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El Espíritu Santo y la Trinidad.



El Espíritu Santo y la Trinidad de Dios.
 
 
 
La Trinidad. Misterio y revelación.
 
Para entender el misterio de la Trinidad necesitamos una actitud receptiva, enseñable, humilde, que depende de la “pequeñez” (ser como niños) y de la docilidad (la actitud de un niño que quiere aprender), tal como nos lo enseña Luc 10:21-22.
v Luc 10:21-22: “En aquella misma hora Jesús se regocijó en el Espíritu, y dijo: Yo te alabo, oh Padre, Señor del cielo y de la tierra, porque escondiste estas cosas de los sabios y entendidos, y las has revelado a los niños. Sí, Padre, porque así te agradó. Todas las cosas me fueron entregadas por mi Padre; y nadie conoce quién es el Hijo sino el Padre; ni quién es el Padre, sino el Hijo, y aquel a quien el Hijo lo quiera revelar.”
 
En primer lugar Jesús nos enseña que este conocimiento no es para los que se sienten sabios y entendidos, sino a los que se sienten como niños (para entrar en el Reino de los Cielos necesitamos volvernos y hacernos como niños, Mat 18:23). Este conocimiento se recibe con la razón en lo básico, pero con el corazón en sus profundidades y riquezas. Por ello necesitamos que Dios, el Padre, nos dé espíritu de sabiduría y revelación en el conocimiento de Él:
v Efe 1:15-23. “Por esta causa también yo, habiendo oído de vuestra fe en el Señor Jesús, y de vuestro amor para con todos los santos, no ceso de dar gracias por vosotros, haciendo memoria de vosotros en mis oraciones, para que el Dios de nuestro Señor Jesucristo, el Padre de gloria, os dé espíritu de sabiduría y de revelación en el conocimiento de él, alumbrando los ojos de vuestro entendimiento, para que sepáis cuál es la esperanza a que él os ha llamado, y cuáles las riquezas de la gloria de su herencia en los santos, y cuál la supereminente grandeza de su poder para con nosotros los que creemos, según la operación del poder de su fuerza, la cual operó en Cristo, resucitándole de los muertos y sentándole a su diestra en los lugares celestiales, sobre todo principado y autoridad y poder y señorío, y sobre todo nombre que se nombra, no sólo en este siglo, sino también en el venidero; y sometió todas las cosas bajo sus pies, y lo dio por cabeza sobre todas las cosas a la iglesia, la cual es su cuerpo, la plenitud de Aquel que todo lo llena en todo.
 
Jesús es Quién nos revela al Padre, pero cuando conocemos al Padre, también Él nos revela al Hijo. Y ambos nos son revelados por el Espíritu Santo que nos es enviado del Padre:
v Jn 14:26. “Mas el Consolador, el Espíritu Santo, a quien el Padre enviará en mi nombre, él os enseñará todas las cosas, y os recordará todo lo que yo os he dicho.”
v Jn 16:13-15. “Pero cuando venga el Espíritu de verdad, él os guiará a toda la verdad; porque no hablará por su propia cuenta, sino que hablará todo lo que oyere, y os hará saber las cosas que habrán de venir. Él me glorificará; porque tomará de lo mío, y os lo hará saber. Todo lo que tiene el Padre es mío; por eso dije que tomará de lo mío, y os lo hará saber.”
v 1 Cor 2:9-12. “Antes bien, como está escrito: Cosas que ojo no vio, ni oído oyó, ni han subido en corazón de hombre, son las que Dios ha preparado para los que le aman. Pero Dios nos las reveló a nosotros por el Espíritu; porque el Espíritu todo lo escudriña, aun lo profundo de Dios. Porque ¿quién de los hombres sabe las cosas del hombre, sino el espíritu del hombre que está en él? Así tampoco nadie conoció las cosas de Dios, sino el Espíritu de Dios. 1Y nosotros no hemos recibido el espíritu del mundo, sino el Espíritu que proviene de Dios, para que sepamos lo que Dios nos ha concedido,”
 
 
 
La Trinidad.
 
La Trinidad es un ministerio de Dios, al cual si bien es cierto nos podemos acercar con el entendimiento y la revelación, siempre, al final, el reconocimiento de ella y sus implicaciones es por la fe. Es una verdad invisible que trasciende nuestros sentidos, que aunque no es contraria a la razón, es misterio.
 
