Módulo 101. La Biblia.
Tema No. 2. El Canón.
Objetivos del tema.
Reconocer los aspectos específicos y únicos de la Biblia, que la tipifican como la única Palabra de Dios al ser humano.
Definir lo que significa el canon de las Escrituras, el proceso que se siguió para establecerlo y las características principales de los libros que lo conforman.
Entender la intervención divina en la conservación y transmisión del texto.
Entender la diferencia entre el texto de la Biblia, las traducciones y las paráfrasis.
Canón.
• La palabra viene del griego “kanon”, que significa vara, caña y por extensión un instrumento de medida, una regla o norma.
• Significa: la regla o precepto, catálogo o lista de los libros tenidos por la Iglesia como inspirados, y por ende, auténticamente sagrados. En el caso de la Biblia significa la lista de los libros que son admitidos como auténticamente sagrados.
• La Biblia protestante contiene 66 libros, 39 en el Antiguo Testamento y 27 en el Nuevo Testamento.
• El Antiguo Testamento católico-romano contiene 46 libros y adiciones a los libros de Ester y Daniel.
• Los protestantes aceptan solamente como canónicos los 39 libros del Antiguo Testamento de los judíos.
• Los libros adicionales se conocen entre los protestantes como “deuterocanónicos” y su aparición se debe a que formaban parte de la versión griega del Antiguo Testamento conocida como la Septuaginta o LXX, o también de los Setenta.
• El Canon, por parte de la iglesia cristiana protestante, se considera cerrado en el siglo I, lo cual significa que ya no puede haber más revelaciones que pasen a formar nuevas Escrituras sagradas.
Cinco criterios básicos de los libros incluidos en el Canon.
Autoritativos.
Reclaman tener autoridad divina, afirman ser inspirados.
A menudo encontramos en ellos explícito “Así dice el Señor”.
El tono y las exhortaciones revelan su origen divino.
Proféticos.
Fueron escritos por hombres ungidos por el Espíritu Santo conocidos como profetas (1 Ped 1.20-21).
Cada autor bíblico tuvo un don o función profética, aún cuando no fuera un profeta por ocupación (Heb 1:1).
Cada autor bíblico es una persona cuya honradez e integridad no puede ponerse en tela de juicio.
Auténticos.
No pueden contener errores doctrinales juzgados por revelaciones previas.
Dios no puede mentir; Su Palabra tiene que ser la Verdad y consistente (Num 23:19).
Cada uno tiene que ser congruente y consistente con todos los demás libros de la Biblia.
Dinámicos.
Tienen poder transformador de la vida de los lectores (Heb 4:12, 2 Tim 3:15-17).
La enseñanza falsa nunca libera, más bien esclaviza. Solo la verdad tiene poder emancipador (Jn 8:31-32).
Aceptados.
Tienen reconocimiento por el pueblo de Dios, por aquellos para quienes fueron inicialmente escritos.
Otras observaciones y criterios.
En el caso del Antiguo Testamento, el Canon está constituido por los libros que fueron reconocidos siempre por el culto judío, y que, además, de una u otra forma, fueron citados en alguna de sus partes por Jesús y sus Apóstoles.
En el caso del Nuevo Testamento, excepto por Pablo, todos los libros fueron escritos por personas que no solo eran creyentes, sino que tuvieron una relación cercana con Jesús, lo vieron y estuvieron con El, además de que fueron reconocidos por la Iglesia primitiva.
Libros Deuterocanónicos.
Son libros que fueron escritos aproximadamente entre el año 250 a.C. y los primeros años del cristianismo. Si bien han llegado a ser considerados inspirados por la teología de la Iglesia Católica, los judíos y los cristianos evangélicos no les atribuyen una inspiración real por las siguientes razones:
Aunque posiblemente fueron conocidos por Jesús y sus discípulos, no los usaron ellos ni la iglesia del primer siglo como Escritura autoritativa.
Los escritores judíos antiguos (Filo, Josefo) nunca los citaron como parte de la Biblia.
