Módulo 202. Espíritu de Grecia.
CARACTERIZACIÓN GENERAL DEL ESPÍRITU DE GRECIA.
Oposición a lo divino:
La característica fundamental que la Palabra de Dios le asigna a este reino, tipo del gobierno espiritual que lo origina, es el bronce y en la Palabra de Dios el bronce es tipo del hombre, de lo humano, en contraposición al oro y a la plata que son tipos de lo divino. Para el reino del Mesías, dice en Isa 60:17 que Dios en vez de bronce traerá oro, y en vez de hierro traerá plata. En Job 6:12 este dice “¿Es mi carne de bronce?”, y en Isa 48:4, Isaías dice de los judíos: “Por cuanto conozco que eres duro…y tu frente de bronce”. Finalmente, en Apo 1:13-15, en el caso de la visión de Juan respecto a Jesús este dice que Aquel era “semejante al Hijo del Hombre” y que tenía los “pies semejantes al bronce bruñido…”
Vemos entonces que el bronce y lo humano van de la mano. El bronce también significa, en la Palabra de Dios, dureza, fuerza (Job 6:12), resistencia (Sal 107:16) y poder (Jer 1:18), riqueza (Isa 60:17), falta de amor (1 Cor 13:1) y pueblos irreligiosos e inmorales (Jer 6:28, Isa 48:4). Si se analizan cuidadosamente las características de la cultura griega, ésta cumple con todas ellas.
Encumbramiento de lo humano (endiosamiento, Gen 3:4-5).
Los griegos antiguos se caracterizaron por buscar incansablemente el conocimiento (mente) y el desarrollo del cuerpo, al punto de desarrollar una mente idólatra (intelectualismo y racionalismo) y orgullosa, a la par de una idolatría similar por todo lo relacionado con el cuerpo físico. La palabra filosofía se originó en Grecia y significa el amor al conocimiento. Y son precisamente estas características las que corresponden a este espíritu, y que encuentra su manifestación moderna es el humanismo secular, que entroniza al hombre por encima de Dios (Prov 16:25: “caminos que al hombre le parecen derechos en su propia opinión pero cuyo fin es la muerte”). El humanismo: busca destronar a Dios del centro de atención para poner, en su lugar, al hombre como si fuera un dios. Su expresión moderna es el movimiento de la nueva era, el cual enseña que el hombre es dios y que no necesita de un ser superior para su existencia.
En ese sentido es la contraposición a lo divino, y desemboca en irreligiosidad, o lo que es equivalente, en rebajar lo divino a nivel de lo humano, lo que ocurría con los dioses griegos, que en nada eran mejores, éticamente hablando, a los seres humanos. Y todo ello deriva en dureza, fuerza y resistencia a Dios y a sus principios.
Otra consecuencia derivada de ello es la inmoralidad, al no tener el ser humano un límite más allá de sí mismo y de sus propios criterios engañosos (recordemos que el corazón humano es lo más engañoso que existe, Jer 17:9, y su tendencia es siempre hacia el mal, Gen 6:5) entre el bien y el mal, al hacer de la ética y de las normas éticas algo determinado por el hombre mismo de acuerdo a sus modas y conveniencias (ética situacional), usurpando el papel de Dios, y que por lo mismo es el único que puede determinar (y de hecho lo hace) las normas éticas para su creación, y cuyas normas son permanentes, no sujetas a modas (la Palabra de Dios, que contiene los principios y valores éticos que deberían encuadrar la vida del ser humano no cambia, permanece para siempre, Sal 119:89, Isa 40:8, 1 Ped 1:23). Al respecto es importante recordar lo que dice Rom 1:18-32: “Porque la ira de Dios se revela desde el cielo contra toda impiedad e injusticia de los hombres que detienen con injusticia la verdad; porque lo que de Dios se conoce les es manifiesto, pues Dios se lo manifestó. Porque las cosas invisibles de él, su eterno poder y deidad, se hacen claramente visibles desde la creación del mundo, siendo entendidas por medio de las cosas hechas, de modo que no tienen excusa. Pues habiendo conocido a Dios, no le glorificaron como a