Estudio Bíblico

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La vida cristiana y el servicio.



La vida cristiana y el servicio.



Introducción.
“Ahora, pues, temed a Jehová, y servidle con integridad y en verdad; y quitad de entre vosotros los dioses a los cuales sirvieron vuestros padres al otro lado del río, y en Egipto; y servid a Jehová. Y si mal os parece servir a Jehová, escogeos hoy a quién sirváis; si a los dioses a quienes sirvieron vuestros padres, cuando estuvieron al otro lado del río, o a los dioses de los amorreos en cuya tierra habitáis; pero yo y mi casa serviremos a Jehová.” (Jos 24:14-15).

La vida cristiana y el servicio forman prácticamente una unidad.
Servir es hacer algo en favor de otro sin que ello implique un beneficio directo a nuestro favor; es suplir una necesidad o cumplir una instrucción que facilite la labor de otro.
El servicio, aunque es un acto de obediencia, es resultado del amor y del agradelcimiento.
No puede haber vida cristiana plena sin servicio, y no puede haber servicio sin experimentar más altos niveles de plenitud y satisfacción.
El servicio es resultado del desarrollo de nuestra nueva naturaleza que recibimos de Dios en la salvación: el niño (egoísta), el adolescente (comienza a fijarse en las necesidades de los otros), el adulto (vive para satisfacer las necesidades de otros).
El servicio es un vehículo de madurez, crecimiento y bendición para nuestras vidas.



El servir al Señor es el resultado de la salvación y el nuevo nacimiento.
Éxo 3:12. “Y él respondió: Vé, porque yo estaré contigo; y esto te será por señal de que yo te he enviado: cuando hayas sacado de Egipto al pueblo, serviréis a Dios sobre este monte.”
Deut 6:13. “A Jehová tu Dios temerás, y a él solo servirás, y por su nombre jurarás.”
Deut 10:20. “A Jehová tu Dios temerás, a él solo servirás, a él seguirás, y por su nombre jurarás.”
Deut 13:4. “En pos de Jehová vuestro Dios andaréis; a él temeréis, guardaréis sus mandamientos y escucharéis su voz, a él serviréis, y a él seguiréis.”



El servir al Señor es fuente de bendición y de sanidad.
Éxo 23:25. “Mas a Jehová vuestro Dios serviréis, y él bendecirá tu pan y tus aguas; y yo quitaré toda enfermedad de en medio de ti.”



Siempre servimos a alguien o a algo, y ello no es sin consecuencias.
Jos 24:15. “Y si mal os parece servir a Jehová, escogeos hoy a quién sirváis; si a los dioses a quienes sirvieron vuestros padres, cuando estuvieron al otro lado del río, o a los dioses de los amorreos en cuya tierra habitáis; pero yo y mi casa serviremos a Jehová.”
Mat 6:24. “Ninguno puede servir a dos señores; porque o aborrecerá al uno y amará al otro, o estimará al uno y menospreciará al otro. No podéis servir a Dios y a las riquezas.” (Riquezas: al mundo, y todo lo que hay en el mundo es enemigo de Dios; 1 Jn 2:15-17).
Luc 16:13. “Ningún siervo puede servir a dos señores; porque o aborrecerá al uno y amará al otro, o estimará al uno y menospreciará al otro. No podéis servir a Dios y a las riquezas.”



El servicio como signo de madurez cristiana.

Jn 12:23-26. “Jesús les respondió diciendo: Ha llegado la hora para que el Hijo del Hombre sea glorificado. De cierto, de cierto os digo, que si el grano de trigo no cae en la tierra y muere, queda solo; pero si muere, lleva mucho fruto. El que ama su vida, la perderá; y el que aborrece su vida en este mundo, para vida eterna la guardará. Si alguno me sirve, sígame; y donde yo estuviere, allí también estará mi servidor. Si alguno me sirviere, mi Padre le honrará.”

Para llevar mucho fruto y recibir mucha bendición, el grano de trigo (nosotros) necesita morir (el que quiera ser mi discípulo, niéguese a sí mismo, tome su cruz y sígame).
No morir es perder la vida, perder las bendiciones que Dios tiene para nosotros como resultado de alcanzar madurez en El (3 Jn 2).
El que ama su vida (su comodidad, su seguridad, sus planes, etc.), la perderá; aunque sea salvo perderá recompensas eternas; en tanto que el que la pierde (y el servicio es, figuradamente) una forma de perderla, de darla, la recibirá con bendiciones eternas.

Seguir a Jesús, tenerle por Señor y Salvador es servirle.
Si alguno le sirve, le sigue. Si alguno no le sirve, no le sigue.

El servir al Señor de corazón nos garantiza que en la eternidad, donde Él esté, allí estaremos nosotros, además de que el Padre nos honrará (con tesoros, galardones, coronas y/o recompensas eternas.

El servicio, aunque implica la muerte a sí mismo, la renuncia a la propia comodidad, al beneficio e interés personal, a los propios planes y agenda, a la seguridad propia, implica también:
Un mayor nivel de la vida de Dios en nosotros: cuando menguamos, El crece en nosotros (Jn 3:30) y si El crece en nosotros, entonces con El obtenemos un mayor nivel de madurez (la imagen de Cristo formándose en nosotros) y por ende de victoria sobre todas las circunstancias de la vida (mayor es el que está en nosotros que el que está en el mundo) sino un mayor nivel de bendición también (Mat 6:33).



La vida cristiana sin servicio es una vida insuficiente.

