Estudio Bíblico

Inicio > Estudio

Módulo 216. El libro de Nehemías y la administración ministerial.



TEMA No. 2.

TEMAS GENERALES EN EL LIBRO DE NEHEMÍAS.



El propósito de Dios.

Nos enseña que nuestra vida total corresponde a un diseño específico de Dios.
• Que somos Su hechura (Sal 139.13-16) para un propósito específico que El diseñó de antemano (Efe 2.10).
• Que ningún lugar en el que hemos estado, estamos o estaremos está fuera del propósito de Dios para nosotros (Hch 17:26-28).
• Que necesitamos rendirnos al plan perfecto de El para nuestras vidas, al diseño específico de Dios para nosotros, para que nos vaya bien en la vida (Jer 29.11, Rom 12:2).

Nos provee del entendimiento de que podemos servir a Señor en cualquier posición y lugar en el que estemos.
• Nehemías era el copero de un rey (el consejero íntimo) totalmente no cristiano.
• La tarea parecía que no fuera nada espiritual (reconstruír un muro).
• El muro físico estaba destruido, pero ello era representativo de que el muro espiritual también estaba destruido: por eso la nación entera estaba en gran mal y afrenta, en oprobio (Neh 1:3, Neh 2:17).
• La reconstrucción del muro natural deriva en la reconstrucción del muro espiritual, no solo de la ciudad, sino de la nación.
• Todos nosotros somos los reconstructores de los muros y las sendas antiguas de nuestra persona, familia y nación (Isa 61:4, Isa 61:11, Isa 62.1-4).
• Estaba situado a 1600 kilómetros de distancia del lugar donde cumpliría el servicio de Dios.
• Parecía imposible que pudiera desplazarse hacia ese lugar.
• Ni siquiera había nacido ni conocía el lugar donde iba a cumplir su ministerio.
• No sabía tampoco que contaba con los dones necesarios para llevar a cabo la tarea que le había sido encomendada (Efe 2.10, Sal 139:13-16).



Visión. El plan de Dios para nuestras vidas.

Una visión de parte de Dios no tiene que venir solo a los ministros eclesiásticos (Prov 29.18).
• Para todos Dios tiene una visión y por ello somos sujetos a recibirla, si estamos dispuestos a ir adelante con ella, por difícil, costosa o imposible que parezca (Hab 2:2-4).
• De hecho, Dios tiene un plan específico para cada uno de nosotros. El nos hizo para buenas obras las cuales Dios preparó de antemano para que anduviésemos en ellas (Jer 29:11, Efe 2.10, Sal 139.13-16, Hch 17:26-28).

La visión es el plan que Dios tiene para mí vida.
• Sus sueños y planes para conmigo.
• Lo que El espera que realice con mi vida en cada uno de sus aspectos y en cada una de mis actividades.
• Hay una visión general de El para todos los creyentes que abarca conocimiento, revelación, carácter y misión (Efe 4:11-16), pero cada una de esas áreas tiene una forma específica de concretarse en la vida de cada creyente, y esa forma de concretarse es lo que constituye nuestra visión.
• La visión general de Dios para nosotros, en relación a carácter, es ser hechos a la imagen de Cristo (Rom 8:29).
• En relación a la misión, su visión es que hagamos discípulos a todas las naciones (Mat 28:19-20).

Dentro de esa visión general que Dios tiene para todos nosotros, existe un propósito específico que debemos encontrar en la comunión con El para caminar en ese propósito. Solo allí encontraremos propósito, gozo, autorrealización, motivación, etc. (Efe 2.10, Prov 29.18).



La Soberanía de Dios en la historia.

Nos recuerda que Dios es el Señor de la historia universal, de nuestra nación, de nuestra iglesia, de nuestra familia, y personal, y que lo que El se ha propuesto hacer, lo hará. Que El tiene todos los elementos bajo Su control para cumplir lo que ha prometido, la palabra profética y Sus planes para nosotros, y que para El nada hay imposible en el ejercicio de Su soberanía y Su cumplimiento sobre la historia.
• Mueve reyes impíos para cumplir la profecía sobre su pueblo (como lo hizo con Faraón, respecto a José; Faraón respecto a Moisés y la liberación de Israel, Nabucodonosor respecto al juicio sobre Israel y su dispersión; Ciro, Dario y Artajerjes respecto a la restauración de Jerusalén, etc.).

