Conexión dinero-vida espiritual (artìculo).
INTRODUCCIÓN.
En la Biblia encontramos ejemplos de como el amor al dinero, la preocupación por el dinero y una mala perspectiva del dinero se pueden constituír en un techo en nuestra vida y desarrollo espiritual. También nos da muchos ejemplos de la relación entre lo espiritual y como ello se manifiesta en el área del dinero y las riquezas materiales.
EL JOVEN RICO (Mat 19:16-20). Como no quiso desprenderse de sus riquezas (sembrarlas) que lo tenían atado en su corazón, no pudo seguir a Cristo y convertirse en un discípulo de El, a pesar de que conocía la Palabra y sabía que sembrando es como cosechamos más abundantemente. El amor al dinero lo cegó.
LA PARÁBOLA DEL SEMBRADOR (Mar 4:18-19). Nos enseña que algunos que reciben la Palabra con gozo y comienzan a caminar en ella, cuando llegan los afanes, las preocupaciones, las riquezas de este mundo, dejan de lado la Palabra, siendo más importante las cosas materiales y económicas que la Palabra de Dios. Por ello no maduran en Cristo, y por ende, aunque logren algo de riqueza, no son prosperados.
EL AFAN Y LA ANSIEDAD POR LAS COSAS MATERIALES (Mat 6:25-34). Esas cosas nos impiden desarrollar confianza y fe en Dios basados en nuestra identidad de hijos suyos. Y esas cosas, tarde o temprano, nos separarán de Dios, de Su Palabra, de la comunión con El y de la Iglesia, y por ende, de una vida cristiana victoriosa y próspera. Por eso, en este pasaje, esos afanes son asignados a los incrédulos.
ABRAHAM Y LOT. (2 Ped 2:6) (Gen 13:10-18). Lot, cuando se fue hacia Sodoma y Gomorra, lo hizo atraído por la fertilidad de las tierras que habían en esa dirección, que representaba la posibilidad de incrementar significativamente su riqueza. Esa decisión la tomó afectando a su tío Abraham, por quién había obtenido todas las riquezas que tenía. Como resultado de su codicia, a la larga, perdió todo lo que tenía, una esposa, y tuvo una familia disfuncional, así como se perdió de la prosperidad integral de Dios. No alcanzó un mayor nivel espiritual porque confió en las riquezas más que en Dios.
NEHEMÍAS Y LOS HABITANTES DE JERUSALÉN. (Neh 5:1-13). La reconstrucción del muro de Jerusalén en tiempos de Nehemías iba viento en popa a pesar de las amenazas de los enemigos, el tiempo que habían estado los muros sin reconstruírse, que Nehemías era una persona que había asumido el liderazgo sin ser un habitante de Jerusalén, que los que hacían la obra de reconstrucción abandonaron todos sus quehaceres cotidianos, y con ello la fuente de sus ingresos, etc. Todos esos problemas fueron superados. Uno a uno, pero lo que estuvo a punto de traer al suelo el esfuerzo de la reconstrucción fue la codicia de unos pocos que trataron de sacar provecho económico de la situación en su propio beneficio.
EL ARREPENTIMIENTO Y LAS COSAS MATERIALES (Luc 3:7-14). Cuando Juan el Bautista se encontraba predicando para preparar el camino del Señor, unos que lo oyeron, que estuvieron de acuerdo con la necesidad del arrepentimiento le preguntaron que era lo que debían hacer para arrepentirse. Todas las respuestas de Juan tuvieron que ver con su actitud hacia el dinero. A todos les dice que si tienen dos túnicas, le den una al que no tiene ninguna, y si tienen que comer, le den a los que no tienen que comer. A unos cobradores de impuestos les dice que no cobren más dinero del que deben cobrar. A unos soldados, les dice que se contenten con su salario y que no hagan extorsión a otros. Como podemos observar, claramente las tres respuestas tienen que ver con un cambio de actitud hacia el dinero, las riquezas y las cosas materiales.