Dios, ni le dieron gracias, sino que se envanecieron en sus razonamientos, y su necio corazón fue entenebrecido. Profesando ser sabios, se hicieron necios, y cambiaron la gloria del Dios incorruptible en semejanza de imagen de hombre corruptible, de aves, de cuadrúpedos y de reptiles Por lo cual también Dios los entregó a la inmundicia, en las concupiscencias de sus corazones, de modo que deshonraron entre sí sus propios cuerpos, ya que cambiaron la verdad de Dios por la mentira, honrando y dando culto a las criaturas antes que al Creador, el cual es bendito por los siglos. Amén. Por esto Dios los entregó a pasiones vergonzosas; pues aun sus mujeres cambiaron el uso natural por el que es contra naturaleza, y de igual modo también los hombres, dejando el uso natural de la mujer, se encendieron en su lascivia unos con otros, cometiendo hechos vergonzosos hombres con hombres, y recibiendo en sí mismos la retribución debida a su extravío. Y como ellos no aprobaron tener en cuenta a Dios, Dios los entregó a una mente reprobada, para hacer cosas que no convienen; estando atestados de toda injusticia, fornicación, perversidad, avaricia, maldad; llenos de envidia, homicidios, contiendas, engaños y malignidades; murmuradores, detractores, aborrecedores de Dios, injuriosos, soberbios, altivos, inventores de males, desobedientes a los padres, necios, desleales, sin afecto natural, implacables, sin misericordia; quienes habiendo entendido el juicio de Dios, que los que practican tales cosas son dignos de muerte, no sólo las hacen, sino que también se complacen con los que las practican.”
Por lo tanto es el espíritu que está a cargo de dirigir la acción de los espíritus demoníacos que provocan todo lo que menciona Rom 1:18-32.
Que las personas, habiendo conocido a Dios por medio de las cosas creadas, no lo reconocen, glorifican ni agradecen (se rebelan contra Dios). Es el espíritu que está detrás de la rebelión en contra de Dios y de Su Palabra, y cuya influencia a través de la “carne” se prolonga aún en los cristianos.
Que las personas en lugar de buscar a Dios y rendir sus vidas a Cristo, se envanezcan en sus propios razonamientos y se vuelven aborrecedoras de Dios. Son personas de acuerdo a lo que menciona la Palabra en Prov 16:25: “”Hay camino que parece derecho al hombre, pero su fin es camino de muerte”, y debido a ello, profesando ser sabios humanamente hablando, se vuelven necios delante de Dios. Como consecuencia de ello, despojan a Dios del centro del universo y en su lugar colocan, directa o indirectamente, al ser humano como el centro de todo, provocando una cultura humanística, o lo que en el ámbito cristiano se conoce como el “humanismo secular”.
Como consecuencia de no tener a Dios en su corazón y de no vivir en el temor de Dios, el corazón de estas personas se llena de tinieblas:
Como el ser humano fue creado con hambre de eternidad y de sobrenaturalidad en su corazón (Ecle 3:11) por ser hecho a imagen de Dios (eterno y sobrenatural), llena su necesidad de Dios sustituyendo o atribuyendo la gloria de El (sus características) por otras personas u objetos que lo sustituyan (Jer 17:5-6) dando lugar a todas las formas de idolatría conocidas.
Caen en la inmoralidad como consecuencia de una mente reprobada:
Injusticia, perversidad, maldad, malignidades, inventores de males.
Deshonran entre sí sus propios cuerpos (homosexualidad, lesbianismo).
Fornicación (cualquier forma de satisfacción de los deseos sexuales antinatural y/o fuera del matrimonio instituido por Dios).
Desobedientes a los padres (origen de cualquier forma de disfuncionalidad familiar, al ser culpables de lo mismo que juzgan en sus padres y aún más).
Necios, desleales, sin afecto natural, implacables, sin misericordia.
Avaricia, llenos de envidia (cualquier forma de sustitución de los valores espirituales y morales por el materialismo).
