Módulo 204. Cosmovisión Bíblica.
LA COSMOVISIÓN CRISTIANA. EL REINO DE DIOS.
Importancia.
• Es el tema esencial de la predicación de Juan el Bautista (Mat 3:2), Jesús (Mat 4:17), los discípulos (Mat 10:7) y la Iglesia del Libro de los Hechos (Hch 8:12).
• Es el tema esencial del Evangelio (Mat 4:23, Mat 9:35, Mat 24:14, Mar 1:14, Luc 4:43, Luc 8:1, Hch 8:12).
• Su diseño original, su corrupción por el pecado, el plan de Dios para su rescate, la redención, la restauración, y la perfección del Reino de Dios en la tierra es el hilo conductor que une todo el relato bíblico desde Gen 1.1 hasta Apo 22:21) y que le da coherencia, continuidad y sentido a todo el relato bíblico y a la historia.
Definición.
• Es el “lugar” a donde todo creyente debe entrar (Jn 3:5), no en la vida eterna, sino en la vida terrenal (Mat 6:10, Mat 6:33).
• Es el gobierno de Dios cuyo resultado es justicia, paz y gozo, individual, personal y social (Rom 14:17), que resulta de establecer relaciones justas con Dios, consigo mismo, con los demás y con la creación (Mat 22:36-40, Col 3:22-24).
• Es al mismo tiempo radical y conservador.
• Radical: nada ni nadie está más allá de sus demandas.
• Conservador: reúne todas las cosas que son buenas y las lleva a su fin, limpia lo malo y va más allá de todo cuanto se pueda pensar o imaginar.
• Rechaza la limitación del Evangelio a solamente el individuo: incluye y abarca a las instituciones sociales (Col 1:20, Rom 11:36, Jn 3:16-18, Mar 10:42.45).
• Las personas las crean pero ellas también moldean a las personas.
• El alcance del pecado, y por ende, el del Evangelio, incluye tanto lo personal como lo social (Gen 3:6-19).
• Evadir que el Evangelio debe impactar las instituciones y los sistemas sociales es dejar el orden social en manos del malvado (Prov 29:2, Prov 11:10-11).
• El Evangelio (las buenas noticias del Reino) es un mensaje no solo de salvación personal sino también el de un mundo transformado hasta en sus estructuras más básicas (Mat 5:13-16, Mat 13.33, Hch 17.6, Col 1:20, Rom 8:19-21).
• Necesitamos, como Iglesia, trabajar por la redención de las personas, sus sistemas sociales (Mat 6:33) y el medio que sustenta sus vidas.
El Reino de Dios en la Biblia.
Desde la caída, cuando el ser humano se alienó de Dios, de sí mismo, de los demás y de la tierra misma, Dios no ha dejado de trabajar para volver todas las cosas al orden original:
• Las personas: restaurarlos a la posición de hijos de Dios.
• Los sistemas sociales: restaurarlos para que estén fundamentados en relaciones justas y pacíficas (los profetas en el Antiguo Testamento, Isa 61.1-10).
• La creación entera: restaurar la relación de las personas con ella para establecer entre ambos unas relaciones y mayordomía productiva (Rom 8:19.21, 1 Ped 4:10, Mat 25:14-30).
El Antiguo Testamento. La escogencia de Israel como pueblo de Dios, bajo un gobierno teocrático, fue para mostrar al mundo el modelo de Dios para la restauración de las naciones (Sal 33:12, Exo 20.1-44).
• Su constitución (Exo 20:1-17), sus leyes (Exo 21:1-23:13, Lev 18 al 20, 25 y 26, Deut 19:20-21, etc.).
• Las bendiciones de la obediencia (Deut 28.1-14) y las maldiciones de la desobediencia (Deut 28:15-68).
• El modelo de gobierno y la impartición de la justicia (Exo 18:1-27).
• Programas de reducción de la pobreza y cuidado del medio ambiente (Exo 23:11, Lev 25:4, Lev 25:20-22, Deut 15:9, Lev 25:1-55, etc.).
Jesús.
• Luc 19.10: vino a rescatar todo lo que se había perdido.
• Col 2:15: despojó al diablo y a sus huestes de los derechos adquiridos en la caída.
• Col 1:19-20: es el punto de partida (visible) de la restauración de todas las cosas con Cristo como su cabeza (Efe 1:10).
• El Evangelio es, entre otras cosas, la noticia de que los modelos distorsionados de relaciones (económicas, sociales, religiosas, de poder, etc.) han sido rotos; la recepción del Evangelio es abrazar y aceptar modelos de relaciones sociales transformadas radicalmente.
El final del relato bíblico, en cierto sentido, es el fin de la historia en la versión que conocemos ahora.
• Jesús vendrá nuevamente en poder y gloria (Apo 19.11-20:6).
• Establecerá un Reino de mil años (Isa 1.1-16).
• El lo dirigirá personalmente (Apo 19:15).