ZAQUEO (Luc 19:1-10). Igualmente, cuando Jesús entra a cenar en la casa de Zaqueo, este expresa que si hubiera defraudado a alguien le devolverá cuatro veces lo que les defraudó, y que la mitad de sus posesiones las repartirá entre los pobres. A raíz de ese cambio de actitud, Jesús manifiesta que la salvación había llegado a esa casa. Es decir, que la salvación, produjo un cambio de actitud en Zaqueo respecto al dinero, las riquezas y las cosas materiales.
LOS ULTIMOS TIEMPOS (Apo 13:16-18). En los últimos tiempos, las personas que perderán su salvación (eran parte de la iglesia de ese tiempo) serán aquellas que se dejen poner la marca de la bestia, renegando de su fe, porque sin ella no podrán comprar ni vender. Esto es un claro y dramático ejemplo de la influencia de la actitud hacia el dinero, los bienes y las riquezas en la vida espiritual de las personas, ya que determinará su destino eterno en el lago de fuego, separados eternamente de Dios.
EL ESPÍRITU DE "MAMMÓN" (el subordinado del diablo para el área económica).
En Mat 6.24 cuando Jesús dice que no podemos servir a dos señores porque amaremos a uno y menospreciaremos al otro, y que por ende, no podemos servir a Dios y a las riquezas, la palabra que se traduce “riquezas” es “mamonas”, un derivado de la palabra “Mammón”, que era el dios caldeo que personificaba la avaricia, la confianza en las riquezas y la riqueza. Ese dios caldeo era a quien los paganos invocaban para que supliera sus necesidades operando bajo el principio del temor de perder lo que se tenía, o de no tener. En ese sentido, es claramente un anti-Dios, un anti-Cristo, el espíritu que operará en los últimos tiempos para que las personas nieguen su fe en Cristo para recibir la marca de la bestia para poder comprar y vender por el temor a perder lo que tienen o a no tener. De tal manera que si este espíritu no es la personificación misma del diablo, si podemos estar seguros que es un subordinado de muy altísimo rango en el reino de las tinieblas.
DOS REINOS, DOS PRINCIPIOS PARA EL MANEJO DE NUESTRAS FINANZAS Y POSESIONES.
De lo anterior podemos deducir que hay dos lugares a donde podemos ir en busca de confianza para nuestra provisión, uno de ellos falso, y el otro verdadero, auténtico, el único.
Uno es Dios, que es nuestro Pastor y ha prometido que nada nos faltará (Sal 23) o bien, “Mammón” (el falso). Cada uno de ellos opera bajos un principio diferente.
El principio en el Reino de los cielos (Dios) es dar y cosechar (principio del intercambio) (Luc 18:28-30). El principio del reino de las tinieblas, el diablo, la carne y/o el mundo es el principio de comprar y vender.
SINTOMAS DE LA INFLUENCIA DE "MAMMÓN".
La Palabra de Dios claramente nos exhorta a tratar de entender las maquinaciones del diablo (1 Ped 5:8-9, 2 cor 2:11, Prov 16:25), obviamente para que no caigamos en sus trampas y suframos alguna derrota, cuando estamos destinados a ser más que vencedores por medio de Cristo (Rom 8:37). Además el reconocer sus maquinaciones nos permite derribar toda fortaleza, argumento y altivez que se levante en contra del conocimiento de Dios, y en este caso específico, en contra de la confianza absoluta en El como la única fuente verdadera y confiable de nuestra provisión.
Algunos de esos síntomas, que trascienden el área financiera invadiendo algunas otras áreas, son:
* La preocupación y ansiedad ante las circunstancias de la vida (Mat 6:25-34).
* El temor al futuro.
* La mala administración de los talentos que Dios nos ha dado (Mat 25:14-30).
* Ejemplos: tiempo, familia, pensamientos, emociones, habilidades, dones, etc.
* La mentalidad de no puedo, no tengo, no soy, no se, no valgo, no lo voy a lograr.
* La compulsividad (afán, temor, angustia) respecto a un tema o situación.
* Descontento con nuestra vida (1 Tim 6:6-10).
LOS RESULTADOS DE LA INFLUENCIA DE “MAMMÓN” EN EL AREA ECONÓMICA.
Son de dos tipos:
* Pecados económicos.
* Patrones económicos carnales.
PECADOS ECONÓMICOS.
