Estudio Bíblico

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Módulo 114. Finanzas personales.



INTRODUCCIÓN.

El dinero, los bienes y las riquezas no son más que artículos, objetos, cosas que Dios diseño para que las usemos de acuerdo a Sus propósitos y para aquello que El nos mandó a hacer de acuerdo con sus propósitos para nuestra vida.

“A los ricos de este siglo manda que no sean altivos, ni pongan la esperanza en las riquezas, las cuales son inciertas, sino en el Dios vivo, que nos da todas las cosas en abundancia para que las disfrutemos.” (1 Tim 6:17).

“Por el placer se hace el banquete, y el vino alegra a los vivos; y el dinero sirve para todo.” (Ecle 10:19).

Ello implica que Dios los creó para que nos enseñoreáramos y gobernáramos sobre ellas (nos sirvieran) y no para que ellas se convirtieran en nuestros amos, como ha sucedido a lo largo de las edades, derivado de la entrada del pecado en el mundo.

“...; porque Jehová Dios aún no había hecho llover sobre la tierra, ni había hombre para que labrase la tierra,... Entonces Jehová Dios formó al hombre del polvo de la tierra, y sopló en su nariz aliento de vida, y fue el hombre un ser viviente. Y Jehová Dios plantó un huerto en Edén, al oriente; y puso allí al hombre que había formado. Y Jehová hizo nacer de la tierra todo árbol delicioso a la vista, y bueno para comer; también el árbol de vida en medio del huerto, y el árbol de la ciencia del bien y del mal. Y salía de Edén un río para regar el huerto, y de allí se repartía en cuatro brazos. El nombre del uno era Pisón; éste es el que rodea toda la tierra de Havila, donde hay oro; y el oro de aquella tierra es bueno; hay allí también bedelio y ónice. El nombre del segundo río... Tomó, pues, Jehová Dios al hombre, y lo puso en el huerto de Edén, para que lo labrara y lo guardase.” ( Gen 2:5-15).

“Y creó Dios al hombre a su imagen, a imagen de Dios lo creó; varón y hembra los creó. Y los bendijo Dios, y les dijo: Fructificad y multiplicaos; llenad la tierra, y sojuzgadla, y señoread en los peces del mar, en las aves de los cielos, y en todas las bestias que se mueven sobre la tierra.” (Gen 1:27-28).

El dinero, los bienes y las riquezas no son en sí mismos ni una bendición ni una maldición, ni buenos ni malos, sino simplemente objetos. Es lo que ellas determinan en nosotros (en nuestro corazón) y lo que hagamos con ellas, lo que será bueno o malo.



















25 Ene 2012