Dios es uno. Siempre ha existido y siempre existirá. No fué creado. Es.
v Deut 6:4. “Oye, Israel: Jehová nuestro Dios, Jehová uno es.”
v Gál 3:20. “Y el mediador no lo es de uno solo; pero Dios es uno.”
v Sant 2:19. “Tú crees que Dios es uno; bien haces. También los demonios creen, y tiemblan.”
v Rom 3:30. “Porque Dios es uno, y él justificará por la fe a los de la circuncisión, y por medio de la fe a los de la incircuncisión.”
 
Sin embargo, hay tres personas distintas, eternas y coexistentes en la Divinidad, que son Uno porque siempre están juntos el Uno en el Otro, pero están separados.
v Gen 1:1-3. “En el principio creó Dios los cielos y la tierra. Y la tierra estaba desordenada y vacía, y las tinieblas estaban sobre la faz del abismo, y el Espíritu de Dios se movía sobre la faz de las aguas. Y dijo Dios: Sea la luz; y fue la luz.”
v Gen 1:26. “Entonces dijo Dios: Hagamos al hombre a nuestra imagen, conforme a nuestra semejanza; y señoree en los peces del mar, en las aves de los cielos, en las bestias, en toda la tierra, y en todo animal que se arrastra sobre la tierra.”
v Jn 1:1-2. “En el principio era el Verbo, y el Verbo era con Dios, y el Verbo era Dios. Éste era en el principio con Dios.”
v Jn 1:14. “Y aquel Verbo fue hecho carne, y habitó entre nosotros (y vimos su gloria, gloria como del unigénito del Padre), lleno de gracia y de verdad.”
v Mat 3:16-17. “Y Jesús, después que fue bautizado, subió luego del agua; y he aquí los cielos le fueron abiertos, y vio al Espíritu de Dios que descendía como paloma, y venía sobre él. Y hubo una voz de los cielos, que decía: Éste es mi Hijo amado, en quien tengo complacencia.”
 
Dios no fue creado. Él es. Siempre ha sido y siempre será.
v Gen 1:1. “En el principio creó Dios los cielos y la tierra.”
 
El Hijo de Dios (el Verbo) no fue creado ni hecho. Era en el principio con Dios.
v Jn 1:1-2. “En el principio era el Verbo, y el Verbo era con Dios, y el Verbo era Dios. Éste era en el principio con Dios.”
 
El Espíritu Santo no fue creado ni hecho. Procede del Padre.
v Gen 1:1-2. “En el principio creó Dios los cielos y la tierra. Y la tierra estaba desordenada y vacía, y las tinieblas estaban sobre la faz del abismo, y el Espíritu de Dios se movía sobre la faz de las aguas. “
 
Jesús, el Hijo de Dios encarnado, no fue creado ni hecho. Fue engendrado por Dios Padre.
v 1 Jn 5:1. “Todo aquel que cree que Jesús es el Cristo, es nacido de Dios; y todo aquel que ama al que engendró, ama también al que ha sido engendrado por él.”
v Sal 2:7. “Yo publicaré el decreto; Jehová me ha dicho: Mi hijo eres tú; Yo te engendré hoy.”
v 1 Jn 5:18. “Sabemos que todo aquel que ha nacido de Dios, no practica el pecado, pues Aquel que fue engendrado por Dios le guarda, y el maligno no le toca.”
 
 
 
Cada Persona de la Trinidad: características similares y funciones diferentes.
 
Dios es Uno y Trinidad a la vez; las tres Personas son “lo mismo” porque Son Dios, es decir, poseen la misma naturaleza divina.
 
Pero no son “el mismo”, porque son tres Personas distintas, con funciones distintas, y con cada una de ellas podemos entablar una relación particular y distinta respecto de las otras dos, de la misma forma que entre las tres Personas de la Trinidad están entabladas relaciones particulares.
 
La acción de cada una de Ellas está en estrecha relación con la de las otras dos. El Padre nos da a Jesús para que le conozcamos a Él. Jesús nos muestra al Padre. Pero son relaciones y actitudes que no podremos terminar de comprender hasta que el Espíritu Santo nos las venga a revelar:
v 1 Cor 12:3. “Por tanto, os hago saber que nadie que hable por el Espíritu de Dios llama anatema a Jesús; y nadie puede llamar a Jesús Señor, sino por el Espíritu Santo.”
v Jn 14:26. “Mas el Consolador, el Espíritu Santo, a quien el Padre enviará en mi nombre, él os enseñará todas las cosas, y os recordará todo lo que yo os he dicho.”
v 1 Cor 2:11. “Porque ¿quién de los hombres sabe las cosas del hombre, sino el espíritu del hombre que está en él? Así tampoco nadie conoció las cosas de Dios, sino el Espíritu de Dios.”
v 1 Cor 2:14. “Pero el hombre natural no percibe las cosas que son del Espíritu de Dios, porque para él son locura, y no las puede entender, porque se han de discernir espiritualmente.”
 
