Estudio Bíblico

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Rom 8:14-17. Hijos de Dios.



"Pues no habéis recibido el espíritu de esclavitud para estar otra vez en temor, sino que habéis recibido el espíritu de adopción, por el cual clamamos: ¡Abba, Padre! El Espíritu mismo da testimonio a nuestro espíritu, de que somos hijos de Dios. Y si hijos, también herederos; herederos de Dios y coherederos con Cristo, si es que padecemos juntamente con él, para que juntamente con él seamos glorificados."


Hijos de Dios.
Otro de los beneficios extraordinarios de la salvación es que además del perdón de pecados, la vida eterna, la nueva naturaleza, el ser bendecidos con toda bendición espiritual, el ser aceptados, el ser amados incondicionalmente, el recibir el Espíritu Santo para que esté con nosotros para siempre (ahora y en la vida eterna, Sal 48:14), etc., somos hechos hijos de Dios (Jn 1:12).
• El ser hechos hijos de Dios no solo es un título; es una relación de intimidad, cuidado, protección, formación, disciplina, visión, provisión, etc., sobre la base del amor incondicional de Dios y Su perfecto conocimiento de todos los aspectos relacionados con cada uno de nosotros.
○ Dios no ignora ninguno de los aspectos de nuestra historia, pasado, presente y futuro.
○ Su amor es el amor de la adopción.
• Ya no somos esclavos temerosos y viles. Ahora somos hijos de Dios, el Padre. El Espíritu Santo no es espíritu de esclavitud ni de temor para vivir como antes, en esas cosas, sino es:
○ Espíritu de poder, de amor y de dominio propio (2 Tim 1:7).
○ Espíritu de libertad.
○ Espíritu de adopción
• El ser hijos de Dios viene remarcado por cuatro cosas adicionales:
○ El Espíritu de adopción.
○ El dirigirnos a Dios como "Papito".
○ El recibir la certeza de esa calidad en nuestro espíritu.
○ El ser herederos de Dios.
○ El ser coherederos de Dios.


Espíritu de adopción.
El Espíritu Santo toma la adopción para ilustrar la nueva relación del creyente con Dios.
• En la cultura romana, la persona adoptada perdía todos sus derechos en su familia anterior y ganaba los derechos de un hijo legítimo en su nueva familia. Se convertía en heredero de las posesiones de su nuevo padre. Esta es una alegoría riquísima de la nueva relación que tenemos los cristianos con Dios.
• Esta alegoría está tomada de la adopción romana, que era un proceso serio y complicado por la PATRIA POTESTAD, es decir, la autoridad del padre sobre toda la familia.
○ Por ella, el padre tenía todo el poder para disponer absoloutamente de la familia, hasta de la vida o la muerte.
○ En relación con su padre, un hijo nunca alcanzaba la mayoría de edad; siempre estaba bajo la patria potestad del padre, y era su propiedad absoluta, que podía disponer de él como quisiera.
○ Las consecuencias de la adopción romana eran principalmente cuatro:
§ La persona adoptada perdía todos los derechos que le hubieran correspondido en su vieja familia y adquiría todos los de un hijo legítimo de la nueva familia. En ell sentido legal más estricto, adquiría un nuevo padre.
§ Automáticamente quedaba constituído heredero de las propiedades de su nuevo padre. Aunque a este despuès le nacieran otros hijos, eso no afectaba a sus derechos. Sería inalienablemente coheredero con ellos.
§ Para la ley, laa vida anterior de la persona adoptada se borraba completamente. Por ejemplo, si tenía deudas, quedaban automáticamente canceladas. Se le consideraba una nueva persona que empezaba a vivir una nueva vida sin la menor vinculación con su pasado.
§ Para la ley romana, pasaba a ser hijo de su nuevo padre en todos los sentidos (el caso de Nerón, hijo adoptivo del emperador Claudio y la hija legítima de éste, Octavia).
• La Escritura usa además otra figura de la adopción romana:
○ Dice que el Espíritu de Dios da testimonio a nuestro espíritu de que somos de veras hijos de Dios.
○ En Roma la ceremonia de adopción se llevaba a cabo en presencia de siete testigos. Supongamos que el padre adoptante muriera, y se pusiera en duda el derecho a la herencia del hijo adoptivo; uno o más de los siete testigos se personaría y juraría que la adopción había sido genuina. Así quedaba garantizado el derecho de la persona adoptada. En nuestro caso, dice la Escritura, es el mismo Espíritu Santo el que da testimonio de que Dios nos ha adoptado como sus hijos.
• Como podemos ver, todos los pasos de la adopción romana tienen un significado concreto como ejemplo de nuestra adopción en la familia de Dios.
○ Hubo un tiempo en el que estábamos bajo el control absoluto de nuestra naturaleza humana pecadora; el diablo era nuestro padre (Jn 8:44). Pero Dios, en su misericordia, nos ha tomado como su exclusiva posesión.
○ El pasado ya no tiene ningún derecho sobre nosotros; Dios es el único que tiene derecho absoluto. El pasado está cancelado, y las deudas borradas; empezamos una vida nueva con Dios, y somos herederos de todo lo que es suyo. Ahora somos coherederos con Jesucristo, el Hijo unigénito de Dios.
○ Lo que Cristo hereda, nosotros lo heredamos también. Si Cristo tuvo que sufrir, nosotros también heredamos ese sufrimiento; pero como Cristo resucitó a la vida y a la gloria, nosotros también heredamos esa vida y gloria.
• Cuando entramos en la familia de Dios, no hemos hecho nada para merecerlo; Dios, el gran Padre, en su amor, nos ha tomado perdidos, indigentes, desahuciados y endeudados pecadores, y nos ha adoptado en su familia, de forma que nuestras deudas han quedado canceladas, y heredamos la gloria.
○ Asimismo, cuando uno acepta a Cristo, gana todos los privilegios y responsabilidades de un hijo en la familia de Dios. Uno de estos privilegios notables es recibir la dirección del Espíritu Santo (Gal 4:5-6).
○ Quizás no sintamos siempre que pertenecemos a Dios, pero el Espíritu Santo es nuestro testigo. Su presencia en nosotros nos recuerda quiénes somos, y nos anima con su amor divino (Gal 5:5).
○ Implicaciones:
§ El Espíritu Santo es el sello, la seguridad, la certeza, de que somos hijos de Dios.
§ Opera un cambio en nosotros tal, que después de ser enemigos de Dios, a partir del momento de nuestra salvación comienza a operar en nosotros, en nuestro corazón, un anhelo por relacionarnos más intimamente con Dios, ya no solo como Dios sino como nuestro Padre, y de responder por amor a esa relación y a ese anhelo como hijos que agraden al Padre.
§ El Espíritu Santo, en la medida que nos relacionamos con Él y la Palabra imparte en nuestros corazones la seguridad eterna del amor de Dios, de que nada nos puede separar de Él a los que somos Sus hijos (Rom 8:38-39).
§ Ello es así porque el Espíritu Santo imparte en nosotros no solo el amor de Dios sino el entendimiento y la revelación de ese amor.
□ Al ser Espíritu de adopción, nos revela el amor de la adopción: un amor más intenso, racional, intencional que el amor natural: adopta a sabiendas que traemos con nosotros todo un equipaje de cosas desagradables, que va a requerir mucho trabajo y gran paciencia para ser transformadas (lo vil del mundo, lo débil, lo menospreciado, lo que no es, 1 Cor 1:26-31).
□ El Espíritu Santo es el continuo y progresivo revelador del amor de Dios en nuestros corazones.
® Efe 3:14-19. "Por esta causa doblo mis rodillas ante el Padre de nuestro Señor Jesucristo, de quien toma nombre toda familia en los cielos y en la tierra, para que os dé, conforme a las riquezas de su gloria, el ser fortalecidos con poder en el hombre interior por su Espíritu; para que habite Cristo por la fe en vuestros corazones, a fin de que, arraigados y cimentados en amor, seáis plenamente capaces de comprender con todos los santos cuál sea la anchura, la longitud, la profundidad y la altura, y de conocer el amor de Cristo, que excede a todo conocimiento, para que seáis llenos de toda la plenitud de Dios."
□ Debido a que somos hijos de Dios, disfrutamos de grandes riquezas como coherederos. Dios ya nos ha dado sus mejores regalos: su Hijo, perdón, vida eterna; y nos anima a pedirle todo lo que necesitemos.