* No diezmar ni ofrendar con generosidad y alegría (Malaq 3:8-9).
* No honrar padre y madre con nuestras finanzas (Mar 7:9-13).
* Codicia (Prov 1:19, 2 Ped 2:14-15).
* Avaricia (Efe 5:3, Luc 12:15).
* Envidia (Prov 14:30, Prov 24:1-2).
* Tacañería (Prov 23:6, Prov 25:14).
* Soborno (Prov 15:27, Prov 17:23).
* Corrupción (Prov 15:27, Prov 17:23).
* Robo (Prov 24:1-2, Isa 10:1-2).
* Hurto (Efe 4:28).
* Estafa. (Prov 20:23, 20:10, 11:1).
* Extorsión (Prov 28:16, Luc 3:14).
* Especulación (Prov 11:24).
* Pesos y medidas falsas (Prov 11:1, Prov 16:11).
PATRONES ECONÓMICOS CARNALES.
* Afán (Mat 6:25-34).
* Endeudamiento (Rom 13:8, Prov 22:7).
* Avalar deudas de otros (Prov 17.18).
* Evasión de impuestos (Mat 22:17-22).
* Regateo (Prov 20:14): en el fondo equivalente a medidas y pesos falsos
* Acaparamiento (Prov 11:26).
* Malversación (Mar 7:9-13).
* Desorden y mala administración financiera (1 Cor 14:33, Gen 1:1-3).
* Compras por impulso (2 Ped 1:5-9, 2 Tim 2:7) -> mala mayordomía.
* “Nunca tengo suficiente” (1 Tim 6:6-10) -> inconformidad.
* Descontento con nivel de vida (1 Tim 6:6-10) -> falta de agradecimiento a Dios.
* Énfasis exagerado en el dinero y sobre estimación de su poder (Mat 6:24).
* Afán de hacerse rico rápidamente (1 Tim 6:9).
* No proveer para los de su propia casa (1 Tim 5:8).
* Indiferencia a las necesidades de los pobres (Sant 2:14-17).
* Indiferencia a las necesidades de los familiares (Gal 6:9, 1 Tim 5:6).
* No honrar a los líderes espirituales con lo material (Gal 6:6).
LA SOLUCIÓN.
PRIMERO. Renovar nuestro entendimiento (Rom 12:2, 3 Jn 2) de tal manera que cambie nuestra manera de pensar para que cambie nuestra manera de vivir y podamos experimentar en nuestra vida la buena voluntad de Dios, agradable y perfecta, desarrollando nuestra fe en Dios y teniéndolo solo a El como nuestro proveedor (Sal 23, Fil 4:13).
SEGUNDO. Escudriñar y sacar de nuestro corazón todo residuo de amor al dinero (Prov 1:9, 1 Tim 6:10) que es la expresión de la acción de “Mammón” en nosotros, y que nos lleva a desarrollar esos pecados y patrones económicos contrarios a la voluntad de Dios.
TERCERO. Que nuestro corazón se convierta en un corazón dador (2 Cor 9:6-11), que haga tesoros en la tierra, no para acumularlos para sí como el rico insensato, sino para enviarlos al cielo, sembrándolos de acuerdo a los campos de siembra que nos enseña la Palabra de Dios.
CAMPOS DE SIEMBRA EN LA PALABRA PARA AYUDARNOS A DESARROLLAR UN CORAZÓN DADOR.
PRIMERO: las primicias (Deut 26:10-11, Lev 22:29, Exo 34:20, Lev 27:36, Num 3:13). Son los primeros frutos de cualquiera de nuestras actividades productivas (cosechas, crianza, producción, ventas, salarios, etc.).
SEGUNDO: los diezmos (Mal 3:10-12). La décima parte de todo lo que recibimos (excepto las primicias, ya que de ellas entregamos el 100%).
TERCERO: nuestras necesidades personales, las de nuestro cónyuge y las de nuestros hijos (no gustos, deseos, caprichos, etc.), (Fil 4:19).
