Los nombres de Jesús.
La Luz del mundo, la Luz de la Vida.
La luz es un elemento esencial de la vida, no solo porque nos alumbra el camino evitándonos accidentes que pueden ser fatales, sino que también porque la luz del sol tiene que ver decididamente en los procesos de crecimiento de las plantas que se encuentran en la base de la cadena alimenticia que llega hasta el ser humano. Igualmente, solo la Luz de Cristo nos da la dirección y la fortaleza necesaria para tener vida y vida en abundancia (Jn 10:10). Él como el Verbo encarnado, es lámpara a nuestros pies y lumbrera a nuestro camino (Sal 119.105) y al considerar nuestros caminos a Su Luz podemos volvernos a Él para no perder esa vida abundante (Sal 119:59).
Jn 8:12. "Otra vez Jesús les habló, diciendo: Yo soy la luz del mundo; el que me sigue, no andará en tinieblas, sino que tendrá la luz de la vida."
Jn 9:5. Entre tanto que estoy en el mundo, luz soy del mundo.
Esta última oración la dice Jesús inmediatamente antes de darle vista al ciego de nacimiento, que no solo ve físicamente sino que ve espiritualmente y les da una lección de fe a los fariseos que no querían creer en Jesús como el hijo de Dios (Jn 9:13-45).
La luz es un elemento esencial de la vida, no solo porque nos alumbra el camino evitándonos accidentes que pueden ser fatales, sino que también porque la luz del sol tiene que ver decididamente en los procesos de crecimiento de las plantas que se encuentran en la base de la cadena alimenticia que llega hasta el ser humano. Igualmente, solo la Luz de Cristo nos da la dirección y la fortaleza necesaria para tener vida y vida en abundancia (Jn 10:10). Él como el Verbo encarnado, es lámpara a nuestros pies y lumbrera a nuestro camino (Sal 119.105) y al considerar nuestros caminos a Su Luz podemos volvernos a Él para no perder esa vida abundante (Sal 119:59).
Jn 8:12. "Otra vez Jesús les habló, diciendo: Yo soy la luz del mundo; el que me sigue, no andará en tinieblas, sino que tendrá la luz de la vida."
Jn 9:5. Entre tanto que estoy en el mundo, luz soy del mundo.
Esta última oración la dice Jesús inmediatamente antes de darle vista al ciego de nacimiento, que no solo ve físicamente sino que ve espiritualmente y les da una lección de fe a los fariseos que no querían creer en Jesús como el hijo de Dios (Jn 9:13-45).
01
Nov
2014