Salvación individual y redención nacional (apuntes).
Salvación individual y redención nacional. (Rom 8).
* La Biblia no es Antiguo Testamento y Nuevo Testamento, es una sola.
* De hecho, el Nuevo Testamento solo se puede entender a partir del Antiguo, por cuanto el Nuevo desarrolla lo que dice el Antiguo.
* En el A.T. el concepto de salvación personal es complementado con el concepto de redención comunal, como nación.
* De hecho, la Biblia comienza con una familia (Adán y Eva) y termina en una ciudad (La Nueva Jerusalén).
* Las familias y las ciudades son comunidades de personas, en las cuales Dios tiene el mismo interés que en los individuos, como la demuestra la Gran Comisión, que es una comisión para evangelizar y discipular no solo a las personas sino también a las naciones (Mat 28:18-20).
* Sal 2:6-7 = la herencia de Cristo son las naciones.
* Mat 28:19-20 = discipular a las naciones (todo el poder sobre ellas le ha sido dado a Cristo) y bautizar a los individuos.
* Apo 22:1-2 = nuestro trabajo en el cielo (porque allí vamos a trabajar) será el de sanar a las naciones, que son una creación eterna de Dios (hoy y en la eternidad van a existir).
* Dios en sí mismo es uno solo (individuo) pero también una trinidad (comunidad). Nosotros, hechos a semejanza de El, tenemos la misma dualidad, es decir, una identidad individual pero también una identidad comunitaria.
* En los últimos cien años la enseñanza de la iglesia ha puesto su énfasis en el individuo (individualismo) no en la comunidad, aún cuando la Iglesia es una comunidad en múltiples niveles: local, regional, nacional y mundial.
* De ahí que cuando nos hacemos la pregunta del papel del cristiano en la nación (política y gobierno) hagamos la pregunta incorrecta: “¿Puede y debe el cristiano participar en política?” cuando la pregunta correcta debería ser: “¿Puedo ser cristiano sin involucrarme en mi comunidad?”
* El paradigma evangélico actual, aunque expresado de una manera más sútil es el siguiente: salvación personal, edificar las iglesias locales y escapar del mundo.
* Cuando se ha predicado del Reino de Dios se ha enfocado limitadamente al ámbito de lo individual (que es solo donde comienza) sin tocar el ámbito colectivo, aún cuando la Palabra nos denomina “sal de la tierra” y “luz del mundo”, lo que implica que el ámbito de acción del cristianismo no es su esfera individual sino su esfera comunitaria. La sal y la luz juntas producen los siguientes efectos:
* Alumbran y enfrentan la corrupción (iniquidad, injusticia, pecado) que existe en el mundo.
* La luz permite ver la solución y la sal saca el sabor de ella = sacan a luz los dones en cada una de las esferas de la actividad humana (arte, negocios, educación, política, gobierno, finanzas, economía, etc.).
* Atraen y producen sed: hace que el mundo desee lo que tenemos.
* Para se consecuentes con la Palabra de Dios y con la Gran Comisión y el deseo y el corazón de Dios, necesitamos cambiar nuestro “paradigma evangélico”, en función de las enseñanzas de Juan el Bautista, Jesús, el Padre Nuestro, Pablo y la Iglesia primitiva, trasladando nuestro enfoque
* De la salvación personal al Reino de Dios.
* De la iglesia a la comunidad.
* De las iglesias locales y las denominaciones al Cuerpo de Cristo.
* Comprendiendo que el Reino de Dios no tiene nada que ver con dominar o controlar en el sentido que lo considera el mundo sino con aumentar la mayordomía y la responsabilidad obre todo lo creado, con la aplicación práctica de los principios de Dios en la vida individual y comunitaria de cada creyentes.
* Los creyentes somos trasladados de la potestad de las tinieblas al Reino de Cristo, que es el Reino de Dios.
* Para vivir en ese Reino necesitamos aprender sus principios, leyes, normas y reglas.
* Aún cuando en algunas esferas del cristianismo se ha comenzado con este cambio, ello no significa que ya seamos expertos.
* El hecho de comenzar no hace experto a nadie.
* Es el conocimiento y la práctica de la Palabra de Dios día a día en todos los ámbitos de la vida comunitaria lo que nos va a hacer expertos.