 
 
Características similares de las personas de la Trinidad.
 
Cada Persona es Dios.
v Gen 1:1-3. “En el principio creó Dios los cielos y la tierra. Y la tierra estaba desordenada y vacía, y las tinieblas estaban sobre la faz del abismo, y el Espíritu de Dios se movía sobre la faz de las aguas. Y dijo Dios: Sea la luz; y fue la luz.”
 
Cada Persona es Omnipresente y Omnisciente.
v Jn 14:15-17. “Si me amáis, guardad mis mandamientos. Y yo rogaré al Padre, y os dará otro Consolador, para que esté con vosotros para siempre: el Espíritu de verdad, al cual el mundo no puede recibir, porque no le ve, ni le conoce; pero vosotros le conocéis, porque mora con vosotros, y estará en vosotros.”
v Jn 14:23. “Respondió Jesús y le dijo: El que me ama, mi palabra guardará; y mi Padre le amará, y vendremos a él, y haremos morada con él.” (por y a través del Espíritu Santo).
v Sal 139:1-12. “Oh Jehová, tú me has examinado y conocido. Tú has conocido mi sentarme y mi levantarme; Has entendido desde lejos mis pensamientos. Has escudriñado mi andar y mi reposo, y todos mis caminos te son conocidos. Pues aún no está la palabra en mi lengua, y he aquí, oh Jehová, tú la sabes toda. Detrás y delante me rodeaste, y sobre mí pusiste tu mano. Tal conocimiento es demasiado maravilloso para mí; alto es, no lo puedo comprender. ¿A dónde me iré de tu Espíritu? ¿Y a dónde huiré de tu presencia? Si subiere a los cielos, allí estás tú; y si en el Seol hiciere mi estrado, he aquí, allí tú estás. Si tomare las alas del alba y habitare en el extremo del mar, aun allí me guiará tu mano, y me asirá tu diestra. Si dijere: Ciertamente las tinieblas me encubrirán; aun la noche resplandecerá alrededor de mí. Aun las tinieblas no encubren de ti, y la noche resplandece como el día; lo mismo te son las tinieblas que la luz.”
 
Cada Persona es Omnipotente.
v Gen 1:1. “En el principio creó Dios los cielos y la tierra.”
v Mat 28:18. “Y Jesús se acercó y les habló diciendo: Toda potestad me es dada en el cielo y en la tierra.”
v Efe 1:19-20. “y cuál la supereminente grandeza de su poder para con nosotros los que creemos, según la operación del poder de su fuerza, la cual operó en Cristo, resucitándole de los muertos y sentándole a su diestra en los lugares celestiales,”
 
 
 
Roles y funciones diferentes de cada una de las Personas de la Trinidad.
 
La Palabra nos enseña en Gen 1:26-27 que el Señor hizo al hombre a su imagen y semejanza, y lo hizo varón y mujer. Sin embargo, el hombre y la mujer son diferentes en lo físico, emocional y espiritual. Como no hay dos Dioses sino solo uno, ello implica que Dios distribuyó unas características suyas al varón y otras de sus características a la mujer, lo que implica que las características que nosotros llamamos “masculinas” o “femeninas” no son tales, sino que son características de la Deidad, unas de las cuales les fueron dadas al varón y otras a la mujer.
 
Entendiendo este punto, podemos decir que el Padre y el Hijo, en sus roles y funciones dentro de la Deidad manifiestan en mayor medida las características de Dios que Él puso en el varón, en tanto que el Espíritu Santo manifiesta en sus roles y funciones en mayor medida las características de Dios que Él puso en la mujer.
 
Los roles y funciones que cada una de las Personas de la Trinidad tienen asignados (aunque los tres son Uno y las características de Uno están presentes en el Otro) enfatizan mayormente, cierto grupo de características de la Deidad, aunque todas las demás están también presentes pero en menor grado. Esto quiere decir que el Padre manifiesta todas las características de la Deidad, aunque en su rol y función se manifiestan más enfáticamente las relacionadas con el varón y la paternidad. De la misma manera, el Hijo manifiesta todas las características de la Deidad, aunque en su rol y función se manifiestan más enfáticamente las relacionadas con el varón, el compañerismo y la hermandad. En tanto que el Espíritu Santo manifiesta todas las características de la Deidad, pero en su rol y función se manifiestan más enfáticamente las relacionadas con la mujer y la maternidad. Para mayor claridad al respecto, veamos algunos pasajes bíblicos que nos hablan de los roles y funciones de cada una de las personas de la Trinidad en relación a cada uno de nosotros:
 