La historia es la historia de Dios, no la humana, y la historia del desenvolvimiento y cumplimiento del plan de Dios para los seres humanos y Su creación.
• Es la historia del triunfo de Dios sobre las maquinaciones del diablo, y de la intervención de Dios a favor de Sus hijos e hijas, como nación, como iglesia, como familias y como personas.

Los designios de Dios (espirituales) se cumplen en lo natural. Una manifestación clara de que:
• El mundo es el mundo de Dios.
• Que El está particularmente interesado en la restauración de todo el mundo (personas, relaciones, actividades, cosas) a Su plan original: la plenitud del establecimiento del Reino sobre ellas (Rom 8:19-21, Col 1.18-20).
• Que los manos, los brazos, los ojos, los oídos, el corazón, la energía, los talentos, los dones, que El va a utilizar, son los nuestros (somos Sus colaboradores –1 Cor 3:9, 2 Cor 6:1--, Sus embajadores, para reconciliar todas las cosas con El –2 Cor 5:17-21--).

Ninguno de nosotros somos un accidente en la historia. Somos un plan concreto de Dios en la historia y para hacer la historia que El está escribiendo.
• Efe 2:10. Somos hechura suya, creados en Cristo Jesús para buenas obras que El preparó de antemano para que anduviéramos en ellas.
• Rom 8:29. Somos conocidos desde antes de nacer, pre-destinados, llamados, justificados y glorificados.
• Hch 17:26-28. Fuimos hechos para un lugar específico, un tiempo específico y personas específicas, porque Dios tiene una tarea específica para nosotros, que solo nosotros podemos realizar eficientemente.
• Sal 139.13-16. Fuimos hechos con los dones, los talentos, las capacidades y todos los recursos que necesitamos para cumplir esas buenas obras en el tiempo y el lugar en el que estamos.
• Mat 13:31-32. Todos esos dones, talentos, capacidades y recursos está en nosotros en la forma de semilla que necesitan ser apreciadas, nutridas, desarrolladas y puestas en acción.
• Tenemos lo que necesitamos para la tarea que hemos sido enviados a cumplir.
• No tenemos lo que no necesitamos para la tarea que hemos sido enviados a cumplir.
• Concentrémonos en desarrollar lo que tenemos y dejemos de estar frustrados por no tener lo que no tenemos (no lo necesitamos).
• Concentrémonos en desarrollar lo que somos y dejemos de estar frustrados por no ser lo que no somos (no lo necesitamos).
• Somos originales, valiosos, maravillosos, especiales. Por eso Dios pagó por cada uno de nosotros el precio de original, no el de copia.



La relación entre lo natural y lo espiritual (Heb 11:3).

• Trata acerca de un acontecimiento histórico, aparentemente no espiritual que se realiza en lo natural, pero que tiene repercusiones en lo espiritual.
• Demuestra la íntima relación entre el mundo espiritual y el mundo natural y la importancia de la consideración de todo asunto en ambas esferas (Rom 11:36, Heb 11:3), y la necesidad de romper nuestros paradigmas mentales respecto a que a Dios solo le interesa lo espiritual y que el ámbito del cristianismo es solo lo espiritual y la iglesia.
• Enfatiza el hecho de que Dios es Dios sobre todas las cosas, no solo sobre algunas; que no lo será en el futuro, sino que ya lo es ahora (Sal 19.1, Sal 24.1)



Reyes y sacerdotes.

Enfatiza nuestra calidad como creyentes, de reyes y sacerdotes para Dios (Apo 1.5-6, Apo 5:10, 1 Ped 2:9) y nos enseña muchos aspectos prácticos del ejercicio de esa calidad.
• En el relato del libro, Nehemías llega a la ciudad con el objeto de reconstruír los muros que protegían a Jerusalén, años después de Zorobabel y Esdras.
• Zorobabel, que corresponde a la estirpe no sacerdotal, comienza la reconstrucción del corazón de la ciudad: el Templo.
• Esdras, que corresponde a la estirpe sacerdotal, comienza con la restauración espiritual de Jerusalén.
• Nehemías, que corresponde a la estirpe gobernante de Israel, lleva adelante la restauración nacional.
• Entre los tres, completan la figura de reyes y sacerdotes, que la Biblia nos enseña en Apo 1:5-6 que es la calidad de los hijos e hijas de Dios, y cuya función es la restauración de la plenitud del propósito de Dios para sus naciones (Mat 28.18-20, Rom 8:19-21, Efe 1:9-10).

