Consideraciones acerca del estudio de los libros sapienciales.
LOS LIBROS SAPIENCIALES O SABIDURÍA.
Introducción.
Los libros sapienciales han sido tradicionalmente mal usados de tres maneras:
Primera, las personas leen estos libros sólo en parte, dejando de considerar el mensaje global según las intenciones del autor inspirado. Los extractos de enseñanza sapiencial, tomados fuera de contexto, pueden parecer profundos y prácticos, pero se pueden aplicar mal con facilidad.
Segunda, las personas a menudo entienden mal las palabras y categorías de la sabiduría así como sus estilos y modos literarios, y, por eso, definen mal las palabras usadas en la Biblia en los contextos sapienciales.
Tercera, las personas a menudo no siguen bien el hilo de un argumento sobre la sabiduría.
La sabiduría.
Es la disciplina de aplicar la verdad a la vida propia a la luz de la experiencia, así que tiene un toque personal. No es algo teórico o abstracto; es algo que existe solamente cuando una persona piensa y actúa según la verdad aprendida por experiencia. La persona sabia, en la Biblia, es práctica, no solo teórica; los sabios se interesan en formular planes que produzcan los resultados deseados en la vida. La meta es una vida exitosa y responsable.
El lado personal de la capacidad de los sabios se manifiesta por el hecho de que el corazón representa el punto focal de la sabiduría (1 Reyes 3:9, 12). “Corazón” en el Antiguo Testamento se refiere a las facultades volitivas y morales, como a las intelectuales.
Hay un riesgo en la búsqueda de la sabiduría simplemente por ventaja propia o de un modo que no honre a Dios por encima de todo: “Ay de los sabios en sus propios ojos” (Isa 5:21). Además, la sabiduría de Dios excede siempre la sabiduría humana (Isa 29:13-14).
Literatura sapiencial.
Este tipo de literatura se centra en las personas y su comportamiento al aplicar la verdad y su aprendizaje en las experiencias que tengan.
Maestros de sabiduría.
En el Israel antiguo, algunas personas se consagraban no sólo a la búsqueda de la sabiduría, sino también a enseñar a otros la manera de obtenerla. Eran como maestros y consejeros de quienes buscaban su sabiduría; como tutores o substitutos del padre de la persona que quería aprender sabiduría de ellos. Así, a menudo, en el libro de Proverbios, vemos al sabio que se dirige a su alumno llamándolo “hijo mío”.
La sabiduría en el hogar.
Siempre se ha enseñando más sabiduría en la casa, que en ninguna otra parte. Un buen padre pasa tiempo formando la conducta de sus hijos con ese fin, y les habla continuamente sobre el buen comportamiento. En Proverbios especialmente, se da esta misma clase de consejos prácticos, pero subordinando el consejo a la sabiduría de Dios, como los padres cristianos deben hacer.
El consejo puede ser muy práctico y acerca de asuntos seculares, pero nunca debe dejar de reconocer que el bien supremo que una persona puede alcanzar es hacer la voluntad de Dios.
Tipos de sabiduría.
Algunas veces se obtiene esta clase de sabiduría con discursos extensos, ya sea en un monólogo para que otros lo lean y reflexionen sobre él (Eclesiastés), o en un diálogo entre varias personas que tratan de informarse sobre las opiniones de unos y otros acerca de la verdad y la vida (Job).
El tipo de sabiduría que predomina en el libro de los Proverbios se llama sabiduría prudencial, mientras que la que se encuentra en Eclesiastés y en Job se llama usualmente sabiduría especulativa.
La sabiduría especulativa es muy práctica y empírica (basada en la experiencia) y no solamente teórica.
La sabiduría expresada a través de la poesía.
La poesía tiene una composición, cadencia y cualidades de estilo que facilitan su memorización más que la prosa, y fue así como la poesía también se convirtió en medio de transmisión de sabiduría en el Antiguo Testamento.
Por eso, Proverbios, Eclesiastés, Job y los Salmos sapienciales, así como otras partes sapienciales del Antiguo Testamento, están escritas en su mayor parte en verso.
