Estudio Bíblico

Inicio > Estudio

Rom 8:23-25. Las primicias del Espíritu.



"y no sólo ella, sino que también nosotros mismos, que tenemos las primicias del Espíritu, nosotros también gemimos dentro de nosotros mismos, esperando la adopción, la redención de nuestro cuerpo. Porque en esperanza fuimos salvos; pero la esperanza que se ve, no es esperanza; porque lo que alguno ve, ¿a qué esperarlo? Pero si esperamos lo que no vemos, con paciencia lo aguardamos.


Las primicias del Espíritu: los primeros frutos del Espíritu.
• El Espíritu nos fue dado no solo para ayudarnos en todo lo que necesitemos para nuestra vida espiritual, para nuestro caminar en Cristo, para irnos pareciendo cada día más a Cristo.
• También nos fue dado como una señal, una garantía, de que finalmente, cuando partamos de este mundo, vamos a tener vida eterna con Cristo.
• Las primicias: los primeros frutos, lo que quiere decir que lo que conocemos y experimentamos del Espíritu Santo hoy aquí en la tierra va a ser creciente (cada día más: "sed continuamente llenos del Espíritu Santo", Efe 5:18) pero aun así, ello no es más que una adelanto de lo que experimentaremos de Él en la vida eterna.
• Sal 48:14. "Porque este Dios es Dios nuestro eternamente y para siempre; El nos guiará aun más allá de la muerte."


Las primicias del Espíritu.
• Quita la venda de nuestros ojos que nos tenía cegados para que no nos resplandeciera la luz del evangelio (2 Cor 4:3, 4:6, 4:13).
• Nos convence de pecado, de justicia y de juicio (Jn 16:8).
• Por Él llamamos a Jesús "Señor" (1 Cor 12:3).
• Por Él nacemos de nuevo (Jn 3:3), somos regenerados y contínuamente transformados de gloria en gloria (Jn 3:5, 2 Cor 3:18)
• Nos hace templos de Él (1 Cor 6:19) y nos es dado sin medida (Jn 3:34).
• Quita toda condenación de nosotros (Rom 8:1).
• Me libra de la ley del pecado y de la muerte (Rom 8:2).
• Nos ayuda en todo para vivir una vida cristiana obediente (Ezeq 36:27, Jn 14:15-17) en amor (1 Cor 16:14).
○ Rom 5:5:derrama el amor de Dios en nuestros corazones.
○ Cambia nuestro corazón de piedra por un corazón de carne (Ezeq 36:26).
• Nos guía a toda verdad (Jn 16:13) haciéndonos libres (Jn 8:31-32).
○ Donde está el Espíritu de Dios allí hay libertad (2 Cor 3:17).
○ Por Él caminamos en el Espíritu y no en la carne (Rom 8:1, Rom 8:9).
○ Por Él vivimos (Gal 5:25).
• Nos guía a pensar en las cosas del Espíritu (Rom 8:5) que son vida y paz (Rom 8:6).
• Es la evidencia de que somos de Cristo (Rom 8:9).
• Vivifica nuestros cuerpos mortales (Rom 8:11).
• Por Él hacemos morir las obras de la carne (Rom 8:13).
• Refuerza nuestra identidad como hijos de Dios.
○ Espíritu de adopción (Rom 8:15).
○ Nos guía como hijos de Dios (Rom 8:14).
○ Espíritu de libertad no de temor ni de esclavitud (Rom 8:15).
○ Da testimonio a nuestro espíritu que somos hijos de Dios (Rom 8:16).
○ Herederos de Dios (Rom 8:17).
○ Co-herederos con Cristo (Rom 8:17).
• Por Él anhelamos estar con el Señor después de la vida terrenal (Rom 8:23), la redención de nuestro cuerpo.j
○ Mientras tanto, Él nos anhela y por Él anhelamos estar en comunión con el Señor (Sant 4.5).
• Nos ayuda en nuestra debilidad (Rom 8:26) en toda área de la vida.
• Intercede por nosotros con gemidos indecibles (Rom 8:26) conforme a la voluntad de Dios (Rom 8:27).
• Nos bautiza en el Cuerpo (1 Cor 12:13).
• Nos imparte dones, manifestaciones, operaciones y ministerios (1 Cor 12:4-7).
• Produce el fruto del Espíritu en nosotros (Gal 5:22-23).