Los líderes de la Iglesia reconocieron una diferencia entre los libros que conforman el canón hebreo y estos otros libros (Melito de Sardis, Cirilo de Jerusalén, Jerónimo).
No fueron declarados autoritativos hasta la formación del Concilio Católico de Trento (1546 d.C.).
Contienen numerosos errores doctrinales y anacronismos históricos y geográficos.
Las Iglesias Protestantes reconocen que estos libros contienen enseñanzas morales y religiosas y en algún caso pueden tener un valor altamente importante para la devoción personal, como otros libros antiguos y modernos salidos de la pluma de hombres religiosos, pero no los admiten como libros canónicos y por tanto no les dan la misma autoridad en materia de doctrina, moral o disciplina.
Es importante hacer notar aquí que muchos doctores católicos de antes de la Reforma tampoco les dan la misma importancia a estos libros deuterocanónicos como a los demás libros que la Iglesia de Roma hoy admite dentro de su lista canónica.
Libros Apócrifos.
Estos son libros evidentemente falsos o adulterados, que contradicen totalmente las enseñanzas y doctrinas contenidas en los libros canónicos.
Conservación y transmisión de texto.
A pesar de que fue escrita a través de un período de más de mil años, la Biblia ha llegado hasta nosotros en un admirable estado de preservación.
El descubrimiento reciente de los rollos del mar Muerto, algunos de los cuales datan del segundo y tercer siglos a.C., corroboró la sorprendente exactitud del texto hebreo que poseemos hoy.
En cuanto a la exactitud del Nuevo Testamento, existen 4.500 manuscritos griegos que datan desde 125 d.C. hasta la invención de la imprenta, versiones que se remontan en antigüedad al 150 d.C., y citas de porciones del Antiguo y del Nuevo Testamento de los Padres de la Iglesia desde las postrimerías del primer siglo.
Las divisiones por capítulos y versículos es relativamente moderna: se inició en el siglo XI, según se cree, por el erudito Lanfranco, y fue completada en su forma actual por R. Estienne, en 1551.
Traducciones de la Biblia.
Se refieren a la conversión del texto bíblico original a los idiomas propios de cada país o región para los cuales se destina esa traducción.
Generalmente parten del estudio de los textos y/o porciones originales de la Escritura.
Por lo general, son hechas por un equipo de personas calificadas en el conocimiento de los idiomas originales de la Biblia, en teología y en las costumbres del tiempo bíblico, que tomando palabra por palabra, frase por frase, oración por oración y libro por libro, le tratan de dar el significado más exacto posible a cada parte del idioma original, en el idioma a traducir.
Los traductores tienen que decidir, con mucha frecuencia, y debido a que las palabras originales pueden significar varias cosas distintas, o en el idioma a traducir una palabra del idioma original puede tener varias traducciones posibles, lo que quería significar en realidad el texto original en hebreo o en griego.
Al hacerlo, pueden estar inclinados hacia una u otra posibilidad, influidos por sus propias experiencias personales con Dios y por cuestiones doctrinales, de tal manera que, aún cuando Dios, por medio del Espíritu Santo, está en el asunto de las traducciones, estas pueden, por error humano, en algunos pocos puntos, contener algunas limitaciones o ser susceptibles de perfeccionarse, lo que no quiere decir que estén equivocadas (que es una cuestión totalmente diferente) o que esas limitaciones o susceptibilidades de perfeccionamiento afecten cuestiones y/o doctrinas trascendentales. Por lo general afectan solo cuestiones de forma y/o énfasis.
Por otro lado, el avance de la ciencia, las comunicaciones, la tecnología, etc., también ha puesto al servicio de la modernidad instrumentos con los que muchos traductores de la Biblia no contaron en su tiempo.
Por todo lo anterior, cuando se trata del estudio sistemático de la Palabra cuyo objetivo va más allá de la edificación personal, y cuyo resultado va a incidir en la vida de otras personas, es recomendable consultar varias traducciones diferentes, e incluso, los significados de las palabras utilizadas en los idiomas originales.
Paráfrasis.
