Estudio Bíblico

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Recompensas de la vida cristiana (2a. parte).



Recompensas de la vida cristiana.


Introducción.

La Palabra de Dios nos enseña que nuestra vida terrenal tiene consecuencias no solo en esta vida (Deut 28.1-14) sino también en la eternidad (las recompensas, coronas, galardones, tesoros).

"En la casa de mi Padre muchas moradas hay; si así no fuera, yo os lo hubiera dicho; voy, pues, a preparar lugar para vosotros." (Jn 14:2)

“Mirad por vosotros mismos, para que no perdáis el fruto de vuestro trabajo, sino que recibáis galardón completo.” (2 Jn 1:8)

"Y vi un gran trono blanco y al que estaba sentado en él, de delante del cual huyeron la tierra y el cielo, y ningún lugar se encontró para ellos. Y vi a los muertos, grandes y pequeños, de pie ante Dios; y los libros fueron abiertos, y otro libro fue abierto, el cual es el libro de la vida; y fueron juzgados los muertos por las cosas que estaban escritas en los libros, según sus obras. Y el mar entregó los muertos que había en él; y la muerte y el Hades entregaron los muertos que había en ellos; y fueron juzgados cada uno según sus obras. Y la muerte y el Hades fueron lanzados al lago de fuego. Ésta es la muerte segunda. Y el que no se halló inscrito en el libro de la vida fue lanzado al lago de fuego.” (Apo 20:11-15)

“Porque nadie puede poner otro fundamento que el que está puesto, el cual es Jesucristo. Y si sobre este fundamento alguno edificare oro, plata, piedras preciosas, madera, heno, hojarasca, la obra de cada uno se hará manifiesta; porque el día la declarará, pues por el fuego será revelada; y la obra de cada uno cuál sea, el fuego la probará. Si permaneciere la obra de alguno que sobreedificó, recibirá recompensa. Si la obra de alguno se quemare, él sufrirá pérdida, si bien él mismo será salvo, aunque así como por fuego.” (1 Cor 3:11-15)

“Entonces respondiendo Pedro, le dijo: He aquí, nosotros lo hemos dejado todo, y te hemos seguido; ¿qué, pues, tendremos? Y Jesús les dijo: De cierto os digo que en la regeneración, cuando el Hijo del Hombre se siente en el trono de su gloria, vosotros que me habéis seguido también os sentaréis sobre doce tronos, para juzgar a las doce tribus de Israel. Y cualquiera que haya dejado casas, o hermanos, o hermanas, o padre, o madre, o mujer, o hijos, o tierras, por mi nombre, recibirá cien veces más, y heredará la vida eterna. Pero muchos primeros serán postreros, y postreros, primeros." (Mat 19:27-30).

Los libros: libros de memorias: Apo 20:11-15, Mal 3:6-18, Sal 20:3. Lo escrito en estos libros de memorias (nuestras buenas obras en la tierra, hechas conforme a la Voluntad de Dios y en obediencia a Él), que cuentan para nuestras recompensas, galardones, coronas y tesoros que tendremos en la eternidad y que determinarán nuestra calidad de vida por siempre.


Salvación, vida cristiana y discipulado.

La salvación es el nacimiento a la vida eterna (bebés).
La vida cristiana es el desarrollo de esa vida (el crecimiento, la madurez, la adultez).

La salvación implica ver el Reino: el regalo de Dios para nosotros (Jn 3.3).
La vida cristiana implica entrar en el Reino: el regalo nuestro para Dios (Jn 3:5).

Una cosa es ser salvos, otra cosa es la vida cristiana. La vida cristiana es lo que hacemos después de ser salvos con los regalos que Dios nos dio en la salvación: la nueva naturaleza, el Espíritu Santo, la Palabra, la obediencia, los dones, los talentos, las habilidades, muestras relaciones con Dios y con las personas, el tiempo, en suma, la administración que hayamos hecho de ello.

Dios no es injusto para olvidar la obra de amor que hacemos para El (Heb 6:10).
Al qué mucho se le dio mucho se le demandará, al que se le dio poco, poco se le demandará (Luc 12:48).


La gracia y la justicia.

Dios tiene, entre otros, dos atributos: la gracia y la justicia. La gracia se refiere a lo que Dios hace con nuestros pecados (perdón) y la justicia se refiere a lo que Dios hace con nuestras obras (recompensas).

La gracia tiene que ver con el libro de la vida y los libros tiene que ver con nuestras obras (los libros de memorias).

El libro de la vida tiene que ver con el donde de la vida eterna y los libros de memorias con las recompensas, tanto en la vida eterna como en el infierno.

La salvación determina como será nuestra eternidad, donde será.
Pero la vida cristiana determina como vamos a vivir la eternidad.

En la casa del Padre hay muchas moradas. Nuestra vida, la forma como viviremos nuestra eternidad va a depender de la morada que nos sea asignada. Y esa asignación dependerá de que hicimos después de ser salvos: de nuestras recompensas (1 Cor 3:11-15).


2 Tim 2:1-6: esfuérzate en la gracia:
• compartiendo con otros la Palabra
• la forma como vivimos la vida cristiana (agradando a Dios, haciendo las cosas como para El): haciendo Su Voluntad (Mat 7:21-23).


La batalla del cristiano: atraído por el Espíritu o atraído por la carne.
"Porque los que son de la carne piensan en las cosas de la carne; pero los que son del Espíritu, en las cosas del Espíritu. Porque el ocuparse de la carne es muerte, pero el ocuparse del Espíritu es vida y paz." (Rom 8:5-6).
"No os engañéis; Dios no puede ser burlado: pues todo lo que el hombre sembrare, eso también segará. Porque el que siembra para su carne, de la carne segará corrupción; mas el que siembra para el Espíritu, del Espíritu segará vida eterna." (Gal 6:7-8).


Estar en El (Salvación) y permanecer en El (vida cristiana).
"Yo soy la vid verdadera, y mi Padre es el labrador. Todo pámpano que en mí no lleva fruto, lo quitará; y todo aquel que lleva fruto, lo limpiará, para que lleve más fruto. Ya vosotros estáis limpios por la palabra que os he hablado. Permaneced en mí, y yo en vosotros. Como el pámpano no puede llevar fruto por sí mismo, si no permanece en la vid, así tampoco vosotros, si no permanecéis en mí. Yo soy la vid, vosotros los pámpanos; el que permanece en mí, y yo en él, éste lleva mucho fruto; porque separados de mí nada podéis hacer. El que en mí no permanece, será echado fuera como pámpano, y se secará; y los recogen, y los echan en el fuego, y arden. Si permanecéis en mí, y mis palabras permanecen en vosotros, pedid todo lo que queréis, y os será hecho. En esto es glorificado mi Padre, en que llevéis mucho fruto, y seáis así mis discípulos. Como el Padre me ha amado, así también yo os he amado; permaneced en mi amor. Si guardareis mis mandamientos, permaneceréis en mi amor; así como yo he guardado los mandamientos de mi Padre, y permanezco en su amor. Estas cosas os he hablado, para que mi gozo esté en vosotros, y vuestro gozo sea cumplido." (Jn 15:1-11).

23 Jul 2013
Referencia: Vida cristiana.