CUARTO: honrar a nuestros padres (Mar 7:9-13). El mandamiento de honrar a nuestros padres no es solamente con nuestro respecto, hablar bien de ellos y reconocimiento, sino que implica, de acuerdo al contexto de la enseñanza de Jesús, honrarlos también con cosas materiales y dinero, sin importar si ellos tienen o no suficiente para cubrir sus necesidades.
QUINTO: las necesidades de nuestros otros familiares, incluidos nuestros padres, si lo que les damos como honra mas sus otros ingresos no es suficiente para cubrir sus necesidades básicas (1 Tim 5:8).
SEXTO: las necesidades de los pobres (Efe 4:28).
SEPTIMO: honrar a nuestros padres espirituales y/o líderes (Gal 6:6, 2 Cor 9:11-12). Es el mismo caso que la honra a nuestros padres naturales.
OCTAVO: las ofrendas regulares para la obra del Reino de Dios (Hch 10:4) tales como sostenimiento de misiones, de un ministerio de radio, etc.
NOVENO: las ofrendas para proyectos especiales (1 Cro 29:1-18) como construcción, equipamiento, una necesidad especial, etc.
DECIMO: inversiones rentables y éticas (Luc 19.13, Mat 25:14-18) que generen puestos de trabajo bien remunerados y excedentes que puedan dedicarse a los otros campos de siembra.
UNDECIMO: impuestos (Mar 12:17). El no pago de impuestos Cristo lo pone a la misma altura que el no pagar los diezmos que le corresponden al Señor.
LOS DIEZMOS, LAS OFRENDAS Y LAS SIEMBRAS COMO ACTOS DE ADORACIÓN (Mat 2:11).
Son actos de adoración y de guerra espiritual por cuanto que cuando los damos, el mensaje que estamos enviando es:
PRIMERO: que nuestra confianza para suplir nuestras necesidades no está en el dinero.
SEGUNDO: que nuestro proveedor no es el dinero, sino el Dios Todopoderoso.
TERCERO: que ni la pobreza ni la limitación nos podrán detener para vivir en el estilo de vida que Dios quiere para nosotros: dador y en prosperidad en todas las cosas.
CUARTO: que “Mammón” está derrotado en nuestras vidas, y con ello, el diablo, que es su jefe.
En la Biblia encontramos ejemplos de como el amor al dinero, la preocupación por el dinero y una mala perspectiva del dinero se pueden constituír en un techo en nuestra vida y desarrollo espiritual. También nos da muchos ejemplos de la relación entre lo espiritual y como ello se manifiesta en el área del dinero y las riquezas materiales.
EL JOVEN RICO (Mat 19:16-20). Como no quiso desprenderse de sus riquezas (sembrarlas) que lo tenían atado en su corazón, no pudo seguir a Cristo y convertirse en un discípulo de El, a pesar de que conocía la Palabra y sabía que sembrando es como cosechamos más abundantemente. El amor al dinero lo cegó.
LA PARÁBOLA DEL SEMBRADOR (Mar 4:18-19). Nos enseña que algunos que reciben la Palabra con gozo y comienzan a caminar en ella, cuando llegan los afanes, las preocupaciones, las riquezas de este mundo, dejan de lado la Palabra, siendo más importante las cosas materiales y económicas que la Palabra de Dios. Por ello no maduran en Cristo, y por ende, aunque logren algo de riqueza, no son prosperados.
EL AFAN Y LA ANSIEDAD POR LAS COSAS MATERIALES (Mat 6:25-34). Esas cosas nos impiden desarrollar confianza y fe en Dios basados en nuestra identidad de hijos suyos. Y esas cosas, tarde o temprano, nos separarán de Dios, de Su Palabra, de la comunión con El y de la Iglesia, y por ende, de una vida cristiana victoriosa y próspera. Por eso, en este pasaje, esos afanes son asignados a los incrédulos.
ABRAHAM Y LOT. (2 Ped 2:6) (Gen 13:10-18). Lot, cuando se fue hacia Sodoma y Gomorra, lo hizo atraído por la fertilidad de las tierras que habían en esa dirección, que representaba la posibilidad de incrementar significativamente su riqueza. Esa decisión la tomó afectando a su tío Abraham, por quién había obtenido todas las riquezas que tenía. Como resultado de su codicia, a la larga, perdió todo lo que tenía, una esposa, y tuvo una familia disfuncional, así como se perdió de la prosperidad integral de Dios. No alcanzó un mayor nivel espiritual porque confió en las riquezas más que en Dios.
