la incomprensión, de la soledad, de la indiferencia, o de la impotencia. Ello no es ajeno para Dios, es más, El lo permite porque quiere llevarnos al fin de nuestros propios recursos para encontrarnos con Aquel que es el único que puede calmar nuestra sed (Jer 17:5-8). El no nos permite encontrar satisfacción en otras cosas inferiores a El porque, como hijos suyos, El quiere que obtengamos la máxima satisfacción, no solo satisfacción, sino la máxima, y ella solo se encuentra en El.

Esta etapa, si no la entendemos bien, nos puede llevar a la murmuración.
Éxodo 15:24. “Entonces el pueblo murmuró contra Moisés, y dijo: ¿Qué hemos de beber?”



La etapa de fortalecer la fe.

Éxodo 15:25a. “Y Moisés clamó a Jehová, y Jehová le mostró un árbol; y lo echó en las aguas, y las aguas se endulzaron.”

Dios obró un milagro, transformó las aguas amargas en aguas dulces. Este milagro buscaba incrementar la fe de todos mediante la revelación de un Dios proveedor (en adición a que ya se había rebelado como el Dios de la liberación y el Dios que peleaba por ellos en contra de sus enemigos).

El quería enseñarles que es en Dios que todas las cosas pueden cambiar. Es en Dios que todas las necesidades son satisfechas.

Dios prueba a sus hijos para avanzar. Éxodo 15:25b. “Allí les dio estatutos y ordenanzas, y allí los probó;”.

Para salir del desierto hay que oír y hacer lo que Dios manda. Éxodo 15:26 “Y dijo: Si oyeres atentamente la voz de Jehová tu Dios, e hicieres lo recto delante de sus ojos, y dieres oído a sus mandamientos, y guardares todos sus estatutos, ninguna enfermedad de las que envié a los egipcios te enviaré a ti; porque yo soy Jehová tu sanador.”

De esta etapa de crecimiento y madurez en el carácter y en la fe en Cristo, dejan constancia muchísimos pasajes de la Escritura, tales como Luc 22:31-32: cuando Jesús le dice a Pedro que el diablo ha perdido permiso para zarandearlo, pero Jesús ha orado para que su fe no falte. De esa cuenta, Pedro, en sus epístolas nos alienta para mantenernos firmes en los momentos de prueba, sabiendo que ellos obran para nuestro bien cuando amamos a Dios (Rom 8:28-29).

1 Ped 1:3.9. “Bendito el Dios y Padre de nuestro Señor Jesucristo, que según su grande misericordia nos hizo renacer para una esperanza viva, por la resurrección de Jesucristo de los muertos, para una herencia incorruptible, incontaminada e inmarcesible, reservada en los cielos para vosotros, que sois guardados por el poder de Dios mediante la fe, para alcanzar la salvación que está preparada para ser manifestada en el tiempo postrero. En lo cual vosotros os alegráis, aunque ahora por un poco de tiempo, si es necesario, tengáis que ser afligidos en diversas pruebas, para que sometida a prueba vuestra fe, mucho más preciosa que el oro, el cual aunque perecedero se prueba con fuego, sea hallada en alabanza, gloria y honra cuando sea manifestado Jesucristo, a quien amáis sin haberle visto, en quien creyendo, aunque ahora no lo veáis, os alegráis con gozo inefable y glorioso; obteniendo el fin de vuestra fe, que es la salvación de vuestras almas.

1 Ped 5:8-11. “Sed sobrios, y velad; porque vuestro adversario el diablo, como león rugiente, anda alrededor buscando a quien devorar; al cual resistid firmes en la fe, sabiendo que los mismos padecimientos se van cumpliendo en vuestros hermanos en todo el mundo. Mas el Dios de toda gracia, que nos llamó a su gloria eterna en Jesucristo, después que hayáis padecido un poco de tiempo, él mismo os perfeccione, afirme, fortalezca y establezca. A él sea la gloria y el imperio por los siglos de los siglos. Amén.”

Ello necesita ser así porque necesitamos desarrollar, además de nuestra fe, el carácter necesario para alcanzar la plenitud de vida y todas las promesas del Señor para nosotros

Stg 1:2-5. “Hermanos míos, tened por sumo gozo cuando os halléis en diversas pruebas, sabiendo que la prueba de vuestra fe produce paciencia. Mas tenga la paciencia su obra completa, para que seáis perfectos y cabales, sin que os falte cosa alguna. Y si alguno de vosotros tiene falta de sabiduría, pídala a Dios, el cual da a todos abundantemente y sin reproche, y le será dada.”

Heb 6:11-12. “Pero deseamos que cada uno de vosotros muestre la misma solicitud hasta el fin, para plena certeza de la esperanza, a fin de que no os hagáis perezosos, sino imitadores de aquellos que por la fe y la paciencia heredan las promesas.



La etapa de la bendición y la abundancia.

Éxodo 15:27. “Y llegaron a Elim, donde había doce fuentes de aguas, y setenta palmeras; y acamparon allí junto a las aguas.”

Este lugar (o etapa) es donde alcanzamos los lugares de delicados pastos, las aguas de reposo, el confort de nuestras almas. Donde las necesidades son satisfechas (Sal 23:1-3). Donde se puede descansar. Donde tomamos fuerzas. Donde alcanzamos lo que Dios ha preparado para nosotros. Juan 10:10b. “yo he venido para que tengan vida, y para que la tengan en abundancia.”

Isaías 49:10. “No tendrán hambre ni sed, ni el calor ni el sol los afligirá; porque el que tiene de ellos misericordia los guiará, y los conducirá a manantiales de aguas.”



Conclusión.

Dios nunca dejó a su pueblo en el desierto, solo fue una etapa de preparación necesaria en el camino a la Tierra Prometida, a la tierra de provisión y bendición, para desarrollar la fe, la paciencia y la obediencia que se requieren para alcanzar las promesas del Padre.

Unos murmuraron y no llegaron porque no quisieron entender el proceso de Dios de la total dependencia a El, a Sus recursos, a Sus fuerzas, a Sus métodos. Vivían más por sus propios recursos y por lo que veían, que por la fe en Dios, en el gran "Yo Soy", el más que suficiente, el único que necesitamos.


Pero los que creyeron, los que confiaron, los que aprendieron, fueron los que no desmayaron y conquistaron la Tierra Prometida de las promesas de Dios.

Los problemas son para hacernos mas fuertes y alcanzar victorias y bendiciones mayores. En esos momentos, nuestro trabajo es creer y abrazar la fe; el trabajo de Dios es derribar los muros, destruir los cielos de bronce y las puertas de hierro, deshacer los cerrojos de hierro.

No importa en que etapa de las anteriores tú estés ahora, recuerda Isaías 35:4-6. “Díganles a los temerosos: «Sean fuertes, no teman, aquí está su Dios. Ya viene la compensación, la retribución de Dios. Él vendrá a rescatarlos». Entonces los ciegos verán, y los sordos oirán. Los cojos saltarán como venados y los mudos cantarán de alegría. Porque brotará agua en la tierra seca y manantiales en el desierto.” (Versión Palabra de Dios para Todos PDT.)

17 Ene 2012