En este sentido, es que el libro de Nehemías, su persona y el contenido del libro, son de un valor incomparable y un material de estudio sumamente importante en temas claves de la vida del creyente en el mundo de hoy:
• Nuestra calidad de reyes y sacerdotes para con Dios (Apo 1:5-6).
• Nuestra calidad de administradores de la multiforme gracia de Dios (1 Ped 4.10).
• El verdadero significado de liderazgo en Cristo (Mar 10:42-45).
• El verdadero significado de ministerio (servicio) (2 Cor 3:6)(2 Cor 6:1).
• La necesidad e importancia de la intercesión.
• La importancia de la visión en nuestra vida como creyentes (Prov 29:18).
• La definición del problema que estamos llamados a resolver (Efe 2:10).
• La visión de Dios para la resolución de ese problema (Prov 29.18).
• El liderazgo que se requiere de un visionario.
• Los pasos y los obstáculos en el desarrollo de la visión.
• Los resultados de seguir la visión de Dios.



NEH 3:2. Reyes y sacerdotes. Natural y espiritual.

En la reconstrucción de los muros de Jerusalén participaron:
• El sector religioso encabezado por el sumo sacerdote (3:1), con los sacerdotes (3:1, 3:22, 3:28), los levitas (3:17) y los sirvientes del templo (3:26)
• El sector gubernamental representado por nueve gobernadores (3:7, 3:9, 3:12, 3:14, 3:15, 3:16, 3:17, 3:18, 3:19)
• El sector empresarial (plateros, perfumeros, comerciantes, 3:8, 3:31, 3:32).
• Los varones (3:2) y las mujeres (3:12).
• Los pobres (tecoítas, 3:5, 3:27) y los ricos (los habitantes de Jerusalén de los que no se mencionan ocupaciones).
• Los habitantes de Jerusalén y los habitantes de ciudades y regiones vecinas (3:13, 3:22)
• Los habitantes de la ciudad y los habitantes del campo (3:22)
• Los locales y los extranjeros (3:7).

Este es un testimonio importante acerca de:
• Que la obra de Dios requiere la unidad de todos, sin importar ocupaciones (religiosas o no seculares), sexo (hombres o mujeres), posición social (pobres y ricos), u otra distinción.
• Que la distinción entre actividades religiosas y no religiosas, entre asuntos religiosos y no religiosos, entre asuntos que le competen a Dios y que no le competen a Dios, no es más que una división artificial, obra del ser humano, porque en Dios no hay ocupaciones estrictamente religiosas y no religiosas.
• En esta actividad de reconstrucción de los muros (una actividad aparentemente no religiosa, pero que fué planificada y dirigida por Dios), participaron, sin excepción, todos los miembros del sector religioso (sumo sacerdote, sacerdotes, levitas y sirvientes del templo).

En la reconstrucción de los muros todos hicieron bien el trabajo, pero algunos se destacaron por hacerlo con todo fervor (3.20). Y como Dios nos es injusto para olvidar la obra que hacemos por Su Nombre, sirviendo a sus santos, a todos los que intervinieron los menciona como reconocimiento, pero a los que pusieron ese fervor (pasión), les hace una mención especial, agregando ese detalle, y siguiendo la línea de pensamiento de Heb 11:3 de que lo que se ve o manifiesta en lo terrenal es resultado de lo que sucede en el mundo espiritual, ese reconocimiento también fué hecho en el cielo, esperando su manifestación final cuando se presenten delante del Gran Trono Blanco para recibir sus recompensas.

Otro detalle importante está en Neh 3:5: los grandes (nobles, pudientes, ricos, poderosos) de los tecoítas no se prestaron para ayudar a la obra de su Señor (nótese que se hace mención especial de que la reconstrucción de los muros no era una obra de hombre sino una obra de Dios). Ello implica que los que menos recursos tenían si participaron, y se menciona que lo hicieron reconstruyendo dos tramos de los muros (3:5, 3.27) en tanto que sus nobles (¿nobles en este caso, no será un tanto sarcástico? ¿quiénes eran los nobles realmente delante de Dios?) no reconstruyeron ninguno. Esto esta en línea con lo que enseña Jesús en Mat 19.23-30. En contraste con los grades de Tecoa, están los grandes de Jerusalén de los que no se menciona que haya habido alguno que no participara.



Ministerio.

Ministerio no es solo lo que hacemos para Dios en la congregación y por la congregación.
• Ministerio es todo lo que hacemos para Dios y para las personas que El ama.

