Estudio Bíblico

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Nuestra respuesta a lo profético.



INTRODUCCIÓN.
Sal 23:3, Sal 48:14, Sal 139:7-10, Jn 16:13.



ENCARNACIÓN DE LA PROFECÍA.
El profeta no solo es el mensajero, es el mensaje, por lo que necesita encarnar la Palabra antes de darla. El representa el cumplimiento de la profecía, por lo que no solo debe recibirla sino hacerla vida (Jn 15:7).
• Si permanecen en mí (salvos).
• Y mis palabras permanecen en ustedes (obediencia, el propósito de Dios para nosotros).
• Pedid todo lo que queréis (profetizar la Palabra).
• Os será hecho (se va a encarnar, Dios se apresura a ponerla por obra).
La responsabilidad del profeta es dar la Palabra y vivirla, no ver que se cumpla en los demás o que las personas la pongan en práctica. Aunque traen la luz, son las personas que reciben la Palabra las que van a determinar si siguen viviendo en las tinieblas o se trasladan a vivir a la luz (Jn 3:19-21).
La mayor responsabilidad profética es traer entendimiento de la Palabra al pueblo (Hch 13:1, 1 Cor 12:28), activarla en la vida de las personas y de la iglesia, que se encarne, que se cumpla en ellos (y cosechen los frutos derivados de ella).
Mayor revelación implica, para el profeta, mayor sacrificio y mayor responsabilidad: asumir la Palabra muchas veces implica persecución (crítica, chisme, burla, maldición, etc.) por lo que también necesita preparar a las personas para encarnarla con todas sus consecuencias.



OÍR LA VOZ DE DIOS (APO 3:20),
Jesús desea tener intimidad y comunión con su Iglesia (Jn 4:23).
Jesús puede estar a la puerta de la Iglesia, no dentro de ella: cuando estamos ocupados en lo mundano, en las obras, en la obra del Señor, en lugar de en el Señor de la obra.
Lo que más nos cuesta, tanto con Dios como con los otros, es tener tiempo para la intimidad; no estamos acostumbrados a ella.
Hch 2:17-18: en los postreros días una necesidad fundamental será la necesidad de oír la voz de Dios:
• Vuestros hijos y vuestras hijas profetizarán.
• Vuestros jóvenes verán visiones.
• Vuestros ancianos soñarán sueños.
• Los siervos y siervas profetizarán.



COSAS QUE NECESITAMOS PARA OÍR LA VOZ DE DIOS.
Escuchar la voz de Dios a través de otros. Dios usa a otras personas para hablarnos aunque no nos guste la forma como lo hagan (Mat 13:57, Mat 6:4, Mat 11:15, Mat 13:9, Mat 13:43, Mat 4:9, etc.). No menospreciar a nadie (Sal 123:4, Prov 18:3).
Necesitamos tener valor: Dios nos va a hablar de lo que está en nuestro corazón (y ello implica también de lo que no nos gusta), por ejemplo, las cartas a las siete iglesias en Apo 2 y 3.
Necesitamos tener humildad y reconocer nuestra necesidad de Dios (Jn 15:5. Sal 123:2, 1 Cor 1:26-31).
No estamos en posición de demandar: estamos en posición de dar, de bendecir, de tomar sacrificios, de servir (Mar 10:42-45).
La disposición de obedecer lo que Dios nos dice (1 Sam 15:22).



DIOS HABLA ¿CÓMO OÍR LA VOZ DE DIOS? (JN 10:1-5).
Nuestra conciencia (Rom 2:15), aunque no siempre es una buena guía (Jer 17:9, Prov 4:23).
La corrección, el juicio y el castigo (Heb 12:5-11).
A través de la Palabra (2 Tim 3:16).
A través de los que están en autoridad sobre nosotros (Hch 13:1-2).
A través de consejeros buenos y santos (Prov 11:14, Prov 15:22, Prov 24:6).
A través de experiencias, tanto las nuestras y las de otros.
A través de las circunstancias.
Los dones del Espíritu (1 Cor 12:8-10) principalmente Palabra de conocimiento, palabra de sabiduría, discernimiento de espíritus, profecía.
Por profetas y el ministerio profético (1 Cor 14:3, 14:24-25).
1 Cor 2:10: del Espíritu a nuestro espíritu.
Joel 2:28, Hch 2:17: sueños, visiones, impresiones, éxtasis.
Voz audible
A través de ángeles.



ELEMENTOS PARA DISCERNIR LA VOZ DE DIOS.
La Biblia (Hch 17:10-13): todo lo que escuchamos debe estar de acuerdo con la Biblia. El Dios de la Biblia es el mismo que nos habla, no puede contradecirse.
El carácter de la voz de Dios: no condena, calmada, llena de autoridad, esperanza, pureza, pacífica, amable, benigna, llena de misericordia, con buenos frutos, sin incertidumbre (Sant 3:17, Fil 4:6-7).
El fruto en nuestro interior (Gal 5.22-23), aunque a veces puede inquietarnos, principalmente cuando nos confronta.
El contenido (Isa 55:8-11): las cosas espirituales se disciernen espiritual no mentalmente



JUZGAR LA PROFECÍA.
Razones por las cuales debemos juzgar todo lo que oímos (interna o externamente).
• La inspiración. Tres posibles fuentes: Espíritu Santo, humano o demoníaco.
• El. Reconocimiento de nuestras limitaciones y debilidades (imperfectos, 2 Cor 4:7-11).
• 2 Cor 12:9-10: lo vulnerables a lo engañoso de la soberbia, el orgullo, la altivez, etc.
¿Cómo juzgar la profecía?
• Debe estar acorde con la Palabra escrita de Dios (2 Ped 1:19.21).ç
• Debe armonizar con el testimonio del Espíritu con mi espíritu.
• Produce el fruto del Espíritu en los que la reciben.
• Debe ser confirmada por dos o tres otros testigos (1 Cor 14:29) antes de accionar en ella.



PRINCIPIOS PARA RESPONDER APROPIADAMENTE A LA PALABRA PROFÉTICA.
Actitud correcta: 1 Tes 5:20-21, no menospreciarlas, evaluarlas y retener lo bueno.
Fe: Heb 11:6, Heb 3:19, 2 Cro 20:20.
Obediencia: hacedores de la Palabra (Sant 1:22, Sant 4.17).
Cooperación en su cumplimiento  colaboradores de Dios (1 Cor 3:9).
Paciencia: Heb 6:12, Sal 37:5-11.
Humildad, mansedumbre y sumisión: Sant 1:21, Sant 3:17, Sant 4:6.
Grabar, leer y meditar la profecía: Hab 2:2-4, 1 Tim 4:14-15
No tomar decisiones y/o sacar conclusiones en ese momento (Luc 2:17-19, María, David).
Esperar el tiempo para su cumplimiento, entrenándonos y preparándonos para ese día.
Cuando la profecía incluye instrucciones específicas para tomar acción inmediata, entonces debemos hacer lo que se nos dice (2 Rey 9:1-4).
Esperar testimonio de la profecía (Prov 3:5-6, Num 23:19, Mat 18.16).
Pelear la buena batalla (1 Tim 1:18, Hch 9:16, 2 Cro 20.20).
Conocer los principios universales de Dios: debemos operar en el orden adecuado para que lo establecido por El funcione.


16 Jun 2008
Referencia: Profecía.