* La Biblia no es Antiguo Testamento y Nuevo Testamento, es una sola.
* De hecho, el Nuevo Testamento solo se puede entender a partir del Antiguo, por cuanto el Nuevo desarrolla lo que dice el Antiguo.
* En el A.T. el concepto de salvación personal es complementado con el concepto de redención comunal, como nación.
* De hecho, la Biblia comienza con una familia (Adán y Eva) y termina en una ciudad (La Nueva Jerusalén).
* Las familias y las ciudades son comunidades de personas, en las cuales Dios tiene el mismo interés que en los individuos, como la demuestra la Gran Comisión, que es una comisión para evangelizar y discipular no solo a las personas sino también a las naciones (Mat 28:18-20).
* Sal 2:6-7 = la herencia de Cristo son las naciones.
* Mat 28:19-20 = discipular a las naciones (todo el poder sobre ellas le ha sido dado a Cristo) y bautizar a los individuos.
* Apo 22:1-2 = nuestro trabajo en el cielo (porque allí vamos a trabajar) será el de sanar a las naciones, que son una creación eterna de Dios (hoy y en la eternidad van a existir).
* Dios en sí mismo es uno solo (individuo) pero también una trinidad (comunidad). Nosotros, hechos a semejanza de El, tenemos la misma dualidad, es decir, una identidad individual pero también una identidad comunitaria.
* En los últimos cien años la enseñanza de la iglesia ha puesto su énfasis en el individuo (individualismo) no en la comunidad, aún cuando la Iglesia es una comunidad en múltiples niveles: local, regional, nacional y mundial.
* De ahí que cuando nos hacemos la pregunta del papel del cristiano en la nación (política y gobierno) hagamos la pregunta incorrecta: “¿Puede y debe el cristiano participar en política?” cuando la pregunta correcta debería ser: “¿Puedo ser cristiano sin involucrarme en mi comunidad?”
* El paradigma evangélico actual, aunque expresado de una manera más sútil es el siguiente: salvación personal, edificar las iglesias locales y escapar del mundo.
* Cuando se ha predicado del Reino de Dios se ha enfocado limitadamente al ámbito de lo individual (que es solo donde comienza) sin tocar el ámbito colectivo, aún cuando la Palabra nos denomina “sal de la tierra” y “luz del mundo”, lo que implica que el ámbito de acción del cristianismo no es su esfera individual sino su esfera comunitaria. La sal y la luz juntas producen los siguientes efectos:
* Alumbran y enfrentan la corrupción (iniquidad, injusticia, pecado) que existe en el mundo.
* La luz permite ver la solución y la sal saca el sabor de ella = sacan a luz los dones en cada una de las esferas de la actividad humana (arte, negocios, educación, política, gobierno, finanzas, economía, etc.).
* Atraen y producen sed: hace que el mundo desee lo que tenemos.
* Para se consecuentes con la Palabra de Dios y con la Gran Comisión y el deseo y el corazón de Dios, necesitamos cambiar nuestro “paradigma evangélico”, en función de las enseñanzas de Juan el Bautista, Jesús, el Padre Nuestro, Pablo y la Iglesia primitiva, trasladando nuestro enfoque
* De la salvación personal al Reino de Dios.
* De la iglesia a la comunidad.
* De las iglesias locales y las denominaciones al Cuerpo de Cristo.
* Comprendiendo que el Reino de Dios no tiene nada que ver con dominar o controlar en el sentido que lo considera el mundo sino con aumentar la mayordomía y la responsabilidad obre todo lo creado, con la aplicación práctica de los principios de Dios en la vida individual y comunitaria de cada creyentes.
* Los creyentes somos trasladados de la potestad de las tinieblas al Reino de Cristo, que es el Reino de Dios.
* Para vivir en ese Reino necesitamos aprender sus principios, leyes, normas y reglas.
* Aún cuando en algunas esferas del cristianismo se ha comenzado con este cambio, ello no significa que ya seamos expertos.
* El hecho de comenzar no hace experto a nadie.
* Es el conocimiento y la práctica de la Palabra de Dios día a día en todos los ámbitos de la vida comunitaria lo que nos va a hacer expertos.
23
Mar
2016