Estudio Bíblico

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El carácter del discípulo (10): la sumisión.



EL CARÁCTER DEL DISCÍPULO (10).
(La búsqueda de la excelencia).


SUMISIÓN.



Objetivos de la enseñanza.
Desarrollar el concepto bíblico de la sumisión.
Conocer la verdad acerca de la sumisión desde la perspectiva de Dios y renovar nuestra mente al respecto.
Conocer las consecuencias de la sumisión para nuestras vidas.
Incorporar la sumisión a nuestro estilo de vida.


Definición.
Es una actitud interior de subordinación y acatamiento de los pensamientos, emociones, decisiones y voluntad personales a los y las de Dios, tanto en intención, como en acción y palabras. Es el acto por el cual sometemos la jurisdicción que Dios nos ha dado sobre nosotros mismos a Dios, renunciando a nuestra propia voluntad, para someternos a la de El.
Es mucho más que obediencia. Es rendición y una actitud interior de confianza absoluta, plena, en todo asunto, en nuestro Dios soberano, amante y omnisciente (Mat 11:28-30).
La obediencia puede ser obligada, externa; la sumisión es voluntaria, interna.
La sumisión es la actitud interna mientras que la obediencia es la manifestación externa. En tal sentido, podemos negarnos a la obediencia cuando la autoridad está exigiendo algo que es contrario a lo que dice la Palabra de Dios, pero no podemos negarnos a la sumisión a esa autoridad (Hch 4:19, Rom 13:5)


La resistencia a la sumisión.
Es derivada de nuestra formación y experiencia por parte del mundo.
En el mundo sumisión significa dejarse de la autoridad, aguantar los abusos de la autoridad, soportar la injusticia, etc.
El mundo entiende la sumisión como el derecho de la autoridad a ejercer señorío sobre aquellos que se le sujetan, y de ello generalmente surgen abusos, aprovechamientos personales, etc., tal como lo enseña Jesús en Mar 10:42-45 cuando se refiere a la actitud de las autoridades mundanas.
El creyente necesita romper con esos paradigmas derivados del mundo, y renovar su pensamiento con el verdadero significado de la sumisión bíblica.


Cuatro principios que guían la sumisión.
UNO. La autoridad de Cristo es suprema (Luc 14:26-27).
Siempre que pongamos una condición para la obediencia y la sumisión, estamos negando completamente nuestra confianza en Cristo y Su Señorío.
Cualquier cosa menos que una sumisión gozosa es una negación a la autoridad, amor y sabiduría supremas de Dios, y de la muerte a nosotros mismos (una persona muerta a sí misma no tiene problemas en obedecer).
DOS. Cristo gobierna hoy por medio de sus autoridades delegadas.
Toda autoridad viene de Dios (Rom 13.1-5) y El confiere esa autoridad a quienes El escoge (Efe 4.11-12). Nuestra actitud hacia la autoridad de ellos (sumisión), refleja nuestra actitud verdadera hacia la autoridad de Dios.
TRES. Nosotros recibimos autoridad por medio de la sumisión.
Nuestra autoridad está determinada por aquella a la cual estamos sujetos (Luc 7:8), y ello resume las bases escriturales para toda autoridad verdadera: una persona que no está en sumisión, no tiene derecho a ejercer autoridad (Ecle 5:8, Efe 5:21). Cuando rehusamos someternos a los que tienen autoridad sobre nosotros, perdemos nuestra autoridad (3 Jn 9-11, 2 Tes 3:14).
La salvedad a esto es cuando las autoridades mandan algo que es contrario a lo que dice la Palabra (Hch 4.19, Hch 5:29, 1 Jn 4:1).
CUATRO. Los discípulos ejercen su autoridad por medio del servicio (Mar 10:42-45).
El servicio es la expresión más elevada de la autoridad, no el autoritarismo (Jn 15:12, Fil 2:7, Jn 13:15).
La motivación de los discípulos es el amor (1 Cor 13.1-3). Coloca el bienestar de los otros por encima del propio (Jn 13:35).


Los beneficios de la sumisión.
El que se priva a sí mismo de la custodia protectora de su guardián espiritual, rechaza la provisión de Dios para su crecimiento y se enfrenta a un futuro incierto (Sal 133, Prov 11:14), porque la sumisión es un diseño de Dios para nuestra bendición:
La sumisión significa protección (Sal 133).
La sumisión significa fe, y la fe agrada a Dios que galardona a los que la manifiestan (Heb 11:6).
La sumisión establece la autoridad (Ecle 5:8, Luc 7:8).
La sumisión establece privilegios ya que el papel de la autoridad es servir (Luc 10:42-45).


Preguntas para autoevaluación.
¿Cuál es el significado bíblico de la sumisión?
¿Porqué la sumisión es necesaria para el discípulo?
¿Por qué tenemos una tendencia casi general a resistirnos a la sumisión?
¿Qué significa la autoridad suprema de Cristo en relación con la sumisión?
¿Por qué debemos sujetarnos a las autoridades delegadas (humanas) de Dios?
¿Cuál debiera ser la respuesta de la autoridad delega a la sumisión?
¿Cuáles son los beneficios para aquellos que están en una posición de sujeción?


23 Dic 2008
Referencia: Enseñanza 26.