Mayordomía (05). Niveles, tipos y áreas.
NIVELES DE MAYORDOMÍA.
• El mayordomo malo.
• El mayordomo bueno.
• El mayordomo fiel.
• El mayordomo irreprensible.
El mayordomo malo (Luc 16.1, 8).
Mayordomía muy deficiente y llena de actitudes equivocadas.
Muchos errores y desatinos: se convierte en acusado.
Derrocha bienes: se desperdician muchos de los recursos y talentos actuando con mucha ineficiencia.
Injusto: una persona llena de errores.
Es puesto fuera: peligro de perder su posición, sus privilegios y sus funciones.
El mayordomo bueno (1 Ped 4.10).
Responsabilidad.
Desarrolla sus virtudes, permite que el Espíritu Santo desarrolle en él las virtudes de Cristo.
No labora por presión, interés, compromiso humano, temor; lo hace por gratitud, amor, dedicación y compromiso con Dios.
Produce beneficio: tanto él como las personas a su alrededor reciben los beneficios de su conducta.
Alcanza el propósito de Dios para su vida.
El mayordomo fiel (1 Cor 4:1-2).
Ha adquirido mayores niveles de capacidad y eficacia.
Hallado: ha sido sometido a un escrutinio, una prueba, un tiempo de padecimiento y adversidad y ha logrado permanecer firme en medio de cualquiera de ellas y de cualquier circunstancia que se oponga a su tarea hacia Dios.
Confiable: cumple con la asignación recibida y en el tiempo determinado, y lo hace sin necesidad de que nadie esté detrás de él supervisándolo, empujándolo, etc.
Certero: hace lo que Dios quiere, y lo hace bien.
Lleno de fe: se apoya en la fe para cumplir con sus asignaciones, lo que le permite apropiarse de las promesas y la Palabra de Dios para cumplir con su misión ante Dios.
El mayordomo irreprensible (Tito 1:7-8).
Sin acusación, irreprochable, sin mancha: no se encuentra ningún pero en él ni en su asignación, y tampoco faltas, errores o deficiencias.
Desarrolla fuertemente la excelencia: hoy mejor que ayer y mañana mejor que hoy (Mat 5:48).
Hace más de lo que Dios le ha pedido; no solo se concreta a hacer lo que Dios le ha dicho que haga sino que camina la milla extra, mentalidad de máximos (no de mínimos).
• Capacidad de desprendimiento (Mat 5.40).
• Entrega incondicional (Mat 5:41).
• Generosidad desbordante (Mat 5:42).
EL ALCANCE DE NUESTRA MAYORDOMÍA.
El concepto de mayordomía tiene que ver con todas las cosas y todos los aspectos de la vida. No es solo relacionado con el dinero o los dones.
El, como dueño de todo lo que existe, en la tierra y en el cielo, ejerce propiedad sobre todo nuestro ser, tanto interior como exterior, como sobre todas las cosas externas.
¿Que tenemos nuestro que no nos haya sido dado? (Jn 3:27).
Sal 24:1: Del Señor es la tierra, su plenitud y todo lo que en ella hay.
Rom 11:36: Porque de El, y por El, y para El, son todas las cosas.
Si todo nos ha sido dado, entonces somos responsables de todo.
• Mayordomía de nosotros mismos: Espíritu, alma y cuerpo.
• Familia y relaciones.
• Dinero y tiempo.
• Trabajo, habilidades y capacidades.
• Dones y ministerio.
• Medio ambiente.
CADA UNO DE NOSOTROS = COMO UNA EMPRESA.
Insumos.
• Nuestro ser: espíritu, alma y cuerpo.
• Tiempo.
• Dinero y bienes.
• Talentos y habilidades.
• Dones, Palabra y Unción.
• Relaciones con Dios, el cónyuge, la familia, la iglesia, otras.
Proceso.
• Fructificar, multiplicar (Gen 1:28).
• Llamado y propósito.
• Planificación, coordinación, ejecución y supervisión.
Productos.
• Llenar, sojuzgar, señorear (Gen 1:28).
• Fruto.
