Movernos en el destino que Dios diseñó para nosotros.
MOVERNOS EN EL DESTINO QUE DIOS DISEÑÓ PARA NOSOTROS.
Introducción.
Dios nos bendice para que bendigamos a otros: nuestra razón de ser es bendecir a otros (Gen 12:1-3).
Dios nos forma para que cumplamos Sus propósitos (Efe 2:10, Sal 139:13-16).
Tenemos una constante lucha que nos retrasa en muchas áreas de nuestra vida, entre lo que nosotros queremos y lo que Dios quiere de nosotros (Rom 7:22-23).
Dios nos permite equivocarnos para que aprendamos a confiar en El y para formarnos por Su Amor (Prov 3:6, Prov 24:16, Sal 55:22).
Equilibrio entre el Amor de Dios y el Temor de Dios.
El mundo está atemorizado por lo porvenir principalmente lo relacionado con el 2012.
Cuando comprendemos quienes somos y a donde vamos nada de ello nos atemoriza. En el Señor vivimos, nos movemos y somos (Hch 17.28) y como El es eterno y estamos en El, viviremos eternamente en El (Jn 11:26).
Lo impresionante de la vida que tenemos en El.
"según nos escogió en él antes de la fundación del mundo, para que fuésemos santos y sin mancha delante de él, en amor habiéndonos predestinado para ser adoptados hijos suyos por medio de Jesucristo, según el puro afecto de su voluntad, En él asimismo tuvimos herencia, habiendo sido predestinados conforme al propósito del que hace todas las cosas según el designio de su voluntad, a fin de que seamos para alabanza de su gloria, nosotros los que primeramente esperábamos en Cristo." (Efe 1:4, 5, 11, 12)
Nos escogió para un propósito (santos, sin mancha, adoptados como hijos), no para nuestro propósito (Efe 2.10).
También nos entregó una herencia.
Por medio de Jesucristo.
Según el designio de Su voluntad.
Para alabanza de Su Gloria (carácter, esencia, ser, naturaleza).
Y todo ello según el puro afecto de Su Voluntad, en Amor.
La evidencia y el conocimiento versus la fe.
“Había un hombre de los fariseos que se llamaba Nicodemo, un principal entre los judíos. Éste vino a Jesús de noche, y le dijo: Rabí, sabemos que has venido de Dios como maestro; porque nadie puede hacer estas señales que tú haces, si no está Dios con él. Respondió Jesús y le dijo: De cierto, de cierto te digo, que el que no naciere de nuevo, no puede ver el reino de Dios. Nicodemo le dijo: ¿Cómo puede un hombre nacer siendo viejo? ¿Puede acaso entrar por segunda vez en el vientre de su madre, y nacer? Respondió Jesús: De cierto, de cierto te digo, que el que no naciere de agua y del Espíritu, no puede entrar en el reino de Dios. Lo que es nacido de la carne, carne es; y lo que es nacido del Espíritu, espíritu es. No te maravilles de que te dije: Os es necesario nacer de nuevo. El viento sopla de donde quiere, y oyes su sonido; mas ni sabes de dónde viene, ni a dónde va; así es todo aquel que es nacido del Espíritu. Respondió Nicodemo y le dijo: ¿Cómo puede hacerse esto? Respondió Jesús y le dijo: ¿Eres tú maestro de Israel, y no sabes esto? De cierto, de cierto te digo, que lo que sabemos hablamos, y lo que hemos visto, testificamos; y no recibís nuestro testimonio. Si os he dicho cosas terrenales, y no creéis, ¿cómo creeréis si os dijere las celestiales? Nadie subió al cielo, sino el que descendió del cielo; el Hijo del Hombre, que está en el cielo. Y como Moisés levantó la serpiente en el desierto, así es necesario que el Hijo del Hombre sea levantado, para que todo aquel que en él cree, no se pierda, mas tenga vida eterna. (Jn 3:1-15).”
Nicodemo, un principal entre los judíos => no era ningún ignorante de la Palabra.
Vino a Jesús de noche; ¿por qué no vino de día? Porque tenía temor de los demás. Quería encontrarse con Jesús pero en sus propios términos, no en los términos de El.
“Rabí, sabemos que has venido de Dios como maestro; porque nadie puede hacer estas señales que tú haces, si no está Dios con él”. Ello quiere decir que tenía suficiente evidencia de que Jesús era el Mesías, el hijo de Dios.
Pero la evidencia y el conocimiento no le eran suficientes para rendirse a El en ese momento. Tampoco para muchos de nosotros la evidencia y el conocimiento son suficientes para rendirnos a El.
Necesitamos la fe.
Necesitamos movernos en el destino que Dios predestinó para nosotros.
Cuando nos movemos en el propósito de Dios vamos a enfrentar oposición, aunque muchas veces esa oposición no sea directa, o no den la cara directamente sino la manifiesten a través de otros (Jn 7:32). El padre de toda oposición es el diablo, toda oposición comienza en él.
