La Iglesia: la más poderosa creación de Dios.
La Iglesia es la más poderosa creación de Dios.
Mat 16:18-19: Y yo también te digo, que tú eres Pedro, y sobre esta roca edificaré mi iglesia; y las puertas del Hades no prevalecerán contra ella. Y a ti te daré las llaves del reino de los cielos; y todo lo que atares en la tierra será atado en los cielos; y todo lo que desatares en la tierra será desatado en los cielos.
Efe 1:18-23: “alumbrando los ojos de vuestro entendimiento, para que sepáis cuál es la esperanza a que él os ha llamado, y cuáles las riquezas de la gloria de su herencia en los santos, y cuál la supereminente grandeza de su poder para con nosotros los que creemos, según la operación del poder de su fuerza, la cual operó en Cristo, resucitándole de los muertos y sentándole a su diestra en los lugares celestiales, sobre todo principado y autoridad y poder y señorío, y sobre todo nombre que se nombra, no sólo en este siglo, sino también en el venidero; y sometió todas las cosas bajo sus pies, y lo dio por cabeza sobre todas las cosas a la iglesia, la cual es su cuerpo, la plenitud de Aquel que todo lo llena en todo.
Siendo la iglesia, por lo que evidencian los versículos anteriores además de muchos otros en la Palabra de Dios (Mat 28:18-20, Rom 8:19-21, 2 Cor 10:3-6, Efe 6:10-20, etc.), la creación más poderosa de Dios, solo debajo de sí mismo, y teniendo como función la de recuperar para Cristo todo lo que el diablo ha robado, usurpado, destruído, etc.:
Heb 10:12-14: “pero Cristo, habiendo ofrecido una vez para siempre un solo sacrificio por los pecados, se ha sentado a la diestra de Dios, de ahí en adelante esperando hasta que sus enemigos sean puestos por estrado de sus pies; porque con una sola ofrenda hizo perfectos para siempre a los santificados.”
Entonces es lógico suponer que la estrategia del diablo, que solo tiene la mentira como arma, después de haber sido despojado de todo en la Cruz del Calvario por Cristo (Col 2:15) es la de hacer creer a la Iglesia las mentiras que sean necesarias para neutralizar ese gran poder y seguir robando, destruyendo, usurpando. Y eso es exactamente lo que a lo largo de dos mil años ha estado haciendo, con relativo éxito: neutralizar y/o minimizar el poder de la iglesia para que no afecte o afecte en lo mínimo sus demoníacos intereses. De esa cuenta, la iglesia ha pasado:
• De ser una iglesia guerrera contra el diablo (Efe 3:10-11) a una pasiva, que muchas veces ni siquiera cree en la existencia y actividad demoníaca.
• De una iglesia que penetraba en el mundo para transformarlo (Hch 17:6) en una iglesia encerrada en cuatro paredes sin relación con el mundo por el peligro de contaminación (otra mentira del diablo porque mayor es el que está en mi que el que está en el mundo –1 Jn 4:4--).
• De ser una iglesia presente en medio de la sociedad a ser una iglesia ausente de la sociedad (de ir y hacer discípulos –Mat 28:18-20-- a vengan y sean salvos).
• De una iglesia poderosa en milagros, señales, sanidades, liberaciones, etc., (Hch 2:43) a una iglesia en la que una buena parte de sus miembros no cree en la vigencia de los dones y ministerios hoy (doctrina cesacionista).
• De una iglesia enfocada en programas y proyectos para alcanzar y transformar el mundo a una iglesia entretenida en un montón de programas y proyectos para sus miembros.
Mat 16:18-19: Y yo también te digo, que tú eres Pedro, y sobre esta roca edificaré mi iglesia; y las puertas del Hades no prevalecerán contra ella. Y a ti te daré las llaves del reino de los cielos; y todo lo que atares en la tierra será atado en los cielos; y todo lo que desatares en la tierra será desatado en los cielos.
Efe 1:18-23: “alumbrando los ojos de vuestro entendimiento, para que sepáis cuál es la esperanza a que él os ha llamado, y cuáles las riquezas de la gloria de su herencia en los santos, y cuál la supereminente grandeza de su poder para con nosotros los que creemos, según la operación del poder de su fuerza, la cual operó en Cristo, resucitándole de los muertos y sentándole a su diestra en los lugares celestiales, sobre todo principado y autoridad y poder y señorío, y sobre todo nombre que se nombra, no sólo en este siglo, sino también en el venidero; y sometió todas las cosas bajo sus pies, y lo dio por cabeza sobre todas las cosas a la iglesia, la cual es su cuerpo, la plenitud de Aquel que todo lo llena en todo.
Siendo la iglesia, por lo que evidencian los versículos anteriores además de muchos otros en la Palabra de Dios (Mat 28:18-20, Rom 8:19-21, 2 Cor 10:3-6, Efe 6:10-20, etc.), la creación más poderosa de Dios, solo debajo de sí mismo, y teniendo como función la de recuperar para Cristo todo lo que el diablo ha robado, usurpado, destruído, etc.:
Heb 10:12-14: “pero Cristo, habiendo ofrecido una vez para siempre un solo sacrificio por los pecados, se ha sentado a la diestra de Dios, de ahí en adelante esperando hasta que sus enemigos sean puestos por estrado de sus pies; porque con una sola ofrenda hizo perfectos para siempre a los santificados.”
Entonces es lógico suponer que la estrategia del diablo, que solo tiene la mentira como arma, después de haber sido despojado de todo en la Cruz del Calvario por Cristo (Col 2:15) es la de hacer creer a la Iglesia las mentiras que sean necesarias para neutralizar ese gran poder y seguir robando, destruyendo, usurpando. Y eso es exactamente lo que a lo largo de dos mil años ha estado haciendo, con relativo éxito: neutralizar y/o minimizar el poder de la iglesia para que no afecte o afecte en lo mínimo sus demoníacos intereses. De esa cuenta, la iglesia ha pasado:
• De ser una iglesia guerrera contra el diablo (Efe 3:10-11) a una pasiva, que muchas veces ni siquiera cree en la existencia y actividad demoníaca.
• De una iglesia que penetraba en el mundo para transformarlo (Hch 17:6) en una iglesia encerrada en cuatro paredes sin relación con el mundo por el peligro de contaminación (otra mentira del diablo porque mayor es el que está en mi que el que está en el mundo –1 Jn 4:4--).
• De ser una iglesia presente en medio de la sociedad a ser una iglesia ausente de la sociedad (de ir y hacer discípulos –Mat 28:18-20-- a vengan y sean salvos).
• De una iglesia poderosa en milagros, señales, sanidades, liberaciones, etc., (Hch 2:43) a una iglesia en la que una buena parte de sus miembros no cree en la vigencia de los dones y ministerios hoy (doctrina cesacionista).
• De una iglesia enfocada en programas y proyectos para alcanzar y transformar el mundo a una iglesia entretenida en un montón de programas y proyectos para sus miembros.
01
Abr
2016