• Resultados.
• Gloria para Dios.
• El mayordomo malo.
• El mayordomo bueno.
• El mayordomo fiel.
• El mayordomo irreprensible.
El mayordomo malo (Luc 16.1, 8).
Mayordomía muy deficiente y llena de actitudes equivocadas.
Muchos errores y desatinos: se convierte en acusado.
Derrocha bienes: se desperdician muchos de los recursos y talentos actuando con mucha ineficiencia.
Injusto: una persona llena de errores.
Es puesto fuera: peligro de perder su posición, sus privilegios y sus funciones.
El mayordomo bueno (1 Ped 4.10).
Responsabilidad.
Desarrolla sus virtudes, permite que el Espíritu Santo desarrolle en él las virtudes de Cristo.
No labora por presión, interés, compromiso humano, temor; lo hace por gratitud, amor, dedicación y compromiso con Dios.
Produce beneficio: tanto él como las personas a su alrededor reciben los beneficios de su conducta.
Alcanza el propósito de Dios para su vida.
El mayordomo fiel (1 Cor 4:1-2).
Ha adquirido mayores niveles de capacidad y eficacia.
Hallado: ha sido sometido a un escrutinio, una prueba, un tiempo de padecimiento y adversidad y ha logrado permanecer firme en medio de cualquiera de ellas y de cualquier circunstancia que se oponga a su tarea hacia Dios.
Confiable: cumple con la asignación recibida y en el tiempo determinado, y lo hace sin necesidad de que nadie esté detrás de él supervisándolo, empujándolo, etc.
Certero: hace lo que Dios quiere, y lo hace bien.
Lleno de fe: se apoya en la fe para cumplir con sus asignaciones, lo que le permite apropiarse de las promesas y la Palabra de Dios para cumplir con su misión ante Dios.
El mayordomo irreprensible (Tito 1:7-8).
Sin acusación, irreprochable, sin mancha: no se encuentra ningún pero en él ni en su asignación, y tampoco faltas, errores o deficiencias.
Desarrolla fuertemente la excelencia: hoy mejor que ayer y mañana mejor que hoy (Mat 5:48).
Hace más de lo que Dios le ha pedido; no solo se concreta a hacer lo que Dios le ha dicho que haga sino que camina la milla extra, mentalidad de máximos (no de mínimos).
• Capacidad de desprendimiento (Mat 5.40).
• Entrega incondicional (Mat 5:41).
• Generosidad desbordante (Mat 5:42).
EL ALCANCE DE NUESTRA MAYORDOMÍA.
El concepto de mayordomía tiene que ver con todas las cosas y todos los aspectos de la vida. No es solo relacionado con el dinero o los dones.
El, como dueño de todo lo que existe, en la tierra y en el cielo, ejerce propiedad sobre todo nuestro ser, tanto interior como exterior, como sobre todas las cosas externas.
¿Que tenemos nuestro que no nos haya sido dado? (Jn 3:27).
Sal 24:1: Del Señor es la tierra, su plenitud y todo lo que en ella hay.
Rom 11:36: Porque de El, y por El, y para El, son todas las cosas.
Si todo nos ha sido dado, entonces somos responsables de todo.
• Mayordomía de nosotros mismos: Espíritu, alma y cuerpo.
• Familia y relaciones.
• Dinero y tiempo.
• Trabajo, habilidades y capacidades.
• Dones y ministerio.
• Medio ambiente.
CADA UNO DE NOSOTROS = COMO UNA EMPRESA.
Insumos.
• Nuestro ser: espíritu, alma y cuerpo.
• Tiempo.
• Dinero y bienes.
• Talentos y habilidades.
• Dones, Palabra y Unción.
• Relaciones con Dios, el cónyuge, la familia, la iglesia, otras.
Proceso.
• Fructificar, multiplicar (Gen 1:28).
• Llamado y propósito.
• Planificación, coordinación, ejecución y supervisión.
Productos.
• Llenar, sojuzgar, señorear (Gen 1:28).
• Fruto.
• Resultados.
• Gloria para Dios.
23
Jun
2008