Las paráfrasis son explicaciones o interpretaciones amplificadas del texto bíblico original, imitando su estructura aunque formuladas con palabras diferentes, cuyo fin es ilustrarlo o hacerlo más claro o inteligible para el lector. Si bien son basadas en el original, en algunos casos, transcriben el texto sin la escrupulosa exactitud que lo hacen las versiones originales o las traducciones, y por ello pueden incurrir más fácilmente en inexactitudes o excesivas simplificaciones, que limitan el mensaje original. Al usarlas debe tomarse este aspecto en cuenta y seleccionar una o dos que estén reconocidas como las más fielmente ajustadas al texto.
Traducciones de la Biblia mas importantes.
Las traducciones de la Biblia comenzaron a aparecer desde muy temprano.
La Septuaginta (Antiguo Testamento) data del año 250 al 150 a.C.;
El Nuevo Testamento fue traducido al latín y siríaco hacia el año 150 de nuestra Era.
La antiquísima versión al latín llamada “Vetus Latina” fue hecha cuando ya muchos no entendían el griego, que se había convertido en la lengua culta del imperio. Los estudiosos datan esta versión hacia los últimos años del siglo II o principios del III de nuestra Era.
“La Vulgata”. En el siglo IV el obispo de Roma, Dámaso, pidió a su consejero Jerónimo que hiciese una versión completa de la Biblia al latín vulgar. Jerónimo se marchó a Palestina, y allí, usando fragmentos latinos, hizo una traducción desde el hebreo y el griego, lenguas que conocía por haberlas estudiado a propósito; sin embargo, su revisión tiene muchos errores, aunque sea un verdadero monumento de erudición. La Iglesia Católica Romana hizo de la Vulgata el texto oficial y normativo para su uso, en el Concilio de Trento. Doctrina que aún no ha cambiado de manera oficial.
La Biblia alemana. Uno de los grandes acontecimientos en la historia de la traducción de la Biblia es la aparición de la versión alemana de Lutero. Todos los críticos están de acuerdo en afirmar que la influencia de esta traducción en el pueblo alemán, en sus costumbres y en su cultura es de importancia trascendental. Al traducir la Biblia al alemán, Lutero se convirtió en el padre del idioma alemán moderno, como también del movimiento que ha llevado a un estudio profundo de la Iglesia primitiva y a una purificación de la vida, liturgias, costumbres y disciplina de las iglesias cristianas.
Versiones castellanas.
Alfonso X, rey de Castilla y León, interesado en las Escrituras, mandó que se tradujera la “Vulgata Latina” al castellano. La obra salió a la luz en 1280 y algunos la consideran la primera versión completa en idioma moderno.
En 1569, Casiodoro de Reina, evangélico español exiliado en Basilea, por primera vez en la historia sacó a la luz una versión castellana directamente del hebreo y del griego, con ayuda de las versiones latina y las parciales españolas. Cipriano de Valera la revisó y la publicó de nuevo en 1602. Esta obra ha sido revisada varias veces para adaptarla a las transformaciones del idioma, usándose en la actualidad las revisiones de 1909, 1960, 1977, 1995, RVR y 1998.
En 1977 se publicó una nueva revisión de la antigua versión Reina-Valera, con acentuación de nombres propios según el hebreo, aclaración de las figuras en los libros poéticos, con referencia al original y cuidadosamente cotejada con los textos originales hebreo y griego, lo cual la hace la más fiel y a la vez la más actual de las traducciones existentes en nuestra lengua.
Actualmente, la Biblia se ha traducido a unas mil lenguas y dialectos.
Preguntas para autoevaluación.
¿A que se refiere el canon de las Escrituras?
¿Cuáles son los criterios básicos utilizados para determinar el canon del Antiguo Testamento?
¿Cuáles son los criterios básicos utilizados para determinar el canon del Nuevo Testamento?
¿A que se refiere la expresión “libros deuterocanónicos?
¿A que se refiere la expresión “libros apócrifos”.
¿Cuál es la diferencia entre las traducciones de la Biblia y los textos originales?
¿Cuál es la diferencia entre las traducciones de la Biblia y las paráfrasis?
¿En su opinión, cuales son las traducciones históricamente más importantes de la Biblia?
