Estudio Bíblico

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Rom 8:26-27. El Espíritu Santo: nuestro ayudador.



"Y de igual manera el Espíritu nos ayuda en nuestra debilidad; pues qué hemos de pedir como conviene, no lo sabemos, pero el Espíritu mismo intercede por nosotros con gemidos indecibles.
Mas el que escudriña los corazones sabe cuál es la intención del Espíritu, porque conforme a la voluntad de Dios intercede por los santos. "


El Espíritu nos ayuda en nuestra debilidad.
• Los seres humanos, aunque por naturaleza somos hechos a la imagen y semejanza de Dios, la caída ha distorsionado en mayor o menor grado esa naturaleza, y nos sumergió en una naturaleza carnal, que aun cuando hayamos nacido de nuevo, por la carne (toda la forma de pensamiento de la naturaleza carnal) opera en nosotros.
○ La carne es lo que constituye nuestra debilidad, quizá no para algunas cosas puramente naturales, pero si para vivir una vida espiritual agradable a Dios.
○ Pero frente a esa debilidad, el Señor nos ha dado Su Espíritu (no una parte de su Espíritu, sino la totalidad de Él) que es la suma de Su Poder, para que podamos vencer y superar esa debilidad de la carne en nosotros.
○ Rom 8:13: por el Espíritu podemos hacer morir las cosas de la carne en nosotros para que Él crezca y la carne mengüe.
• El Espíritu Santo es nuestro ayudador para todo lo que necesitemos para vivir una vida conforme a la voluntad de Dios: decisiones, planes, ministerio, oración, carácter, familia, vida personal, etc.


Que hemos de pedir como conviene, no lo sabemos.
• Por esa misma debilidad, y porque la naturaleza carnal quiere los deseos de los ojos, los deseos de la carne y la vanagloria de la vida (1 Jn 2:15-17), y nuestro corazón es engañoso y perverso y a veces nos hace espiritualizar la carne, no sabemos pedir como conviene.
• Pero para ello también el Espíritu Santo nos ayuda de dos maneras:
○ La primera, es guiándonos a pedir como conviene, ya que Él está consagrado a guiarnos para hacer la voluntad de Dios, de tal manera que en nosotros se cumpla la Escritura de 1 Jn 5:14 que dice: "Y esta es la confianza que tenemos en él, que si pedimos alguna cosa conforme a su voluntad, él nos oye. "
○ La segunda, es intercediendo por nosotros, obviamente, conforme a la voluntad de Dios.
§ Si pedimos mal, no debemos preocuparnos sobremanera por ello ni por ello impedirnos pedirle a nuestro Padre.
§ ¿Porque?
□ En primer lugar, porque Dios nos dice que le pidamos. Ello es una muestra del reconocimiento de nuestra debilidad y de nuestra dependencia hacia Él.
□ En segundo lugar, porque Dios no se ha obligado nunca a cumplir nuestras oraciones que no sean conforme a Su Voluntad. Él solo nos va a responder aquellas oraciones que hayan sido hechas conforme a su voluntad (1 Jn 5:14).
□ En tercer lugar, porque cuando pedimos y Él no nos responde, con la ayuda del Espíritu Santo podemos encontrar motivos en nuestro corazón que no están alineados a la Voluntad del Padre, y que por ende, no nos convienen. Y sabiéndolos, podemos permitirle al Espíritu Santo santificar esos motivos alineándolos a la voluntad de Dios.
• Hay además otras razones por las que no podemos orar como debiéramos.
○ Es que no conocemos nada del día, la semana, el mes, el año que viene, ni siquiera la hora que viene; y por tanto, puede que pidamos ser librados de cosas que serían para nuestro bien, y que se nos concedan otras que nos causarían mal.
○ Por la misma razón que no conocemos nuestro futuro cercano, mucho menos nuestro futuro lejano, no podemos saber cuáles son nuestras verdaderas necesidades, ni conocer todo el plan de Dios.
○ En este pasaje, el Espíritu Santo, nos hace reconocer que la oración, como todo lo demás que sucede en nuestra vida y en el mundo, es cosa de Dios. Así como no podemos justificarnos por nuestro propio esfuerzo, tampoco podemos con nuestra inteligencia saber qué es lo que realmente nos conviene pedirle a Dios.
§ La oración perfecta es decirle al Señor: "Hágase Tu Voluntad y no la mía".


