Estudio Bíblico

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El poder de la semilla.



La importancia de la semilla
o “Después dijo Dios: Produzca la tierra hierba verde, hierba que dé semilla; árbol de fruto que dé fruto según su género, que su semilla esté en él, sobre la tierra. Y fue así. Produjo, pues, la tierra hierba verde, hierba que da semilla según su naturaleza, y árbol que da fruto, cuya semilla está en él, según su género. Y vio Dios que era bueno”. (Génesis 1.11-12).
o “Mientras la tierra permanezca, no cesarán la sementera y la siega, el frío y el calor, el verano y el invierno, y el día y la noche.” (Gen 8:22).
 
 
Todo lo que hacemos es una semilla y produce una cosecha.
o Pero hay dos tipos de semillas, y por ende, dos tipos de cosecha: una buena y mala.
○ La buena: la siembra para el espíritu (cosecharemos vida eterna, bendición).
○ La mala, la siembra para la carne (cosecharemos corrupción, muerte).
o “No os engañéis; Dios no puede ser burlado: pues todo lo que el hombre sembrare, eso también segará. Porque el que siembra para su carne, de la carne segará corrupción; mas el que siembra para el Espíritu, del Espíritu segará vida eterna. No nos cansemos, pues, de hacer bien; porque a su tiempo segaremos, si no desmayamos. Así que, según tengamos oportunidad, hagamos bien a todos, y mayormente a los de la familia de la fe.” (Gal 6:7-10).
o “Porque los que son de la carne piensan en las cosas de la carne; pero los que son del Espíritu, en las cosas del Espíritu. Porque el ocuparse de la carne es muerte, pero el ocuparse del Espíritu es vida y paz. Por cuanto los designios de la carne son enemistad contra Dios; porque no se sujetan a la ley de Dios, ni tampoco pueden; y los que viven según la carne no pueden agradar a Dios. Mas vosotros no vivís según la carne, sino según el Espíritu, si es que el Espíritu de Dios mora en vosotros. Y si alguno no tiene el Espíritu de Cristo, no es de él.” (Rom 8:5-9).
 
 
Comprender esto implica tener sumo cuidado en lo que sembramos en todo momento, en toda decisión, para procurar:
o Que sea una buena semilla (lo espiritual) para que el fruto se útil, y contenga asimismo semillas de productividad, de bendición (en el fruto está contenida la semilla de la siguiente siembra).
o Que nos vaya bien en el futuro está determinado por la semilla que hemos sembrado.
○ De todo fruto que produzcamos en nuestra vida, necesitamos extraer semillas y sembrarlas:
§ En lo espiritual, arrepentimiento, temor de Dios, obediencia., santidad.
§ En lo familiar, amor, dar dirección, proveer, instruir en la Palabra.
§ En lo ministerial, formar discípulos, formar sucesores.
§ En lo económico, ofrendar, diezmar, ahorrar, invertir.
§ En lo laboral, ayuda mutua, respeto, cooperación, delegar, trabajo en equipo.
 
 
Dios nos da la semilla. De nosotros depende si cosecharemos o no.
o “Y el que da semilla al que siembra, y pan al que come, proveerá y multiplicará vuestra sementera, y aumentará los frutos de vuestra justicia, para que estéis enriquecidos en todo para toda liberalidad, la cual produce por medio de nosotros acción de gracias a Dios.” (2 Cor 2:10-11).
o El fruto sin semilla se agota, igual que la semilla que se guarda y no se siembra deja de ser productiva.
o El fruto con semilla que se vuelve a sembrar y la semilla que se siembra puedan producir una cosecha inagotable.
 
 
Conclusiones.
o El principio de la siembra y la cosecha es universal. Aplica a todo.
o Todo lo que hagamos es una siembra y va a producir fruto.
o La Biblia dice que este principio, que es parte de la Creación, Dios lo vio y vio que era bueno y bueno en gran manera.
o Pero la Biblia también nos enseña que en la caída todo se corrompió, incluido este principio.
o Por ello debemos ser cuidados de lo que sembramos (de todo lo que hacemos) para que sea una buena semilla que de fruto para la Gloria de Dios (Col 3:22-24).
o Como cristianos debemos desatar productividad en nuestra vida (en todo lo que hacemos) para producir buenos frutos, que nos produzcan buena semilla para seguir sembrando en el futuro.
○ Que al irnos con el Señor hayamos dejado un legado que otro pueda recoger y volver a sembrar, para garantizar la continuidad de todo lo que hicimos.
○ Es siembra debe comenzar con nuestra familia (cónyuge e hijos) y con nuestros discípulos (todos deberíamos tener por lo menos dos, para multiplicarnos).
○ A los que nos rodean también les necesitamos enseñar a sembrar bien para que den fruto (no podemos tener cosas estériles que dependan de nosotros).
o Bendecimos su vida y la de los que les rodean con productividad para que todo lo que hagan contenga buenas semillas, para que haya continuidad de la bendición con la que fuimos bendecidos.

28 Mar 2016