Estudio Bíblico

Inicio > Estudio

La Resurrección de Cristo.




“Pero si se predica de Cristo que resucitó de los muertos, ¿cómo dicen algunos entre vosotros que no hay resurrección de muertos? Porque si no hay resurrección de muertos, tampoco Cristo resucitó. Y si Cristo no resucitó, vana es entonces nuestra predicación, vana es también vuestra fe. Y somos hallados falsos testigos de Dios; porque hemos testificado de Dios que él resucitó a Cristo, al cual no resucitó, si en verdad los muertos no resucitan. Porque si los muertos no resucitan, tampoco Cristo resucitó; y si Cristo no resucitó, vuestra fe es vana; aún estáis en vuestros pecados. Entonces también los que durmieron en Cristo perecieron. Si en esta vida solamente esperamos en Cristo, somos los más dignos de conmiseración de todos los hombres. Mas ahora Cristo ha resucitado de los muertos; primicias de los que durmieron es hecho. Porque por cuanto la muerte entró por un hombre, también por un hombre la resurrección de los muertos. Porque así como en Adán todos mueren, también en Cristo todos serán vivificados. Pero cada uno en su debido orden: Cristo, las primicias; luego los que son de Cristo, en su venida. Luego el fin, cuando entregue el reino al Dios y Padre, cuando haya suprimido todo dominio, toda autoridad y potencia. Porque preciso es que él reine hasta que haya puesto a todos sus enemigos debajo de sus pies. Y el postrer enemigo que será destruido es la muerte.” (1 Cor 15:12-26).


La resurrección de Cristo es el hecho más comprobado de la historia.
1) La conversión de los once apóstoles, de personas que se decepcionaron por el arresto y crucifixión de Cristo y huyeron temerosos de correr la misma suerte, en personas aguerridas, que cincuenta días después de la crucifixión daban testimonio público de la resurrección de Cristo (Hch 2).
2) Si la resurrección de Cristo no hubiera sucedido, ¿Se hubieran convertido al cristianismo, primero tres mil judíos (Hch 2) y luego cinco mil (Hch 4), y ello en los primeros meses después de Su resurrección?
3) El testimonio de Pedro y Juan ante el Sanedrín acusándolos de haber crucificado a Cristo y testificando de la resurrección de Cristo, además de la declaración de que, aunque respetaban la autoridad del Sanedrín no dejarían de predicar el Evangelio porque era preciso obedecer antes a Dios que a los hombres (después de que Pedro había negado a Cristo cuando estaba vivo) (Hch 5).
4) La conversión de Pablo, miembro del Sanedrín que condenó a Cristo a la Cruz y que era perseguidor de la Iglesia (si Cristo no hubiera resucitado, Pablo no se hubiera convertido) (Hch 9).


La resurrección es el fundamento de nuestra fe. Si Jesús no hubiera resucitado, Su crucifixión hubiera sido un hecho más. No hubiera pasado nada. Solo unos años antes de la crucifixión de Jesús, en Italia, habían crucificado, en un trayecto de 200 kms. a 6000 hombres que formaban el ejército de Espartaco que se había rebelado contra Roma


Lo que hace la Crucifixión de Cristo diferentes es Su Resurrección. Ambas, crucifixión y resurrección forman un solo conjunto que fundamenta toda nuestra fe.


La resurrección sella la obra de Cristo en la Cruz. Porque Cristo resucitó, tenemos:
1) Perdón de pecados y vida eterna.
2) Libertad de la ley del pecado y de la muerte (Rom 6:17-18).
3) La certeza de nuestra resurrección (Jn 11:25, Rom 6:5).
4) Sanidad de todas nuestras dolencias y enfermedades: físicas, emocionales y espirituales.


La resurrección de Cristo es la evidencia de la victoria de Cristo sobre el diablo y sus demonios: el amo de la muerte.
1) La autoridad sobre todo espíritu inmundo (Mat 28:18).
2) La autoridad de atar y desatar en la tierra lo que será atado y desatado en el cielo (Mat 16:18-20).
3) Las llaves del Reino, ser las expresiones del Reino y los reconciliadores de todas las cosas con Cristo (Col 1:18-20).
4) La plenitud de Aquel que todo lo llena en todo (Efe 1:22-23)


19 Abr 2012
Referencia: Resurrección.