Daniel.
SIGNIFICADO DEL NOMBRE.
“Dios es mi juez”: el nombre determinó la actitud principal de su vida, una plena confianza en que Dios le haría justicia.
LA PERSONA.
• El cuarto de los profetas llamados “mayores”.
• Autor del libro de la Biblia que lleva su nombre.
• Descendiente de la familia real de David (Dan 1:3).
• Muy estimado entre los judíos de todos los tiempos (Mat 24:15).
• Referencia necesaria para el estudio y la interpretación profética de los últimos tiempos.
SU VIDA (Dan 1:1-6).
Fue llevado cautivo a Babilonia cuando aún era jovencito, en el año tercero del reinado de Joacim de Judá (600 a.C.).
Fue escogido junto con otros tres compañeros suyos (Ananías, Misael y Azarías) para residir en la corte de Nabucodonosor, en donde halló favor como José en Egipto.
Al final de unos tres años de educación, aventajaron a todos los demás y recibieron buenas posiciones en el servicio real.
Hizo grandes progresos en las ciencias y la lengua de los caldeos (Dan 1:4), pero rehusó contaminarse con ello, así como con la comida de la mesa del rey, que era a menudo, ceremonialmente impura para un judío o estaba manchada por haber estado en contacto con el culto idolátrico (Dan 1:8).
En la corte Daniel desplegó sus dones proféticos, interpretando un sueño de Nabucodonosor que ninguna otra persona influyente en la corte, sabios, sacerdotes, etc., pudo interpretar, debido a lo cual fue ascendido a gobernador de Babilonia y jefe de la clase instruída y sacerdotal (Dan 2:48)
Trabajó en altos puestos en la corte de cuatro reyes diferentes: Nabucodonosor, Belsasar, Darío y Ciro.
Después de la captura de Babilonia por los medos y los persas, Darío el Medo, que tomó el reino, le hizo “primer presidente” de unos 120 príncipes.
Posteriormente, cuando Ciro ascendió al trono, continúo con sus altos oficios y gozo del favor de Ciro hasta su muerte.
CIRCUNSTANCIAS QUE LE RODEARON.
Vivió en un país extranjero.
Junto con sus tres amigos, estuvo rodeado de gente que le envidiaba y deseaba su mal (Dan 3.9-13)
Sirviendo a reyes impíos.
Sin embargo, en medio de todas esas circunstancias adversas para su fe, permaneció firme en ella aún más de lo que lo harían muchos que tuvieran todas las condiciones a su favor.
Igualmente, a pesar de las circunstancias adversas de su vida, no se contaminó con amargura.
Como enseñanza para nosotros, la vida de Daniel nos enseña para servir efectiva y eficientemente a Dios, no necesitamos ser mayores en edad, ni de un ambiente profundamente espiritual alrededor de nosotros, ni solo lo podemos servir en la iglesia, ni en las condiciones más favorables. Lo único que necesitamos para servir a Dios es un corazón dispuesto y compromiso hasta las últimas consecuencias. Servir a Dios no es cuestión de condiciones externas, sino una cuestión del corazón, interna.
5 CARACTERÍSTICAS RELEVANTES COMO SIERVO DE DIOS.
Integridad, fidelidad, santidad (Sal 15.1-2)(1 Ped 1:13-16)(1 Tes 5:9-10).
* Siguió siempre la voluntad de Dios.
* Tanto su juventud como su vejez fueron igualmente consagradas a Dios.
* Conservó su honradez en circunstancias difíciles (Dan 6:3)
* En medio de la pecaminosidad de la corte más importante del mundo de su tiempo, fue puro y justo.
Fe.
* Para recibir la interpretación del sueño de Nabucodonosor (Dan 2:16-23).
* Para dar testimonio de su fe con valentía (Dan 2:27-28, 2:37, 2:44-45, Dan 4.19-27, Dan 5:18-28)
Conocimiento e inteligencia (Dan 1.17, 1:20)
Sabiduría (Dan 1.17, 1:20).
Honradez (Dan 6:1-4) e influencia (Dan 6:3).
Todas esas características que desarrolló Daniel en medio de la corte babilónica (muchas condiciones adversas), son algunas de las más importantes que necesitamos desarrollar todos los creyentes en medio de estos últimos tiempos en que las condiciones sociales son equivalentes, si no peores, a las que imperaban en esa corte en el tiempo de Daniel (2 Tim 3:1-5).