Gemimos dentro de nosotros mismos esperando la redención de nuestro cuerpo.
• Si eso es verdad de la naturaleza, es todavía más verdad de la humanidad: la ansiedad humana.
• En la experiencia del Espíritu Santo los hombres tienen un anticipo, un primer plazo de la gloria que ha de ser.
• Pero anhelan con todo el corazón la plena realización del significado de su adopción en la familia de Dios.
○ La manifestación final de esa adopción será la redención del cuerpo.
○ Los seres humanos en su estado de gloria no serán un espíritu sin cuerpo.
○ En este mundo, el hombre es un cuerpo, un alma y un espíritu (1 Tes 5:23); en el mundo de la gloria, el hombre será salvo en su totalidad.
§ Pero su cuerpo físico ya no será la víctima de la caducidad y el instrumento del pecado, sino un cuerpo físico espiritual apto para la vida del hombre espiritual.
• Si hemos nacido de nuevo, en nuestro ser todo el tiempo hay un anhelo de querer partir con el Señor, anhelamos ese día cuando nos iremos con Él.
○ Los que anhelamos, amamos Su venida recibiremos la corona de Justicia (2 Tim 4:8).
○ Fil 1:21-24: "Porque para mí el vivir es Cristo, y el morir es ganancia. Mas si el vivir en la carne resulta para mí en beneficio de la obra, no sé entonces qué escoger. Porque de ambas cosas estoy puesto en estrecho, teniendo deseo de partir y estar con Cristo, lo cual es muchísimo mejor; pero quedar en la carne es más necesario por causa de vosotros.
• Si hemos nacido de nuevo anhelamos estar con el Señor físicamente.
○ Mientras tanto desarrollamos una íntima comunión con El.
○ Vivimos con una mirada en la esperanza de la vida eterna (Heb 11:1).
○ La fe:
§ La certeza de lo que se espera (la vida eterna).
§ La convicción de lo que no se ve (Dios, Mar 11:22).
○ Ello equivale a:
§ La mirada puesta en el cielo, en las cosas de arriba (Col 3:2); hacer tesoros en el cielo (Mat 6:19-21).
§ Haciendo todas las cosas como para Él (Col 3:23).
® Hacerlas por amor (1 Cor 16:14).
® Vivir en amor (Col 1:4).
® Amar a Dios, amarnos a nosotros mismos, amar al prójimo (Mat 22:36-40, Rom 13:10).
◊ Gracia, misericordia, favor.
◊ Agradecimiento, perdón, buenas obras.
• Aun cuando tenemos una vida en la tierra sabemos que aquí somos extranjeros y peregrinos, que vivimos en el mundo pero no somos del mundo.
○ Heb 11:13-16. Conforme a la fe murieron todos éstos sin haber recibido lo prometido, sino mirándolo de lejos, y creyéndolo, y saludándolo, y confesando que eran extranjeros y peregrinos sobre la tierra. Porque los que esto dicen, claramente dan a entender que buscan una patria; pues si hubiesen estado pensando en aquella de donde salieron, ciertamente tenían tiempo de volver. Pero anhelaban una mejor, esto es, celestial; por lo cual Dios no se avergüenza de llamarse Dios de ellos; porque les ha preparado una ciudad.
○ Jn 17:14-16. Yo les he dado tu palabra; y el mundo los aborreció, porque no son del mundo, como tampoco yo soy del mundo. No ruego que los quites del mundo, sino que los guardes del mal. No son del mundo, como tampoco yo soy del mundo.
• Somos embajadores ("apostellos") del Reino en el mundo:
○ 2 Cor 5:17-20. De modo que si alguno está en Cristo, nueva criatura es; las cosas viejas pasaron; he aquí todas son hechas nuevas. Y todo esto proviene de Dios, quien nos reconcilió consigo mismo por Cristo, y nos dio el ministerio de la reconciliación; que Dios estaba en Cristo reconciliando consigo al mundo, no tomándoles en cuenta a los hombres sus pecados, y nos encargó a nosotros la palabra de la reconciliación. Así que, somos embajadores en nombre de Cristo, como si Dios rogase por medio de nosotros; os rogamos en nombre de Cristo: Reconciliaos con Dios. "
○ Conquistar territorios y establecer la cultura del reino (Mat 6:33, Mat 5:13-16, Mat 28:18-20).
§ Nosotros mismos.
§ Nuestras familias.
§ Nuestro ámbito laboral.
§ Nuestro ámbito comunitario.