La palabra ministerio es una derivación de la palabra latina “ministerium” que equivale a servicio.
• En consecuencia, ministro es una persona que realiza un servicio, que asiste o ayuda a otro.
• Más que un título representa una calidad de asistente, ayudante, servidor.
• En el Antiguo Testamento, la palabra ministro se utiliza para traducir la palabra hebrea “mesharet” (Exo 24:13, 1 Rey 4:5, 2 Rey 4:43) que se refiere a una persona que está al servicio de otra importante.
• En el Nuevo Testamento se utiliza para representar la palabra griega “diakonos” (Mat 22:13, Jn 2:5, Mat 20:26) que significa sirviente, ayudante, servidor.
• En poca palabras, el ministro es uno que está dispuesto a suplir las necesidades de otros, no las suyas propias, alguien que voluntariamente se hace un esclavo de Dios y de las demás personas, que está atado a ellas todo el tiempo en razón de su ayuda y asistencia para las cosas menudas y también para las cosas importantes.

Cuando hablamos de que tenemos un ministerio de parte de Dios o que somos ministros de parte de Dios (2 Cor 5:18) significa, no un título rimbombante, sino una calidad sustentada en un estilo de vida consistente en ayudar a otros y asistirlos para que sean realizadas las cosas necesarias para su bienestar y para la realización de sus propósitos aquí en la tierra. Y ello se refiere tanto a nuestro servicio a Dios como a las demás personas.
• No debemos buscar nuestro propio beneficio sino el de los demás (Fil 2:3-8).

Todos somos ministros competentes del Nuevo Pacto (2 Cor 3:6) y embajadores de El en cualquier lugar al que vamos (2 Cor 5:18-20)
• Lo mismo es ser funcionario de gobierno, o empresario, o trabajador, artista, científico, político, ama de casa, etc.
• Todos tenemos un ministerio de parte de Dios en cualquier lugar donde nos encontremos, y este consiste en traer el Reino y la Voluntad de Dios a existencia en ese lugar específico de influencia en el que estemos situados (Mat 6:10, Luc 11:2).

La implementación del Reino de Dios en la tierra no tiene que esperar la segunda venida de Cristo para iniciarse.
• Lo que va a iniciarse con la segunda venida de Cristo es la plenitud del Reino.
• De hecho, la primera venida de Cristo trajo el Reino de los Cielos a la tierra y la forma de vida del Reino fue lo que Jesús predicó en su ministerio terrenal y lo que encargó a sus discípulos ampliar en sus alcances a todos los ámbitos de la vida de las naciones (Mat 28:18-20) por el ministerio de la Iglesia.



Administración.

Dios es un administrador por excelencia, y el Administrador de todo el Universo. ¿Quién mejor que El para enseñarnos los principios acerca de ella?.
• Hemos sido hechos por El “administradores de su multiforme gracia” (1 Ped 4:10).
• Todas las cosas debemos hacerlas con calidad, eficiencia y eficacia para El (Col 3:23), de tal manera que con nuestras obras lo glorifiquemos delante de las demás personas (Jn 15:8) y demos testimonio de lo que El hace en la vida de una persona cuando Jesús es Salvador y Señor de ella.

En este libro, usando como actividad la reconstrucción de los muros de Jerusalén y a Nehemías, el Señor nos enseña una serie de principios administrativos importantes (planeación estratégica, coordinación, organización, delegación de responsabilidades, manejo de conflictos, visión, misión, objetivos, etc.) que todos los creyentes haríamos bien en tomar en cuenta, independientemente del área de actividad en la que nos desenvolvamos en la vida.
• Es seguro que aplicando esos principios vamos a obtener los mejores resultados en nuestras actividades, de la misma forma que Nehemías los obtuvo.

La buena administración, el liderazgo efectivo, la importancia de vivir por una visión y seguirla con todas nuestras fuerzas, el enfoque de nuestras vidas y tareas como un ministerio que hacemos para Dios y para con los demás y nuestra posición como Reyes y Sacerdotes para Dios, son principios y calidades que necesitamos incorporar a nuestro quehacer diario para:
• Causar un impacto en nuestra sociedad (Mat 5:13-16, Mat 13:33).
• Servir de testimonio para que más y más personas a nuestro alrededor sean salvas y vengan al conocimiento de Dios (Col 3:22-24).
• El Reino de Dios sea establecido en nuestro entorno, con todas las bendiciones que implica, para bien de nuestras familias, comunidades y naciones (Mat 6:10, Mat 6.33, Col 1.18-20).



Liderazgo.