NEHEMÍAS Y LOS HABITANTES DE JERUSALÉN. (Neh 5:1-13). La reconstrucción del muro de Jerusalén en tiempos de Nehemías iba viento en popa a pesar de las amenazas de los enemigos, el tiempo que habían estado los muros sin reconstruírse, que Nehemías era una persona que había asumido el liderazgo sin ser un habitante de Jerusalén, que los que hacían la obra de reconstrucción abandonaron todos sus quehaceres cotidianos, y con ello la fuente de sus ingresos, etc. Todos esos problemas fueron superados. Uno a uno, pero lo que estuvo a punto de traer al suelo el esfuerzo de la reconstrucción fue la codicia de unos pocos que trataron de sacar provecho económico de la situación en su propio beneficio.
EL ARREPENTIMIENTO Y LAS COSAS MATERIALES (Luc 3:7-14). Cuando Juan el Bautista se encontraba predicando para preparar el camino del Señor, unos que lo oyeron, que estuvieron de acuerdo con la necesidad del arrepentimiento le preguntaron que era lo que debían hacer para arrepentirse. Todas las respuestas de Juan tuvieron que ver con su actitud hacia el dinero. A todos les dice que si tienen dos túnicas, le den una al que no tiene ninguna, y si tienen que comer, le den a los que no tienen que comer. A unos cobradores de impuestos les dice que no cobren más dinero del que deben cobrar. A unos soldados, les dice que se contenten con su salario y que no hagan extorsión a otros. Como podemos observar, claramente las tres respuestas tienen que ver con un cambio de actitud hacia el dinero, las riquezas y las cosas materiales.
ZAQUEO (Luc 19:1-10). Igualmente, cuando Jesús entra a cenar en la casa de Zaqueo, este expresa que si hubiera defraudado a alguien le devolverá cuatro veces lo que les defraudó, y que la mitad de sus posesiones las repartirá entre los pobres. A raíz de ese cambio de actitud, Jesús manifiesta que la salvación había llegado a esa casa. Es decir, que la salvación, produjo un cambio de actitud en Zaqueo respecto al dinero, las riquezas y las cosas materiales.
LOS ULTIMOS TIEMPOS (Apo 13:16-18). En los últimos tiempos, las personas que perderán su salvación (eran parte de la iglesia de ese tiempo) serán aquellas que se dejen poner la marca de la bestia, renegando de su fe, porque sin ella no podrán comprar ni vender. Esto es un claro y dramático ejemplo de la influencia de la actitud hacia el dinero, los bienes y las riquezas en la vida espiritual de las personas, ya que determinará su destino eterno en el lago de fuego, separados eternamente de Dios.
EL ESPÍRITU DE "MAMMÓN" (el subordinado del diablo para el área económica).
En Mat 6.24 cuando Jesús dice que no podemos servir a dos señores porque amaremos a uno y menospreciaremos al otro, y que por ende, no podemos servir a Dios y a las riquezas, la palabra que se traduce “riquezas” es “mamonas”, un derivado de la palabra “Mammón”, que era el dios caldeo que personificaba la avaricia, la confianza en las riquezas y la riqueza. Ese dios caldeo era a quien los paganos invocaban para que supliera sus necesidades operando bajo el principio del temor de perder lo que se tenía, o de no tener. En ese sentido, es claramente un anti-Dios, un anti-Cristo, el espíritu que operará en los últimos tiempos para que las personas nieguen su fe en Cristo para recibir la marca de la bestia para poder comprar y vender por el temor a perder lo que tienen o a no tener. De tal manera que si este espíritu no es la personificación misma del diablo, si podemos estar seguros que es un subordinado de muy altísimo rango en el reino de las tinieblas.
DOS REINOS, DOS PRINCIPIOS PARA EL MANEJO DE NUESTRAS FINANZAS Y POSESIONES.
De lo anterior podemos deducir que hay dos lugares a donde podemos ir en busca de confianza para nuestra provisión, uno de ellos falso, y el otro verdadero, auténtico, el único.
