Estudio Bíblico

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La ley del Maestro.



LA LEY DEL MAESTRO.



La enseñanza efectiva siempre fluye de una vida plena.
Si cesamos de crecer (aprender) hoy, dejaremos de enseñar mañana.
Luc 6:40: todo el que fuere perfeccionado, será como su maestro. Primero soy enseñado, después enseño. Primero cambio, después enseño para que otros cambien.
No podemos impartir lo que no poseemos. Necesitamos la información, agregado el entendimiento de ella y la aplicación práctica en nuestra propia vida (Mat 13:23, Mat 7:24),
La personalidad del maestro es el vehículo de enseñanza más efectivo (Mat 7:29, Mar 1:22).
Si se quiere fortalecer la enseñanza, entonces hay que hacer todo lo que se pueda para fortalecer al maestro.
La enseñanza efectiva viene solo a través de una persona cambiada: el mensajero es el mensaje (2 Cor 3:2).
Mientras más cambiemos, más vamos a ser instrumentos de cambio en la vida de otros.
Los alumnos van a comenzar a partir de donde llegue su maestro (Isa 59:21).


Las dimensiones del crecimiento del maestro (Luc 2:52, Fil 3:13-14).
• Crecer en sabiduría (intelectual).
• Crecer en estatura (físico y natural).
• Crecer en gracia con Dios (espiritual).
• Crecer en gracia con los hombres (social y emocional).


Crecimiento intelectual (2 Tim 2:2).
• Mantener un programa consistente de estudio y lectura.
• Matricularse en cursos de superación  de conocimientos y aviadse.
• Conocer a sus estudiantes todo cuanto pueda.


Crecimiento físico y natural  mayordomía.
• El dinero bajo control.
• Posesiones materiales  instrumentos, no ídolos.
• Control del tiempo.
• Vida sexual ordenada.
• Pensamientos cautivos a la obediencia a Cristo.
• Alimentación.
• Ejercicios.
• Trabajo y descanso.


Crecimiento espiritual.
• Oración, intimidad, comunión con Dios.
• Agradecimiento  alabanza y adoración.
• Palabra  conocimiento + entendimiento + aplicación (Mat 13:23, 7:24).


Crecimiento social.
• ¿Quiénes son sus amigos?.
• ¿Son relaciones mutuamente enriquecedoras?.
• ¿De quiénes estamos aprendiendo?


Auto-evaluación honesta.
Una vida que no se examina, no vale la pena vivirla.
La experiencia por sí misma no lo hace a uno mejor (de hecho, tiende a hacerlo peor) a menos que sea una experiencia evaluada:
o ¿Cuáles son mis puntos fuertes?
o ¿Cuáles son mis puntos débiles?
o ¿En que necesito y/o tengo que cambiar?




07 Ene 2009