Los creyentes y la política.
Los creyentes y la política.
No solo es deseable, sino necesario, a la luz de las enseñanzas de la Palabra de Dios y de la situación actual de las naciones, que los y las creyentes con el llamado a trabajar en el campo de gobierno y político, se armen de los principios de la Palabra de Dios, se adiestren y preparen para acceder a esos cargos y los desempeñen de manera ejemplar para la gloria de Dios. El llamado está clarísimo en muchos pasajes de las Escrituras : Mar 10:42-45, Mat 20:25-28, Deut 17:14-20, Rom 13.1-6, Prov 29:2; así como en el ejemplo de tantos hombres de Dios que ejercieron las tareas de gobierno de una manera ejemplar, aún en medio de reinados impíos: José, Daniel y sus tres amigos, Nehemías, Ester y Mardoqueo, además de Abraham, Josué, los Jueces, David, Salomón, etc.
Aún cuando lo desarrollaremos más adelante, el ejercicio de la actividad política, así como el ejercicio de cualquier profesión, no solo las eclesiásticas, cuando lo desarrollamos bajo los principios de la Palabra de Dios y para la gloria de Dios, es un llamado y un ministerio, al que le corresponden una unción y dones específicos.
• José, mediante sueños, recibió el llamado a gobernar en dos sueños que compartió con sus hermanos y con su padre (Gen 37:5-10).
• David, mediante Samuel recibió el llamado a gobernar y la unción correspondiente (1 Sam 16:1-13).
• Los llamados a juzgar al pueblo en el desierto para ayudar a Moisés, recibieron la misma unción que éste para hacerlo (Exo 28:13-27).
• La Palabra menciona el don de presidir, que equivale al don de gobierno, como un don que se imparte a los creyentes en general, no solo a los que funcionan en puestos de autoridad dentro de la Iglesia:
○ Rom 12:4-8. "Porque de la manera que en un cuerpo tenemos muchos miembros, pero no todos los miembros tienen la misma función, así nosotros, siendo muchos, somos un cuerpo en Cristo, y todos miembros los unos de los otros. De manera que, teniendo diferentes dones, según la gracia que nos es dada, si el de profecía, úsese conforme a la medida de la fe; o si de servicio, en servir; o el que enseña, en la enseñanza; el que exhorta, en la exhortación; el que reparte, con liberalidad; el que preside, con solicitud; el que hace misericordia, con alegría."
Todos estos dones, en mayor o menor medida, son aplicables no solo en la iglesia, sino también en lo político y gubernamental y en cualquiera de las actividades de la vida cotidiana de una nación (empresas, educación, medios de comunicación, etc.).
No solo es deseable, sino necesario, a la luz de las enseñanzas de la Palabra de Dios y de la situación actual de las naciones, que los y las creyentes con el llamado a trabajar en el campo de gobierno y político, se armen de los principios de la Palabra de Dios, se adiestren y preparen para acceder a esos cargos y los desempeñen de manera ejemplar para la gloria de Dios. El llamado está clarísimo en muchos pasajes de las Escrituras : Mar 10:42-45, Mat 20:25-28, Deut 17:14-20, Rom 13.1-6, Prov 29:2; así como en el ejemplo de tantos hombres de Dios que ejercieron las tareas de gobierno de una manera ejemplar, aún en medio de reinados impíos: José, Daniel y sus tres amigos, Nehemías, Ester y Mardoqueo, además de Abraham, Josué, los Jueces, David, Salomón, etc.
Aún cuando lo desarrollaremos más adelante, el ejercicio de la actividad política, así como el ejercicio de cualquier profesión, no solo las eclesiásticas, cuando lo desarrollamos bajo los principios de la Palabra de Dios y para la gloria de Dios, es un llamado y un ministerio, al que le corresponden una unción y dones específicos.
• José, mediante sueños, recibió el llamado a gobernar en dos sueños que compartió con sus hermanos y con su padre (Gen 37:5-10).
• David, mediante Samuel recibió el llamado a gobernar y la unción correspondiente (1 Sam 16:1-13).
• Los llamados a juzgar al pueblo en el desierto para ayudar a Moisés, recibieron la misma unción que éste para hacerlo (Exo 28:13-27).
• La Palabra menciona el don de presidir, que equivale al don de gobierno, como un don que se imparte a los creyentes en general, no solo a los que funcionan en puestos de autoridad dentro de la Iglesia:
○ Rom 12:4-8. "Porque de la manera que en un cuerpo tenemos muchos miembros, pero no todos los miembros tienen la misma función, así nosotros, siendo muchos, somos un cuerpo en Cristo, y todos miembros los unos de los otros. De manera que, teniendo diferentes dones, según la gracia que nos es dada, si el de profecía, úsese conforme a la medida de la fe; o si de servicio, en servir; o el que enseña, en la enseñanza; el que exhorta, en la exhortación; el que reparte, con liberalidad; el que preside, con solicitud; el que hace misericordia, con alegría."
Todos estos dones, en mayor o menor medida, son aplicables no solo en la iglesia, sino también en lo político y gubernamental y en cualquiera de las actividades de la vida cotidiana de una nación (empresas, educación, medios de comunicación, etc.).
22
Mar
2016