No es una posición, no es un nombramiento, no es un puesto (Mar 10:42-45)
• Tampoco es para buscar reconocimiento, fama, beneficios, etc.
• El liderazgo es el reconocimiento de las personas acerca de que tenemos algo que ellos necesitan y quieren, de que somos valiosos e importantes para su vida por el valor que les podemos agregar, no por lo que podemos sacar de ellos (Mar 10:35-45).

Por otro lado el liderazgo no es mandar, es trabajo duro, arduo, tenaz, con dirección, paciente (el ejemplo de Moisés --Exo, Lev, Num, Deut--; el ejemplo de Pablo --2 Cor 4:7-12--)
• El motivo del liderazgo son las personas (Jn 3:16-18, Exo 3:4-10, Hch 9:15, Mat 9:36-38) y el objetivo del liderazgo es satisfacer las necesidades de ellas (Efe 4.11-16).
• La fuente del liderazgo es Dios y el deseo de servirle.
• Sin esos ingredientes podemos tener posición, pero no liderazgo agradable a Dios (Mat 22:36-40).



NEH 8:1. Ministerio y avivamiento. (Neh 8, 9, 10).

Un ministerio eficiente es un ministerio con avivamiento.
• Las causas del avivamiento son dos: la proclamación eficaz y eficiente de la Palabra y la movilización de los creyentes como respuesta a ella.
• Se aviva algo vivo (los creyentes, la iglesia), no algo muerto (los perdidos).
• Los perdidos vienen por causa del avivamiento en los creyentes.

Nuestras visiones no son sólo caminos que Dios va a usar para hacer algo a través de nosotros.
• También los va a usar para hacer algo en nosotros, porque la respuesta natural a Su intervención es la adoración, la rendición y la obediencia.

Una vez terminados los muros, los trabajadores regresaron a sus lugares. Pero cuando trataron de volver a su rutina de siempre, comenzaron a darse cuenta de la significación que tenía lo sucedido.
• Al darse cuenta de que Dios los había protegido y bendecido durante aquellos cincuenta y dos días de intensa labor, se sintieron abrumados con sentimientos de culpa y gratitud.
• Culpa porque durante años habían ignorado la Ley de Dios.
• Gratitud, porque sabían que a pesar de su desobediencia, Dios había decidido bendecirlos.

Los había visitado, y había llegado el tiempo de darle a El la atención y la consagración que merecía (Neh 8:1-6).
• El aspecto más notable de esta escena es que en ningún momento se hace mención alguna de los muros.
• Está claro que la reconstrucción había servido de catalizador para que se renovara el interés del pueblo en Dios y en su Ley.
• Su atención había pasado de la visión de unos muros reconstruidos al Autor mismo de su visión. Dios captó por completo la atención de todos los involucrados. Así hace El las cosas.

Cuando Dios interviene, la atención se centra en El, trayendo como consecuencia una adoración auténtica y una obediencia absoluta, que en última instancia, es la agenda definitiva de Dios.
• Nos lleva a un punto en el que adoramos a Dios por El mismo, no porque se nos haya indicado hacerlo, sino porque es lo único adecuado.
• En este punto, la fe no conoce límites, no confiamos por lo que se nos ha prometido sino por el carácter de Aquel en quien se nos ha llamado a confiar. Y eso es madurez.
• La visión de Dios con respecto a nosotros es la madurez espiritual que se mide por lo prontamente que respondemos a la persona de Dios, más que a sus promesas, que Quien El es sea más importante que lo que nos está dando.



NEH 10:1. Avivamiento y pacto.

El avivamiento dirigido por Esdras y Nehemías (Cap 8, 9 y 10) dio por resultado un firme compromiso de todo el pueblo a obedecer la voluntad de Dios.

Todos participaron (lo que le dió el carácter de un avivamiento nacional):
• Nehemías como el gobernador fué el primero en firmar el pacto.
• Enseguida firmaron los sacerdotes (Neh 10:2-8) y los levitas (Neh 10:9-13).
• Después los cabezas del pueblo (Neh 10:14-27).
• Finalmente, el resto del pueblo, los sacerdotes, levitas, porteros y cantores, los sirvientes del templo, los extranjeros que se habían apartado de los pueblos de la tierra a la ley de Dios, con sus mujeres, sus hijos e hijas (Neh 10.28)

El pacto fue voluntario, no fué impuesto por Dios, sino nació voluntariamente de la congregación. Por él se comprometían mediante juramento:

A servir al Señor con fidelidad a sus mandamientos.
• Que andarían en la ley de Dios (Neh 10:29).
• Que guardarían y cumplirían todos los mandamientos, decretos y estatutos de Dios (Neh 10:29).
• Que guardarían el día de reposo (Neh 10:31) y todos los días santificados.
• Que guardarían el año sabático (Neh 10:31).