Homicidios, contiendas, engaños (cualquier forma de disfuncionalidad en las relaciones sociales a cualquier nivel: conflictos interpersonales, interraciales, interculturales, interreligiosos, internacionales, etc.).
Murmuradores, detractores, injuriosos.
Soberbios, altivos.
Negación de lo espiritual y sobrenatural, base de la incredulidad.
El espíritu de Grecia es la identificación bíblica (Dan 2:39, 10:20) del espíritu demoníaco que está detrás de toda la cultura occidental que se originó en Grecia y cuya característica más importante en general es el racionalismo o intelectualismo, y negando todo lo espiritual como estrategia para encubrir la acción de todo lo espiritual demoníaco, y de paso, la acción de Dios sobre el universo como Rey de todo lo creado. Es el espíritu que en el área de los fundamentos, se enfrenta directamente con la doctrina cristiana.
Promueve intensamente el intelectualismo para el que lo más importante es alcanzar títulos, reconocimiento humano y riquezas, por encima de Dios y de cualquier otra cosa. La razón, según el pensamiento griego, es la que rige el universo. La meta es desarrollar al hombre intelectualmente y, de esa manera, llevarlo a ser un dios por sí mismo. Niega todo aquello que no se puede explicar, desestimando y aboliendo claramente el concepto de vivir por fe pues esto no puede ser explicado por el método científico. Esta negación se manifiesta claramente en los fundamentos de la psicología que solo considera la “psique” (alma) y el “soma” (cuerpo) contrario a lo que dice la Palabra de Dios que es el ser humano: espíritu, alma y cuerpo (1Tes 5:23).
Cree más en lo que se puede ver a simple vista que en lo que no se puede ver. Desecha lo sobrenatural, porque pretende ocultar la existencia de los demonios, facilitando así su libertad de acción e impidiendo la liberación de las personas. En ese sentido es el enemigo número uno de lo sobrenatural divino (lo limita y si puede, lo elimina de la vida humana), y tiene una fuerte influencia sobre el mundo secular, y gradual y sutilmente también la ha ido ganando sobre la iglesia de Cristo (los judíos buscaban señales mientras que los griegos buscaban sabiduría, 1 Cor 1:22).
Esa misma negación de lo espiritual alimenta la incredulidad, llevando a las personas al reconocimiento solo de lo que es el resultado del conocimiento racional e intelectual, no la revelación y la iluminación. Es la actitud de Tomás cuando le hablaron de la resurrección de Lázaro: “ver para creer” (Jn 20:24-29).
Otras características específicas del espíritu de Grecia.
Analizando los fundamentos de todo lo helenístico (la cultura griega) y su influencia sobre los fundamentos de la “cultura occidental”, vemos también la influencia del espíritu de Grecia en los siguientes aspectos:
Las diosas Atenea, Sophia y Diana forman la estructura principal que sostiene el edificio:
Atenea: simboliza para los griegos la razón y la sabiduría.
Sophia: simboliza la sabiduría y el amor al conocimiento sobre todas las cosas.
Diana: es la diosa religiosa, también conocida como la reina del cielo, que da origen, pasando por Roma, al culto a María en la Iglesia Católica, y que a su vez deriva en la cultura griega, de la influencia de la diosa “Astarot” de la cultura cananea, que a su vez deriva de Babel, cuna de todo humanismo (“hagámonos un nombre”, Gen 11:4) y de toda religión e idolatría antibíblica, cuando Semiramis, la esposa de Nimrod, propagó la historia de la supervivencia de Nimrod como ser espiritual en su hijo Tammuz, que dio lugar a la elevación a la calidad de dios de Tammuz, y de diosa de Semiramis, iniciándose de esa manera la falsa religión y la idolatría.
Otras manifestaciones de su influencia son:
Amor por la belleza y la estética. Un exagerado interés por la belleza. La adoraban más que a Dios y se puede observar en la perspectiva que tenían de la escultura, la arquitectura y otros.
