Estudio Bíblico

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El fruto y los dones (1).



ENSEÑANZA No. 51.

EL FRUTO Y LOS DONES DEL ESPÍRITU (2).



Objetivos de la enseñanza.
Entender la diferencia esencial y la importancia del fruto y de los dones del Espíritu.
Conocer, desarrollar y perfeccionar el fruto y los dones del Espíritu, como uno de los medios para relacionarnos, crecer y madurar en Dios y en Su obra, y para bendecir la vida de otras personas.


El fruto del Espíritu.

El fruto del Espíritu se refiere a la obra del Espíritu Santo en nosotros, en nuestro carácter, lo que se evidencia en nuestras relaciones, en relaciones justas con Dios y con el prójimo.
Se contrapone a las obras de la carne que son el resultado de un carácter no regenerado, pecador, y cuyos resultados son una relación de enemistad con Dios, y relaciones injustas con el prójimo.

El fruto del Espíritu es el amor (1 Jn 4:8, 1 Cor 13.4-7), cuyas características fundamentales son:
Es sufrido, todo lo sufre: no se irrita, no guarda rencor, no hace nada indebido.
Es benigno. Se concentra en el bien de las otras personas, no en el de sí mismo (Fil 2:3-4), sirviéndolas (Mar 10:42-45). No es egoísta, no busca lo suyo.
No tiene envidia.
No es jactancioso, ni se envanece: no busca ser superior a los demás, estar por encima de ellos, enseñorearse, aprovecharse. Es humilde, piensa de sí con cordura, no tiene un más alto concepto de sí mismo que el que debe tener (Rom 12:3).
No se goza de la injusticia: no se goza del mal ajeno. Sufre con los que sufren, bendice a quienes se consideran sus enemigos. Se duele con los que se duelen y se goza con los que se gozan (Rom 12:15, 1 Cor 12:26).
Se goza de la verdad. No usa de ninguna manera la mentira, aún cuando ello implique daño para sí mismo (Sal 15:4c).
Todo lo cree: no pierde la fe en las otras personas y tiene paciencia esperando todo lo que sea necesario y soportando las equivocaciones y los errores; es persistente y perseverante.

Como resultado del amor, la persona manifiesta gozo, paz, paciencia, benignidad, bondad, fe, mansedumbre y templanza.
• Gozo: tranquilidad (producto de la confianza y la fe en Dios)..
• Paz: ausencia de conflictos con Dios y con los demás.
• Paciencia: esperar activamente en el Señor (hacer lo que tengamos a la mano y dejarle a Dios los resultados finales).
• Benignidad: amabilidad.
• Bondad: bueno.
• Fidelidad, firmeza.
• Mansedumbre: carácter tranquilo, apacible, amansadas las pasiones.
• Templanza: dominio propio.


Los dones.
En sentido amplio, son todos los regalos (personas, cosas, habilidades, etc.) que Dios nos da, sin merecimiento de nuestra parte.
En sentido estricto, son las habilitaciones sobrenaturales de las que Dios nos dota para que podamos llevar adelante nuestras actividades para Su gloria y Su honra (1 Cor 12:1-11, Rom 12:4-8, Efe 4:11).
Los dones son buenos (1 Tim 3:1), necesitamos conocerlos (1 Cor 12:1), anhelarlos (1 Cor 12:31), pedirlos y recibirlos (Mat 7:7) y operar en ellos (2 Tim 1:6).



18 Abr 2009