Estudio Bíblico

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Servicio.



SERVICIO.
(Valores bíblicos asociados con la prosperidad).


Introducción.

La prosperidad a la cual se refiere la Biblia como una promesa para los hijos de Dios, es un estado de bienestar integral (espíritu, alma y cuerpo; 1 Tes 5:23), en el cual nos va a ir bien en todo (Jos 1:8).
Si bien la prosperidad la recibimos por Gracia y ya es algo por lo que Cristo pagó por nosotros en la Cruz del Calvario (Gal 3:13-14, Deut 28:1-14), no es inmediata.
Es un estado que alcanzamos por la fe (Rom 1:17, Gal 3:11, Heb 10:38), por la obediencia a la Palabra (Deut 28:1-2, Deut 28:9, Deut 28:13-14) y por la renovación de nuestro entendimiento (3 Jn 2, Rom 12:2, Efe 4:22-24).

Por ello es importante conocer los principios y valores de la Palabra que se relacionan con la prosperidad, para aplicarlos en nuestra vida para que ella se haga una realidad plena y además de ello, darle gloria a Dios en todo lo que hagamos (Col 3:22-24). Y uno de esos valores es el servicio.


Mar 10:42-45.
En el mundo, el egoísmo implica aprovecharse de los demás y no permitir que los demás obtengan algo de nosotros.
Pero en la vida cristiano eso no debe ser así.
El que quiera ser el mayor, hágase el menor y sirva a los demás.
Jesús mismo nos dio el ejemplo: El, siendo Dios, se hizo hombre, y como hombre se hizo siervo para servirnos a todos nosotros (Fil 2:5-8).
Que en nosotros haya el mismo sentir que hubo también en Cristo.


El servicio es una oportunidad para la formación del carácter.
La voluntad de Dios es que seamos formados a la imagen de Cristo, que el carácter de El sea formado en nosotros (Rom 8:29).
La faceta más importante del carácter de Cristo, y del nuestro es el amor (Gal 5:22-23, 1 Cor 12:1-3).
Dios es amor (1 Jn 4:8).
Dios en Cristo, por amor a nosotros (Jn 3:16) se hizo servidor nuestro.
Nosotros tenemos la naturaleza divina (2 Ped 1:4).

El amor se manifiesta de una forma práctica en el servicio (Jn 3:16, Mar 10:45).
Servir es ver por la necesidad del otro, no solo por la mía (Fil 2:3).
Es ver por sus derechos, no solo por los míos.
En consecuencia, el servicio es una oportunidad de negación y por lo tanto de madurez.
Mat 16:24, Mar 8:34, Luc 9:23: para ser un discípulo de Cristo necesitamos negarnos a nosotros mismos.
No hay quién haya negado su propia vida que no reciba en esta cien veces más y además la vida eterna (Luc 14:26, NVI).
Un requisito para el crecimiento y la madurez cristiana y obviamente, para recibir las bendiciones y la prosperidad de Dios (Mat 6:33).
Todo creyente que quiera superarse en el Señor requiere involucrarse activamente en el servicio.
El servicio no es una opción, un privilegio, un mandamiento. Es una necesidad.
El servicio y la calidad del servicio manifiestan el grado en que la naturaleza divina se ha desarrollado en nosotros.
Jn 3:30: es necesario que El crezca y que yo mengüe.
Gal 2:20: ya no vivo yo, Cristo vive en mí.
Col 1:27: Cristo en nosotros, la esperanza de gloria.

El servicio: un componente del estilo de vida del cristiano y un medio para formar el carácter de Cristo en nosotros.
Como estilo de vida, necesita manifestarse:
• En nuestra casa,
• El trabajo,
• En la iglesia (la escuela de servicio por excelencia),
• En la comunidad.


Mat 5:41.
La obligación no es servicio, es obligación.
El servicio es voluntario.
El servicio comienza donde termina la obligación (lo mínimo): la milla extra.
El servicio es dar más de lo que se espera de nosotros.


1 Cor 12:4-7, 11.
Todos tenemos dones para servir.
Fuímos puestos en el Cuerpo tal como Dios quiso.
El nos dió dones a cada uno como el quiso, para ser de bendición para otros.
Nuestra responsabilidad.
• Involucrarnos en el servicio.
• Y a través de él, descubrir y/o desarrollar los dones, talentos, habilidades y llamado.



10 Mar 2009
Referencia: Valores.