Estudio Bíblico

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Rom 4:13-25. Las promesas se obtienen mediante la fe.



La promesa realizada mediante la fe

Rom 4:13-14.
• La ley fue dada a Moisés 400 años después de que la promesa de la justicia por la fe (la salvación por la fe) fuera dada a Abraham.
• Por lo tanto, la salvación es por la fe y no por las obras de la ley (la obediencia a la ley) y siempre ha sido así.
• Los hombres asumieron, posterior a la ley, que por el cumplimiento de la ley sería la salvación, e hicieron del cumplimiento de la ley el camino de la salvación, cuando la ley establecía que el perdón de pecados era por los sacrificios que apuntaban al Mesías prometido desde Adán, es decir, por la fe en el poder del sacrificio del Mesías Salvador (isa 53).
• Si la salvación fuera por la ley, la promesa dada a Abraham sería inútil y hubiera quedado anulada, como inútil sería la fe.

Rom 4:15.
• La ley no produce salvación.
○ Produce conocimiento del pecado.
○ Produce ira: produce el reconocimiento de que por nuestra sola obediencia, por nuestras propias obras, por nuestra propia justicia, no podemos ser salvos y necesitamos la intervención de Dios para serlo.
○ Esto es así porque como señala Rom 3:9-20, ninguno puede obedecer totalmente la ley como para ameritar ser considerado justo delante de Dios.
○ La ley, al detallar minuciosamente las demandas de Dios para con el ser humano, aumenta la responsabilidad del pecador ante Dios, porque la culpabilidad del pecador es mayor de lo que habría sido sin tener la ley que lo condenara.

Rom 4:16.
• La salvación es por la fe, tanto en lo que se refiere a los judíos (los que están bajo la ley) como para los gentiles (los que son solo de la fe).
• Por ello Abraham es el padre de todos nosotros, los que creemos.

Rom 4:17-21.
• Abraham, como pionero de todos nosotros, los que somos salvos por la fe, le creyó a Dios, y esa fe le fue contada por justicia, no sus obras.
• Dios da vida a los muertos, y llama las cosas que no son, como si fueran (esa es una característica de la fe): la certeza de lo que se espera, la convicción de lo que no se ve.
• Características de la fe:
○ Creer en esperanza contra esperanza, la esperanza por la fe, contra la esperanza en lo natural. La clase de esperanza que va más allá de las circunstancias y descansa plenamente en las promesas y la capacidad de nuestro Padre para cumplirlas.
§ La promesa de vivir, muriendo.
§ La promesa de crecer, menguando.
§ La promesa de tener, dando.
§ La promesa de incorrupción, en medio de un mundo que se corrompe a cada momento.
§ La realidad de ser justos, cuando estamos cubiertos de pecados.
§ El que Él nos sea propicio y bondadosa, cuando todo lo que nos rodea nos amenaza con su ira.
§ La promesa de victoria, en medio de batallas que en nuestras fuerzas naturales las estamos perdiendo.
§ La promesa del cumplimiento de planes de bien y no de mal para darnos un futuro y una esperanza, en un mundo que conspira para hundirnos,
§ Etc.
○ Su fe no se debilitó al considerar sus circunstancias (su cuerpo y el de Sara en lo natural ya no tenían la capacidad como para tener hijos).
○ Tampoco dudo de la promesa de Dios, más bien se fortaleció en ella considerando que Dios era (y sigue siendo) poderoso para hacer todo lo que había (y ha) prometido: el Yo Soy (Omnisciente, Omnipresente, Omnipotente).
§ Ello implica que nosotros no tenemos por que prestar atención a nosotros mismos ni a nuestras circunstancias (las cosas que nos rodean), de modo que nada nos estorbe e impida creer que Dios va a cumplir lo que prometió.
§ Al afirmar que Abraham no dudo de la promesa de Dios, no pasa por alto el hecho de que en un momento ellos recurrieron a sus propios métodos para buscar el cumplimiento de la promesa, ni a la risa incrédula de Abraham y Sara frente a la promesa de Dios, sino que nos señala que Abraham creció cada día en su fe hasta llegar a tener una actitud en su corazón de absoluta confianza y certeza en el cumplimiento de la promesa de Dios, lo que se evidencia cuando estuvo dispuesto a sacrificar a Isaac creyendo que Dios era más que suficiente para resucitarlo.
§ De la misma manera, nosotros necesitamos, en medio de las aparentes derrotas de nuestra fe, continuar con paso firme creciendo en ella para alcanzar el cumplimiento de Sus promesas.

Rom 4:23-25.
• La Escritura nos enseña que lo mismo que tuvo aplicación para con Abraham, tiene aplicación para nosotros hoy.
• Al igual que Abraham creyó que Dios da vida a los muertos, nosotros también lo creemos, específicamente, que Dios resucitó a Cristo de entre los muertos, y por cuanto Él resucitó, y nosotros estamos en Él, nosotros también resucitamos desde el día que creímos en el Señor Jesucristo, de modo que nuestra muerte física de ninguna manera muerte, sino solamente el cambio de un ámbito a otro de la vida.
• Este pasaje de la Escritura termina afirmando, por medio de dos declaraciones paralelas y complementarias, la razón de nuestra salvación:
○ Jesús fue entregado por causa de nuestros pecados, a causa de ellos, porque era necesario hacer provisión para el problema de nuestro pecado y el de toda la humanidad. Esto apunta a la muerte de Cristo en la Cruz.
○ Pero también enseña que la resurrección de Jesús también cumple una función en la restauración de nuestra relación con Dios: resucitado para nuestra justificación.
○ De tal manera que la muerte de Cristo no puede desligarse de Su resurrección como parte del mismo hecho justificativo (si Cristo no hubiera resucitado Su muerte en la Cruz hubiera sido vana), y la resurrección tampoco puede desligarse de su crucifixión por cuanto la primera es resultado directo de la segunda.

Una observación respecto a la relación entre la salvación y la obediencia.
• Las personas suponían que la obediencia a la ley podría producir su salvación, lo cual era imposible por cuanto hubieran tenido que obedecer perfectamente todos los mandamientos de la ley.
• Sin embargo, la gracia resuelve el problema de la obediencia: nos capacita, por la nueva naturaleza, a obedecer gradual y constantemente la ley de una mejor manera, y de una vez, hace provisión para nuestras fallas en ello, por cuanto Dios ya hizo provisión en Cristo, no solo por nuestras fallas antes de ser salvos, sino también por las fallas posteriores a ella.
• En la ley la obediencia era para ser salvos (y era sumamente imperfecta).
• En la gracia la obediencia es como consecuencia de nuestra salvación (y se va perfeccionando gradualmente, Fil 1:6).

01 Jun 2017
Referencia: Romanos.13