Técnicas particulares usadas en los textos sapienciales.
Entre las técnicas particulares usadas están los paralelismos, ya sean sinónimos (Prov 7:4), antitéticos (Prov 10:1), o “formales”• (Prov 21:16), acrósticos (Prov 31:10-31), aliteraciones (Ecle 3:1-8), secuencias numéricas (Prov 30:15-31) e incontables comparaciones (tales como similes y metáforas –Job 32:19). En los escritos sapienciales se encuentran también parábolas, alegorías, adivinanzas y otras técnicas poéticas.
Los límites de la sabiduría.
Solo cuando la sabiduría como habilidad está subordinada a la obediencia a Dios, alcanza sus propios fines en el sentido que tiene en el Antiguo Testamento. La habilidad en cuanto a obtener sabiduría no garantiza que se vaya a usar de modo apropiado. Por ello se insiste en que el temor al Señor es el principio de la sabiduría (Prov 2:5-6) y en que el propósito de ésta es agradarle (Prov 3:7).
Por su intensidad práctica, la sabiduría no toca los asuntos teológicos o históricos que son tan importantes en otras partes de la Biblia.
Eclesiastés: sabiduría cínica.
El Eclesiastés es el resultado de colocar a Dios muy lejos de nosotros, y sin que tenga nada que ver con nuestra vida cotidiana.
Esta es casi precisamente la filosofía expuesta por el existencialismo moderno y el consejo del predicador es de carácter existencial: disfruta de la vida en cuanto puedas mientras estas vivo (8:15, 11:8-10 y otros); vive tan bien como pueda ahora. Después de esto, todo es vanidad.
Parece que el Eclesiastés negara la vida después de la muerte (2:16, 9:5 y otros), crítica aspectos clave de la fe del Antiguo Testamento (7:16, 5:1) y generalmente enseña actitudes muy diferentes al resto de las Escrituras.
¿Por qué, entonces, está en la Biblia? Porque está allí como un contraste para lo que el resto de la Biblia enseña. Ecle 12:13-14 presenta ese contraste. Todo el libro, menos estos últimos dos versículos, representa un argumento artificioso y brillante de la manera como se debería considerar la vida si Dios no desempeñara un papel de intervención directa en ella, y si no hubiera vida después de la muerte.
La sabiduría en Job.
Job es también otro libro donde se encuentran consejos incorrectos como contraste a la verdad divina; contiene toda clase de consejos equivocados y conclusiones incorrectas que emanan de los labios de los bien intencionados “consoladores” de Job: Bildad, Zofar, Elifaz y Eliú.
Tiene una meta muy importante: establecer con persuasión en la mente del lector que lo que pasa en la vida, no siempre ocurre porque Dios lo desee ni porque sea justo. En cierto sentido, tiene un propósito casi opuesto al Eclesiastés que quería presentar un Dios que no participa en los asuntos de la vida diaria. Los consoladores de Job, al contrario, representan el punto de vista de que Dios no sólo toma parte, sino que constantemente ejerce su juicio a través de los sucesos de la vida. El mensaje de ellos es que cuando todo va bien en la vida de una persona, es señal de que ha sido buena, pero cuando las cosas van mal, es seguro que la persona ha pecado contra Dios, y Dios ha respondido con la imposición de una aflicción.
Los discípulos de Jesús tenían esta clase de lógica (Jn 9.1-3), como también la tienen muchos cristianos modernos. Parece natural suponer que si Dios controla el mundo, todo lo que ocurra deba ser obra suya, según su voluntad. Sin embargo, las Escrituras no enseñan eso, sino que el mundo está caído, corrompido por el pecado, bajo la dominación de satanás (Jn 12:31), y en la vida ocurren muchas cosas que no son como Dios quiere que sean. Específicamente, el sufrimiento no siempre es resultado del pecado (Rom 8:18-23).
En cuanto a la pregunta de Job: “¿Por qué yo?”, Dios tiene la razón: sus caminos son más altos que nuestros caminos, y si permite el dolor, eso no significa que El no sepa lo que hace, ni que se ponga en duda su derecho a hacer algo. Esta es la verdadera sabiduría: edificar la confianza en la soberanía y la justicia de Dios, y no en la del mundo, al parecer lógica, pero en realidad errónea.
