Estudio Bíblico

Inicio > Estudio

La Biblia. Canon, libros deuterocanónicos y apócrifos.



Canón.
• La palabra viene del griego “kanon”, que significa vara, caña y por extensión un instrumento de medida, una regla o norma.
• Significa: la regla o precepto, catálogo o lista de los libros tenidos por la Iglesia como inspirados, y por ende, auténticamente sagrados. En el caso de la Biblia significa la lista de los libros que son admitidos como auténticamente sagrados.
• La Biblia protestante contiene 66 libros, 39 en el Antiguo Testamento y 27 en el Nuevo Testamento.
• El Antiguo Testamento católico-romano contiene 46 libros y adiciones a los libros de Ester y Daniel.
• Los protestantes aceptan solamente como canónicos los 39 libros del Antiguo Testamento de los judíos.
• Los libros adicionales se conocen entre los protestantes como “deuterocanónicos” y su aparición se debe a que formaban parte de la versión griega del Antiguo Testamento conocida como la Septuaginta o LXX, o también de los Setenta.
• El Canon, por parte de la iglesia cristiana protestante, se considera cerrado en el siglo I, lo cual significa que ya no puede haber más revelaciones que pasen a formar nuevas Escrituras sagradas.



Cinco criterios básicos de los libros incluidos en el Canon.

Autoritativos.
Reclaman tener autoridad divina, afirman ser inspirados.
A menudo encontramos en ellos explícito “Así dice el Señor”.
El tono y las exhortaciones revelan su origen divino.

Proféticos.
Fueron escritos por hombres ungidos por el Espíritu Santo conocidos como profetas (1 Ped 1.20-21).
Cada autor bíblico tuvo un don o función profética, aún cuando no fuera un profeta por ocupación (Heb 1:1).
Cada autor bíblico es una persona cuya honradez e integridad no puede ponerse en tela de juicio.

Auténticos.
No pueden contener errores doctrinales juzgados por revelaciones previas.
Dios no puede mentir; Su Palabra tiene que ser la Verdad y consistente (Num 23:19).
Cada uno tiene que ser congruente y consistente con todos los demás libros de la Biblia.

Dinámicos.
Tienen poder transformador de la vida de los lectores (Heb 4:12, 2 Tim 3:15-17).
La enseñanza falsa nunca libera, más bien esclaviza. Solo la verdad tiene poder emancipador (Jn 8:31-32).

Aceptados.
Tienen reconocimiento por el pueblo de Dios, por aquellos para quienes fueron inicialmente escritos.



Otras observaciones y criterios.
En el caso del Antiguo Testamento, el Canon está constituido por los libros que fueron reconocidos siempre por el culto judío, y que, además, de una u otra forma, fueron citados en alguna de sus partes por Jesús y sus Apóstoles.
En el caso del Nuevo Testamento, excepto por Pablo, todos los libros fueron escritos por personas que no solo eran creyentes, sino que tuvieron una relación cercana con Jesús, lo vieron y estuvieron con El, además de que fueron reconocidos por la Iglesia primitiva.



Libros Deuterocanónicos.
Son libros que fueron escritos aproximadamente entre el año 250 a.C. y los primeros años del cristianismo. Si bien han llegado a ser considerados inspirados por la teología de la Iglesia Católica, los judíos y los cristianos evangélicos no les atribuyen una inspiración real por las siguientes razones:
Aunque posiblemente fueron conocidos por Jesús y sus discípulos, no los usaron ellos ni la iglesia del primer siglo como Escritura autoritativa.
Los escritores judíos antiguos (Filo, Josefo) nunca los citaron como parte de la Biblia.
Los líderes de la Iglesia reconocieron una diferencia entre los libros que conforman el canón hebreo y estos otros libros (Melito de Sardis, Cirilo de Jerusalén, Jerónimo).
No fueron declarados autoritativos hasta la formación del Concilio Católico de Trento (1546 d.C.).
Contienen numerosos errores doctrinales y anacronismos históricos y geográficos.

Las Iglesias Protestantes reconocen que estos libros contienen enseñanzas morales y religiosas y en algún caso pueden tener un valor altamente importante para la devoción personal, como otros libros antiguos y modernos salidos de la pluma de hombres religiosos, pero no los admiten como libros canónicos y por tanto no les dan la misma autoridad en materia de doctrina, moral o disciplina.
Es importante hacer notar aquí que muchos doctores católicos de antes de la Reforma tampoco les dan la misma importancia a estos libros deuterocanónicos como a los demás libros que la Iglesia de Roma hoy admite dentro de su lista canónica.



Libros Apócrifos.
Estos son libros evidentemente falsos o adulterados, que contradicen totalmente las enseñanzas y doctrinas contenidas en los libros canónicos.



21 Ene 2012
Referencia: La Biblia 00.