Objetivos del tema.
Reconocer los aspectos específicos y únicos de la Biblia, que la tipifican como la única Palabra de Dios al ser humano.
Definir lo que significa el canon de las Escrituras, el proceso que se siguió para establecerlo y las características principales de los libros que lo conforman.
Entender la intervención divina en la conservación y transmisión del texto.
Entender la diferencia entre el texto de la Biblia, las traducciones y las paráfrasis.
Canón.
• La palabra viene del griego “kanon”, que significa vara, caña y por extensión un instrumento de medida, una regla o norma.
• Significa: la regla o precepto, catálogo o lista de los libros tenidos por la Iglesia como inspirados, y por ende, auténticamente sagrados. En el caso de la Biblia significa la lista de los libros que son admitidos como auténticamente sagrados.
• La Biblia protestante contiene 66 libros, 39 en el Antiguo Testamento y 27 en el Nuevo Testamento.
• El Antiguo Testamento católico-romano contiene 46 libros y adiciones a los libros de Ester y Daniel.
• Los protestantes aceptan solamente como canónicos los 39 libros del Antiguo Testamento de los judíos.
• Los libros adicionales se conocen entre los protestantes como “deuterocanónicos” y su aparición se debe a que formaban parte de la versión griega del Antiguo Testamento conocida como la Septuaginta o LXX, o también de los Setenta.
• El Canon, por parte de la iglesia cristiana protestante, se considera cerrado en el siglo I, lo cual significa que ya no puede haber más revelaciones que pasen a formar nuevas Escrituras sagradas.
Cinco criterios básicos de los libros incluidos en el Canon.
Autoritativos.
Reclaman tener autoridad divina, afirman ser inspirados.
A menudo encontramos en ellos explícito “Así dice el Señor”.
El tono y las exhortaciones revelan su origen divino.
Proféticos.
Fueron escritos por hombres ungidos por el Espíritu Santo conocidos como profetas (1 Ped 1.20-21).
Cada autor bíblico tuvo un don o función profética, aún cuando no fuera un profeta por ocupación (Heb 1:1).
Cada autor bíblico es una persona cuya honradez e integridad no puede ponerse en tela de juicio.
Auténticos.
No pueden contener errores doctrinales juzgados por revelaciones previas.
Dios no puede mentir; Su Palabra tiene que ser la Verdad y consistente (Num 23:19).
Cada uno tiene que ser congruente y consistente con todos los demás libros de la Biblia.
Dinámicos.
Tienen poder transformador de la vida de los lectores (Heb 4:12, 2 Tim 3:15-17).
La enseñanza falsa nunca libera, más bien esclaviza. Solo la verdad tiene poder emancipador (Jn 8:31-32).
Aceptados.
Tienen reconocimiento por el pueblo de Dios, por aquellos para quienes fueron inicialmente escritos.
Otras observaciones y criterios.
En el caso del Antiguo Testamento, el Canon está constituido por los libros que fueron reconocidos siempre por el culto judío, y que, además, de una u otra forma, fueron citados en alguna de sus partes por Jesús y sus Apóstoles.
En el caso del Nuevo Testamento, excepto por Pablo, todos los libros fueron escritos por personas que no solo eran creyentes, sino que tuvieron una relación cercana con Jesús, lo vieron y estuvieron con El, además de que fueron reconocidos por la Iglesia primitiva.
Libros Deuterocanónicos.
Son libros que fueron escritos aproximadamente entre el año 250 a.C. y los primeros años del cristianismo. Si bien han llegado a ser considerados inspirados por la teología de la Iglesia Católica, los judíos y los cristianos evangélicos no les atribuyen una inspiración real por las siguientes razones:
Aunque posiblemente fueron conocidos por Jesús y sus discípulos, no los usaron ellos ni la iglesia del primer siglo como Escritura autoritativa.
Los escritores judíos antiguos (Filo, Josefo) nunca los citaron como parte de la Biblia.
Los líderes de la Iglesia reconocieron una diferencia entre los libros que conforman el canón hebreo y estos otros libros (Melito de Sardis, Cirilo de Jerusalén, Jerónimo).