Dios siempre nos va a respaldar (Jn 7:45-52), aún de las personas cercanas que nos persiguen (tal como sucedió con Nicodemo cuando creyó y dio su tumba y pidió el cuerpo para que enterraran a Jesús).
Todas las cosas que pasan en nuestra vida sirven para que el propósito de Dios se cumpla. El cumplirá Su Propósito en nosotros, si tenemos fe en El (Sal 138:8).
La necesidad de agradar y servir al Señor.
Cuando nacemos de nuevo nace también en nosotros una necesidad de agradar y servir al Señor.
Es el resultado del vacío de saber, aunque no seamos conscientes de ello, que tenemos un propósito en Dios.
Cuando nos movemos en el propósito de Dios, no vamos a experimentar temor.
Mat 5:21ss. Jairo, también principal de los Judíos, va a El de día, y ante la multitud se postra a los pies de Jesús, sin temor, y en sábado.
Ante la necesidad apremiante nuestros prejuicios y temores se van de nosotros y nos abrimos a Jesús.
Estas cosas no sucedieron solo por que sí, por accidente. Tenían el propósito de enseñarnos a nosotros (Rom 15:4).
Dios tiene diferentes formas de "utilizarnos" (1 Cor 12). Aún a nuestros enemigos los usa a favor de nosotros (Rom 8:29). Es parte de Su Propósito a favor de nosotros.
Cumplir el propósito de Dios nos va a querer causar temor. No es fácil caminar en contra de la corriente del mundo (Apo 3:7-12).
"Escribe al ángel de la iglesia en Filadelfia: Esto dice el Santo, el Verdadero, el que tiene la llave de David, el que abre y ninguno cierra, y cierra y ninguno abre: Yo conozco tus obras; he aquí, he puesto delante de ti una puerta abierta, la cual nadie puede cerrar; porque aunque tienes poca fuerza, has guardado mi palabra, y no has negado mi nombre. He aquí, yo entrego de la sinagoga de Satanás a los que se dicen ser judíos y no lo son, sino que mienten; he aquí, yo haré que vengan y se postren a tus pies, y reconozcan que yo te he amado. Por cuanto has guardado la palabra de mi paciencia, yo también te guardaré de la hora de la prueba que ha de venir sobre el mundo entero, para probar a los que moran sobre la tierra. He aquí, yo vengo pronto; retén lo que tienes, para que ninguno tome tu corona. Al que venciere, yo lo haré columna en el templo de mi Dios, y nunca más saldrá de allí; y escribiré sobre él el nombre de mi Dios, y el nombre de la ciudad de mi Dios, la nueva Jerusalén, la cual desciende del cielo, de mi Dios, y mi nombre nuevo."
Introducción.
Dios nos bendice para que bendigamos a otros: nuestra razón de ser es bendecir a otros (Gen 12:1-3).
Dios nos forma para que cumplamos Sus propósitos (Efe 2:10, Sal 139:13-16).
Tenemos una constante lucha que nos retrasa en muchas áreas de nuestra vida, entre lo que nosotros queremos y lo que Dios quiere de nosotros (Rom 7:22-23).
Dios nos permite equivocarnos para que aprendamos a confiar en El y para formarnos por Su Amor (Prov 3:6, Prov 24:16, Sal 55:22).
Equilibrio entre el Amor de Dios y el Temor de Dios.
El mundo está atemorizado por lo porvenir principalmente lo relacionado con el 2012.
Cuando comprendemos quienes somos y a donde vamos nada de ello nos atemoriza. En el Señor vivimos, nos movemos y somos (Hch 17.28) y como El es eterno y estamos en El, viviremos eternamente en El (Jn 11:26).
Lo impresionante de la vida que tenemos en El.
"según nos escogió en él antes de la fundación del mundo, para que fuésemos santos y sin mancha delante de él, en amor habiéndonos predestinado para ser adoptados hijos suyos por medio de Jesucristo, según el puro afecto de su voluntad, En él asimismo tuvimos herencia, habiendo sido predestinados conforme al propósito del que hace todas las cosas según el designio de su voluntad, a fin de que seamos para alabanza de su gloria, nosotros los que primeramente esperábamos en Cristo." (Efe 1:4, 5, 11, 12)
Nos escogió para un propósito (santos, sin mancha, adoptados como hijos), no para nuestro propósito (Efe 2.10).
También nos entregó una herencia.
Por medio de Jesucristo.
Según el designio de Su voluntad.
Para alabanza de Su Gloria (carácter, esencia, ser, naturaleza).
Y todo ello según el puro afecto de Su Voluntad, en Amor.
La evidencia y el conocimiento versus la fe.