"Abba Padre".
• Dios, el Padre, no solo quiere que tengamos con él una relación "normal", de petición o de recurso a nuestro favor, o una fría, distante, lejana. El Espíritu que Él nos ha dado es el Espíritu Santo que obra en nosotros para que tengamos una relación cercana, íntima, dinámica, vibrante, constante.
○ Sant 4:5. "El Espíritu que Él ha hecho morar en nosotros nos anhela celosamente".
○ Cant 2:14: Él anhela que nosotros moremos en Su Presencia, que seamos conscientes de Su presencia con nosotros todo el tiempo, además de que anhela oír nuestra voz, tener comunión íntima con nosotros, como el Amado anhela tener una relación íntima con Su Amada.


Herederos de Dios.
Es en la comunión con el Espíritu Santo, en atender Su guianza y Sus enseñanzas que recibimos en nuestro corazón la revelación y la certeza necesarias para vivir no como hijos de Dios nominales (la parábola del hijo pródigo, Luc 15:11-32; el hijo pródigo en su situación inicial y su hermano mayor) sino como hijos reales de Dios (el hijo pródigo vuelto en sí):
• Bendecidos (Efe 1:3).
• Escogidos (Efe 1:4).
• Santos y sin mancha delante de Él (Efe 1:4).
• Aceptados (Efe 1:6).
• Redimidos (Efe 1:7).
• Perdonados (Efe 1:7).
• Enriquecidos con Su Gracia que hizo sobreabundar en nosotros en toda sabiduría e inteligencia (Efe 1:7-8).
• Herederos de Su Reino, carácter, propósito y vida (Efe 1:11).
○ El hijo pródigo (la herencia plena, Luc 15:22-23):
§ Lo material (Luc 15:12).
§ Vestido nuevo: perdón de pecados y unción (Zac 3:4-5).
§ Calzado: revelación (Nah 1:15, Efe 6:15).
§ Anillo (autoridad, Gen 41:41-42).
§ Becerro gordo (prosperidad, 3 Jn 2).
§ Fiesta (plenitud, gozo, Jn 10:10).
• Sellados para redención (vida eterna) (Efe 1:13-14).
• Amados con amor perfecto y eterno (Jer 31:3, 1 Cor 13:4-8).


Co-herederos con Cristo.
• Nuestro valor y bendiciones delante del Padre es el mismo que de Cristo, heredamos con Él todo lo que es del Padre.
○ Somos hijos amados con el mismo amor, aceptados con la misma aceptación, bendecidos con la misma bendición, con los cuales Dios el Padre ama, acepta y bendice a Cristo (estamos en Él, somos uno con Él).
○ La única diferencia es que como Él es el hermano mayor, Él es nuestra cabeza y está a cargo de nuestro cuidado y dirección además de ser nuestro ejemplo.
○ Por el otro lado, por ser el hijo mayor tiene una doble porción de herencia.




08 Jun 2017
Referencia: Romanos.22.