El Padre: paternidad, dirección, provisión, seguridad, aceptación, identidad.
v Jn 1:12-13. “Mas a todos los que le recibieron, a los que creen en su nombre, les dio potestad de ser hechos hijos de Dios; los cuales no son engendrados de sangre, ni de voluntad de carne, ni de voluntad de varón, sino de Dios.”
v Rom 8:14-16. “Porque todos los que son guiados por el Espíritu de Dios, éstos son hijos de Dios. Pues no habéis recibido el espíritu de esclavitud para estar otra vez en temor, sino que habéis recibido el espíritu de adopción, por el cual clamamos: ¡Abba, Padre! El Espíritu mismo da testimonio a nuestro espíritu, de que somos hijos de Dios.”
v Sal 139:13-16. “Porque tú formaste mis entrañas; Tú me hiciste en el vientre de mi madre. Te alabaré; porque formidables, maravillosas son tus obras; estoy maravillado, y mi alma lo sabe muy bien. No fue encubierto de ti mi cuerpo, bien que en oculto fui formado, y entretejido en lo más profundo de la tierra. Mi embrión vieron tus ojos, y en tu libro estaban escritas todas aquellas cosas que fueron luego formadas, sin faltar una de ellas.
v Jer 3:19. Yo preguntaba: ¿Cómo os pondré por hijos, y os daré la tierra deseable, la rica heredad de las naciones? Y dije: Me llamaréis: Padre mío, y no os apartaréis de en pos de mí.
v Isa 46:3-4. «Escúchame, familia de Jacob, todo el resto de la familia de Israel, a quienes he cargado desde el vientre, y he llevado desde la cuna. Aun en la vejez, cuando ya peinen canas, yo seré el mismo, yo los sostendré. Yo los hice, y cuidaré de ustedes; los sostendré y los libraré.
v Isa 49:15-16. ¿Se olvidará la mujer de lo que dio a luz, para dejar de compadecerse del hijo de su vientre? Aunque olvide ella, yo nunca me olvidaré de ti. He aquí que en las palmas de las manos te tengo esculpida; delante de mí están siempre tus muros.
 
El Hijo: Señor y Salvador, hermano, esposo.
v Heb 2:10-12. “Porque convenía a aquel por cuya causa son todas las cosas, y por quien todas las cosas subsisten, que habiendo de llevar muchos hijos a la gloria, perfeccionase por aflicciones al autor de la salvación de ellos. Porque el que santifica y los que son santificados, de uno son todos; por lo cual no se avergüenza de llamarlos hermanos, diciendo: Anunciaré a mis hermanos tu nombre, en medio de la congregación te alabaré.”
v Rom 8:29. “Porque a los que antes conoció, también los predestinó para que fuesen hechos conformes a la imagen de su Hijo, para que él sea el primogénito entre muchos hermanos.”
v Mat 28:10. “Entonces Jesús les dijo: No temáis; id, dad las nuevas a mis hermanos, para que vayan a Galilea, y allí me verán.”
v 1 Jn 2:1. Hijitos míos, estas cosas os escribo para que no pequéis; y si alguno hubiere pecado, abogado tenemos para con el Padre, a Jesucristo el justo.
 
 
El Espíritu Santo: el carácter maternal de Dios, el Ejecutivo de Dios.
v Luc 4:18-19. El Espíritu del Señor está sobre mí, por cuanto me ha ungido para dar buenas nuevas a los pobres; me ha enviado a sanar a los quebrantados de corazón; a pregonar libertad a los cautivos, y vista a los ciegos; a poner en libertad a los oprimidos; a predicar el año agradable del Señor.
v Isa 61:1-3. “El Espíritu de Jehová el Señor está sobre mí, porque me ungió Jehová; me ha enviado a predicar buenas nuevas a los abatidos, a vendar a los quebrantados de corazón, a publicar libertad a los cautivos, y a los presos apertura de la cárcel; a proclamar el año de la buena voluntad de Jehová, y el día de venganza del Dios nuestro; a consolar a todos los enlutados; a ordenar que a los afligidos de Sion se les dé gloria en lugar de ceniza, óleo de gozo en lugar de luto, manto de alegría en lugar del espíritu angustiado; y serán llamados árboles de justicia, plantío de Jehová, para gloria suya.”

07 Abr 2016