La Epístola de Santiago (6). 2:14-26. La fe sin obras es muerta.
Sant 2:14-26.
La fe (salvación) implica obras (transformación, cambio de orientación, cambio de carácter, del egoísmo al amor, nueva naturaleza, etc.).
Este es un pasaje para evaluar si nuestra fe es una fe real o una fe presunta, una fe viva o una fe muerta.
El mensaje es: ¿de que sirve decir que somos creyentes si no corroboramos nuestra fe con nuestras obras de obediencia?
La fe real, viva es una fe obediente (Heb 11:8).
No se refiere a que la persona sea salva por obras (él ya estableció que la salvación es un don gratuito de Dios, Sant 1:17-18).
Se refiere básicamente a los resultados de la fe.
Posiblemente este pasaje está dirigido a aquellos que sostenían que se podía seguir pecando siendo creyente porque donde abundaba el pecado sobreabundaba la gracia, en una interpretación torcida de lo que Pablo menciona en Rom 5:20, y que Pablo también corrige en Rom 6:1.
Posiblemente eran judíos que al haber renunciado a la salvación por obras que proclamaba el judaísmo, pensaban que las obras ya no eran necesarias en ningún sentido en la fe cristiana, reduciendo la fe a un simple asentimiento mental.
La fe sin obras no es realmente fe (es presunción, tener conocimiento, saber, pero no fe)(no tiene ningún valor, es una "fe" inútil, totalmente muerta, Sant 2:17, CAS).
La fe salvadora no puede ser un simple ejercicio intelectual carente de un compromiso activo a la obediencia práctica (Mat 7:16-18: por sus frutos se conocerán).
La salvación: un cambio de naturaleza (2 Cor 5:17, 1 Ped 1:23, 2 Ped 1:3-8).
Somos renacidos de la Palabra de Dios (parte de nuestra esencia, de la nueva naturaleza: hacerla).
Tenemos la naturaleza divina:
A la fé hay que añadirle: virtud, conocimiento, dominio propio, paciencia, piedad, afecto fratenral, amor.
La fe sin obras es como la compasión sin obras de compasión (teoría, no práctica; conocimiento, no vida; falsa, vacía): Sant 2:15-17.
La fe es en primer lugar en Dios (lo que Él Es --la máxima autoridad en el universo-- y Su Palabra es la manifestación de esa autoridad, implica convicción y certeza en Él --Heb 11:1, Sant 2:19--). Por lo tanto la fe se manifiesta en obediencia a la Palabra (las obras de la fe).
Las obras de obediencia constituyen la única evidencia de la fe verdadera (2 Ped 1:9, Sant 2:18)
La fe obra por el amor (Gal 5:6); toda la ley se resume en el mandaiento del amor (Gal 5:14):
Amor a Dios: obedecer Sus mandamientos (Jn 14:15).
Amor al prójimo: obediencia a Sus mandamientos en relación al prójimo
Amor a nosotros mismos: obediencia a Sus mandamientos referentes a nosotros.
La fe es obediente (Heb 11:8).
La fé actúa juntamente con sus obras (obediencia): Sant 2:22
La fe se perfecciona por las obras (obediencia): Sant 2:22.
En este pasaje Santiago no contrasta dos tipos de salvación: por obras o por obras (Sant 2:21-26).
Más bien establece el contraste entre una fe verdadera y una fe falsa (presunción):
Entre una fe viva y una fe muerta.
En Abraham la fe se perfeccionó por las obras (fué declarado justo --Gen 15:6-- por Dios antes de entregar a Isaac --Gen 22:1 en adelante--).
La disposición a entregar a Isaac demostró su fe auténtica, viva.
"Fue declarado justo...porque estaba dispuesto a obedecer a Dios aun cuando eso significara sacrificar a su hijo sobre un altar" (Sant 2:21, CAS).
Rahab demostró la realidad de su fe salvadora al arriesgar su vida y la de su familia protegiendo a los espías israelitas (de Dios).
La fe perfecta: fe más obras (Sant 2:22, CAS).
"Tu ves que su fe fue respaldada por sus obras, y mediante ese hecho fue perfeccionada su fe" (Sant 2:22, PESHITA).
"la fe de Abraham iba de la mano con sus hechos" (Sant 2:22, PDT).
La fe está muerta si no se traduce en buenas obras (Sant 2:26, CAS).
Sant 2:19.
"Tú crees que Dios es uno": una referencia clara al pasaje más conocido de los judíos, la Shema (Deut 6:4-5), la expresión más básica de la doctrina divina en el Antiguo Testamento.
"Los demonios también creen, y tiemblan":
Hasta los ángeles caídos afirman la unidad de Dios y tiemblan por todo lo que implica (Mat 8:29, Mat 5:7).
Conocen la Palabra (Mat 4:1-10), pero la aborrecen tanto como a Su Autor (1 Cor 2:8).
Tienen una presunción de fe (conocimiento intelectual) pero no viven la fe (no obedecen la Palabra).
No es lo mismo saber o creer mentalmente (información) que tener fe (revelada, en el corazón), Rom 10:8-10.
Sant 2:24.