Uno es Dios, que es nuestro Pastor y ha prometido que nada nos faltará (Sal 23) o bien, “Mammón” (el falso). Cada uno de ellos opera bajos un principio diferente.
El principio en el Reino de los cielos (Dios) es dar y cosechar (principio del intercambio) (Luc 18:28-30). El principio del reino de las tinieblas, el diablo, la carne y/o el mundo es el principio de comprar y vender.
SINTOMAS DE LA INFLUENCIA DE "MAMMÓN".
La Palabra de Dios claramente nos exhorta a tratar de entender las maquinaciones del diablo (1 Ped 5:8-9, 2 cor 2:11, Prov 16:25), obviamente para que no caigamos en sus trampas y suframos alguna derrota, cuando estamos destinados a ser más que vencedores por medio de Cristo (Rom 8:37). Además el reconocer sus maquinaciones nos permite derribar toda fortaleza, argumento y altivez que se levante en contra del conocimiento de Dios, y en este caso específico, en contra de la confianza absoluta en El como la única fuente verdadera y confiable de nuestra provisión.
Algunos de esos síntomas, que trascienden el área financiera invadiendo algunas otras áreas, son:
* La preocupación y ansiedad ante las circunstancias de la vida (Mat 6:25-34).
* El temor al futuro.
* La mala administración de los talentos que Dios nos ha dado (Mat 25:14-30).
* Ejemplos: tiempo, familia, pensamientos, emociones, habilidades, dones, etc.
* La mentalidad de no puedo, no tengo, no soy, no se, no valgo, no lo voy a lograr.
* La compulsividad (afán, temor, angustia) respecto a un tema o situación.
* Descontento con nuestra vida (1 Tim 6:6-10).
LOS RESULTADOS DE LA INFLUENCIA DE “MAMMÓN” EN EL AREA ECONÓMICA.
Son de dos tipos:
* Pecados económicos.
* Patrones económicos carnales.
PECADOS ECONÓMICOS.
* No diezmar ni ofrendar con generosidad y alegría (Malaq 3:8-9).
* No honrar padre y madre con nuestras finanzas (Mar 7:9-13).
* Codicia (Prov 1:19, 2 Ped 2:14-15).
* Avaricia (Efe 5:3, Luc 12:15).
* Envidia (Prov 14:30, Prov 24:1-2).
* Tacañería (Prov 23:6, Prov 25:14).
* Soborno (Prov 15:27, Prov 17:23).
* Corrupción (Prov 15:27, Prov 17:23).
* Robo (Prov 24:1-2, Isa 10:1-2).
* Hurto (Efe 4:28).
* Estafa. (Prov 20:23, 20:10, 11:1).
* Extorsión (Prov 28:16, Luc 3:14).
* Especulación (Prov 11:24).
* Pesos y medidas falsas (Prov 11:1, Prov 16:11).
PATRONES ECONÓMICOS CARNALES.
* Afán (Mat 6:25-34).
* Endeudamiento (Rom 13:8, Prov 22:7).
* Avalar deudas de otros (Prov 17.18).
* Evasión de impuestos (Mat 22:17-22).
* Regateo (Prov 20:14): en el fondo equivalente a medidas y pesos falsos
* Acaparamiento (Prov 11:26).
* Malversación (Mar 7:9-13).
* Desorden y mala administración financiera (1 Cor 14:33, Gen 1:1-3).
* Compras por impulso (2 Ped 1:5-9, 2 Tim 2:7) -> mala mayordomía.
* “Nunca tengo suficiente” (1 Tim 6:6-10) -> inconformidad.
* Descontento con nivel de vida (1 Tim 6:6-10) -> falta de agradecimiento a Dios.
* Énfasis exagerado en el dinero y sobre estimación de su poder (Mat 6:24).
* Afán de hacerse rico rápidamente (1 Tim 6:9).
* No proveer para los de su propia casa (1 Tim 5:8).
* Indiferencia a las necesidades de los pobres (Sant 2:14-17).
* Indiferencia a las necesidades de los familiares (Gal 6:9, 1 Tim 5:6).
