Servir, influír y ministrar (propósito y diseño).
SERVIR, INFLUIR Y MINISTRAR.
(Propósito y diseño).
¿CUÁL ES, BÍBLICAMENTE, EL SIGNIFICADO DE LA VIDA CRISTIANA?
¿Ser salvos y asistir a la iglesia? ¿De vez en cuando leer la Biblia y orar? ¿Dejar de cometer los pecados más relevantes o más evidentes?
Bíblicamente hablando, el cristianismo implica todo lo anterior como algo constante, y:
• Un estilo de vida, una forma de vivir todos los días (Rom 12:2).
• Influencia para transformar el ambiente (Rom 8:19-21, Mat 5:13-16, Mat 13:33).
• Servir a las personas que nos rodean: la milla extra (Mat 5:39-48).
• Compartir el evangelio.
• Impartir el poder de Dios para transformar las vidas y circunstancias (Mar 16:15-18).
ROM 8:28-29.
La voluntad de Dios para cada creyente es que sea conformado a la imagen de Cristo.
• Cristo: un siervo (Fil 2:5-8).
• Cristo: un líder que influencia en la vida de otros.
• Cristo: un ministro.
Un creyente no solo necesita ser salvo sino también ser un discípulo de Cristo (Mat 28:18-20).
Ello implica ser como Cristo: siervo, ministro y líder (tres facetas de lo mismo).
Fuimos diseñados y equipados por Dios para servir, influir y ministrar.
• Servir: Mar 10:42-45.
• Influir y liderar: Mat 28.18-20, 2 Tim 2:2.
• Ministrar: 2 Cor 5.17-18, Mar 16:15-18.
No fuimos diseñados para ser espectadores, ni para estar sentados en la banca /Mat 25:14-30, la parábola de los talentos): vamos a dar cuenta de los dones y el llamamiento.
MAR 3:13-15.
Jesús nos llamó para dos cosas:
• Para estar con El: comunión, formación y enseñanza.
• Para darnos autoridad para predicar, sanar enfermos, liberar endemoniados.
Cuando Dios llama, también equipa, activa, habilita.
Nuestra parte es desarrollar el equipo que Dios nos ha dado y activar en ello.
Eso equivale a “negociar”: producir resultados, frutos (parábola de los talentos).
• Frutos de servicio: ayudar, animar, exhortar, apoyar, consolar, etc.
• Frutos de influencia: enseñar, que nos busquen, que nos imiten.
• Frutos de ministerio: salvos, sanos, liberados, reproduciéndonos, etc.
PROV 4:18.
La vida del creyente fue diseñada por Dios para ir en aumento (madurez, perfeccionamiento).
El servicio, la influencia, el ministerio son medios y expresiones de la madurez y el perfeccionamiento.
Efe 4:11-13: la función de la iglesia es perfeccionar (entrenar) a los santos para la obra del ministerio.
Heb 5:12: debiendo ser ya maestros (estar sirviendo, ministrando, enseñando, influyendo), todavía tienen necesidad de leche y no de alimento sólido.
CADA CREYENTE:
Necesitamos tomar la decisión de servir, influir y ministrar en cada etapa de nuestro desarrollo espiritual y de acuerdo con los talentos que en ese momento tengamos.
(Propósito y diseño).
¿CUÁL ES, BÍBLICAMENTE, EL SIGNIFICADO DE LA VIDA CRISTIANA?
¿Ser salvos y asistir a la iglesia? ¿De vez en cuando leer la Biblia y orar? ¿Dejar de cometer los pecados más relevantes o más evidentes?
Bíblicamente hablando, el cristianismo implica todo lo anterior como algo constante, y:
• Un estilo de vida, una forma de vivir todos los días (Rom 12:2).
• Influencia para transformar el ambiente (Rom 8:19-21, Mat 5:13-16, Mat 13:33).
• Servir a las personas que nos rodean: la milla extra (Mat 5:39-48).
• Compartir el evangelio.
• Impartir el poder de Dios para transformar las vidas y circunstancias (Mar 16:15-18).
ROM 8:28-29.
La voluntad de Dios para cada creyente es que sea conformado a la imagen de Cristo.
• Cristo: un siervo (Fil 2:5-8).
• Cristo: un líder que influencia en la vida de otros.
• Cristo: un ministro.
Un creyente no solo necesita ser salvo sino también ser un discípulo de Cristo (Mat 28:18-20).
Ello implica ser como Cristo: siervo, ministro y líder (tres facetas de lo mismo).
Fuimos diseñados y equipados por Dios para servir, influir y ministrar.
• Servir: Mar 10:42-45.
• Influir y liderar: Mat 28.18-20, 2 Tim 2:2.
• Ministrar: 2 Cor 5.17-18, Mar 16:15-18.
No fuimos diseñados para ser espectadores, ni para estar sentados en la banca /Mat 25:14-30, la parábola de los talentos): vamos a dar cuenta de los dones y el llamamiento.
MAR 3:13-15.
Jesús nos llamó para dos cosas:
• Para estar con El: comunión, formación y enseñanza.
• Para darnos autoridad para predicar, sanar enfermos, liberar endemoniados.
Cuando Dios llama, también equipa, activa, habilita.
Nuestra parte es desarrollar el equipo que Dios nos ha dado y activar en ello.
Eso equivale a “negociar”: producir resultados, frutos (parábola de los talentos).
• Frutos de servicio: ayudar, animar, exhortar, apoyar, consolar, etc.
• Frutos de influencia: enseñar, que nos busquen, que nos imiten.
• Frutos de ministerio: salvos, sanos, liberados, reproduciéndonos, etc.
PROV 4:18.
La vida del creyente fue diseñada por Dios para ir en aumento (madurez, perfeccionamiento).
El servicio, la influencia, el ministerio son medios y expresiones de la madurez y el perfeccionamiento.
Efe 4:11-13: la función de la iglesia es perfeccionar (entrenar) a los santos para la obra del ministerio.
Heb 5:12: debiendo ser ya maestros (estar sirviendo, ministrando, enseñando, influyendo), todavía tienen necesidad de leche y no de alimento sólido.
CADA CREYENTE:
Necesitamos tomar la decisión de servir, influir y ministrar en cada etapa de nuestro desarrollo espiritual y de acuerdo con los talentos que en ese momento tengamos.
22
Jun
2008