La sabiduría en los Proverbios.
Es la fuente primaria de sabiduría prudencial: esto es, de reglas y máximas que la gente puede usar para llevar una vida responsable y exitosa.
Se centra principalmente en las actitudes prácticas.
Enseña lo que se podría llamar “valores fundamentales tradicionales”.
No dan garantía expresa de que siempre nos vaya a ir bien en la vida. Lo que dicen es que hay actitudes y normas de comportamiento básicas que le ayudan a una persona a llegar a ser un adulto responsable.
Presenta un contraste continuo y claro entre la vida del sabio y la del necio.
El lenguaje religioso se usa poco aunque está presente pero no en forma predominante. No todo en la vida tiene que ser estrictamente religioso para que sea piadoso.
Proverbios puede ayudar a corregir la tendencia extrema a espiritualizarlo todo, como si tuviera algo de malo el mundo físico; como si Dios hubiera dicho “es malo” en vez de “es bueno” al ver por primera vez lo que había hecho.
Reglas resumidas para el uso debido de los Proverbios, según su propósito inspirado por Dios.
Son generalmente parabólicos (figurados); su significado está más allá de su apariencia literal.
Son prácticos, no de teoría teológica.
Están compuestos de manera que se puedan memorizar, no con precisión técnica.
No apoyan el comportamiento egoísta, sino lo opuesto.
Los que reflejen una cultura antigua quizá necesiten una “traducción”• adecuada, para que no pierdan su significado.
No son garantías de Dios, sino guías poéticas y prácticas para la buena conducta.
Puede usar un lenguaje muy específico, la exageración o cualquiera de las técnicas literarias para transmitir su mensaje.
Dan buenos consejos para tratar con sabiduría ciertos aspectos de la vida, pero no los cubren todos.
Si se usan mal, los proverbios pueden justificar un estilo de vida materialista; si se usan bien, dan consejos prácticos para la vida diaria.
Introducción.
Los libros sapienciales han sido tradicionalmente mal usados de tres maneras:
Primera, las personas leen estos libros sólo en parte, dejando de considerar el mensaje global según las intenciones del autor inspirado. Los extractos de enseñanza sapiencial, tomados fuera de contexto, pueden parecer profundos y prácticos, pero se pueden aplicar mal con facilidad.
Segunda, las personas a menudo entienden mal las palabras y categorías de la sabiduría así como sus estilos y modos literarios, y, por eso, definen mal las palabras usadas en la Biblia en los contextos sapienciales.
Tercera, las personas a menudo no siguen bien el hilo de un argumento sobre la sabiduría.
La sabiduría.
Es la disciplina de aplicar la verdad a la vida propia a la luz de la experiencia, así que tiene un toque personal. No es algo teórico o abstracto; es algo que existe solamente cuando una persona piensa y actúa según la verdad aprendida por experiencia. La persona sabia, en la Biblia, es práctica, no solo teórica; los sabios se interesan en formular planes que produzcan los resultados deseados en la vida. La meta es una vida exitosa y responsable.
El lado personal de la capacidad de los sabios se manifiesta por el hecho de que el corazón representa el punto focal de la sabiduría (1 Reyes 3:9, 12). “Corazón” en el Antiguo Testamento se refiere a las facultades volitivas y morales, como a las intelectuales.
Hay un riesgo en la búsqueda de la sabiduría simplemente por ventaja propia o de un modo que no honre a Dios por encima de todo: “Ay de los sabios en sus propios ojos” (Isa 5:21). Además, la sabiduría de Dios excede siempre la sabiduría humana (Isa 29:13-14).
Literatura sapiencial.
Este tipo de literatura se centra en las personas y su comportamiento al aplicar la verdad y su aprendizaje en las experiencias que tengan.
Maestros de sabiduría.
