Módulo 202 Espíritu de Grecia.
LIBERTAD DEL ESPÍRITU DE GRECIA (ZAC 9:12-13).
Zac 9:12-13: “Volveos a la fortaleza, oh prisioneros de esperanza; hoy también os anuncio que os restauraré el doble. Porque he entesado para mí a Judá como arco, e hice a Efraín su flecha, y despertaré a tus hijos, oh Sion, contra tus hijos, oh Grecia, y te pondré como espada de valiente.”
Jer 6:16: “Así dijo Jehová: Paraos en los caminos, y mirad, y preguntad por las sendas antiguas, cuál sea el buen camino, y andad por él, y hallaréis descanso para vuestra alma. Mas dijeron: No andaremos.
Jer 18:15: “Porque mi pueblo me ha olvidado, incensando a lo que es vanidad, y ha tropezado en sus caminos, en las sendas antiguas, para que camine por sendas y no por camino transitado,”
Aún cuando se nos tilde de fundamentalistas (y en verdad, lo somos, en contraposición a los liberales, humanistas, humanizadores y modernistas), lo que consideramos que necesita la Iglesia es volver al modelo que nos dejó establecido claramente el Señor en Su Palabra (los Evangelios, el Libro de los Hechos y las Epístolas) y seamos cuidadosos con las advertencias del Libro de Apocalipsis a las iglesias (Caps. 2 y 3), y hagamos un análisis honesto de nuestras iglesias y actividades para que corrijamos aquellos aspectos en los cuales en lugar de ser influidos por la Palabra nos hemos dejado influir por las corrientes del mundo.
Para lograrlo, en lugar de correr hacia cada nueva conferencia de liderazgo y/o modelos de crecimiento, necesitamos escudriñar minuciosamente la Palabra de Dios (Jn 5:39), y específicamente el Nuevo Testamento, con la guianza y en la comunión del Espíritu de Dios para detectar aquellas áreas, actividades, métodos y principios en los que nos hemos basado que se apartan del modelo de Dios para Su Iglesia, buscando y reconociendo las diferentes fuentes de influencia del espíritu de Grecia en nuestras vidas y en los ministerios que el Señor nos ha dado o en los que participamos (“no ignorando sus maquinaciones para que no gane ninguna ventaja sobre nosotros”, 2 Cor 2:11, 2 Cor 10:4-6) y volvernos a los principios y métodos de Dios (Sal 119:59).
Necesitamos arrepentirnos y renunciar a toda fortaleza (forma de pensamiento y argumentos) derivada de ese espíritu que produce vidas secas y no poder andar en la plenitud de lo sobrenatural (1 Jn 1:9).
Necesitamos retomar periódicamente, por los nuevos convertidos, los miembros que se añadan a la iglesia y las nuevas formas de actuar que este espíritu puede desarrollar, la enseñanza acerca de este espíritu, los principios y métodos que utiliza, y las consecuencias de su influencia en el mundo y en la iglesia, de tal manera que toda la iglesia pueda estar preparada para descubrir sus maquinaciones, y aprovechar estos procesos de re-enseñanza para evaluar nuestras vidas y ministerios a fin de desarraigar cualquier signo de su operación en contra de nosotros, nuestra familia, y el ministerio en el que activamos.
Establecer procesos constantes y permanentes de guerra espiritual en el poder de Dios para evitar que ese espíritu se introduzca nuevamente por medio de sutilezas (oración, intercesión, enseñanza constante porque la Palabra nos hace libres, y todas las demás actividades guerreras necesarias). Una de las maneras también eficaces de hacer guerra contra este espíritu es demostrar lo sobrenatural (“provocarlo”, “forzarlo”): milagros, sanidades, prodigios, profecía y otros.
Valorar, buscar y desarrollar la comunión, llenura y guianza constante del Espíritu Santo, para que sea revelada a nosotros y andemos bajo la unción y el carácter de la Iglesia del Libro de los Hechos, la unción y carácter apostólicos (1 Cor 2:1-5) que nos llevará a toda la Iglesia (aunque reconocemos que todo empieza por la cabeza, por la autoridad designada por Dios) a un nivel absolutamente sobrenatural en todas las áreas de nuestras vidas y actividades.