Somos salvos por esperanza.
• Esperanza:
○ Estado del ánimo en el cual se nos presenta como posible lo que deseamos.
○ Virtud teologal por la que se espera que Dios dé los bienes que ha prometido.
• En esperanza fuimos salvos: por fe fuimos salvos, por medio de la gracia.
○ La fe: la certeza de lo que esperamos, la convicción de lo que no vemos (Heb 11:1).
• La situación humana no es desesperada.
○ Aun cuando hoy vemos el pecado humano y el estado del mundo, sabemos que ello no será así por siempre: el poder redentor de Dios cambiará radicalmente la situación en un futuro cercano.
○ Los creyentes no debemos ni podemos darle lugar al pesimismo, sino más bien a la esperanza.
• La vida no es una espera desesperada del trágico final de un mundo sitiado por el pecado, la muerte y la corrupción; sino una anticipación anhelante de la liberación, la renovación y la recreación que obrarán la gloria y el poder de Dios.
○ La vida no es una fatigosa y frustrante espera, sino una expectación gozosa y trepidante.
○ El cristiano está involucrado en la situación humana.
§ Por dentro, tiene que luchar con su propia naturaleza humana pecadora.
§ Por fuera, tiene que vivir en un mundo de muerte y corrupción.
§ Sin embargo, el cristiano no vive sólo en este mundo: ¡también vive en Cristo!
□ No mira solamente a las cosas de este mundo, sino también hacia Dios.
□ Además de las consecuencias del pecado humano, ve también el poder, la misericordia y el amor de Dios.
□ Por tanto, la clave de la vida cristiana es siempre la esperanza y nunca la desesperación.
□ El cristiano espera, no la muerte, sino la vida.


Esperamos lo que no vemos.
• No solo somos salvos en esperanza, sino que esperamos lo que no vemos.
○ Vivimos cada día en la esperanza (fe) de que obtendremos lo prometido: la vida eterna (el justo por la fe vivirá: Rom 1:17, Gal 3:11).
○ La misma fe que tuvimos para ser salvos es la que necesitamos para vivir la vida cristiana.

Con paciencia lo aguardamos.
• Paciencia se compone de dos palabras:
○ Paz (sin afán, sin desesperación, aunque sí con expectación, con anhelo).
○ Ciencia (conocimiento firme) por la experiencia de Dios en nuestras vidas y del cumplimiento de la Palabra en ellas, y por el conocimiento de la Palabra y el testimonio del Espíritu (por la paciencia y consolación de las Escrituras tengamos esperanza, Rom 15:4).
○ La prueba de nuestra fe produce paciencia (Sant 1:3, Rom 5:3).
○ Por la fe y la paciencia se heredan las promesas (Heb 6:12).

El mantenernos firmes en la fe produce en nosotros paciencia, y por la fe y la paciencia obtenemos el cumplimiento de las

08 Jun 2017
Referencia: Romanos.26