En el Israel antiguo, algunas personas se consagraban no sólo a la búsqueda de la sabiduría, sino también a enseñar a otros la manera de obtenerla. Eran como maestros y consejeros de quienes buscaban su sabiduría; como tutores o substitutos del padre de la persona que quería aprender sabiduría de ellos. Así, a menudo, en el libro de Proverbios, vemos al sabio que se dirige a su alumno llamándolo “hijo mío”.
La sabiduría en el hogar.
Siempre se ha enseñando más sabiduría en la casa, que en ninguna otra parte. Un buen padre pasa tiempo formando la conducta de sus hijos con ese fin, y les habla continuamente sobre el buen comportamiento. En Proverbios especialmente, se da esta misma clase de consejos prácticos, pero subordinando el consejo a la sabiduría de Dios, como los padres cristianos deben hacer.
El consejo puede ser muy práctico y acerca de asuntos seculares, pero nunca debe dejar de reconocer que el bien supremo que una persona puede alcanzar es hacer la voluntad de Dios.
Tipos de sabiduría.
Algunas veces se obtiene esta clase de sabiduría con discursos extensos, ya sea en un monólogo para que otros lo lean y reflexionen sobre él (Eclesiastés), o en un diálogo entre varias personas que tratan de informarse sobre las opiniones de unos y otros acerca de la verdad y la vida (Job).
El tipo de sabiduría que predomina en el libro de los Proverbios se llama sabiduría prudencial, mientras que la que se encuentra en Eclesiastés y en Job se llama usualmente sabiduría especulativa.
La sabiduría especulativa es muy práctica y empírica (basada en la experiencia) y no solamente teórica.
La sabiduría expresada a través de la poesía.
La poesía tiene una composición, cadencia y cualidades de estilo que facilitan su memorización más que la prosa, y fue así como la poesía también se convirtió en medio de transmisión de sabiduría en el Antiguo Testamento.
Por eso, Proverbios, Eclesiastés, Job y los Salmos sapienciales, así como otras partes sapienciales del Antiguo Testamento, están escritas en su mayor parte en verso.
Técnicas particulares usadas en los textos sapienciales.
Entre las técnicas particulares usadas están los paralelismos, ya sean sinónimos (Prov 7:4), antitéticos (Prov 10:1), o “formales”• (Prov 21:16), acrósticos (Prov 31:10-31), aliteraciones (Ecle 3:1-8), secuencias numéricas (Prov 30:15-31) e incontables comparaciones (tales como similes y metáforas –Job 32:19). En los escritos sapienciales se encuentran también parábolas, alegorías, adivinanzas y otras técnicas poéticas.
Los límites de la sabiduría.
Solo cuando la sabiduría como habilidad está subordinada a la obediencia a Dios, alcanza sus propios fines en el sentido que tiene en el Antiguo Testamento. La habilidad en cuanto a obtener sabiduría no garantiza que se vaya a usar de modo apropiado. Por ello se insiste en que el temor al Señor es el principio de la sabiduría (Prov 2:5-6) y en que el propósito de ésta es agradarle (Prov 3:7).
Por su intensidad práctica, la sabiduría no toca los asuntos teológicos o históricos que son tan importantes en otras partes de la Biblia.
Eclesiastés: sabiduría cínica.
El Eclesiastés es el resultado de colocar a Dios muy lejos de nosotros, y sin que tenga nada que ver con nuestra vida cotidiana.
Esta es casi precisamente la filosofía expuesta por el existencialismo moderno y el consejo del predicador es de carácter existencial: disfruta de la vida en cuanto puedas mientras estas vivo (8:15, 11:8-10 y otros); vive tan bien como pueda ahora. Después de esto, todo es vanidad.
Parece que el Eclesiastés negara la vida después de la muerte (2:16, 9:5 y otros), crítica aspectos clave de la fe del Antiguo Testamento (7:16, 5:1) y generalmente enseña actitudes muy diferentes al resto de las Escrituras.
¿Por qué, entonces, está en la Biblia? Porque está allí como un contraste para lo que el resto de la Biblia enseña. Ecle 12:13-14 presenta ese contraste. Todo el libro, menos estos últimos dos versículos, representa un argumento artificioso y brillante de la manera como se debería considerar la vida si Dios no desempeñara un papel de intervención directa en ella, y si no hubiera vida después de la muerte.
