Estudio Bíblico

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Iglesia y oración, alabanza y adoración significativas.



Oración perseverante.
 
Otra cosa que caracteriza la naturaleza de la Iglesia es la íntima comunión con Jesús, Su Cabeza, y con Su Padre, lo que no es otra cosa que la oración constante y perseverante, sin cesar, en todo lugar, en todo tiempo:
 
1 Tes 5:17. “Orad sin cesar.”
 
1 Tim 2:8 “Quiero, pues, que los hombres oren en todo lugar, levantando manos santas, sin ira ni contienda.”
 
Luc 21:36. “Velad, pues, en todo tiempo orando que seáis tenidos por dignos de escapar de todas estas cosas que vendrán, y de estar en pie delante del Hijo del Hombre.”
 
Jesús mismo lo hacía, como nos enseña la Palabra en multitud de pasajes. Y si Jesús lo hacía y era parte de Su ministerio terrenal, nosotros, igualmente, como Su Cuerpo, necesitamos hacerlo también. La Iglesia de Hechos lo reconoció de esa manera, por eso ellos también oraban constantemente y con denuedo.
 
 
 
Alabanza y adoración significativas.
 
1 Tes 5:18. “Dad gracias en todo, porque esta es la voluntad de Dios para con vosotros en Cristo Jesús.”
 
Sal 100:4. “Entrad por sus puertas con acción de gracias, por sus atrios con alabanza; alabadle, bendecid su nombre.”
 
Sal 103:1-2. “Bendice, alma mía, a Jehová, y bendiga todo mi ser su santo nombre. Bendice, alma mía, a Jehová, y no olvides ninguno de sus beneficios.”
 
1 Cro 16:23-27. “Cantad a Jehová toda la tierra, proclamad de día en día su salvación. Cantad entre las gentes su gloria, y en todos los pueblos sus maravillas. Porque grande es Jehová, y digno de suprema alabanza, y de ser temido sobre todos los dioses. Porque todos los dioses de los pueblos son ídolos; mas Jehová hizo los cielos. Alabanza y magnificencia delante de él;
Poder y alegría en su morada.”
 
Jn 4:23. “Mas la hora viene, y ahora es, cuando los verdaderos adoradores adorarán al Padre en espíritu y en verdad; porque también el Padre tales adoradores busca que le adoren.”
 
 
1 Cro 16:25 nos enseña que Dios es digno de suprema alabanza. Una suprema alabanza es una alabanza significativa. Igualmente el Sal 103 nos enseña que nuestra alma bendiga a Jehová no olvidando ninguno de sus beneficios. También en Jn 4:23 Jesús nos enseña que Dios anda buscando adoradores en espíritu y en verdad, adoradores significativos. Estos tres pasajes son suficientes para indicarnos claramente que Dios espera de nosotros no una alabanza cualquiera, no simplemente una alabanza y una adoración, sino una alabanza y adoración significativas, resultantes de un corazón que entiende y agradece todo lo que Dios ha hecho por él o ella. De un corazón profundamente agradecido por el amor, la misericordia, la gracia, el favor y la bendición de Dios en todas sus manifestaciones diarias, constantes.
 
 
 

01 Abr 2016