A mantenerse sin mancha y separados del mundo.
• Que no se mezclarían con los pueblos de la tierra, tomando parejas para sí ni para sus hijos de entre ellos (Neh 10:30).
• Que no contaminarían el día de reposo haciendo negocios con ellos (Neh 10:31).

A servir al Señor con sus finanzas y respaldando la obra de Dios con su tiempo, dinero y posesiones (Neh 10:32-39).
• Que perdonarían todas las deudas (Neh 10:31).
• Que contribuirían con sus ofrendas para el servicio de la casa de Dios (Neh 10:32-34).
• Que contribuirían con sus primicias, ofrendas y diezmos para el sostenimiento de los sacerdotes y los levitas (Neh 10:35-39)
• El diezmo de las primicias (Num 18.12-13) había sido descuidado de modo que los levitas no recibían lo necesario para su sustento (Mal 3:8). Por medio del pacto el pueblo renovó su comrpomiso de sostener a los levitas.}
• También los levitas debían dar el diezmo de los diezmos (Num 18:26) para sostener a los sacerdotes.
• El sostenimiento de la casa de Dios y sus ministerios estaba asignado al pueblo de Dios (Mal 3:10, Luc 11:42).
• En razón de las necesidades del momento se estableció un impuesto voluntario que debía ser abonado anualmente por todos los varones adultos (Exo 30:11-16, Mat 17.24), para el sostenimiento del templo a fin de que se realizaran todos los sacrificios y se presentaran todas las ofrendas establecidas en la ley.



Detalles importantes.

Soñador o visionario. La diferencia entre un soñador y un visionario está en que el soñador sueña con la solución del problema pero nada más, pero un visionario no solo sueña con esa solución sino que se hace responsable de la implementación de la misma. Está dispuesto a arremangarse la camisa, sudarla y trabajar por ella.

Altas posiciones y ministerio. Aunque a veces las altas posiciones y responsabilidades, las múltiples ocupaciones y la disponibilidad de tiempo que tenemos pueden constituirse en estorbos o pretextos para nuestra vida espiritual y nuestro servicio a Dios, ello no tiene que ser así. Dios nos diseñó para ser reyes y sacerdotes para El en cualquier área en que ejerzamos nuestras actividades en la vida secular. No importa el puesto que ocupemos, en ese puesto podemos servir al Señor. Así como Nehemías usó los recursos que tenía a su alcance para interceder por el bienestar de su pueblo, así nosotros podemos utilizar los recursos que tengamos a nuestro alcance para establecer el Reino de Dios y su justicia en dondequiera que El nos tenga ubicados.

Neh 2:2. La importancia del trabajo de Nehemías. Como Nehemías era el copero del rey, la vida del rey estaba prácticamente en sus manos. Cuando los reyes eran envenenados generalmente era con la complicidad de los coperos. Una cara triste podía ser síntoma de que algo seguramente no iba bien, y ello podía ser signo de una conspiración en contra del rey. Por esa razón, cuando el rey le pregunta a Nehemías que era lo que sucedía por su cara triste, Nehemías temió en gran manera

Nen 3:5. La necesidad de Dios. Es muy frecuente el engaño de que porque la posición social o económica está bien, ya no se necesita a Dios, o que la bendición que Dios ha dado, posteriormente se convierta en lo que nos aleje de Dios, por apartar nuestra vista del Señor de la bendición y concentrarla en la bendición, y posteriormente, seamos renuentes a servir a Aquel que nos bendijo.
Es lo mismo que le pasó al joven rico y al rico insensato. Amaron más las riquezas (bendiciones materiales) que al Dios que se las había proporcionado.

Neh 11.1. La re-población de Jerusalén. Una vez reedificados los muros de la ciudad, lo que procedía era volver a poblarla para fines de su defensa y reedificar sus casas, edificios, etc. Su nueva población consistiría en una muestra representativa de todo el pueblo de Judá que había participado en la reedificación de los muros y que había venido del campo y de todas las ciudades y aldeas del territorio. La idea era que uno de cada diez de los hombres de Judá morara en Jerusalén.
• Para el efecto unos decidieron voluntariamente morar en ella.
• El resto fueron escogidos por suertes entre los restantes.


04 Jul 2012