Estudio Bíblico

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Importancia de la guerra espiritual.



LA IMPORTANCIA DE LA GUERRA ESPIRITUAL.


Nunca antes en la historia de la Iglesia Evangélica en el país ha habido tanta bendición de crecimiento, edificación, avivamiento, respuesta de la gente, conversiones, etc. Pero, a la vez, nunca ha habido tanta actividad demoníaca en la vida del país y en la iglesia.

Existen algunas razones porque la batalla se esta haciendo más manifiesta:
En primer lugar, el diablo está aprovechando el descuido en los círculos evangélicos sobre el tema de batalla espiritual. Esto incluye una actitud de suponer de manera pasiva su victoria sobre satanás en lugar de aplicarla de manera real, pertinente y agresiva. También, los seminarios e instituciones de enseñanza bíblica, teológica y ministerial preparan a sus estudiantes para luchar por los fundamentos de la fe, pero muy poco acerca de cómo encarar la batalla contra satanás.
En segundo lugar, cuanto más malvado se vuelve el hombre, tanto más abierto y evidente se volverá el poder del diablo a través de la violencia, sexo indebido, drogas, ocultismo, etc. Una sociedad abierta a todo lo anterior, es una sociedad que dará lugar a mucha actividad demoníaca.
Y en tercer lugar, 1 Tim 4:1 afirma que en los
postreros tiempos habría un incremento de dicha actividad demoníaca. La apostasía es producto de esa actividad y de infiltración dentro de la iglesia para causar divisiones, descontento, inmoralidad, falsas doctrinas y tanta confusión.

Hoy, la actividad demoníaca estará siendo más agresiva y pronunciada, y estará trayendo la mentira en forma de acusaciones, manipulación y falsas doctrinas.

Dios nos ha dado toda la revelación bíblica y nosotros no debemos ignorar las Escrituras, como tampoco los ejemplos de la historia. Tanto Oseas 4:6, “Mi pueblo fue destruido, porque le faltó conocimiento. Por cuanto desechaste el conocimiento, yo te echaré del sacerdocio; y porque olvidaste la ley de tu Dios, también yo me olvidaré de tus hijos”, como Isa 5:13 “Por tanto, mi pueblo fue llevado cautivo, porque no tuvo conocimiento; y su gloria pereció de hambre, y su multitud se secó de sed”, nos afirman que el pueblo de Dios fue destruido y llevado cautivo por la falta de conocimiento de lo que Dios dice en su Palabra, de su voluntad, de su revelación, y no podemos darnos el lujo de divagar con asuntos seudo espirituales y dejar TODO el Consejo de Dios.

Por esta razón es importante meternos en la Palabra de Dios y conocer también la historia para tener una mayor comprensión de la batalla espiritual como parte de la Misión de la Iglesia y ser más efectivos en nuestra tarea evangelizadora, en el hacer discípulos y en el plantar Iglesias dentro y fuera de nuestra patria.




A CONSIDERAR EN LA GUERRA ESPIRITUAL.


Algunos sectores de la Iglesia Evangélica, si no es que una gran mayoría, está enfrentando su más grande crisis de identidad, de valores, de moralidad, de testimonio, de liderazgo, de convicciones, de fe, etc. ante la sociedad y ante los ángeles en el tiempo actual.
La falta de unidad entre el liderazgo acentúa la crisis, principalmente cuando están velando por su propio “reinito”, rivalizando y siendo desleales entre uno y otros, haciéndose señalamientos unos hacia otros y juzgándose.
Necesitamos evitar, a toda costa, juzgar a nuestros hermanos, ministerios e iglesias por los métodos y formas que utilizan para su crecimiento y edificación cuando están llevando a ganar las personas para Cristo y los están edificando. Entre ellos, necesitamos evitar a toda costa, el uso de periódicos, radios y la televisión cristianas y seculares para criticarnos y condenarnos.
Necesitamos recobrar la autoridad de las Escrituras y nuestra fe y obediencia a ella por sobre las creencias particulares y/o denominacionales y las prácticas religiosas, los abusos, los extremismos y aún sobre los pecados de la Iglesia que, en muchos casos, hemos puesto sobre la Palabra de Dios, negándola y contaminando al Cuerpo de Cristo e invalidando los absolutos eternos, por la tolerancia conveniente del pecado.
No debemos olvidar que nuestra tarea evangelizadora es y será hacia los perdidos y una vez convertidos, necesitamos discipularlos para formar discípulos y líderes de Jesucristo. No se trata de estar robando miembros de iglesias ni estar transfiriendo (rebotando) miembros de unas iglesias a otras.
También necesitamos tomar en cuenta de una manera muy importante nuestra oración y evangelismo hacia las personas de otras religiones y sectas heréticas, quienes pueden llegar a la Verdad de Dios.
Necesitamos evitar a toda costa que las creencias ideológicas afecten nuestra hermandad, la unidad y nuestro amor. El amor y el respecto hacia nuestros hermanos en Cristo está muy por encima de mi ideología.
Necesitamos trabajar con la visión de llevar a la Novia del Cordero hacia su madurez, porque El viene a casarse con una Novia madura, sin mancha ni arruga, una Iglesia gloriosa, que se ha preparado para ello. Trabajemos por edificarla, saquémosla de su infantilismo evangélico inmaduro hacia la unidad de la fe a la estatura de un varón perfecto.
Necesitamos aprender a cuidar la Pureza e Integridad, el Carácter y la Unción. Estas son partes integrales de la auténtica vida cristiana. Ninguna puede ser sin las otras. No se puede dar una sin las demás. O se dan juntas o seríamos simplemente religiosos hipócritas y serían imitaciones de la Pureza, del Carácter y de la Unción.



Bibliografía.
Revista Basileos No. 4, Marzo 2010.
Publicación digital de Editores OC.
El Salvador.


19 Mar 2010