• Será un reino de justicia, paz y gozo (Rom 14:17, Isa 61.1-66:24)
• Se realiza el juicio final, el único trascendental y verdadero juicio que concluye con la destrucción eterna del malvado, sus ejércitos y de todos aquellos cuyos nombres no están escritos en el libro de la vida (Apo 20:9-15).
• Y junto con ellos, el final de toda injusticia individual y social.
• Terminan los cielos y la tierra como los conocemos ahora (Apo 21:1-2)
• Desde el cielo descienden en la forma de la Nueva Jerusalén, un nuevo cielo y una nueva tierra.
• Una vez más, la morada de Dios es con los seres humanos (Apo 21:3).
• Como ya no hay más injusticia, tampoco habrá llantos, muerte, lágrimas, dolor, hambre, sequías, etc. (Apo 7.18, 21:4).
• Todo es renovado: la gente, la ciudad, los sistemas sociales, la creación (Apo 21:5).
• Ya no hay iglesia porque ya no hay necesidad de ella: Dios y el Cordero viven entre las personas.
• Se ha completado la misión de la Iglesia como la fuerza que construye el Reino (Apo 21:22).
• El Reino de Dios es el UNICO reino al final de los tiempos.
• Todas las naciones caminan a la luz de la gloria de Dios (Apo 21:22-24)
• El honor y la gloria de las naciones, todas sus contribuciones artísticas, culturales, políticas, científicas y espirituales (transformadas y sin constituir una tentación que alejen de la gloria de Dios) son traídas a la ciudad (Apo 21:24, 26).
• La Nueva Jerusalén es una ciudad de vida (Apo 22:1-3).
• La tierra misma es redimida y produce de nuevo los frutos y la sanidad que los humanos y las naciones necesitan (Apo 22:1-3)
• Nuestra verdadera vocación está una vez más al alcance nuestro, ya que “sus siervos lo adorarán” (Apo 22:3).
El Reino hoy: una realidad en construcción.
• Su total implementación y perfección se lograrán hasta la segunda venida de Cristo (nosotros no somos los autores del Reino, solo los co-laboradores y sus embajadores, 2 Cor 5:18-20, 1 Cor 3:9, 2 Cor 6:1).
• La Iglesia y los creyentes.
• Las señales del Reino: construirlo en nosotros y en nuestras relaciones (Mat 6:33, Mat 22:36-40)
Con Dios.
Con nosotros mismos.
Con nuestras familias, con los otros (personas, organizaciones y comunidades).
Con toda la Creación (trabajo, Col 3:22-24).
Importancia.
• Es el tema esencial de la predicación de Juan el Bautista (Mat 3:2), Jesús (Mat 4:17), los discípulos (Mat 10:7) y la Iglesia del Libro de los Hechos (Hch 8:12).
• Es el tema esencial del Evangelio (Mat 4:23, Mat 9:35, Mat 24:14, Mar 1:14, Luc 4:43, Luc 8:1, Hch 8:12).
• Su diseño original, su corrupción por el pecado, el plan de Dios para su rescate, la redención, la restauración, y la perfección del Reino de Dios en la tierra es el hilo conductor que une todo el relato bíblico desde Gen 1.1 hasta Apo 22:21) y que le da coherencia, continuidad y sentido a todo el relato bíblico y a la historia.
Definición.
• Es el “lugar” a donde todo creyente debe entrar (Jn 3:5), no en la vida eterna, sino en la vida terrenal (Mat 6:10, Mat 6:33).
• Es el gobierno de Dios cuyo resultado es justicia, paz y gozo, individual, personal y social (Rom 14:17), que resulta de establecer relaciones justas con Dios, consigo mismo, con los demás y con la creación (Mat 22:36-40, Col 3:22-24).
• Es al mismo tiempo radical y conservador.
• Radical: nada ni nadie está más allá de sus demandas.
• Conservador: reúne todas las cosas que son buenas y las lleva a su fin, limpia lo malo y va más allá de todo cuanto se pueda pensar o imaginar.
• Rechaza la limitación del Evangelio a solamente el individuo: incluye y abarca a las instituciones sociales (Col 1:20, Rom 11:36, Jn 3:16-18, Mar 10:42.45).
• Las personas las crean pero ellas también moldean a las personas.
• El alcance del pecado, y por ende, el del Evangelio, incluye tanto lo personal como lo social (Gen 3:6-19).
• Evadir que el Evangelio debe impactar las instituciones y los sistemas sociales es dejar el orden social en manos del malvado (Prov 29:2, Prov 11:10-11).
• El Evangelio (las buenas noticias del Reino) es un mensaje no solo de salvación personal sino también el de un mundo transformado hasta en sus estructuras más básicas (Mat 5:13-16, Mat 13.33, Hch 17.6, Col 1:20, Rom 8:19-21).
• Necesitamos, como Iglesia, trabajar por la redención de las personas, sus sistemas sociales (Mat 6:33) y el medio que sustenta sus vidas.