La sabiduría en Job.
Job es también otro libro donde se encuentran consejos incorrectos como contraste a la verdad divina; contiene toda clase de consejos equivocados y conclusiones incorrectas que emanan de los labios de los bien intencionados “consoladores” de Job: Bildad, Zofar, Elifaz y Eliú.
Tiene una meta muy importante: establecer con persuasión en la mente del lector que lo que pasa en la vida, no siempre ocurre porque Dios lo desee ni porque sea justo. En cierto sentido, tiene un propósito casi opuesto al Eclesiastés que quería presentar un Dios que no participa en los asuntos de la vida diaria. Los consoladores de Job, al contrario, representan el punto de vista de que Dios no sólo toma parte, sino que constantemente ejerce su juicio a través de los sucesos de la vida. El mensaje de ellos es que cuando todo va bien en la vida de una persona, es señal de que ha sido buena, pero cuando las cosas van mal, es seguro que la persona ha pecado contra Dios, y Dios ha respondido con la imposición de una aflicción.
Los discípulos de Jesús tenían esta clase de lógica (Jn 9.1-3), como también la tienen muchos cristianos modernos. Parece natural suponer que si Dios controla el mundo, todo lo que ocurra deba ser obra suya, según su voluntad. Sin embargo, las Escrituras no enseñan eso, sino que el mundo está caído, corrompido por el pecado, bajo la dominación de satanás (Jn 12:31), y en la vida ocurren muchas cosas que no son como Dios quiere que sean. Específicamente, el sufrimiento no siempre es resultado del pecado (Rom 8:18-23).
En cuanto a la pregunta de Job: “¿Por qué yo?”, Dios tiene la razón: sus caminos son más altos que nuestros caminos, y si permite el dolor, eso no significa que El no sepa lo que hace, ni que se ponga en duda su derecho a hacer algo. Esta es la verdadera sabiduría: edificar la confianza en la soberanía y la justicia de Dios, y no en la del mundo, al parecer lógica, pero en realidad errónea.
La sabiduría en los Proverbios.
Es la fuente primaria de sabiduría prudencial: esto es, de reglas y máximas que la gente puede usar para llevar una vida responsable y exitosa.
Se centra principalmente en las actitudes prácticas.
Enseña lo que se podría llamar “valores fundamentales tradicionales”.
No dan garantía expresa de que siempre nos vaya a ir bien en la vida. Lo que dicen es que hay actitudes y normas de comportamiento básicas que le ayudan a una persona a llegar a ser un adulto responsable.
Presenta un contraste continuo y claro entre la vida del sabio y la del necio.
El lenguaje religioso se usa poco aunque está presente pero no en forma predominante. No todo en la vida tiene que ser estrictamente religioso para que sea piadoso.
Proverbios puede ayudar a corregir la tendencia extrema a espiritualizarlo todo, como si tuviera algo de malo el mundo físico; como si Dios hubiera dicho “es malo” en vez de “es bueno” al ver por primera vez lo que había hecho.
Reglas resumidas para el uso debido de los Proverbios, según su propósito inspirado por Dios.
Son generalmente parabólicos (figurados); su significado está más allá de su apariencia literal.
Son prácticos, no de teoría teológica.
Están compuestos de manera que se puedan memorizar, no con precisión técnica.
No apoyan el comportamiento egoísta, sino lo opuesto.
Los que reflejen una cultura antigua quizá necesiten una “traducción”• adecuada, para que no pierdan su significado.
No son garantías de Dios, sino guías poéticas y prácticas para la buena conducta.
Puede usar un lenguaje muy específico, la exageración o cualquiera de las técnicas literarias para transmitir su mensaje.
Dan buenos consejos para tratar con sabiduría ciertos aspectos de la vida, pero no los cubren todos.
Si se usan mal, los proverbios pueden justificar un estilo de vida materialista; si se usan bien, dan consejos prácticos para la vida diaria.
16
Nov
2011