Mar 10:42-45. “Más Jesús, llamándolos, les dijo: Sabéis que los que son tenidos por gobernantes de las naciones se enseñorean de ellas, y sus grandes ejercen sobre ellas potestad. Pero no será así entre vosotros, sino que el que quiera hacerse grande entre vosotros será vuestro servidor, y el que de vosotros quiera ser el primero, será siervo de todos. Porque el Hijo del Hombre no vino para ser servido, sino para servir, y para dar su vida en rescate por muchos.”

Primero: no seremos servidos, ni nos serviremos de otros.
Segundo: para alcanzar mayor nivel de plenitud y de bendición en Cristo necesitamos ser “grandes” en carácter (como Cristo), y ello implica servir a otros.
Tercero: para alcanzar los primeros lugares, para ser primeros en plenitud y en bendición, necesitamos ser servidores, no de algunos, sino de todos.
El servicio es seguir el ejemplo de vida que Cristo nos dejó para que lo imitáramos.



En el servicio nuestro carácter es formado a la semejanza de Cristo.
Fil 2:1-11. “Por tanto, si hay alguna consolación en Cristo, si algún consuelo de amor, si alguna comunión del Espíritu, si algún afecto entrañable, si alguna misericordia, completad mi gozo, sintiendo lo mismo, teniendo el mismo amor, unánimes, sintiendo una misma cosa. Nada hagáis por contienda o por vanagloria; antes bien con humildad, estimando cada uno a los demás como superiores a él mismo; no mirando cada uno por lo suyo propio, sino cada cual también por lo de los otros. Haya, pues, en vosotros este sentir que hubo también en Cristo Jesús, el cual, siendo en forma de Dios, no estimó el ser igual a Dios como cosa a que aferrarse, sino que se despojó a sí mismo, tomando forma de siervo, hecho semejante a los hombres; y estando en la condición de hombre, se humilló a sí mismo, haciéndose obediente hasta la muerte, y muerte de cruz. Por lo cual Dios también le exaltó hasta lo sumo, y le dio un nombre que es sobre todo nombre, para que en el nombre de Jesús se doble toda rodilla de los que están en los cielos, y en la tierra, y debajo de la tierra; y toda lengua confiese que Jesucristo es el Señor, para gloria de Dios Padre.”



No querer servir al Señor.
Mal 3:13-18. “Vuestras palabras contra mí han sido violentas, dice Jehová. Y dijisteis: ¿Qué hemos hablado contra ti? Habéis dicho: Por demás es servir a Dios. ¿Qué aprovecha que guardemos su ley, y que andemos afligidos en presencia de Jehová de los ejércitos? Decimos, pues, ahora: Bienaventurados son los soberbios, y los que hacen impiedad no sólo son prosperados, sino que tentaron a Dios y escaparon. Entonces los que temían a Jehová hablaron cada uno a su compañero; y Jehová escuchó y oyó, y fue escrito libro de memoria delante de él para los que temen a Jehová, y para los que piensan en su nombre. Y serán para mí especial tesoro, ha dicho Jehová de los ejércitos, en el día en que yo actúe; y los perdonaré, como el hombre que perdona a su hijo que le sirve. Entonces os volveréis, y discerniréis la diferencia entre el justo y el malo, entre el que sirve a Dios y el que no le sirve.”

Por demás es servir a Dios: que cansado, que pereza, que responsabilidad, que incomodidad, etc.
No tiene beneficio (son cortos de visión porque el que siembra, cosecha; el que da, recibe).
De que nos sirve que nos esforcemos por la obra de Dios si nadie lo reconoce, si nadie lo aprecia, si de todos modos igual vamos a ir al cielo, etc.

Para los que piensan de esa forma no hay un libro de memorias delante del Señor, y por lo tanto, no hay recompensas abundantes en esta vida ni en la futura (solo un nivel básico de bendición).

Pero para los que le sirven:
Un libro de memorias: recompensas abundantes en la eternidad.
Serán un especial tesoro del Señor desde ya.
El los guardará en el día de sus juicios y los perdonará.
El justo (el que le sirve) el malo (el que no le sirve).



Todos estamos equipados para el servicio desde que somos salvos.
Rom 12:4-13. Porque de la manera que en un cuerpo tenemos muchos miembros, pero no todos los miembros tienen la misma función, así nosotros, siendo muchos, somos un cuerpo en Cristo, y todos miembros los unos de los otros. De manera que, teniendo diferentes dones, según la gracia que nos es dada, si el de profecía, úsese conforme a la medida de la fe; o si de servicio, en servir; o el que enseña, en la enseñanza; el que exhorta, en la exhortación; el que reparte, con liberalidad; el que preside, con solicitud; el que hace misericordia, con alegría. El amor sea sin fingimiento. Aborreced lo malo, seguid lo bueno. Amaos los unos a los otros con amor fraternal; en cuanto a honra, prefiriéndoos los unos a los otros. En lo que requiere diligencia, no perezosos; fervientes en espíritu, sirviendo al Señor; gozosos en la esperanza; sufridos en la tribulación; constantes en la oración; compartiendo para las necesidades de los santos; practicando la hospitalidad.”
1 Cor 12:1-7. “No quiero, hermanos, que ignoréis acerca de los dones espirituales. Sabéis que cuando erais gentiles, se os extraviaba llevándoos, como se os llevaba, a los ídolos mudos. Por tanto, os hago saber que nadie que hable por el Espíritu de Dios llama anatema a Jesús; y nadie puede llamar a Jesús Señor, sino por el Espíritu Santo. Ahora bien, hay diversidad de dones, pero el Espíritu es el mismo. Y hay diversidad de ministerios, pero el Señor es el mismo. Y hay diversidad de operaciones, pero Dios, que hace todas las cosas en todos, es el mismo. Pero a cada uno le es dada la manifestación del Espíritu para provecho.”


14 Oct 2013
Referencia: Servicio.