“Había un hombre de los fariseos que se llamaba Nicodemo, un principal entre los judíos. Éste vino a Jesús de noche, y le dijo: Rabí, sabemos que has venido de Dios como maestro; porque nadie puede hacer estas señales que tú haces, si no está Dios con él. Respondió Jesús y le dijo: De cierto, de cierto te digo, que el que no naciere de nuevo, no puede ver el reino de Dios. Nicodemo le dijo: ¿Cómo puede un hombre nacer siendo viejo? ¿Puede acaso entrar por segunda vez en el vientre de su madre, y nacer? Respondió Jesús: De cierto, de cierto te digo, que el que no naciere de agua y del Espíritu, no puede entrar en el reino de Dios. Lo que es nacido de la carne, carne es; y lo que es nacido del Espíritu, espíritu es. No te maravilles de que te dije: Os es necesario nacer de nuevo. El viento sopla de donde quiere, y oyes su sonido; mas ni sabes de dónde viene, ni a dónde va; así es todo aquel que es nacido del Espíritu. Respondió Nicodemo y le dijo: ¿Cómo puede hacerse esto? Respondió Jesús y le dijo: ¿Eres tú maestro de Israel, y no sabes esto? De cierto, de cierto te digo, que lo que sabemos hablamos, y lo que hemos visto, testificamos; y no recibís nuestro testimonio. Si os he dicho cosas terrenales, y no creéis, ¿cómo creeréis si os dijere las celestiales? Nadie subió al cielo, sino el que descendió del cielo; el Hijo del Hombre, que está en el cielo. Y como Moisés levantó la serpiente en el desierto, así es necesario que el Hijo del Hombre sea levantado, para que todo aquel que en él cree, no se pierda, mas tenga vida eterna. (Jn 3:1-15).”
Nicodemo, un principal entre los judíos => no era ningún ignorante de la Palabra.
Vino a Jesús de noche; ¿por qué no vino de día? Porque tenía temor de los demás. Quería encontrarse con Jesús pero en sus propios términos, no en los términos de El.
“Rabí, sabemos que has venido de Dios como maestro; porque nadie puede hacer estas señales que tú haces, si no está Dios con él”. Ello quiere decir que tenía suficiente evidencia de que Jesús era el Mesías, el hijo de Dios.
Pero la evidencia y el conocimiento no le eran suficientes para rendirse a El en ese momento. Tampoco para muchos de nosotros la evidencia y el conocimiento son suficientes para rendirnos a El.
Necesitamos la fe.
Necesitamos movernos en el destino que Dios predestinó para nosotros.
Cuando nos movemos en el propósito de Dios vamos a enfrentar oposición, aunque muchas veces esa oposición no sea directa, o no den la cara directamente sino la manifiesten a través de otros (Jn 7:32). El padre de toda oposición es el diablo, toda oposición comienza en él.
Dios siempre nos va a respaldar (Jn 7:45-52), aún de las personas cercanas que nos persiguen (tal como sucedió con Nicodemo cuando creyó y dio su tumba y pidió el cuerpo para que enterraran a Jesús).
Todas las cosas que pasan en nuestra vida sirven para que el propósito de Dios se cumpla. El cumplirá Su Propósito en nosotros, si tenemos fe en El (Sal 138:8).
La necesidad de agradar y servir al Señor.
Cuando nacemos de nuevo nace también en nosotros una necesidad de agradar y servir al Señor.
Es el resultado del vacío de saber, aunque no seamos conscientes de ello, que tenemos un propósito en Dios.
Cuando nos movemos en el propósito de Dios, no vamos a experimentar temor.
Mat 5:21ss. Jairo, también principal de los Judíos, va a El de día, y ante la multitud se postra a los pies de Jesús, sin temor, y en sábado.
Ante la necesidad apremiante nuestros prejuicios y temores se van de nosotros y nos abrimos a Jesús.
Estas cosas no sucedieron solo por que sí, por accidente. Tenían el propósito de enseñarnos a nosotros (Rom 15:4).
Dios tiene diferentes formas de "utilizarnos" (1 Cor 12). Aún a nuestros enemigos los usa a favor de nosotros (Rom 8:29). Es parte de Su Propósito a favor de nosotros.
Cumplir el propósito de Dios nos va a querer causar temor. No es fácil caminar en contra de la corriente del mundo (Apo 3:7-12).
"Escribe al ángel de la iglesia en Filadelfia: Esto dice el Santo, el Verdadero, el que tiene la llave de David, el que abre y ninguno cierra, y cierra y ninguno abre: Yo conozco tus obras; he aquí, he puesto delante de ti una puerta abierta, la cual nadie puede cerrar; porque aunque tienes poca fuerza, has guardado mi palabra, y no has negado mi nombre. He aquí, yo entrego de la sinagoga de Satanás a los que se dicen ser judíos y no lo son, sino que mienten; he aquí, yo haré que vengan y se postren a tus pies, y reconozcan que yo te he amado. Por cuanto has guardado la palabra de mi paciencia, yo también te guardaré de la hora de la prueba que ha de venir sobre el mundo entero, para probar a los que moran sobre la tierra. He aquí, yo vengo pronto; retén lo que tienes, para que ninguno tome tu corona. Al que venciere, yo lo haré columna en el templo de mi Dios, y nunca más saldrá de allí; y escribiré sobre él el nombre de mi Dios, y el nombre de la ciudad de mi Dios, la nueva Jerusalén, la cual desciende del cielo, de mi Dios, y mi nombre nuevo."
18
Abr
2012