Amor y adoración por el cuerpo físico. Exaltaron de tal manera al cuerpo físico, que se convirtió en un objeto de pasión, lascivia y otros. Algunas de las manifestaciones modernas de esta faceta son el extremo énfasis en la dieta, la aparición y proliferación de los desórdenes alimenticios como la bulimia y la anorexia y la cirugía estética como forma de obtener una figura a la altura de los requerimientos estéticos de la moda, y solo secundariamente, como fuente de salud.
Amor a los deportes. Lo que está detrás de las olimpiadas es la competencia. Es un espíritu de competencia donde lo más importante es ser el mejor, no importa el precio y a cualquier precio.
El amor a la fama. Hacer cosas que deslumbren al ojo humano para buscar el estrellato, la fama, la posición y el espectáculo. Hacer cosas para que la gente lo vea, lo acepte.
El intelectualismo, el humanismo y el amor al cuerpo, combinados, dan como resultado conductas sexuales aberrantes y pornográficas. “Porno” es un espíritu griego de donde deriva la palabra “porneia” que se refiere a todos los abusos sexuales. Los griegos vivían sacrificando a su dios Porno abominaciones sexuales con animales, orgías, prostitución, etc., entre otros.
Es el que da origen al show, al teatro y a las máscaras. La palabra “actor” en el griego es la palabra hipócrita (culto a la imagen, en lugar de al carácter). Las máscaras se usaban para imitar a otra persona (doble personalidad). Una cosa en público, otra en privado, una cosa en un ambiente, otra en otro.
El sistema de entretenimiento: el teatro, la tragedia, etc. Es utilizar métodos humanos para atraer a las personas
La oratoria es el método griego para la exposición del conocimiento y el ganar discusiones y adeptos.
Fueron los creadores de la “farmakeia” (farmacia). Es el espíritu que se encuentra detrás de la dependencia de fármacos y drogas (y del narcotráfico). La forma como opera este espíritu es suministrándole una medicina que le cura una cosa, pero le acarrea efectos colaterales (secundarios) que hacen a las personas dependientes, adictas a las pastillas y a las drogas y las mantiene atadas por mucho tiempo.
La democracia (el gobierno del hombre, para el hombre y por el hombre; la voz del pueblo es la voz de Dios), que vino a sustituir la teocracia (el gobierno de Dios), es de origen griego.
El narcisismo. Significa la idolatría del yo. Personas que viven para ellos mismos y no para el Señor, enamorados de sus pecados y de sus miserias (endiosamiento).
El hedonismo. La búsqueda de los placeres de este mundo, la vanagloria, el dinero, la posición y el tener cosas materiales, antes que las cosas espirituales. El éxito visible aquí en la tierra se valora de acuerdo con la prosperidad, la posición, la fama y la influencia que puede alcanzar una persona. El mensaje de este espíritu se caracteriza porque denigra el dolor, el sacrificio, el pagar el precio y el sufrir por los demás.
Es el espíritu del anticristo.
La finalidad de este espíritu ha sido contribuir a alcanzar el sueño de su amo, satanás, de gobernar todo el mundo (Isa 14:12-14). Funciona como una estructura rígida, impregnada de razonamientos y filosofías humanas, que tienen como objetivo que el individuo llegue a ser un super hombre, y más aún, un super dios. Por ello es el espíritu que está detrás de la instalación en el poder mundial, en los últimos tiempos, del anti-cristo, y en este tiempo, de preparar todas las condiciones necesarias en lo filosófico, científico, educativo, político, social, cultural, etc., para que ello suceda, de tal manera que no sería remoto decir que es el espíritu que gobierna todo lo relacionado con las Naciones Unidas y la globalización.
En conclusión, el espíritu de Grecia, entonces, es el espíritu demoníaco, dirigido por satanás mismo, que está detrás de la formación de la cultura griega y de su expansión a todo el mundo mediante la filosofía, la educación, la ciencia, el arte y la cultura en general, y que para encubrir su verdadera naturaleza, engañosamente se disfraza como una cultura occidental, humanística, que se contrapone, sutil o descaradamente, a lo divino, y cuyo objetivo es ser la creencia de un mundo sin Dios en el cual satanas pueda obrar a sus anchas.
