Estudio Bíblico

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Libertad del pecado.



Dios es un Dios de libertad.
Luc 4:18, 2 Cor 3:17
Dios quiere darnos una completa libertad de todo lo que significa la carne, el mundo y el pecado (que para efectos prácticos significan lo mismo: rebelión contra Dios, pecado, muerte, una vida totalmente insatisfactoria).
Para eso envío a Cristo (Jn 3:16).


Dios envió a Cristo para que nosotros fuéramos libres de la peor esclavitud: la del pecado y de la carne.
Jn 8:36, Rom 6:17-18.
Ser libre no implica que puedo hacer lo que se me dé la gana.
Ser libre implica que ya no es como antes: aunque quería hacer lo bueno, no podía porque era esclavo y era llevado cautivo al pecado.
Ahora puedo hacer lo bueno, obedeciendo a Dios.
La libertad significa libertad para seguir a Cristo y a la Palabra (Jn 8:31-32).


La libertad implica responsabilidad.
Rom 6:22, Rom 7:6.
Santificación: el fruto del Espíritu (Gal 5:22-23).
Ya no se trata solo de tener la ley como límite, sino de vivir guiado también por las indicaciones específicas del Espíritu


Los límites de nuestra libertad.
Lo que la Palabra de Dios expresamente declara pecado o que no podemos hacer.
Lo que el Espíritu Santo nos guía expresamente a alejarnos.
Respecto a lo que la Biblia no declara expresamente y el Espíritu no nos dirige a evitar (1 Cor 10:23, 1 Cor 6:12, 1 Cor 8:9).
Esto implica que si algo no está expresamente prohibido en la Palabra y tampoco nos lo prohíbe el Espíritu, de todos modos lo debemos evitar si:
Uno. No nos conviene para el desarrollo de la madurez en Cristo.
Dos. No nos ayuda a edificar nuestra vida y nuestra fe en Cristo.
Tres. Nos está dominando, o controlando nuestras decisiones en lugar de Dios (Gal 5:1).
Cuatro. Puede servir de confusión, estorbo, obstáculo o tropiezo a otros hermanos en Cristo en cuanto a la edificación de su fe y la afirmación de su vida cristiana (1 Ped 2:16, 1 Cor 8:9).
Cinco. No es resultado del amor (1 Cor 13:1-3)





05 Ene 2009
Referencia: Santidad.