“Dios es mi juez”: el nombre determinó la actitud principal de su vida, una plena confianza en que Dios le haría justicia.
LA PERSONA.
• El cuarto de los profetas llamados “mayores”.
• Autor del libro de la Biblia que lleva su nombre.
• Descendiente de la familia real de David (Dan 1:3).
• Muy estimado entre los judíos de todos los tiempos (Mat 24:15).
• Referencia necesaria para el estudio y la interpretación profética de los últimos tiempos.
SU VIDA (Dan 1:1-6).
Fue llevado cautivo a Babilonia cuando aún era jovencito, en el año tercero del reinado de Joacim de Judá (600 a.C.).
Fue escogido junto con otros tres compañeros suyos (Ananías, Misael y Azarías) para residir en la corte de Nabucodonosor, en donde halló favor como José en Egipto.
Al final de unos tres años de educación, aventajaron a todos los demás y recibieron buenas posiciones en el servicio real.
Hizo grandes progresos en las ciencias y la lengua de los caldeos (Dan 1:4), pero rehusó contaminarse con ello, así como con la comida de la mesa del rey, que era a menudo, ceremonialmente impura para un judío o estaba manchada por haber estado en contacto con el culto idolátrico (Dan 1:8).
En la corte Daniel desplegó sus dones proféticos, interpretando un sueño de Nabucodonosor que ninguna otra persona influyente en la corte, sabios, sacerdotes, etc., pudo interpretar, debido a lo cual fue ascendido a gobernador de Babilonia y jefe de la clase instruída y sacerdotal (Dan 2:48)
Trabajó en altos puestos en la corte de cuatro reyes diferentes: Nabucodonosor, Belsasar, Darío y Ciro.
Después de la captura de Babilonia por los medos y los persas, Darío el Medo, que tomó el reino, le hizo “primer presidente” de unos 120 príncipes.
Posteriormente, cuando Ciro ascendió al trono, continúo con sus altos oficios y gozo del favor de Ciro hasta su muerte.
CIRCUNSTANCIAS QUE LE RODEARON.
Vivió en un país extranjero.
Junto con sus tres amigos, estuvo rodeado de gente que le envidiaba y deseaba su mal (Dan 3.9-13)
Sirviendo a reyes impíos.
Sin embargo, en medio de todas esas circunstancias adversas para su fe, permaneció firme en ella aún más de lo que lo harían muchos que tuvieran todas las condiciones a su favor.
Igualmente, a pesar de las circunstancias adversas de su vida, no se contaminó con amargura.
Como enseñanza para nosotros, la vida de Daniel nos enseña para servir efectiva y eficientemente a Dios, no necesitamos ser mayores en edad, ni de un ambiente profundamente espiritual alrededor de nosotros, ni solo lo podemos servir en la iglesia, ni en las condiciones más favorables. Lo único que necesitamos para servir a Dios es un corazón dispuesto y compromiso hasta las últimas consecuencias. Servir a Dios no es cuestión de condiciones externas, sino una cuestión del corazón, interna.
5 CARACTERÍSTICAS RELEVANTES COMO SIERVO DE DIOS.
Integridad, fidelidad, santidad (Sal 15.1-2)(1 Ped 1:13-16)(1 Tes 5:9-10).
* Siguió siempre la voluntad de Dios.
* Tanto su juventud como su vejez fueron igualmente consagradas a Dios.
* Conservó su honradez en circunstancias difíciles (Dan 6:3)
* En medio de la pecaminosidad de la corte más importante del mundo de su tiempo, fue puro y justo.
Fe.
* Para recibir la interpretación del sueño de Nabucodonosor (Dan 2:16-23).
* Para dar testimonio de su fe con valentía (Dan 2:27-28, 2:37, 2:44-45, Dan 4.19-27, Dan 5:18-28)
Conocimiento e inteligencia (Dan 1.17, 1:20)
Sabiduría (Dan 1.17, 1:20).
Honradez (Dan 6:1-4) e influencia (Dan 6:3).
Todas esas características que desarrolló Daniel en medio de la corte babilónica (muchas condiciones adversas), son algunas de las más importantes que necesitamos desarrollar todos los creyentes en medio de estos últimos tiempos en que las condiciones sociales son equivalentes, si no peores, a las que imperaban en esa corte en el tiempo de Daniel (2 Tim 3:1-5).
05
Ene
2009