El Espíritu mismo intercede por nosotros con gemidos indecibles.
• El Espíritu Santo, además de Jesús intercede por nosotros.
• Dos personas de la Trinidad están intercediendo por nosotros. Y su intercesión es para que la Voluntad de Dios se cumpla en nosotros.
• Esto nos genera preguntas y respuestas esenciales en cuanto a nuestra vida como creyentes, hijos de Dios:
○ ¿Cómo nos puede ir mal si somos hijos de Dios y Ellos dos interceden por nosotros?
○ ¿Cómo no van a obrar todas las cosas para bien de los que le amamos, si somos hijos de Dios y Ellos dos interceden por nosotros?
○ ¿Cómo no vamos a ser glorificados si somos hijos y herederos de Dios y ellos dos interceden por nosotros además de haber sido predestinados, llamados y justificados?
○ ¿Cómo no vamos a tener salvación y amor eterno si somos hijos de Dios y Ellos dos interceden por nosotros?
○ ¿Cómo no vamos a ser más que vencedores en todas las cosas si somos hijos de Dios y Ellos dos interceden por nosotros?
○ ¿Cómo no vamos a poder realizar todo aquello que sea la Voluntad de Dios para nosotros si somos hijos de Dios y Ellos dos interceden por nosotros?
○ ¿Cómo no vamos a llegar a ser santos y sin mancha delante de Él si hemos sido hechos Sus hijos y Ellos dos interceden por nosotros?
○ ¿Cómo no vamos a ser sanados, liberados, restaurados, provistos en todas nuestras necesidades, fortalecidos, perfeccionados, establecidos en Él, etc., si somos hijos y herederos de Dios y Ellos dos interceden por nosotros?


Conforme a la voluntad de Dios intercede por los santos (un enfoque práctico de la Voluntad de Dios).
• La Voluntad de Dios es todo aquello que Dios ha diseñado para nosotros como el mejor plan, para llevarnos a Su conocimiento, a que el carácter de Cristo sea formado en nosotros y a la vida eterna.
• Es a través de ello que alcanzamos la plenitud de vida, la vida abundante, la vida próspera, de la que hablan diversos pasajes de la Escritura.
○ La Voluntad de Dios no es necesariamente lo que queremos, deseamos, o anhelamos, sino lo que Dios sabe que es mejor para nosotros y tendrá los mejores resultados para Su plan perfecto para nosotros en la eternidad.
○ La Voluntad de Dios es buena, agradable y perfecta (Rom 12.2).
○ La Voluntad de Dios son sus planes de bien y no de mal para nosotros, para darnos un futuro y una esperanza (Jer 29:15).
○ La Voluntad de Dios es llevar nuestra vida en aumento como la luz de la aurora, hasta que el día es perfecto (Prov 4:18).
○ La voluntad de Dios es que la buena obra que Él comenzó en nosotros sea perfeccionada de día en día hasta el día de Jesucristo (Fil 1:6).
§ Que seamos santos como Él es santo (1 Ped 1:13-18).
§ Que el carácter de Cristo sea formado en nosotros (Rom 8:28-30).