Oposición a lo divino:
La característica fundamental que la Palabra de Dios le asigna a este reino, tipo del gobierno espiritual que lo origina, es el bronce y en la Palabra de Dios el bronce es tipo del hombre, de lo humano, en contraposición al oro y a la plata que son tipos de lo divino. Para el reino del Mesías, dice en Isa 60:17 que Dios en vez de bronce traerá oro, y en vez de hierro traerá plata. En Job 6:12 este dice “¿Es mi carne de bronce?”, y en Isa 48:4, Isaías dice de los judíos: “Por cuanto conozco que eres duro…y tu frente de bronce”. Finalmente, en Apo 1:13-15, en el caso de la visión de Juan respecto a Jesús este dice que Aquel era “semejante al Hijo del Hombre” y que tenía los “pies semejantes al bronce bruñido…”
Vemos entonces que el bronce y lo humano van de la mano. El bronce también significa, en la Palabra de Dios, dureza, fuerza (Job 6:12), resistencia (Sal 107:16) y poder (Jer 1:18), riqueza (Isa 60:17), falta de amor (1 Cor 13:1) y pueblos irreligiosos e inmorales (Jer 6:28, Isa 48:4). Si se analizan cuidadosamente las características de la cultura griega, ésta cumple con todas ellas.
Encumbramiento de lo humano (endiosamiento, Gen 3:4-5).
Los griegos antiguos se caracterizaron por buscar incansablemente el conocimiento (mente) y el desarrollo del cuerpo, al punto de desarrollar una mente idólatra (intelectualismo y racionalismo) y orgullosa, a la par de una idolatría similar por todo lo relacionado con el cuerpo físico. La palabra filosofía se originó en Grecia y significa el amor al conocimiento. Y son precisamente estas características las que corresponden a este espíritu, y que encuentra su manifestación moderna es el humanismo secular, que entroniza al hombre por encima de Dios (Prov 16:25: “caminos que al hombre le parecen derechos en su propia opinión pero cuyo fin es la muerte”). El humanismo: busca destronar a Dios del centro de atención para poner, en su lugar, al hombre como si fuera un dios. Su expresión moderna es el movimiento de la nueva era, el cual enseña que el hombre es dios y que no necesita de un ser superior para su existencia.
En ese sentido es la contraposición a lo divino, y desemboca en irreligiosidad, o lo que es equivalente, en rebajar lo divino a nivel de lo humano, lo que ocurría con los dioses griegos, que en nada eran mejores, éticamente hablando, a los seres humanos. Y todo ello deriva en dureza, fuerza y resistencia a Dios y a sus principios.
Otra consecuencia derivada de ello es la inmoralidad, al no tener el ser humano un límite más allá de sí mismo y de sus propios criterios engañosos (recordemos que el corazón humano es lo más engañoso que existe, Jer 17:9, y su tendencia es siempre hacia el mal, Gen 6:5) entre el bien y el mal, al hacer de la ética y de las normas éticas algo determinado por el hombre mismo de acuerdo a sus modas y conveniencias (ética situacional), usurpando el papel de Dios, y que por lo mismo es el único que puede determinar (y de hecho lo hace) las normas éticas para su creación, y cuyas normas son permanentes, no sujetas a modas (la Palabra de Dios, que contiene los principios y valores éticos que deberían encuadrar la vida del ser humano no cambia, permanece para siempre, Sal 119:89, Isa 40:8, 1 Ped 1:23). Al respecto es importante recordar lo que dice Rom 1:18-32: “Porque la ira de Dios se revela desde el cielo contra toda impiedad e injusticia de los hombres que detienen con injusticia la verdad; porque lo que de Dios se conoce les es manifiesto, pues Dios se lo manifestó. Porque las cosas invisibles de él, su eterno poder y deidad, se hacen claramente visibles desde la creación del mundo, siendo entendidas por medio de las cosas hechas, de modo que no tienen excusa. Pues habiendo conocido a Dios, no le glorificaron como a Dios, ni le dieron gracias, sino que se