La oración.
Oración de honra. "Santificado sea tu nombre."
Esta parte de la oración tiene que ver con el reconocimiento de que Dios, nuestro Padre es santo, y la consiguiente necesidad de que nosotros como sus hijos e hijas, seamos santos también. En esta parte de la oración podemos expresarle del corazón a nuestro Dios, Padre y Rey, cosas como las siguientes:
• Te alabamos Padre porque Tú eres Santo y Bueno, en Ti todo es Justicia y Verdad. No hay engaño en Tu boca ni en nada de lo que piensas o haces (Sal 97:2, Num 23:19)
• Exaltamos Tu Nombre porque Tú eres Santo y nos postramos delante de ti por ello (Sal 99:9) porque toda la tierra está llena de Tu Gloria (Isa 6:3).
• Santificanos Señor para que seamos santos como Tú eres Santo (1 Tes 5:23, 1 Ped 1.13-16).
• Que nuestro corazón aborrezca el pecado como lo aborreces Tú; que nuestro caminar sea en Verdad como Tú eres Verdad; que nuestro caminar muestre Tu Justicia porque Tú nos has hecho Tu Justicia en Cristo (2 Cor 5:21)
• Gracias Señor porque Tú nos has dado Tu naturaleza y por ella nosotros hemos sido hechos santos y justos (2 Ped 1:4). Ayúdanos, por Tú Espíritu Santo que vive en nosotros a ser llenos del poder para poder manifestar esa santidad y justicia en todos los hechos de nuestra vida obedeciendo tus mandamientos (Jn 14:15-17).
• Te alabamos Señor porque tú nos has hecho santos, apartados y consagrados para ti (Lev 20:26, Apo 1:5-6) para que testifiquemos con nuestras vidas de ti (1 Ped 2:9-10, Hch 1:8).
• Señor, haz notorio Tu Santo Nombre entre todas las naciones, y no dejes que Tu Nombre sea profanada nunca más en medio de ellas sino que reconozcan que Tu eres Jehová, el Santo de Israel, de toda la tierra y de todo el Universo (Ezeq 39:7).
• Señor, guíame por Tu Espíritu Santo para que todo lo que haga en este día y todos los días de mi vida sea para Tu Gloria y Honra y para que Tú seas reconocido como Santo (Col 3.23-24).
La idea, en esta parte de nuestra oración es reconocer la Santidad del Señor y reconociéndola, que nosotros también reconozcamos, que como hijos e hijas de Él necesitamos ser santos en toda nuestra manera de vivir y que nos conduzcamos todo el día y todo el tiempo, en todo lugar y en toda actividad, con el siguiente pensamiento:
1 Ped 1:13-19. "Por tanto, ceñid los lomos de vuestro entendimiento, sed sobrios, y esperad por completo en la gracia que se os traerá cuando Jesucristo sea manifestado; como hijos obedientes, no os conforméis a los deseos que antes teníais estando en vuestra ignorancia; sino, como aquel que os llamó es santo, sed también vosotros santos en toda vuestra manera de vivir; porque escrito está: Sed santos, porque yo soy santo. Y si invocáis por Padre a aquel que sin acepción de personas juzga según la obra de cada uno, conducíos en temor todo el tiempo de vuestra peregrinación; sabiendo que fuisteis rescatados de vuestra vana manera de vivir, la cual recibisteis de vuestros padres, no con cosas corruptibles, como oro o plata, sino con la sangre preciosa de Cristo, como de un cordero sin mancha y sin contaminación,"
Esta parte de la oración tiene que ver con el reconocimiento de que Dios, nuestro Padre es santo, y la consiguiente necesidad de que nosotros como sus hijos e hijas, seamos santos también. En esta parte de la oración podemos expresarle del corazón a nuestro Dios, Padre y Rey, cosas como las siguientes:
• Te alabamos Padre porque Tú eres Santo y Bueno, en Ti todo es Justicia y Verdad. No hay engaño en Tu boca ni en nada de lo que piensas o haces (Sal 97:2, Num 23:19)
• Exaltamos Tu Nombre porque Tú eres Santo y nos postramos delante de ti por ello (Sal 99:9) porque toda la tierra está llena de Tu Gloria (Isa 6:3).
• Santificanos Señor para que seamos santos como Tú eres Santo (1 Tes 5:23, 1 Ped 1.13-16).
• Que nuestro corazón aborrezca el pecado como lo aborreces Tú; que nuestro caminar sea en Verdad como Tú eres Verdad; que nuestro caminar muestre Tu Justicia porque Tú nos has hecho Tu Justicia en Cristo (2 Cor 5:21)
• Gracias Señor porque Tú nos has dado Tu naturaleza y por ella nosotros hemos sido hechos santos y justos (2 Ped 1:4). Ayúdanos, por Tú Espíritu Santo que vive en nosotros a ser llenos del poder para poder manifestar esa santidad y justicia en todos los hechos de nuestra vida obedeciendo tus mandamientos (Jn 14:15-17).
• Te alabamos Señor porque tú nos has hecho santos, apartados y consagrados para ti (Lev 20:26, Apo 1:5-6) para que testifiquemos con nuestras vidas de ti (1 Ped 2:9-10, Hch 1:8).
• Señor, haz notorio Tu Santo Nombre entre todas las naciones, y no dejes que Tu Nombre sea profanada nunca más en medio de ellas sino que reconozcan que Tu eres Jehová, el Santo de Israel, de toda la tierra y de todo el Universo (Ezeq 39:7).
• Señor, guíame por Tu Espíritu Santo para que todo lo que haga en este día y todos los días de mi vida sea para Tu Gloria y Honra y para que Tú seas reconocido como Santo (Col 3.23-24).
La idea, en esta parte de nuestra oración es reconocer la Santidad del Señor y reconociéndola, que nosotros también reconozcamos, que como hijos e hijas de Él necesitamos ser santos en toda nuestra manera de vivir y que nos conduzcamos todo el día y todo el tiempo, en todo lugar y en toda actividad, con el siguiente pensamiento:
1 Ped 1:13-19. "Por tanto, ceñid los lomos de vuestro entendimiento, sed sobrios, y esperad por completo en la gracia que se os traerá cuando Jesucristo sea manifestado; como hijos obedientes, no os conforméis a los deseos que antes teníais estando en vuestra ignorancia; sino, como aquel que os llamó es santo, sed también vosotros santos en toda vuestra manera de vivir; porque escrito está: Sed santos, porque yo soy santo. Y si invocáis por Padre a aquel que sin acepción de personas juzga según la obra de cada uno, conducíos en temor todo el tiempo de vuestra peregrinación; sabiendo que fuisteis rescatados de vuestra vana manera de vivir, la cual recibisteis de vuestros padres, no con cosas corruptibles, como oro o plata, sino con la sangre preciosa de Cristo, como de un cordero sin mancha y sin contaminación,"
03
Nov
2014