Estudio Bíblico

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Módulo 215. El libro de Nehemías y la visión.



TEMA No. 1.


NEH 1:4. Visión, pasión y compasión.

Las visiones de Dios comienzan como intereses, preocupaciones y hasta cierto punto, malestares porque las cosas no son como podrían y deberían ser.
• Es una pasión por el cambio que comienza en nuestro interior.
• Un líder visionario para ser efectivo en el ministerio (que no es otra cosa que servicio a Dios y a las personas) tiene que ser motivado por la compasión. No podemos ser efectivos en el ministerio si no hacemos nuestra la necesidad.
• El principio de una visión es una necesidad percibida de cambio de las cosas tal como están y son, hacia lo que podrían y deberían ser según Dios. La visión surge de una necesidad cuya solución se vuelve una pasión que nos consume por dentro (Mat 9:35-38).
• Las visiones, por lo general, se forman en el corazón de los que no están satisfechos con el estado de las cosas.
• Con el tiempo, esas insatisfacciones maduran hasta convertirse en una clara imagen de lo que podría ser.
• Exigen cambios, implican movimientos y riesgos, y que nuestro corazón se mueva fuera de las fronteras artificiales que impone el mundo tal como es.
• Por ello, lo que puede y debe ser, no puede ser hasta que Dios esté listo para que sea. Así que muchas veces, por no decir siempre, hay que esperar.

El primer paso en relación a la visión, después de recibir el impacto de la necesidad y la idea de lo que podría y debería ser, no es ponernos a activar como locos debido a la urgencia de la solución.
• Es ir a la fuente de toda visión genuina: Dios mismo.
• Hay que buscar a Dios para saber que la idea que puede ser la solución del problema viene de El, esperar que Dios la confirme en nuestros corazones, la afirme y nos dé más detalles, o la deseche (solo es una buena idea para mi pero no una visión para que yo corra con ella).

El reconocimiento de una necesidad no tiene que traducirse siempre en una visión.
• El que sintamos una tristeza general por el estado de un grupo de personas no es tener una visión.
• Eso es compasión.
• Aunque la visión siempre contiene compasión, ella solo es uno de sus componentes.
• No debemos comprometernos en respuesta a la pasión del momento.

Si una visión no viene de Dios, no hay que seguirla (Prov 19:21).
• El no va a estar en el asunto, y no debería interesarnos seguir detrás de algo que no sea Su voluntad. El no va a proveer las cosas, habilidades, dones, talentos, personas y recursos que se requieren para la visión a menos que sea Su visión (1 Jn 5:14 --pro-visión--).
• Si la visión viene de Dios va a ser imposible realizarla por nuestras propias fuerzas y habilidades. Va a ser más grande que nosotros.
• La visión viene del mundo sobrenatural y es en sí misma sobrenatural.
• Solo con la intervención divina puede ser realizada.

Una visión personal no está aislada, es parte de la visión general de Dios. Dios nos creó con un propósito en Su mente que es parte de Su plan mayor que es la redención de este mundo.
• Así como para Adán, Noé, Moisés, Josué, Nehemías, etc., Dios tuvo un plan específico y un lugar específico para realizarlo, de la misma manera lo ha hecho con nosotros.
• Desde el vientre de nuestra madre, cuando nos estaba formando (Sal 139:13-16), determinó todas las cosas que luego serían efectuadas por nosotros por el resto de nuestros días, en un tiempo y lugar específicos (Hch 17.26-28) porque somos hechura suya creados por El para buenas obras (Efe 2:10), que lo glorifiquen (Jn 15:8, Col 3:22-24).


04 Jul 2012