Estudio Bíblico

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Módulo 215. El libro de Nehemías y la visión.



Tema No. 2.


NEH 2:6. El surgimiento de la visión y la oración.

Oremos para pedir oportunidades y planifiquemos con la esperanza de que Dios va a responder a nuestras oraciones (Sant 1:6, Mat 7:7).
Una de las características de un líder serio es que primero acude a Dios con el problema. Cuando acudimos a El en oración ponemos las cosas en la perspectiva correcta. La secuencia correcta para ser efectivo en el ministerio debe ser;
• La percepción de la necesidad.
• La búsqueda de dirección de parte de Dios.
• La planificación.
• La acción.
Es frecuente que durante los tiempos de espera para ver iniciado el cumplimiento de la visión, ella muera, porque para muchas personas sin la actitud adecuada, es desalentador seguir soñando con algo que al parecer no tiene ni la más remota posibilidad de llegar a suceder (y con las visiones que vienen de Dios sucede eso: sin Su intervención son imposibles de realizar). Mientras esperaba, Nehemías hizo dos cosas: oró e hizo planes.

Oró.
La oración es crítica para el desarrollo de las visiones: vemos lo que no estamos esperando ver, nos mantiene buscando y nos mantiene a nosotros a la espera de Su intervención.
Nehemías pidió dos cosas en su oración relacionadas con la visión.
• Oró para pedir una oportunidad, no que Dios reconstruyera los muros. Esa es la diferencia entre un soñador y un visionario: el soñador piensa en lo que podría ser y en lo bien que estarían las cosas si eso se lograra, en tanto que el visionario quiere ser parte del cambio, quiere una oportunidad para hacerlo.
• Pidió gracia, favor, misericordia. Humanamente hablando, no había posibilidad alguna de que el rey apoyara la visión. Pero la oración nos lleve mucho más allá de las posibilidades humanas. Podemos estar seguros de que Dios puede cambiar todas las circunstancias y los corazones de las personas que se interpongan entre nosotros y el cumplimiento de la visión que Él nos dio ("¿Hay acaso algo imposible para Él?, Luc 1:37).
Centremos nuestras oraciones en lo que sabemos que es necesario que suceda para llevar la visión a su punto de lanzamiento.

Hizo planes.
No permitamos que la aparente imposibilidad o improbabilidad de la visión nos impida que desarrollemos una estrategia. Debemos planificar (Prov 16:1, Prov 16:3, NVI) como si supiéramos que la visión se va a realizar ("Dios llama las cosas que no son como sí fueran", Rom 4:17; y "La fe es la certeza de lo que se espera, la convicción de lo que no se ve", Heb 11:1).
El ya lo tenía todo pensado antes de que hubiera movimiento alguno de parte del rey. Si Dios le daba la oportunidad de poner su visión delante de él, estaba listo.
Es una buena idea revisar los planes cada cierto tiempo durante la espera. No solo los perfeccionamos sino que también nos animan a mantenernos firmes, a refrescar la visión.
En muchas ocasiones, la oportunidad sin la preparación resulta en fracaso. Necesitamos estar preparados para cuando se presente la oportunidad para evitar el fracaso y/o la frustración de una visión no cumplida.

Por lo general, la visión precede a todo lo necesario para llevarla a cabo, excepto dos cosas: que el visionario puede orar y planificar al respecto de ella.




04 Jul 2012