No fueron declarados autoritativos hasta la formación del Concilio Católico de Trento (1546 d.C.).
Contienen numerosos errores doctrinales y anacronismos históricos y geográficos.
Las Iglesias Protestantes reconocen que estos libros contienen enseñanzas morales y religiosas y en algún caso pueden tener un valor altamente importante para la devoción personal, como otros libros antiguos y modernos salidos de la pluma de hombres religiosos, pero no los admiten como libros canónicos y por tanto no les dan la misma autoridad en materia de doctrina, moral o disciplina.
Es importante hacer notar aquí que muchos doctores católicos de antes de la Reforma tampoco les dan la misma importancia a estos libros deuterocanónicos como a los demás libros que la Iglesia de Roma hoy admite dentro de su lista canónica.
Libros Apócrifos.
Estos son libros evidentemente falsos o adulterados, que contradicen totalmente las enseñanzas y doctrinas contenidas en los libros canónicos.
Conservación y transmisión de texto.
A pesar de que fue escrita a través de un período de más de mil años, la Biblia ha llegado hasta nosotros en un admirable estado de preservación.
El descubrimiento reciente de los rollos del mar Muerto, algunos de los cuales datan del segundo y tercer siglos a.C., corroboró la sorprendente exactitud del texto hebreo que poseemos hoy.
En cuanto a la exactitud del Nuevo Testamento, existen 4.500 manuscritos griegos que datan desde 125 d.C. hasta la invención de la imprenta, versiones que se remontan en antigüedad al 150 d.C., y citas de porciones del Antiguo y del Nuevo Testamento de los Padres de la Iglesia desde las postrimerías del primer siglo.
Las divisiones por capítulos y versículos es relativamente moderna: se inició en el siglo XI, según se cree, por el erudito Lanfranco, y fue completada en su forma actual por R. Estienne, en 1551.
Traducciones de la Biblia.
Se refieren a la conversión del texto bíblico original a los idiomas propios de cada país o región para los cuales se destina esa traducción.
Generalmente parten del estudio de los textos y/o porciones originales de la Escritura.
Por lo general, son hechas por un equipo de personas calificadas en el conocimiento de los idiomas originales de la Biblia, en teología y en las costumbres del tiempo bíblico, que tomando palabra por palabra, frase por frase, oración por oración y libro por libro, le tratan de dar el significado más exacto posible a cada parte del idioma original, en el idioma a traducir.
Los traductores tienen que decidir, con mucha frecuencia, y debido a que las palabras originales pueden significar varias cosas distintas, o en el idioma a traducir una palabra del idioma original puede tener varias traducciones posibles, lo que quería significar en realidad el texto original en hebreo o en griego.
Al hacerlo, pueden estar inclinados hacia una u otra posibilidad, influidos por sus propias experiencias personales con Dios y por cuestiones doctrinales, de tal manera que, aún cuando Dios, por medio del Espíritu Santo, está en el asunto de las traducciones, estas pueden, por error humano, en algunos pocos puntos, contener algunas limitaciones o ser susceptibles de perfeccionarse, lo que no quiere decir que estén equivocadas (que es una cuestión totalmente diferente) o que esas limitaciones o susceptibilidades de perfeccionamiento afecten cuestiones y/o doctrinas trascendentales. Por lo general afectan solo cuestiones de forma y/o énfasis.
Por otro lado, el avance de la ciencia, las comunicaciones, la tecnología, etc., también ha puesto al servicio de la modernidad instrumentos con los que muchos traductores de la Biblia no contaron en su tiempo.
Por todo lo anterior, cuando se trata del estudio sistemático de la Palabra cuyo objetivo va más allá de la edificación personal, y cuyo resultado va a incidir en la vida de otras personas, es recomendable consultar varias traducciones diferentes, e incluso, los significados de las palabras utilizadas en los idiomas originales.
Paráfrasis.