envanecieron en sus razonamientos, y su necio corazón fue entenebrecido. Profesando ser sabios, se hicieron necios, y cambiaron la gloria del Dios incorruptible en semejanza de imagen de hombre corruptible, de aves, de cuadrúpedos y de reptiles Por lo cual también Dios los entregó a la inmundicia, en las concupiscencias de sus corazones, de modo que deshonraron entre sí sus propios cuerpos, ya que cambiaron la verdad de Dios por la mentira, honrando y dando culto a las criaturas antes que al Creador, el cual es bendito por los siglos. Amén. Por esto Dios los entregó a pasiones vergonzosas; pues aun sus mujeres cambiaron el uso natural por el que es contra naturaleza, y de igual modo también los hombres, dejando el uso natural de la mujer, se encendieron en su lascivia unos con otros, cometiendo hechos vergonzosos hombres con hombres, y recibiendo en sí mismos la retribución debida a su extravío. Y como ellos no aprobaron tener en cuenta a Dios, Dios los entregó a una mente reprobada, para hacer cosas que no convienen; estando atestados de toda injusticia, fornicación, perversidad, avaricia, maldad; llenos de envidia, homicidios, contiendas, engaños y malignidades; murmuradores, detractores, aborrecedores de Dios, injuriosos, soberbios, altivos, inventores de males, desobedientes a los padres, necios, desleales, sin afecto natural, implacables, sin misericordia; quienes habiendo entendido el juicio de Dios, que los que practican tales cosas son dignos de muerte, no sólo las hacen, sino que también se complacen con los que las practican.”
Por lo tanto es el espíritu que está a cargo de dirigir la acción de los espíritus demoníacos que provocan todo lo que menciona Rom 1:18-32.
Que las personas, habiendo conocido a Dios por medio de las cosas creadas, no lo reconocen, glorifican ni agradecen (se rebelan contra Dios). Es el espíritu que está detrás de la rebelión en contra de Dios y de Su Palabra, y cuya influencia a través de la “carne” se prolonga aún en los cristianos.
Que las personas en lugar de buscar a Dios y rendir sus vidas a Cristo, se envanezcan en sus propios razonamientos y se vuelven aborrecedoras de Dios. Son personas de acuerdo a lo que menciona la Palabra en Prov 16:25: “”Hay camino que parece derecho al hombre, pero su fin es camino de muerte”, y debido a ello, profesando ser sabios humanamente hablando, se vuelven necios delante de Dios. Como consecuencia de ello, despojan a Dios del centro del universo y en su lugar colocan, directa o indirectamente, al ser humano como el centro de todo, provocando una cultura humanística, o lo que en el ámbito cristiano se conoce como el “humanismo secular”.
Como consecuencia de no tener a Dios en su corazón y de no vivir en el temor de Dios, el corazón de estas personas se llena de tinieblas:
Como el ser humano fue creado con hambre de eternidad y de sobrenaturalidad en su corazón (Ecle 3:11) por ser hecho a imagen de Dios (eterno y sobrenatural), llena su necesidad de Dios sustituyendo o atribuyendo la gloria de El (sus características) por otras personas u objetos que lo sustituyan (Jer 17:5-6) dando lugar a todas las formas de idolatría conocidas.
Caen en la inmoralidad como consecuencia de una mente reprobada:
Injusticia, perversidad, maldad, malignidades, inventores de males.
Deshonran entre sí sus propios cuerpos (homosexualidad, lesbianismo).
Fornicación (cualquier forma de satisfacción de los deseos sexuales antinatural y/o fuera del matrimonio instituido por Dios).
Desobedientes a los padres (origen de cualquier forma de disfuncionalidad familiar, al ser culpables de lo mismo que juzgan en sus padres y aún más).
Necios, desleales, sin afecto natural, implacables, sin misericordia.
Avaricia, llenos de envidia (cualquier forma de sustitución de los valores espirituales y morales por el materialismo).
