Estudio Bíblico

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Módulo 115. Vida laboral.



TEMA No. 14.
UN ENEMIGO COLATERAL: EL MANEJO DEL DINERO.



Una de las presiones que se viven en el mundo laboral, que incide en nuestro comportamiento en esta área de la vida, es nuestra actitud hacia el dinero, principalmente hacia la falta de dinero para cumplir con todos nuestros gustos y deseos.
El dinero también es un recurso que Dios nos ha dado para usarlo para Su gloria y sus fines. De tal manera que el dinero necesitamos que sea nuestro siervo, no nuestro amo / que sea un medio, no un fin. Si el dinero se convierte e nuestro amo y en un fin en sí mismo, ello va a afectar nuestra actitud y conducta en el trabajo.
Igual cosa sucede cuando enfrentamos dificultades económicas: van a afectar nuestra actitud y conducta en el trabajo. Las dificultades económicas son un síntoma de una mala actitud del carácter, que entre muchas formas, se manifiesta en:
 Gasto indisciplinado y egoísta (endeudamiento).
 Negligencia hacia el dinero.
 Indisciplina (no restringir los gastos ni guiarse por un presupuesto).
 Falta de conocimiento.



Mat 10:16.
A fin de evitar actitudes y comportamientos negativos que nuestra relación con el dinero puede provocar en nuestro trabajo, la Palabra nos enseña la necesidad de ser prudentes y sencillos, de llevar un estilo de vida sencillo y tener contentamiento (no conformismo) con él. De esa manera vamos a:
UNO. No ceder a la publicidad engañosa, seductora de nuestras emociones.
DOS. No ceder al “crédito fácil” (Prov 22:7, Rom 13:8). Ceder al crédito fácil (tarjeta de crédito / créditos al consumo) es una señal manifiesta de un carácter indisciplinado, que se manifiesta evidentemente en el área del dinero, pero que también se presenta más sutilmente en otras áreas como ceder fácilmente a las tentaciones, evadir la solución de problemas que requieran esfuerzos significativos, etc.
TRES Salir a comprar con una lista definida de antemano y con solo el dinero necesario.
CUATRO. En la compra de vivienda, adquirir una hipoteca que no vaya más allá de nuestra capacidad de pago actual (sustitución de alquiler), con cuotas que ante la eventualidad de cambios negativos en la situación económica, aún podamos pagar.
CINCO. Poner todas las salvaguardas posibles a la “compulsión de comprar”.
SEIS. Tener muy, pero muy clara, la diferencia entre “necesidades” y gustos (“¿Por qué gastar en lo que no es pan –necesidad--?) (Isa 55:2).



Prov 27:23.
La necesidad de un presupuesto y disciplina para cumplirlo se da por una de dos situaciones, a las que nos enfrentamos necesariamente: o vivimos por encima de nuestros ingresos y necesitamos limitar nuestros gastos para pagar nuestras deudas, o nuestros ingresos superan nuestros gastos y necesitamos resistir la tentación de compras innecesarias (resistir la tentación del lujo y hacer inversiones sabias: previsión e inversiones eternas.
El presupuesto, en todo caso, nos ayuda a estar libres de tensión y esclavitud económica y además nos disciplina para ser confiables delante de Dios con las riquezas terrenales para que nos sean confiadas las eternas (las verdaderas riquezas, Luc 16:11) y nos facilita el enfocarnos en ser ricos para con Dios (Luc 12:21, 2 Cor 9:6-8, 10-11).



Inversiones eternas.

Principio de la inversión. Si no hay semilla, no hay cosecha. Mucha semilla, mucha cosecha (Gal 6:7-10).

Principios del aumento. La cosecha, en condiciones normales, siempre es mayor que la siembra (Luc 6:38)..

Principio de la dirección de Dios. Nuestras siembras (no diezmos), necesitan ser dirigidos por el Señor (los hijos de Dios somos guiados por Su Espíritu, no por emociones, Rom 8.14

Principio del intervalo. Hay un tiempo de espera entre la siembra y la cosecha. No se puede alterar el orden. Necesitamos aprender a ser pacientes y no dudar cuando la cosecha aún no haya llegado.

Principio de la diversidad del fruto. En todo, para toda liberalidad (2 Cor 9:8).



Aprender a dar:
¿Quiénes? Todos los de la familia de Dios (1 Cor 16:1-2).
¿Cuándo? Sistemáticamente, cuando recibimos ingresos (1 Cor 16:2).
¿Dónde? Primero la congregación local (diezmos), segundo, ofrendas voluntarias como Dios nos dirija, según Su sabiduría (padres, hermanos, congregación local, necesitados, pobres, otros).






25 Ene 2012