El enfoque teológico de la voluntad de Dios.
Atributo en virtud del cual Dios se autodetermina y se ama a sí mismo y a todas sus criaturas libremente.
• Se identifica con su ser.
• En la Biblia, se manifiesta desde el principio en la obra de la creación. Respecto al hombre, se revela como bendición, pero también como límite: «No comerás...» (Gen 2.17).
• La Voluntad de Dios es guiar a su pueblo a la santidad y a la felicidad (Deut 4:30-40).
• Es soberana (Job 23:13), omnipotente (Gen 17:1), sabia e inescrutable, benévola (Jer 9:23).
Cuando se habla de la voluntad de Dios, muchas personas consideran tres aspectos diferentes de la misma en la Biblia.
• La voluntad decretal, soberana, u oculta de Dios (Efe 1:11, Job 42:2).
○ Esta es la voluntad "definitiva" de Dios.
○ Esta faceta de la voluntad de Dios viene del reconocimiento de la soberanía de Dios y los demás aspectos de la naturaleza de Dios.
○ Esta expresión de la voluntad de Dios se centra en el hecho de que Dios soberanamente ordena todo lo que sucede. En otras palabras, no hay nada que sucede es que fuera de la voluntad soberana de Dios.
○ Este punto de vista de la voluntad de Dios se basa en el hecho de que, porque Dios es soberano, su voluntad no puede ser frustrada. No ocurre nada que sea más allá de su control.
§ No implica que Dios cause todo lo que suceda.
§ Reconoce que, porque Él es soberano, Él debe por lo menos dar permiso o permitir que pase lo que pase.
§ Por lo tanto, al permitir que sucedan estas cosas, son Su “voluntad”, en este sentido de la palabra.
○ Es a menudo oculta para nosotros hasta después de que suceda.
• Su voluntad perceptiva, revelada y/o perfecta.
○ Dios ha elegido revelar algo de su voluntad en la Biblia.
○ Es la voluntad declarada de Dios sobre lo que debemos o no debemos hacer.
○ Define lo que le es agradable a Él
○ Esta expresión de la voluntad de Dios se manifiesta tanto en su Palabra como en nuestra conciencia. Dios ha escrito Su ley moral en los corazones de todos los hombres. Las leyes de Dios, si escritas en la Biblia o en nuestros corazones, son vinculantes para nosotros.
• La voluntad permisiva de Dios.
○ Define lo que no le es agradable a Él pero que lo permite.
○ Se refiere a la violación de la voluntad perceptiva o revelada de Dios, de lo cual todos somos responsables cuando la desobedecemos.
§ Si bien tenemos el poder y la capacidad de desobedecer los mandamientos de Dios, no tenemos derecho a hacerlo. Por lo tanto, no hay excusa para nuestro pecado, y no podemos afirmar que al elegir el pecado estamos cumpliendo simplemente el decreto soberano o la voluntad de Dios.
□ Judas estaba cumpliendo la voluntad soberana de Dios en traicionar a Cristo, al igual que los romanos que le crucificaron. Sin embargo, eso no justifica sus pecados. Ellos no eran menos malignos o traicioneros, y fueron responsables de su rechazo de Cristo (Hch 4:27-28).
§ A pesar de que, en su soberana voluntad, Dios permite que suceda el pecado, aún estamos responsables ante Él por el pecado.
○ Si bien es claro que Dios no se complace en la muerte de los malvados, también es claro que él quiere o decreta su muerte por la propia elección de éstos, que aunque es parte de la voluntad oculta de Dios, no implica que ellos no sean responsables de su maldad.
○ Esta expresión de la voluntad de Dios se revela en los muchos versículos de la Escritura que indican lo que le complace a Dios o no. Por ejemplo, en 1 Tim 2:4 vemos que Dios “quiere que todos los hombres sean salvos y vengan al conocimiento de la verdad ", sin embargo, sabemos que la voluntad soberana de Dios es que "Ninguno puede venir a mí, si el Padre que me envió no le trajere; y yo le resucitaré en el día postrero. "(Jn 6:44).


Conclusiones.
Si la voluntad que estamos buscando es Su voluntad secreta, oculta, o decretal, estamos en una búsqueda tonta.
• Dios no ha querido revelarnos ese aspecto de su voluntad.
Lo que necesitamos tratar de conocer es la voluntad perceptiva o revelada de Dios.
• La verdadera marca de la espiritualidad es cuando deseamos conocer y vivir de acuerdo a la voluntad de Dios revelada en las Escrituras, y que puede resumirse como "Sed santos porque yo soy santo" (1 Ped 1:15-16).
• Nuestra responsabilidad es obedecer la voluntad revelada de Dios y no especular sobre lo que su voluntad oculta para nosotros podría ser.
○ Si bien debemos tratar de ser "guiados por el Espíritu Santo," no debemos olvidar nunca que el Espíritu Santo nos conduce principalmente hacia la rectitud y a conformarnos a la imagen de Cristo para que nuestra vida glorifique a Dios.
○ Dios nos llama a vivir nuestra vida de toda palabra que sale de Su boca.
Vivir de acuerdo a Su voluntad revelada debe ser el objetivo principal o el propósito de nuestras vidas.
• Rom 12:1-2 resume esta verdad, ya que estamos llamados a:
○ Presentar nuestros "cuerpos en sacrificio vivo, santo, agradable a Dios, que es vuestro culto racional.
○ No conformarnos a la forma de pensar de este mundo, sino transformaos por medio de la renovación de nuestro entendimiento conforme a lo que nos enseña la Palabra de Dios y nos guía el Espíritu Santo.
○ Mediante ello vamos a comprobar cuál sea la buena voluntad de Dios, agradable y perfecta."
○ En otras palabras, para conocer la voluntad de Dios, debemos sumergirnos en la Palabra de Dios escrita, saturar nuestras mentes con ella, orando que el Espíritu Santo nos transforme a través de la renovación de nuestras mentes, para que el resultado sea lo que es bueno, agradable y perfecto: la voluntad de Dios.







08 Jun 2017
Referencia: Romanos.27