Estudio Bíblico

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Los nombres de Jesús.



Jesús dice de sí mismo en Jn 14:6: "Jesús le dijo: Yo soy el camino, y la verdad, y la vida; nadie viene al Padre, sino por mí. "


El Camino.

Lo primero que se me viene a mi mente es el contraste con Prov 16:25: "Hay camino que parece derecho al hombre, pero su fin es camino de muerte." Los caminos de las personas pueden parecer derechos, rectos, loables, etc.; las filosofías humanas pueden parecer lo mismo, pero a la larga, son caminos engañosos que conducen no solo a la "muerte" en vida (resultados inesperados, negativos) sino a la muerte eterna. Prueba de ello es que esos caminos están de moda en un tiempo y posteriormente, como no dan los resultados esperados, surge uno nuevo que va a seguir el mismo proceso y así sucesivamente. Solo hay un camino que es Verdad y que nos asegura Vida, no solo en esta etapa terrenal, sino adicionalmente Vida Eterna. Y ese Camino es Jesucristo.
• 1 Tim 2:5. "Porque hay un solo Dios, y un solo mediador entre Dios y los hombres, Jesucristo hombre,"
• Mat 7:13-14. "Entrad por la puerta estrecha; porque ancha es la puerta, y espacioso el camino que lleva a la perdición, y muchos son los que entran por ella; porque estrecha es la puerta, y angosto el camino que lleva a la vida, y pocos son los que la hallan."

No hay otro Nombre dado a los hombres en que podamos ser salvos (Hch 4.12) que equivale a tener vida y vida en abundancia (Jn 10:10), sino solamente el Nombre de Jesucristo, y creer en Su Nombre no es solo una "confesión positiva" sino es toda una experiencia de vida que comienza con un cambio de naturaleza (2 Ped 1:4), un nuevo nacimiento (Jn 3:3, 1 Ped 1:23, 2 Cor 5:17) y una renovación permanente de nuestra mente para cambiar nuestro estilo de vida (Rom 12:1-3, Jn 3:5, Efe 4:22-23), y todo ello conducidos de la mano del Espíritu Santo enviado a nuestro favor por Jesucristo para ser nuestro ayudador (Jn 14:15-17, Hch 1:8).

Jesús es el Camino a la salvación, a la vida eterna, al Padre. Él y solo Él. Nosotros no tenemos nada que ver en la construcción de ese camino. Él ya lo hizo todo, a nosotros solo nos queda recorrerlo. El que no podamos ni tengamos que hacer nada para hacer ese camino es lo que a muchos les sirve de piedra de tropiezo porque no pueden aceptar que no hay obra humana capaz de llevarlos por ese camino sino que necesitan salir de su orgullo y reconocer su necesidad apremiante de un Salvador que no pueden "comprar" ni "pagar" de ninguna manera:
• Rom 9:30-33. "¿Qué, pues, diremos? Que los gentiles, que no iban tras la justicia, han alcanzado la justicia, es decir, la justicia que es por fe; mas Israel, que iba tras una ley de justicia, no la alcanzó. ¿Por qué? Porque iban tras ella no por fe, sino como por obras de la ley, pues tropezaron en la piedra de tropiezo, como está escrito: He aquí pongo en Sion piedra de tropiezo y roca de caída; y el que creyere en él, no será avergonzado."
• Efe 2:8-9. "Porque por gracia sois salvos por medio de la fe; y esto no de vosotros, pues es don de Dios; no por obras, para que nadie se gloríe."

Jesús es el único camino verdadero que nos lleva a la Vida Eterna y al Padre. Hay muchos caminos que prometen muchas cosas para la eternidad pero no para esta vida terrenal. Todas ellas implican esfuerzos, sacrificios, luchas y hasta muerte, para ver si alcanzan lo prometido futuro. En tanto que Jesús dice "Yo soy el Camino" (hoy, no hasta el futuro) porque los resultados son hoy así como lo serán en el futuro. Los resultados de hoy manifiestan la veracidad de los resultados futuros.
• 2 Cor 5:17. "De modo que si alguno está en Cristo, nueva criatura es; las cosas viejas pasaron; he aquí todas son hechas nuevas."
• Rom 8:16. "El Espíritu mismo da testimonio a nuestro espíritu, de que somos hijos de Dios."
• El Señor cuando verdaderamente creemos en Él, transforma, sana, restaura, bendice, da descanso, etc., porque Él es no solo Verdadero sino también la Vida y da vida abundante (Jn 10:10).

De esta nominación de Jesús necesitamos tener claras algunas cosas:
• No basta solamente saber el Camino, necesitamos conocerlo perfectamente (porque muchos se han extraviado pensando que siguen el camino y al final resulta que no ha sido así), y eso solo se logra cuando tenemos comunión íntima y constante con Aquel que es el Camino.
• Por el otro lado, ese Camino no es para solamente verlo, es para caminarlo. Por lo tanto necesitamos estar dispuestos a caminarlo juntamente con Él, a no solo saberlo y conocerlo, sino a entenderlo y caminarlo, a ponerlo por obra. Por ello Él dijo: "Ejemplo os he dado para que como yo os he hecho, vosotros también hagáis" (Jn 13.15).
• El Camino no es un lugar de paseo eventual, los domingos y alguno que otro momento de nuestra semana. El Camino es un estilo de vida de todos los días, todos los momentos, y necesitamos procurar con la mayor diligencia caminarlo diariamente.

Como testimonio puedo contarte que por muchos años fui un creyente en Jesús como muchos: sabía que era salvo, hijo de Dios, que el Señor me guardaba, que había dado Su vida por mí para el perdón de mis pecados, y le servía y el Señor me bendecía y en medio de los problemas me sostenía y me llevaba hacia delante, obrando a favor mío para concederme la victoria en medio de esas situaciones, pero como afirma Job al final de las circunstancias que tuvo que enfrentar en su vida de las que da testimonio el libro que lleva su nombre en la Biblia, de oídas le había oído pero no le conocía. Y mi vida cristiana era la de un creyente normal diría yo, con alzas y bajas. Pero en Su infinita misericordia, Él me hizo consciente en un momento de mi vida de la necesidad no solo de saber de Él sino de conocerle íntimamente, cotidianamente, de buscar Su corazón y no solo sus manos y la salvación que de Él venía, de tener comunión cercana con Él, de que Él es el Camino que necesito caminar y de que Él camina conmigo, y mi vida experimentó desde entonces, una mayor plenitud en todo los sentidos, y no ha dejado de ser así desde entonces: comencé a experimentar una nueva, mejor y más plena perspectiva y gozo acerca de mi relación con Él, con mi familia, con las personas que me rodean, del ministerio, de la vida y en fin de todo lo que me rodea. Mi vida fue transformada radicalmente en otra vida, a pesar de que ya era un creyente en Él. Y a partir de allí no ha dejado de experimentar cambios para bien. ¡¡¡A Él sea la Gloria por siempre!!!

Que Jesús sea el Camino nos recuerda que en otro pasaje de la Escritura Él nos enseña que también es la Puerta.


01 Nov 2014
Referencia: 21. El Camino.