Misioneros en el mundo.
MISIONEROS EN EL MUNDO.
La Palabra nos enseña que los hijos de Dios somos extranjeros y peregrinos ahora en la tierra (1Pe_2:11).
Y somos extranjeros y peregrinos con una misión en el mundo (Jua_20:21).
Cada hijo de Dios tenemos un llamado, una misión que cumplir.
• Cuando venimos a Cristo, nacimos de nuevo, en el mundo espiritual.
• Ya no somos del mundo, somos del cielo.
• Somos misioneros de Dios en el mundo.
• De la manera en que Jesús fue el mayor misionero, nosotros también debemos serlo para nuestro entorno.
• La misión de Jesús fue desde el cielo a la tierra, desde Dios al hombre.
• Y nuestra misión es la misma (Jua_20:21).
• Somos:
• Sus colaboradores (1Co_3:9, 2Co_6:1),
• Ministros de la reconciliación (2Co_5:17-18),
• Embajadores de Cristo (2Co_5:20),
• Ministros competentes de un nuevo pacto (2Co_3:6).
El mundo ya no es el lugar de nuestro origen y de nuestra ciudadanía, ya no es nuestro hogar:
• Todo ello está en el cielo (Fil_3:20).
• Ya no vivimos del mundo, para el mundo.
• Ahora vivimos para Dios, para transformar el mundo mediante la transformación de la vida y la forma de vida de las personas (Mat_13:33).
• El mundo ya no es nuestra tierra natal sino nuestro campo misionero.
• Vivamos en este mundo como misioneros, como extranjeros, como peregrinos (1Pe_2:11).
Antes de conocer a Cristo éramos de este mundo, pero cuando nacemos de nuevo nacemos de lo alto (2Co_5:17, Jua_3:3-5, 1Pe_1:23, 2Pe_1:3-4).
• Por lo tanto, de ahora en adelante:
• Necesitamos ver este mundo de un modo nuevo.
• No como nuestro hogar sino como un lugar de misión.
• No estamos en el mundo para hacernos ricos, poderosos o estar cómodos.
• No estamos en este mundo para sacar nada de él.
• Estamos en este mundo:
• Ya no para recibir del mundo sino para dar al mundo.
• No para vivir por las circunstancias sino para vivir por nuestra misión.
• Para Dios y para el mundo (pero no como del mundo).
• Ya somos misioneros, ya estamos en nuestro campo misionero (Mt_5:13-16).
• Traigamos a la tierra la Palabra de Verdad y el amor de Dios.
• Vivamos como agentes del cielo en la tierra (pero no secretos).
• En una misión de Dios para traer el mensaje de salvación a los nativos de este planeta (Mat_16:15-18, Mar_5:18-20) y para discipularlos (Mat_28:18-20, 2Ti_2:2).
• Y todo ello de Gracia y para Gracia (Mat_10:8).
La Palabra nos enseña que los hijos de Dios somos extranjeros y peregrinos ahora en la tierra (1Pe_2:11).
Y somos extranjeros y peregrinos con una misión en el mundo (Jua_20:21).
Cada hijo de Dios tenemos un llamado, una misión que cumplir.
• Cuando venimos a Cristo, nacimos de nuevo, en el mundo espiritual.
• Ya no somos del mundo, somos del cielo.
• Somos misioneros de Dios en el mundo.
• De la manera en que Jesús fue el mayor misionero, nosotros también debemos serlo para nuestro entorno.
• La misión de Jesús fue desde el cielo a la tierra, desde Dios al hombre.
• Y nuestra misión es la misma (Jua_20:21).
• Somos:
• Sus colaboradores (1Co_3:9, 2Co_6:1),
• Ministros de la reconciliación (2Co_5:17-18),
• Embajadores de Cristo (2Co_5:20),
• Ministros competentes de un nuevo pacto (2Co_3:6).
El mundo ya no es el lugar de nuestro origen y de nuestra ciudadanía, ya no es nuestro hogar:
• Todo ello está en el cielo (Fil_3:20).
• Ya no vivimos del mundo, para el mundo.
• Ahora vivimos para Dios, para transformar el mundo mediante la transformación de la vida y la forma de vida de las personas (Mat_13:33).
• El mundo ya no es nuestra tierra natal sino nuestro campo misionero.
• Vivamos en este mundo como misioneros, como extranjeros, como peregrinos (1Pe_2:11).
Antes de conocer a Cristo éramos de este mundo, pero cuando nacemos de nuevo nacemos de lo alto (2Co_5:17, Jua_3:3-5, 1Pe_1:23, 2Pe_1:3-4).
• Por lo tanto, de ahora en adelante:
• Necesitamos ver este mundo de un modo nuevo.
• No como nuestro hogar sino como un lugar de misión.
• No estamos en el mundo para hacernos ricos, poderosos o estar cómodos.
• No estamos en este mundo para sacar nada de él.
• Estamos en este mundo:
• Ya no para recibir del mundo sino para dar al mundo.
• No para vivir por las circunstancias sino para vivir por nuestra misión.
• Para Dios y para el mundo (pero no como del mundo).
• Ya somos misioneros, ya estamos en nuestro campo misionero (Mt_5:13-16).
• Traigamos a la tierra la Palabra de Verdad y el amor de Dios.
• Vivamos como agentes del cielo en la tierra (pero no secretos).
• En una misión de Dios para traer el mensaje de salvación a los nativos de este planeta (Mat_16:15-18, Mar_5:18-20) y para discipularlos (Mat_28:18-20, 2Ti_2:2).
• Y todo ello de Gracia y para Gracia (Mat_10:8).
14
Nov
2024