Estudio Bíblico

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Módulo 211 El Ministerio Profético.



TEMA No. 7.
APRENDIENDO A DISCERNIR LA VOZ DE DIOS.



Introducción.
• El objeto de la profecía:
• Sal 23:3: confortará nuestra alma;
• Sal 48.14, Sal 139.10, Sal 23:3: confirmar una dirección que Dios quiere para nosotros para que caminemos por sendas de justicia para ser bendecidos (Jos 1:8).
• Jn 16:13: mostrarnos las cosas que habrán de venir (prepararnos).
• El tiempo de las confirmaciones se acabó porque ahora tenemos la dirección del Espíritu Santo quién es el que confirma (o desecha) todo en nosotros.
• Dios levantará un pueblo que caminará por determinación como resultado de vivir la Revelación del Espíritu Santo en su vida (Hch 2.16-18)



Oír la voz de Dios (Apo 3:20).
• Jesús desea tener intimidad y comunión con su Iglesia (Jn 4:23).
• Jesús puede estar a la puerta de la Iglesia, no dentro de ella: cuando estamos ocupados en lo mundano, en las obras, en la obra del Señor, en lugar de en el Señor de la obra (Apo 3.15-17).
• Lo que más nos cuesta, tanto con Dios como con los otros, es tener tiempo para la intimidad; no estamos acostumbrados a ella.
• Hch 2:17-18: en los postreros días una necesidad fundamental será la necesidad de oír la voz de Dios:
• Vuestros hijos y vuestras hijas profetizarán.
• Vuestros jóvenes verán visiones.
• Vuestros ancianos soñarán sueños.
• Los siervos y siervas profetizarán.



La necesidad de ser diligentes en aprender a discernir la voz de Dios.
• El ser humano oye tres voces dentro de sí:
• Su voz (el mundo y la carne).
• La voz del enemigo (Adán y Eva, Jesús, Pedro, Judas).
• La voz de Dios.
• Necesitamos entrenarnos, por el ejercicio, para discernir la voz de Dios y desechar las otras



Cosas que necesitamos para oír la voz de Dios (Jn 10.1-5)
• La disposición de obedecer lo que Dios nos dice (1 Sam 15:22).
• Necesitamos tener valor.
• Dios nos va a hablar de lo que está en nuestro corazón (y ello implica también de lo que no nos gusta), por ejemplo, las cartas a las siete iglesias en Apo 2 y 3.
• Necesitamos tener humildad y reconocer nuestra necesidad de Dios (Jn 15:5. Sal 123:2, 1 Cor 1:26-31).
• Estar dispuestos a escuchar la voz de Dios a través de otros (audible, sus pensamientos, sus enseñanzas, etc.).
• Dios usa a otras personas para hablarnos aunque no nos guste la forma como lo hagan (Mat 13:57, Mat 6:4, Mat 11:15, Mat 13:9, Mat 13:43, Mat 4:9, etc.).
• No menospreciar a nadie (Sal 123:4, Prov 18:3).
• No estamos en posición de demandar: estamos en posición de dar, de bendecir, de tomar sacrificios, de servir (Mar 10:42-45) aunque Dios no nos hable directamente.


Las formas que Dios utiliza para hablarnos (Jn 10:1-5).
• Nuestra conciencia (Rom 2:15), aunque no siempre es una buena guía (Jer 17:9, Prov 4:23).
• A través de la Palabra (2 Tim 3:16).
• A través de los que están en autoridad sobre nosotros (Hch 13:1-2).
• A través de consejeros buenos y santos (Prov 11:14, Prov 15:22, Prov 24:6).
• La corrección, el juicio y el castigo (Heb 12:5-11).
• A través de experiencias, tanto las nuestras y las de otros.
• A través de las circunstancias.
• Los dones del Espíritu (1 Cor 12:8-10) principalmente Palabra de conocimiento, palabra de sabiduría, discernimiento de espíritus, profecía.
• Por profetas y el ministerio profético (1 Cor 14:3, 14:24-25).
• 1 Cor 2:10: del Espíritu a nuestro espíritu.
• Joel 2:28, Hch 2:17: sueños, visiones, impresiones, éxtasis.
• Su voz audible (Exo 33:11).
• A través de ángeles (Zac 1:9, Apo 1:1).


Elementos para discernir la voz de Dios.
• La Biblia (Hch 17:10-13): todo lo que escuchamos debe estar de acuerdo con la Biblia.
• El Dios de la Biblia es el mismo que nos habla, no puede contradecirse.
• El carácter de la voz de Dios: no condena, calmada, llena de autoridad, esperanza, pureza, pacífica, amable, benigna, llena de misericordia, con buenos frutos, sin incertidumbre (Sant 3:17, Fil 4:6-7).
• El fruto en nuestro interior (Gal 5.22-23), aunque a veces puede inquietarnos, principalmente cuando nos confronta.
• El contenido (Isa 55:8-11): las cosas espirituales se disciernen espiritual no mentalmente
• El Espíritu Santo nos la confirma (Sal 119:38, 1 Jn 5:6-7).


Juzgar la profecía.
• Razones por las cuales debemos juzgar todo lo que oímos (interna o externamente).
• La inspiración. Tres posibles fuentes: Espíritu Santo, humano o demoníaco.
• El reconocimiento de nuestras limitaciones y debilidades (imperfectos, 2 Cor 4:7-11).
• 2 Cor 12:9-10: lo vulnerables a lo engañoso de la soberbia, el orgullo, la altivez, etc.
• ¿Cómo juzgar la profecía?
• Debe estar acorde con la Palabra escrita de Dios (2 Ped 1:19.21).
• Debe armonizar con el testimonio del Espíritu con mi espíritu (Rom 8.16, Jn 16:13).
• Produce el fruto del Espíritu en los que la reciben (Gal 5.22-23, Rom 14.17)
• Debe ser confirmada por dos o tres otros testigos (1 Cor 14:29) antes de accionar en ella.


Principios para responder apropiadamente a la palabra profética.
• Grabar, leer y meditar la profecía: Hab 2:2-4, 1 Tim 4:14-15.
• No tomar decisiones y/o sacar conclusiones en ese momento (Luc 2:17-19, María, David).
• Buscar en la Palabra las condiciones para su cumplimiento (generalmente el cumplimiento de la profecía demanda de nosotros el cumplimiento de ciertos requisitos, es condicional) (Sal 1:1-3, 3 Jn 2, Jos 1:8).
• Actitud correcta: 1 Tes 5:20-21, no menospreciarlas, evaluarlas y retener lo bueno.
• Fe: Heb 11:6, Heb 3:19, 2 Cro 20:20.
• Esperar el tiempo para su cumplimiento, entrenándonos y preparándonos para ese día (la fe sin obras es muerta, Sant 2:13-26).
• Esperar testimonio de la profecía (Prov 3:5-6, Num 23:19, Mat 18.16).
• Pelear la buena batalla (1 Tim 1:18, Hch 9:16, 2 Cro 20.20).
• Conocer los principios universales de Dios: debemos operar en el orden adecuado para que lo establecido por El funcione (Num 23:19).
• Obediencia: hacedores de la Palabra (Sant 1:22, Sant 4.17).
• Cooperación en su cumplimiento, colaboradores de Dios (1 Cor 3:9).
• Paciencia: Heb 6:12, Sal 37:5-11.
• Humildad, mansedumbre y sumisión: Sant 1:21, Sant 3:17, Sant 4:6.
• Cuando la profecía incluye instrucciones específicas para tomar acción inmediata, entonces debemos hacer lo que se nos dice (2 Rey 9:1-4).



19 Abr 2012