Entendidos en los tiempos (1).
Introducción.
Hoy estamos pasando por una serie de medidas derivadas de la pandemia del covid-19, que han venido a transformar nuestra forma de vida de una manera radical, y que posiblemente, de cara al futuro, la transformará definitivamente en algunos aspectos. Parte de esas medidas es que de alguna manera, por cuarentena y toque de queda, hoy tenemos mucho más tiempo en casa para dedicarnos a nuestras familias pero también para aprovechar el tiempo para mejorar significativamente nuestra relación con el Señor. Si ambos aspectos no salen fortalecidos de esta situación, habremos perdido el tiempo en cuanto a las cosas esenciales de la vida.
Por otro lado, la pandemia en sí misma, es una señal de advertencia de carácter mundial, con respecto a la proximidad del arrebatamiento de la Iglesia y de la Segunda Venida de Cristo, que no deberíamos ignorar sino más bien aprovechar para prepararnos para ello (la Biblia nos habla de la vírgenes insensatas, que sabiendo de Su Venida, no se prepararon y tuvieron que enfrentar consecuencias por ello).
Entendidos en los tiempos.
La Palabra nos enseña:
• 1 Cro 12:32. Necesitamos ser entendidos en los tiempos para saber qué hacer, y para guiar a nuestros hermanos en la fe.
• Ecle 3:15. Todo lo que es ya fue, y lo mismo que hoy es será.
Esto aplica en aspectos relacionados con la Venida de Cristo. Lo que sucedió antes de la Primera Venida es lo mismo que sucede antes de la Segunda. Y esto es cierto en cuanto al Libro de Malaquías, que siendo el último libro del Antiguo Testamento es el libro de la preparación para el pueblo judío para la Primera Venida de Cristo, y también lo es para nosotros, que esperamos el Arrebatamiento de la Iglesia así como Su Segunda Venida.
Para nuestra bendición .
No son llamadas de atención para conformismo ni castigo, como lo tomó Elí cuando fue confrontado por Samuel ("que Dios haga lo que bien le parezca"). Son para nuestra transformación y bendición tal como lo enseña el mismo Libro de Malaquías:
• Mal 3:3. Él por Su Espíritu Santo en nosotros, se sentará para afinar y limpiar la plata.
• Mal 3:10-11. Abrirá las ventanas de los cielos y derramará sobre vosotros bendición (de todo tipo: espíritu, alma y cuerpo) hasta que sobreabunde y reprenderá por nosotros al devorador.
• Mal 3:16-18.
○ Los que temen al Señor.
§ Testificarán y discipularán.
§ Su nombre fue escrito en el Libro de Memoria.
§ Serán Su especial tesoro.
○ Hará diferenciación entre el justo y el malo; entre el que sirve a Dios y el que no le sirve.
• Mal 4:2. Les nacerá (crecerá) el Sol de Justicia y en Sus alas traerá salvación (ellos menguarán y Él crecerá, Jn 3:30).
• Mal 4:3. Derrotaremos a nuestros enemigos.
• Mal 4:5-6. Él enviará el Espíritu del profeta Elías (una función específica del Espíritu Santo de restauración).
○ Hará volver el corazón de los padres hacia los hijos y viceversa (restauración de la familia).
○ Luc 1:37. Volverá a los rebeldes a la prudencia de los justos.
○ Mat 17:11. Restaurará todas las cosas.
Doce llamadas de atención.
Necesitamos ir delante del Señor con una actitud sincera para pedirle que por Su Espíritu escudriñe nuestro corazón y que nos muestre si hay allí alguna iniquidad (Jer 17:9), porque nuestro corazón es más engañoso que todas las cosas.
Esas llamadas de atención son las siguientes:
Mal 1:2-3. No tener un corazón supremamente agradecido con el Señor (Sal 100:4-5, Sal 103:1-2).
• No reconocer Su gran Amor (y su multitud de bendiciones diarias).
• Ser indiferente a Él (no darle verdaderamente el primer lugar en nuestras vidas).
Mal 1:4-7. Tenerlo en menos.
• No honrarlo, no reconocerlo como Dios, Pastor y Padre (obediencia, no darle a Su Voluntad prioridad en nuestras vidas; seguir nuestros caminos en lugar de los Suyos).
• No temerle.
• Menospreciar Su Nombre (Quién es Él).
Mal 1:8-12. No darle lo mejor de nosotros en todas las áreas (adoración, familia, trabajo, iglesia, etc.).
• Buscar al Señor sin ganas, o no buscarlo (mediocridad).
• Darle lo que nos sobra, no lo mejor.
Mal 2:1-5. No servir al Señor por amor y para Su gloria.
• Servirlo por motivos egoístas antes que por amor a Él.
• Buscar el beneficio y la fama propia antes que Su gloria.
• Servirlo con falta de humildad y de temor a Él.