Homicidios, contiendas, engaños (cualquier forma de disfuncionalidad en las relaciones sociales a cualquier nivel: conflictos interpersonales, interraciales, interculturales, interreligiosos, internacionales, etc.).
Murmuradores, detractores, injuriosos.
Soberbios, altivos.
Negación de lo espiritual y sobrenatural, base de la incredulidad.
El espíritu de Grecia es la identificación bíblica (Dan 2:39, 10:20) del espíritu demoníaco que está detrás de toda la cultura occidental que se originó en Grecia y cuya característica más importante en general es el racionalismo o intelectualismo, y negando todo lo espiritual como estrategia para encubrir la acción de todo lo espiritual demoníaco, y de paso, la acción de Dios sobre el universo como Rey de todo lo creado. Es el espíritu que en el área de los fundamentos, se enfrenta directamente con la doctrina cristiana.
Promueve intensamente el intelectualismo para el que lo más importante es alcanzar títulos, reconocimiento humano y riquezas, por encima de Dios y de cualquier otra cosa. La razón, según el pensamiento griego, es la que rige el universo. La meta es desarrollar al hombre intelectualmente y, de esa manera, llevarlo a ser un dios por sí mismo. Niega todo aquello que no se puede explicar, desestimando y aboliendo claramente el concepto de vivir por fe pues esto no puede ser explicado por el método científico. Esta negación se manifiesta claramente en los fundamentos de la psicología que solo considera la “psique” (alma) y el “soma” (cuerpo) contrario a lo que dice la Palabra de Dios que es el ser humano: espíritu, alma y cuerpo (1Tes 5:23).
Cree más en lo que se puede ver a simple vista que en lo que no se puede ver. Desecha lo sobrenatural, porque pretende ocultar la existencia de los demonios, facilitando así su libertad de acción e impidiendo la liberación de las personas. En ese sentido es el enemigo número uno de lo sobrenatural divino (lo limita y si puede, lo elimina de la vida humana), y tiene una fuerte influencia sobre el mundo secular, y gradual y sutilmente también la ha ido ganando sobre la iglesia de Cristo (los judíos buscaban señales mientras que los griegos buscaban sabiduría, 1 Cor 1:22).
Esa misma negación de lo espiritual alimenta la incredulidad, llevando a las personas al reconocimiento solo de lo que es el resultado del conocimiento racional e intelectual, no la revelación y la iluminación. Es la actitud de Tomás cuando le hablaron de la resurrección de Lázaro: “ver para creer” (Jn 20:24-29).
Otras características específicas del espíritu de Grecia.
Analizando los fundamentos de todo lo helenístico (la cultura griega) y su influencia sobre los fundamentos de la “cultura occidental”, vemos también la influencia del espíritu de Grecia en los siguientes aspectos:
Las diosas Atenea, Sophia y Diana forman la estructura principal que sostiene el edificio:
Atenea: simboliza para los griegos la razón y la sabiduría.
Sophia: simboliza la sabiduría y el amor al conocimiento sobre todas las cosas.
Diana: es la diosa religiosa, también conocida como la reina del cielo, que da origen, pasando por Roma, al culto a María en la Iglesia Católica, y que a su vez deriva en la cultura griega, de la influencia de la diosa “Astarot” de la cultura cananea, que a su vez deriva de Babel, cuna de todo humanismo (“hagámonos un nombre”, Gen 11:4) y de toda religión e idolatría antibíblica, cuando Semiramis, la esposa de Nimrod, propagó la historia de la supervivencia de Nimrod como ser espiritual en su hijo Tammuz, que dio lugar a la elevación a la calidad de dios de Tammuz, y de diosa de Semiramis, iniciándose de esa manera la falsa religión y la idolatría.
Otras manifestaciones de su influencia son:
Amor por la belleza y la estética. Un exagerado interés por la belleza. La adoraban más que a Dios y se puede observar en la perspectiva que tenían de la escultura, la arquitectura y otros.