Zac 9:12-13: “Volveos a la fortaleza, oh prisioneros de esperanza; hoy también os anuncio que os restauraré el doble. Porque he entesado para mí a Judá como arco, e hice a Efraín su flecha, y despertaré a tus hijos, oh Sion, contra tus hijos, oh Grecia, y te pondré como espada de valiente.”
Jer 6:16: “Así dijo Jehová: Paraos en los caminos, y mirad, y preguntad por las sendas antiguas, cuál sea el buen camino, y andad por él, y hallaréis descanso para vuestra alma. Mas dijeron: No andaremos.
Jer 18:15: “Porque mi pueblo me ha olvidado, incensando a lo que es vanidad, y ha tropezado en sus caminos, en las sendas antiguas, para que camine por sendas y no por camino transitado,”
Aún cuando se nos tilde de fundamentalistas (y en verdad, lo somos, en contraposición a los liberales, humanistas, humanizadores y modernistas), lo que consideramos que necesita la Iglesia es volver al modelo que nos dejó establecido claramente el Señor en Su Palabra (los Evangelios, el Libro de los Hechos y las Epístolas) y seamos cuidadosos con las advertencias del Libro de Apocalipsis a las iglesias (Caps. 2 y 3), y hagamos un análisis honesto de nuestras iglesias y actividades para que corrijamos aquellos aspectos en los cuales en lugar de ser influidos por la Palabra nos hemos dejado influir por las corrientes del mundo.
Para lograrlo, en lugar de correr hacia cada nueva conferencia de liderazgo y/o modelos de crecimiento, necesitamos escudriñar minuciosamente la Palabra de Dios (Jn 5:39), y específicamente el Nuevo Testamento, con la guianza y en la comunión del Espíritu de Dios para detectar aquellas áreas, actividades, métodos y principios en los que nos hemos basado que se apartan del modelo de Dios para Su Iglesia, buscando y reconociendo las diferentes fuentes de influencia del espíritu de Grecia en nuestras vidas y en los ministerios que el Señor nos ha dado o en los que participamos (“no ignorando sus maquinaciones para que no gane ninguna ventaja sobre nosotros”, 2 Cor 2:11, 2 Cor 10:4-6) y volvernos a los principios y métodos de Dios (Sal 119:59).
Necesitamos arrepentirnos y renunciar a toda fortaleza (forma de pensamiento y argumentos) derivada de ese espíritu que produce vidas secas y no poder andar en la plenitud de lo sobrenatural (1 Jn 1:9).
Necesitamos retomar periódicamente, por los nuevos convertidos, los miembros que se añadan a la iglesia y las nuevas formas de actuar que este espíritu puede desarrollar, la enseñanza acerca de este espíritu, los principios y métodos que utiliza, y las consecuencias de su influencia en el mundo y en la iglesia, de tal manera que toda la iglesia pueda estar preparada para descubrir sus maquinaciones, y aprovechar estos procesos de re-enseñanza para evaluar nuestras vidas y ministerios a fin de desarraigar cualquier signo de su operación en contra de nosotros, nuestra familia, y el ministerio en el que activamos.
Establecer procesos constantes y permanentes de guerra espiritual en el poder de Dios para evitar que ese espíritu se introduzca nuevamente por medio de sutilezas (oración, intercesión, enseñanza constante porque la Palabra nos hace libres, y todas las demás actividades guerreras necesarias). Una de las maneras también eficaces de hacer guerra contra este espíritu es demostrar lo sobrenatural (“provocarlo”, “forzarlo”): milagros, sanidades, prodigios, profecía y otros.
Valorar, buscar y desarrollar la comunión, llenura y guianza constante del Espíritu Santo, para que sea revelada a nosotros y andemos bajo la unción y el carácter de la Iglesia del Libro de los Hechos, la unción y carácter apostólicos (1 Cor 2:1-5) que nos llevará a toda la Iglesia (aunque reconocemos que todo empieza por la cabeza, por la autoridad designada por Dios) a un nivel absolutamente sobrenatural en todas las áreas de nuestras vidas y actividades.
04
Feb
2012