* No honrar a los líderes espirituales con lo material (Gal 6:6).
LA SOLUCIÓN.
PRIMERO. Renovar nuestro entendimiento (Rom 12:2, 3 Jn 2) de tal manera que cambie nuestra manera de pensar para que cambie nuestra manera de vivir y podamos experimentar en nuestra vida la buena voluntad de Dios, agradable y perfecta, desarrollando nuestra fe en Dios y teniéndolo solo a El como nuestro proveedor (Sal 23, Fil 4:13).
SEGUNDO. Escudriñar y sacar de nuestro corazón todo residuo de amor al dinero (Prov 1:9, 1 Tim 6:10) que es la expresión de la acción de “Mammón” en nosotros, y que nos lleva a desarrollar esos pecados y patrones económicos contrarios a la voluntad de Dios.
TERCERO. Que nuestro corazón se convierta en un corazón dador (2 Cor 9:6-11), que haga tesoros en la tierra, no para acumularlos para sí como el rico insensato, sino para enviarlos al cielo, sembrándolos de acuerdo a los campos de siembra que nos enseña la Palabra de Dios.
CAMPOS DE SIEMBRA EN LA PALABRA PARA AYUDARNOS A DESARROLLAR UN CORAZÓN DADOR.
PRIMERO: las primicias (Deut 26:10-11, Lev 22:29, Exo 34:20, Lev 27:36, Num 3:13). Son los primeros frutos de cualquiera de nuestras actividades productivas (cosechas, crianza, producción, ventas, salarios, etc.).
SEGUNDO: los diezmos (Mal 3:10-12). La décima parte de todo lo que recibimos (excepto las primicias, ya que de ellas entregamos el 100%).
TERCERO: nuestras necesidades personales, las de nuestro cónyuge y las de nuestros hijos (no gustos, deseos, caprichos, etc.), (Fil 4:19).
CUARTO: honrar a nuestros padres (Mar 7:9-13). El mandamiento de honrar a nuestros padres no es solamente con nuestro respecto, hablar bien de ellos y reconocimiento, sino que implica, de acuerdo al contexto de la enseñanza de Jesús, honrarlos también con cosas materiales y dinero, sin importar si ellos tienen o no suficiente para cubrir sus necesidades.
QUINTO: las necesidades de nuestros otros familiares, incluidos nuestros padres, si lo que les damos como honra mas sus otros ingresos no es suficiente para cubrir sus necesidades básicas (1 Tim 5:8).
SEXTO: las necesidades de los pobres (Efe 4:28).
SEPTIMO: honrar a nuestros padres espirituales y/o líderes (Gal 6:6, 2 Cor 9:11-12). Es el mismo caso que la honra a nuestros padres naturales.
OCTAVO: las ofrendas regulares para la obra del Reino de Dios (Hch 10:4) tales como sostenimiento de misiones, de un ministerio de radio, etc.
NOVENO: las ofrendas para proyectos especiales (1 Cro 29:1-18) como construcción, equipamiento, una necesidad especial, etc.
DECIMO: inversiones rentables y éticas (Luc 19.13, Mat 25:14-18) que generen puestos de trabajo bien remunerados y excedentes que puedan dedicarse a los otros campos de siembra.
UNDECIMO: impuestos (Mar 12:17). El no pago de impuestos Cristo lo pone a la misma altura que el no pagar los diezmos que le corresponden al Señor.
LOS DIEZMOS, LAS OFRENDAS Y LAS SIEMBRAS COMO ACTOS DE ADORACIÓN (Mat 2:11).
Son actos de adoración y de guerra espiritual por cuanto que cuando los damos, el mensaje que estamos enviando es:
PRIMERO: que nuestra confianza para suplir nuestras necesidades no está en el dinero.
SEGUNDO: que nuestro proveedor no es el dinero, sino el Dios Todopoderoso.
TERCERO: que ni la pobreza ni la limitación nos podrán detener para vivir en el estilo de vida que Dios quiere para nosotros: dador y en prosperidad en todas las cosas.
CUARTO: que “Mammón” está derrotado en nuestras vidas, y con ello, el diablo, que es su jefe.
03
Abr
2008