Estudio Bíblico

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Módulo 203. Espíritu de la religión.



¿QUIÉN O QUÉ ES EL ESPÍRITU DE LA RELIGIÓN?



Es el espíritu demoníaco, designado por el diablo, para trabajar coordinadamente con el espíritu de Grecia en frenar el avance de la Iglesia del Señor Jesucristo, siendo directamente responsable de evitar que la iglesia de Dios se mueva hacia el odre nuevo que El está preparando en cada época, y preparando el camino para la operación del espíritu de Grecia dentro de la Iglesia.

Dios es un Dios que cambia los tiempos y las edades (Dan 2:21). Es un Dios dinámico, que se mueve siempre hacia adelante y hacia nuevas cosas, hacia el futuro. El dice en Su Palabra (Prov 4:18) que la vida del justo es como la luz de la aurora que va en aumento, porque el justo es hecho a imagen de Dios: va para adelante, para más, no para menos. También, como la Iglesia es o debe ser la expresión de la vida de Cristo, y la vida de Cristo va revelándose siempre en aumento, entonces la gloria postrera de la iglesia (la de este tiempo) será mayor que la primera (la del Libro de los Hechos) (Hag 2:9), y las obras de esta iglesia serán aún mayores que las que hizo Cristo (Jn 14:12). Lo que Dios ha preparado para Su Iglesia en este tiempo son cosas que ni los ojos del mundo ni nuestros ojos han visto, ni nuestros oídos han oído, y ni siquiera hemos pensado, lo que implica los cambios que se mencionan en Dan 2:21.

Por ello, Dios constantemente está preparando y proveyendo odres nuevos para el vino nuevo que El quiere derramar. Idealmente, toda la iglesia debería ser constantemente transformada en un odre nuevo, pero ello no es posible por muchos factores (la permanencia de la influencia de la vieja naturaleza en el creyente; las influencias de los deseos de la carne, los deseos de los ojos y la vanagloria de la vida; el afán por las cosas de este mundo, etc.). Debido a ello, la preparación de los cambios y de los odres nuevos para el nuevo vino que Dios quiere derramar, no es una decisión que depende de nosotros, sino depende de El. Lo único que depende de nosotros es si nos vamos a mover con El o nos vamos a quedar atrás.

Obviamente, al diablo no le gusta que Dios cambie tiempos y forme odres nuevos, porque ello implica que Dios va a derramar un vino nuevo que implica más armas, argumentos, acciones, equipamiento, estrategias, etc., para que la iglesia lo derrote, lo someta y lo despoje (Mat 16:18-19). Su deseo ferviente es que la situación (el status quo) se mantenga tal como está, oponerse al cambio de los tiempos de Dios (Dan 7:25). Ese es el trabajo del espíritu de la religión: bloquear todo cambio en la iglesia que represente una mejora en su posición de conquista. Para ello trata de reglamentar, normar, sistematizar, institucionalizar, el status que pretende, convirtiéndolo en religión. Esa fue la táctica que utilizó con los fariseos respecto a Jesús, con la jerarquía de la iglesia institucional en el tiempo de la Reforma Protestante y con las denominaciones tradicionales en el surgir del mover pentecostal:

Mar 7:9: “Les decía también (Jesús a los fariseos): Bien invalidáis el mandamiento de Dios para guardar vuestra tradición.”

Col 2:8: “Mirad que nadie os engañe por medio de filosofías y huecas sutilezas, según las tradiciones de los hombres, conforme a los rudimentos del mundo, y no según Cristo.”

Gal 1:14: “y en el judaísmo aventajaba a muchos de mis contemporáneos en mi nación, siendo mucho más celoso de las tradiciones de mis padres.”



¿Cómo opera el espíritu de la religión?

Opera a través de una organización de espíritus demoníacos delegados una parte de los cuales están dirigidos al manejo y administración de cada filosofía, religión o creencia no cristiana en el mundo y cuya función principal es evitar que las personas que profesan esas ideas dejen de ser leales a ellas y se muevan hacia la lealtad al Único Dios Verdadero y a Jesucristo. Otro grupo está dirigido a operar en el ámbito de la iglesia cristiana (personas, grupos, organizaciones y ministerios) y cuya asignación principal es introducir falsas doctrinas (disfrazadas de verdades a medias y que por lo tanto son mentiras completas) que tienen como fin engañar, despojar de poder, neutralizar y evitar el cambio que Dios está motivando.


04 Feb 2012