Obras de amor, obediencia (Jn 14:15), misericordia (Mat 25:31-46).
La fe (salvación) implica obras (transformación, cambio de orientación, cambio de carácter, del egoísmo al amor, nueva naturaleza, etc.).
Este es un pasaje para evaluar si nuestra fe es una fe real o una fe presunta, una fe viva o una fe muerta.
El mensaje es: ¿de que sirve decir que somos creyentes si no corroboramos nuestra fe con nuestras obras de obediencia?
La fe real, viva es una fe obediente (Heb 11:8).
No se refiere a que la persona sea salva por obras (él ya estableció que la salvación es un don gratuito de Dios, Sant 1:17-18).
Se refiere básicamente a los resultados de la fe.
Posiblemente este pasaje está dirigido a aquellos que sostenían que se podía seguir pecando siendo creyente porque donde abundaba el pecado sobreabundaba la gracia, en una interpretación torcida de lo que Pablo menciona en Rom 5:20, y que Pablo también corrige en Rom 6:1.
Posiblemente eran judíos que al haber renunciado a la salvación por obras que proclamaba el judaísmo, pensaban que las obras ya no eran necesarias en ningún sentido en la fe cristiana, reduciendo la fe a un simple asentimiento mental.
La fe sin obras no es realmente fe (es presunción, tener conocimiento, saber, pero no fe)(no tiene ningún valor, es una "fe" inútil, totalmente muerta, Sant 2:17, CAS).
La fe salvadora no puede ser un simple ejercicio intelectual carente de un compromiso activo a la obediencia práctica (Mat 7:16-18: por sus frutos se conocerán).
La salvación: un cambio de naturaleza (2 Cor 5:17, 1 Ped 1:23, 2 Ped 1:3-8).
Somos renacidos de la Palabra de Dios (parte de nuestra esencia, de la nueva naturaleza: hacerla).
Tenemos la naturaleza divina:
A la fé hay que añadirle: virtud, conocimiento, dominio propio, paciencia, piedad, afecto fratenral, amor.
La fe sin obras es como la compasión sin obras de compasión (teoría, no práctica; conocimiento, no vida; falsa, vacía): Sant 2:15-17.
La fe es en primer lugar en Dios (lo que Él Es --la máxima autoridad en el universo-- y Su Palabra es la manifestación de esa autoridad, implica convicción y certeza en Él --Heb 11:1, Sant 2:19--). Por lo tanto la fe se manifiesta en obediencia a la Palabra (las obras de la fe).
Las obras de obediencia constituyen la única evidencia de la fe verdadera (2 Ped 1:9, Sant 2:18)
La fe obra por el amor (Gal 5:6); toda la ley se resume en el mandaiento del amor (Gal 5:14):
Amor a Dios: obedecer Sus mandamientos (Jn 14:15).
Amor al prójimo: obediencia a Sus mandamientos en relación al prójimo
Amor a nosotros mismos: obediencia a Sus mandamientos referentes a nosotros.
La fe es obediente (Heb 11:8).
La fé actúa juntamente con sus obras (obediencia): Sant 2:22
La fe se perfecciona por las obras (obediencia): Sant 2:22.
En este pasaje Santiago no contrasta dos tipos de salvación: por obras o por obras (Sant 2:21-26).
Más bien establece el contraste entre una fe verdadera y una fe falsa (presunción):
Entre una fe viva y una fe muerta.
En Abraham la fe se perfeccionó por las obras (fué declarado justo --Gen 15:6-- por Dios antes de entregar a Isaac --Gen 22:1 en adelante--).
La disposición a entregar a Isaac demostró su fe auténtica, viva.
"Fue declarado justo...porque estaba dispuesto a obedecer a Dios aun cuando eso significara sacrificar a su hijo sobre un altar" (Sant 2:21, CAS).
Rahab demostró la realidad de su fe salvadora al arriesgar su vida y la de su familia protegiendo a los espías israelitas (de Dios).
La fe perfecta: fe más obras (Sant 2:22, CAS).
"Tu ves que su fe fue respaldada por sus obras, y mediante ese hecho fue perfeccionada su fe" (Sant 2:22, PESHITA).
"la fe de Abraham iba de la mano con sus hechos" (Sant 2:22, PDT).
La fe está muerta si no se traduce en buenas obras (Sant 2:26, CAS).
Sant 2:19.
"Tú crees que Dios es uno": una referencia clara al pasaje más conocido de los judíos, la Shema (Deut 6:4-5), la expresión más básica de la doctrina divina en el Antiguo Testamento.
"Los demonios también creen, y tiemblan":
Hasta los ángeles caídos afirman la unidad de Dios y tiemblan por todo lo que implica (Mat 8:29, Mat 5:7).
Conocen la Palabra (Mat 4:1-10), pero la aborrecen tanto como a Su Autor (1 Cor 2:8).
Tienen una presunción de fe (conocimiento intelectual) pero no viven la fe (no obedecen la Palabra).
No es lo mismo saber o creer mentalmente (información) que tener fe (revelada, en el corazón), Rom 10:8-10.
Sant 2:24.
Obras de amor, obediencia (Jn 14:15), misericordia (Mat 25:31-46).
17
Mar
2022