Continuará (2a. parte).
Hoy estamos pasando por una serie de medidas derivadas de la pandemia del covid-19, que han venido a transformar nuestra forma de vida de una manera radical, y que posiblemente, de cara al futuro, la transformará definitivamente en algunos aspectos. Parte de esas medidas es que de alguna manera, por cuarentena y toque de queda, hoy tenemos mucho más tiempo en casa para dedicarnos a nuestras familias pero también para aprovechar el tiempo para mejorar significativamente nuestra relación con el Señor. Si ambos aspectos no salen fortalecidos de esta situación, habremos perdido el tiempo en cuanto a las cosas esenciales de la vida.
Por otro lado, la pandemia en sí misma, es una señal de advertencia de carácter mundial, con respecto a la proximidad del arrebatamiento de la Iglesia y de la Segunda Venida de Cristo, que no deberíamos ignorar sino más bien aprovechar para prepararnos para ello (la Biblia nos habla de la vírgenes insensatas, que sabiendo de Su Venida, no se prepararon y tuvieron que enfrentar consecuencias por ello).
Entendidos en los tiempos.
La Palabra nos enseña:
• 1 Cro 12:32. Necesitamos ser entendidos en los tiempos para saber qué hacer, y para guiar a nuestros hermanos en la fe.
• Ecle 3:15. Todo lo que es ya fue, y lo mismo que hoy es será.
Esto aplica en aspectos relacionados con la Venida de Cristo. Lo que sucedió antes de la Primera Venida es lo mismo que sucede antes de la Segunda. Y esto es cierto en cuanto al Libro de Malaquías, que siendo el último libro del Antiguo Testamento es el libro de la preparación para el pueblo judío para la Primera Venida de Cristo, y también lo es para nosotros, que esperamos el Arrebatamiento de la Iglesia así como Su Segunda Venida.
Para nuestra bendición .
No son llamadas de atención para conformismo ni castigo, como lo tomó Elí cuando fue confrontado por Samuel ("que Dios haga lo que bien le parezca"). Son para nuestra transformación y bendición tal como lo enseña el mismo Libro de Malaquías:
• Mal 3:3. Él por Su Espíritu Santo en nosotros, se sentará para afinar y limpiar la plata.
• Mal 3:10-11. Abrirá las ventanas de los cielos y derramará sobre vosotros bendición (de todo tipo: espíritu, alma y cuerpo) hasta que sobreabunde y reprenderá por nosotros al devorador.
• Mal 3:16-18.
○ Los que temen al Señor.
§ Testificarán y discipularán.
§ Su nombre fue escrito en el Libro de Memoria.
§ Serán Su especial tesoro.
○ Hará diferenciación entre el justo y el malo; entre el que sirve a Dios y el que no le sirve.
• Mal 4:2. Les nacerá (crecerá) el Sol de Justicia y en Sus alas traerá salvación (ellos menguarán y Él crecerá, Jn 3:30).
• Mal 4:3. Derrotaremos a nuestros enemigos.
• Mal 4:5-6. Él enviará el Espíritu del profeta Elías (una función específica del Espíritu Santo de restauración).
○ Hará volver el corazón de los padres hacia los hijos y viceversa (restauración de la familia).
○ Luc 1:37. Volverá a los rebeldes a la prudencia de los justos.
○ Mat 17:11. Restaurará todas las cosas.
Doce llamadas de atención.
Necesitamos ir delante del Señor con una actitud sincera para pedirle que por Su Espíritu escudriñe nuestro corazón y que nos muestre si hay allí alguna iniquidad (Jer 17:9), porque nuestro corazón es más engañoso que todas las cosas.
Esas llamadas de atención son las siguientes:
Mal 1:2-3. No tener un corazón supremamente agradecido con el Señor (Sal 100:4-5, Sal 103:1-2).
• No reconocer Su gran Amor (y su multitud de bendiciones diarias).
• Ser indiferente a Él (no darle verdaderamente el primer lugar en nuestras vidas).
Mal 1:4-7. Tenerlo en menos.
• No honrarlo, no reconocerlo como Dios, Pastor y Padre (obediencia, no darle a Su Voluntad prioridad en nuestras vidas; seguir nuestros caminos en lugar de los Suyos).
• No temerle.
• Menospreciar Su Nombre (Quién es Él).
Mal 1:8-12. No darle lo mejor de nosotros en todas las áreas (adoración, familia, trabajo, iglesia, etc.).
• Buscar al Señor sin ganas, o no buscarlo (mediocridad).
• Darle lo que nos sobra, no lo mejor.
Mal 2:1-5. No servir al Señor por amor y para Su gloria.
• Servirlo por motivos egoístas antes que por amor a Él.
• Buscar el beneficio y la fama propia antes que Su gloria.
• Servirlo con falta de humildad y de temor a Él.
Continuará (2a. parte).
23
Abr
2020