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Rom 3:21-31. La justicia de Dios.



Evidentemente, el tema central de este pasaje, que es el tema central del Evangelio también, es la justicia de Dios y su relación con la fe (el medio por el cual nos es imputada):
• En los 11 versículos de este pasaje se mencionan:
○ 4 veces la palabra "justicia".
○ 1 vez la palabra "justo".
○ 4 veces los derivados de la palabra "justificar" (justificados, justifica, justificados, justificará).
○ 8 veces la palabra "fe".
○ 1 vez la palabra "creen".

El tema subyacente en este pasaje es el amor de Dios manifestado en Su misericordia (haber pasado por alto los pecados pasados) y la gracia (la asignación gratuita de Su justicia y sus beneficios) a cada uno de nosotros.
• El hecho de que para nosotros este regalo sea gratuito, no significa de ninguna manera que no haya tenido un alto costo.
• El costo fue todo lo que tuvo que pasar Cristo que está implicado en su Crucificción:
○ Despojarse de Su gloria para hacerse hombre, y no solamente hombre, sino siervo.
○ El haber sido tentado en todo según nuestra semejanza, y no haber pecado.
○ El haber tenido que aprender la obediencia por el sufrimiento.
○ Su pasión y muerte en la Cruz (rechazo, insultos, menosprecio, burlas, traición, odio, injusticia, dolor, sufrimiento, separación del Padre).
○ El cargar todo el peso de nuestros pecados y sufrir la muerte en una dimensión multiplicada (por todos nosotros, no solo por uno).
○ Las heridas, las llagas y el dolor para que por ellas fuéramos sanados.
○ Etc.

La justicia de Dios: no podía justificar a nadie sin que se cumpliera la condena del pecado (la muerte):
• Por ello Cristo vino a morir por los pecados de todos nosotros (el justo por los injustos).
• Esta no fue una situación improvisada: ya había sido profetizada, declarada, en la ley y los profetas.
○ Fue el cumplimiento de un plan de Dios existente desde antes de la fundación del mundo.
• En esto consiste la redención (el pago del precio de un esclavo para ser rescatado).
• Jesús fue nuestra propiciación (nuestro sustituto).
• Por medio del cumplimiento de la justicia de Dios en Cristo somos hechos justos.
• De tal manera que Él sigue siendo justo.

Esa justicia nos es imputada a cada uno de nosotros por la gracia (motivo), por medio de la fe (medio).
• La fe que salva es la fe en Jesucristo (creer en Él como Señor y Salvador, Rom 10:8-12).
• Este es el único camino para todos los seres humanos (gentiles y/o judíos): no hay una opción "b".
○ Todos, mientras vivimos en el estado natural humano, estamos destituídos (apartados, despojados, ajenos) de la gloria de Dios (Su esencia, Su carácter, Su naturaleza).
○ Esta es una situación que nos es dada por gracia, gratuitamente, sin ninguna condición a cumplir de nuestra parte. Todas las condiciones fueron suplidas por Dios en Cristo.
○ Su gracia consiste no solamente en pasar por alto los pecados, sino en haber puesto a Cristo como sustituto para pagar la pena de nuestros pecados (la muerte) y así poder pasarlos por alto, además de no haber puesto ninguna condición para recibir esa justicia (gratuitamente).

El recibir la justicia de Dios excluye cualquier tipo de jactancia (todo nos es imputado gratuitamente, sin ningún merecimiento, obra o realización nuestra).
• La justicia de Dios la recibimos por gracia (regalo inmerecido).
• Si la justicia de Dios la recibiéramos en base a nuestros méritos, en última instancia no sería Dios y su gracia por medio de la fe que Él nos da la que nos justifica sino nuestros méritos (por mínimos que sean).

Dios no es solamente Dios de los judíos sino también de los gentiles (reafirmación de que en Dios no hay acepción de personas) y Su método de la salvación es el mismo para ambos: por medio de la fe en Jesús.
• Eso claramente está indicado no solo en el Nuevo Testamento sino en el Antiguo (la justificación de Abraham por la fe, el libro de Oseas en el Capítulo 2, vrs. 25-26, Sal 32:1-4, etc.).

La salvación por la gracia por medio de la fe no invalidad la ley, sino que más bien la confirma (la ley y los profetas profetizaban de la venida de Cristo como Señor y Salvador para pagar los pecados de todos, Isa 53, por ejemplo).


La justicia de Dios
• La justicia (dikaiosune) de Dios constituye el corazón de este gran pasaje. Se la menciona cuatro veces (vrs 21, 22, 25, 26), además del uso de otras dos palabras relacionadas, “justificar” (dikaioo; vrs 24 y 26) y “justo” (dikaios; vrs 26).
• La exposición de la justicia de Dios se desarrolla en cuatro paso.
○ Primero, el anuncio la justicia de Dios como una actividad propia de Dios, y no a un don o condición que proviene de Dios. Lo que se quiere demostrar es que se ha iniciado
○ Segundo, se destaca el carácter universal de la justicia de Dios (para judíos y para gentiles --no judíos--) disponible mediante la fe en Jesucristo, y para todos los que creen.
○ Tercero, apunta a la fuente de la justicia de Dios: el acto de pura gracia de Dios de colocar al ser humano en una relación nueva y adecuada con Él. Él lo hace sin responder a obligación o conocimiento o condición alguna externa a su voluntad. Por ello el ser humano necesita responder por fe, en un acto de aceptación y rendición, para experimentar esa justicia. Nuestra justificación tiene su origen o fuente en la redención que es en Cristo Jesús. Redención (apolutroseos) significa el acto de “comprar la libertad de un esclavo”, y sugiere que en Jesucristo Dios proporcionó el “pago” o el “precio” completo por nuestro pecado, a fin de que fueramoss libertados de nuestra esclavitud al mismo para servir a un nuevo dueño. Jesús es en el Nuevo Testamento lo que el propiciatorio era en el Antiguo: el lugar donde Dios se hace cargo del pecado de su pueblo, e incluye tanto el perdón de pecados como la separación de la ira de Dios.
○ Cuarto, la manera en que Dios justifica a los pecadores no afecta su condición de justo y santo. La pena por los pecados ha sido pagada por Cristo en la Cruz, revelando a Dios como justo, tanto en su pasar por alto los pecados de su pueblo en el pasado como en su justificación de los creyentes en el tiempo presente.


Vrs 27-31.
• Los judíos tenían la tendencia a descansar en sus obras como el fundamento de su relación con Dios.
• La provisión de la justicia de Dios sin las obras de la ley y a través de la fe en Jesús revela la necedad de tal jactancia.
• Dios justifica tanto a los judíos como a los no judíos (gentiles) por medio de la fe.

El rechazo que Pablo hace de cualquier función de la ley en la justificación (la cual es por la fe) no significa que busque invalidar la ley. Por el contrario, insiste en que se confirma la ley por dos razones: en primer lugar porque la ley incluye la justificación por la fe, y porque la fe hace provisión para la satisfacción de las demandas de la ley mediante el Espíritu Santo que viene a morar en el creyente (Jn 14:15-1

01 Jun 2017
Referencia: Romanos.11