Las paráfrasis son explicaciones o interpretaciones amplificadas del texto bíblico original, imitando su estructura aunque formuladas con palabras diferentes, cuyo fin es ilustrarlo o hacerlo más claro o inteligible para el lector. Si bien son basadas en el original, en algunos casos, transcriben el texto sin la escrupulosa exactitud que lo hacen las versiones originales o las traducciones, y por ello pueden incurrir más fácilmente en inexactitudes o excesivas simplificaciones, que limitan el mensaje original. Al usarlas debe tomarse este aspecto en cuenta y seleccionar una o dos que estén reconocidas como las más fielmente ajustadas al texto.
Traducciones de la Biblia mas importantes.
Las traducciones de la Biblia comenzaron a aparecer desde muy temprano.
La Septuaginta (Antiguo Testamento) data del año 250 al 150 a.C.;
El Nuevo Testamento fue traducido al latín y siríaco hacia el año 150 de nuestra Era.
La antiquísima versión al latín llamada “Vetus Latina” fue hecha cuando ya muchos no entendían el griego, que se había convertido en la lengua culta del imperio. Los estudiosos datan esta versión hacia los últimos años del siglo II o principios del III de nuestra Era.
“La Vulgata”. En el siglo IV el obispo de Roma, Dámaso, pidió a su consejero Jerónimo que hiciese una versión completa de la Biblia al latín vulgar. Jerónimo se marchó a Palestina, y allí, usando fragmentos latinos, hizo una traducción desde el hebreo y el griego, lenguas que conocía por haberlas estudiado a propósito; sin embargo, su revisión tiene muchos errores, aunque sea un verdadero monumento de erudición. La Iglesia Católica Romana hizo de la Vulgata el texto oficial y normativo para su uso, en el Concilio de Trento. Doctrina que aún no ha cambiado de manera oficial.
La Biblia alemana. Uno de los grandes acontecimientos en la historia de la traducción de la Biblia es la aparición de la versión alemana de Lutero. Todos los críticos están de acuerdo en afirmar que la influencia de esta traducción en el pueblo alemán, en sus costumbres y en su cultura es de importancia trascendental. Al traducir la Biblia al alemán, Lutero se convirtió en el padre del idioma alemán moderno, como también del movimiento que ha llevado a un estudio profundo de la Iglesia primitiva y a una purificación de la vida, liturgias, costumbres y disciplina de las iglesias cristianas.
Versiones castellanas.
Alfonso X, rey de Castilla y León, interesado en las Escrituras, mandó que se tradujera la “Vulgata Latina” al castellano. La obra salió a la luz en 1280 y algunos la consideran la primera versión completa en idioma moderno.
En 1569, Casiodoro de Reina, evangélico español exiliado en Basilea, por primera vez en la historia sacó a la luz una versión castellana directamente del hebreo y del griego, con ayuda de las versiones latina y las parciales españolas. Cipriano de Valera la revisó y la publicó de nuevo en 1602. Esta obra ha sido revisada varias veces para adaptarla a las transformaciones del idioma, usándose en la actualidad las revisiones de 1909, 1960, 1977, 1995, RVR y 1998.
En 1977 se publicó una nueva revisión de la antigua versión Reina-Valera, con acentuación de nombres propios según el hebreo, aclaración de las figuras en los libros poéticos, con referencia al original y cuidadosamente cotejada con los textos originales hebreo y griego, lo cual la hace la más fiel y a la vez la más actual de las traducciones existentes en nuestra lengua.
Actualmente, la Biblia se ha traducido a unas mil lenguas y dialectos.
Preguntas para autoevaluación.
¿A que se refiere el canon de las Escrituras?
¿Cuáles son los criterios básicos utilizados para determinar el canon del Antiguo Testamento?
¿Cuáles son los criterios básicos utilizados para determinar el canon del Nuevo Testamento?
¿A que se refiere la expresión “libros deuterocanónicos?
¿A que se refiere la expresión “libros apócrifos”.
¿Cuál es la diferencia entre las traducciones de la Biblia y los textos originales?
¿Cuál es la diferencia entre las traducciones de la Biblia y las paráfrasis?
¿En su opinión, cuales son las traducciones históricamente más importantes de la Biblia?
10
Sep
2010