El Reino de Dios en la Biblia.
Desde la caída, cuando el ser humano se alienó de Dios, de sí mismo, de los demás y de la tierra misma, Dios no ha dejado de trabajar para volver todas las cosas al orden original:
• Las personas: restaurarlos a la posición de hijos de Dios.
• Los sistemas sociales: restaurarlos para que estén fundamentados en relaciones justas y pacíficas (los profetas en el Antiguo Testamento, Isa 61.1-10).
• La creación entera: restaurar la relación de las personas con ella para establecer entre ambos unas relaciones y mayordomía productiva (Rom 8:19.21, 1 Ped 4:10, Mat 25:14-30).
El Antiguo Testamento. La escogencia de Israel como pueblo de Dios, bajo un gobierno teocrático, fue para mostrar al mundo el modelo de Dios para la restauración de las naciones (Sal 33:12, Exo 20.1-44).
• Su constitución (Exo 20:1-17), sus leyes (Exo 21:1-23:13, Lev 18 al 20, 25 y 26, Deut 19:20-21, etc.).
• Las bendiciones de la obediencia (Deut 28.1-14) y las maldiciones de la desobediencia (Deut 28:15-68).
• El modelo de gobierno y la impartición de la justicia (Exo 18:1-27).
• Programas de reducción de la pobreza y cuidado del medio ambiente (Exo 23:11, Lev 25:4, Lev 25:20-22, Deut 15:9, Lev 25:1-55, etc.).
Jesús.
• Luc 19.10: vino a rescatar todo lo que se había perdido.
• Col 2:15: despojó al diablo y a sus huestes de los derechos adquiridos en la caída.
• Col 1:19-20: es el punto de partida (visible) de la restauración de todas las cosas con Cristo como su cabeza (Efe 1:10).
• El Evangelio es, entre otras cosas, la noticia de que los modelos distorsionados de relaciones (económicas, sociales, religiosas, de poder, etc.) han sido rotos; la recepción del Evangelio es abrazar y aceptar modelos de relaciones sociales transformadas radicalmente.
El final del relato bíblico, en cierto sentido, es el fin de la historia en la versión que conocemos ahora.
• Jesús vendrá nuevamente en poder y gloria (Apo 19.11-20:6).
• Establecerá un Reino de mil años (Isa 1.1-16).
• El lo dirigirá personalmente (Apo 19:15).
• Será un reino de justicia, paz y gozo (Rom 14:17, Isa 61.1-66:24)
• Se realiza el juicio final, el único trascendental y verdadero juicio que concluye con la destrucción eterna del malvado, sus ejércitos y de todos aquellos cuyos nombres no están escritos en el libro de la vida (Apo 20:9-15).
• Y junto con ellos, el final de toda injusticia individual y social.
• Terminan los cielos y la tierra como los conocemos ahora (Apo 21:1-2)
• Desde el cielo descienden en la forma de la Nueva Jerusalén, un nuevo cielo y una nueva tierra.
• Una vez más, la morada de Dios es con los seres humanos (Apo 21:3).
• Como ya no hay más injusticia, tampoco habrá llantos, muerte, lágrimas, dolor, hambre, sequías, etc. (Apo 7.18, 21:4).
• Todo es renovado: la gente, la ciudad, los sistemas sociales, la creación (Apo 21:5).
• Ya no hay iglesia porque ya no hay necesidad de ella: Dios y el Cordero viven entre las personas.
• Se ha completado la misión de la Iglesia como la fuerza que construye el Reino (Apo 21:22).
• El Reino de Dios es el UNICO reino al final de los tiempos.
• Todas las naciones caminan a la luz de la gloria de Dios (Apo 21:22-24)
• El honor y la gloria de las naciones, todas sus contribuciones artísticas, culturales, políticas, científicas y espirituales (transformadas y sin constituir una tentación que alejen de la gloria de Dios) son traídas a la ciudad (Apo 21:24, 26).
• La Nueva Jerusalén es una ciudad de vida (Apo 22:1-3).
• La tierra misma es redimida y produce de nuevo los frutos y la sanidad que los humanos y las naciones necesitan (Apo 22:1-3)
• Nuestra verdadera vocación está una vez más al alcance nuestro, ya que “sus siervos lo adorarán” (Apo 22:3).
El Reino hoy: una realidad en construcción.
• Su total implementación y perfección se lograrán hasta la segunda venida de Cristo (nosotros no somos los autores del Reino, solo los co-laboradores y sus embajadores, 2 Cor 5:18-20, 1 Cor 3:9, 2 Cor 6:1).
• La Iglesia y los creyentes.
• Las señales del Reino: construirlo en nosotros y en nuestras relaciones (Mat 6:33, Mat 22:36-40)
Con Dios.
Con nosotros mismos.
Con nuestras familias, con los otros (personas, organizaciones y comunidades).
Con toda la Creación (trabajo, Col 3:22-24).
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Ene
2012