Amor y adoración por el cuerpo físico. Exaltaron de tal manera al cuerpo físico, que se convirtió en un objeto de pasión, lascivia y otros. Algunas de las manifestaciones modernas de esta faceta son el extremo énfasis en la dieta, la aparición y proliferación de los desórdenes alimenticios como la bulimia y la anorexia y la cirugía estética como forma de obtener una figura a la altura de los requerimientos estéticos de la moda, y solo secundariamente, como fuente de salud.
Amor a los deportes. Lo que está detrás de las olimpiadas es la competencia. Es un espíritu de competencia donde lo más importante es ser el mejor, no importa el precio y a cualquier precio.
El amor a la fama. Hacer cosas que deslumbren al ojo humano para buscar el estrellato, la fama, la posición y el espectáculo. Hacer cosas para que la gente lo vea, lo acepte.
El intelectualismo, el humanismo y el amor al cuerpo, combinados, dan como resultado conductas sexuales aberrantes y pornográficas. “Porno” es un espíritu griego de donde deriva la palabra “porneia” que se refiere a todos los abusos sexuales. Los griegos vivían sacrificando a su dios Porno abominaciones sexuales con animales, orgías, prostitución, etc., entre otros.
Es el que da origen al show, al teatro y a las máscaras. La palabra “actor” en el griego es la palabra hipócrita (culto a la imagen, en lugar de al carácter). Las máscaras se usaban para imitar a otra persona (doble personalidad). Una cosa en público, otra en privado, una cosa en un ambiente, otra en otro.
El sistema de entretenimiento: el teatro, la tragedia, etc. Es utilizar métodos humanos para atraer a las personas
La oratoria es el método griego para la exposición del conocimiento y el ganar discusiones y adeptos.
Fueron los creadores de la “farmakeia” (farmacia). Es el espíritu que se encuentra detrás de la dependencia de fármacos y drogas (y del narcotráfico). La forma como opera este espíritu es suministrándole una medicina que le cura una cosa, pero le acarrea efectos colaterales (secundarios) que hacen a las personas dependientes, adictas a las pastillas y a las drogas y las mantiene atadas por mucho tiempo.
La democracia (el gobierno del hombre, para el hombre y por el hombre; la voz del pueblo es la voz de Dios), que vino a sustituir la teocracia (el gobierno de Dios), es de origen griego.
El narcisismo. Significa la idolatría del yo. Personas que viven para ellos mismos y no para el Señor, enamorados de sus pecados y de sus miserias (endiosamiento).
El hedonismo. La búsqueda de los placeres de este mundo, la vanagloria, el dinero, la posición y el tener cosas materiales, antes que las cosas espirituales. El éxito visible aquí en la tierra se valora de acuerdo con la prosperidad, la posición, la fama y la influencia que puede alcanzar una persona. El mensaje de este espíritu se caracteriza porque denigra el dolor, el sacrificio, el pagar el precio y el sufrir por los demás.
Es el espíritu del anticristo.
La finalidad de este espíritu ha sido contribuir a alcanzar el sueño de su amo, satanás, de gobernar todo el mundo (Isa 14:12-14). Funciona como una estructura rígida, impregnada de razonamientos y filosofías humanas, que tienen como objetivo que el individuo llegue a ser un super hombre, y más aún, un super dios. Por ello es el espíritu que está detrás de la instalación en el poder mundial, en los últimos tiempos, del anti-cristo, y en este tiempo, de preparar todas las condiciones necesarias en lo filosófico, científico, educativo, político, social, cultural, etc., para que ello suceda, de tal manera que no sería remoto decir que es el espíritu que gobierna todo lo relacionado con las Naciones Unidas y la globalización.
En conclusión, el espíritu de Grecia, entonces, es el espíritu demoníaco, dirigido por satanás mismo, que está detrás de la formación de la cultura griega y de su expansión a todo el mundo mediante la filosofía, la educación, la ciencia, el arte y la cultura en general, y que para encubrir su verdadera naturaleza, engañosamente se disfraza como una cultura occidental, humanística, que se contrapone, sutil o descaradamente, a lo divino, y cuyo objetivo es ser la creencia de un mundo sin Dios en el cual satanas pueda obrar a sus anchas.
04
Feb
2012