La Epístola de Santiago (1). 1:1-4. Servicio y pruebas.
Sant 1:1.
Siervo de Dios y del Señor Jesucristo.
Todos los creyentes en Cristo, además de ser hijos de Dios, somos hijos-siervos.
Somos llamados al servicio junto con la salvación (Efe 2:8-10, 2 Cor 5:17-21).
Desde el momento mismo de la salvación, los dones que Dios por el Espíritu Santo ha determinado que necesitamos para la obra a la que nos ha llamado, son activados.
Todos recibimos dones, sin excepción (1 Cor 12:4-11).
Todos los dones son igualmente parte del Cuerpo de Cristo (1 Cor 12:15-18).
Todos los dones son igualmente necesarios (1 Cor 12:21).
Todos somos igualmente valiosos independientemente de los dones que cada uno tenga (1 Cor 12:24-25).
Todos fuímos comprados por el mismo precio, con la misma sangre (la Sangre de Cristo).
No hay diferencia de valor, solo de función (1 Cor 12:28-31).
En ningún caso deberíamos hacer discriminación o distinción de personas por el don que Dios les ha dado (de hecho, en Sant 2:1-13 la carta habla precisamente de este tema).
Cada uno de nosotros necesitamos tomar el lugar que le corresponde al don que hemos recibido, y servir.
Cuando no servimos, creamos un vacío y una necesidad.
El ejercicio del don se hace tanto en lo eclesiástico como en lo secular --matrimonio, familia, trabajo, vecindario, ciudadanía--).
Sant 1:2-4.
Tener gozo en medio de las pruebas.
El gozo no es lo mismo que la alegría o la felicidad.
El gozo es un sentimiento producido por el Espíritu Santo que habita en nosotros (Gal 5:22-23).
Sigue al amor y es seguido por la paz:
El amor que nos produce la seguridad de que en medio de las peores circunstancias, nuestrra vida está guardada por Dios en Cristo (1 Jn 4:18, Col 3:3) y que en todas las cosas somos más que vencedores (Rom 8:31-39).
La seguridad y la paz de que sabemos que la prueba es temporal y al salir de ella vamos a salir perfeccionados, a lo mejor (Fil 1:6, 1 Ped 1:6-9, 1 Ped 5:8-10).
La alegría y/o la felicidad son un emoción producida por las cosas que nos suceden externamente, generalmente cuando nos agradan, son placenteras, nos satisfacen. Obviamente, contrario al gozo, por lo general no está presente en medio de las pruebas, porque ella sí depende de lo temporal, lo que se ve, lo externo.
Las pruebas siempre vienen en contra de nuestra fe:
Heb 11:1, Mar 11:22: la certeza, la convicción de que Dios es Quién dice ser, y hace lo que dice que va a hacer.
Heb 11:8: la fe obediente: en medio de la prueba la carne nos va a sugerir :
Seguir nuestros propios caminos y resolverla por nuestros medios y desobedecer la Palabra de Dios,
Lo que nos traería consecuencias aparentemente placenteras (temporales) para la carne pero desastrosas para nuestrra vida espiritual.
La permanencia firmes en la fe traerá como resultado el desarrollo de la paciencia.
Otro fruto del Espíritu (Gal 5:22-23).
Necesario para que por ella y la fe obediente alcancemos las promesas de Dios para nuestras vidas (Heb 6:12).
Apo 14:12: la paciencia de los santos: guardan los mandamientos de Dios y la fe en Jesús.
También la paciencia es parte del proceso de perfeccionamiento y estar completos en Cristo.
O sea que las pruebas, por difíciles que aparenten ser, traen como resultado a nuestra vida:
Fortalecimiento de la fe y la obediencia.
Paciencia para alcanzar las promesas del Señor.
Perfeccionamiento, afirmación, completos en Cristo.
Siervo de Dios y del Señor Jesucristo.
Todos los creyentes en Cristo, además de ser hijos de Dios, somos hijos-siervos.
Somos llamados al servicio junto con la salvación (Efe 2:8-10, 2 Cor 5:17-21).
Desde el momento mismo de la salvación, los dones que Dios por el Espíritu Santo ha determinado que necesitamos para la obra a la que nos ha llamado, son activados.
Todos recibimos dones, sin excepción (1 Cor 12:4-11).
Todos los dones son igualmente parte del Cuerpo de Cristo (1 Cor 12:15-18).
Todos los dones son igualmente necesarios (1 Cor 12:21).
Todos somos igualmente valiosos independientemente de los dones que cada uno tenga (1 Cor 12:24-25).
Todos fuímos comprados por el mismo precio, con la misma sangre (la Sangre de Cristo).
No hay diferencia de valor, solo de función (1 Cor 12:28-31).
En ningún caso deberíamos hacer discriminación o distinción de personas por el don que Dios les ha dado (de hecho, en Sant 2:1-13 la carta habla precisamente de este tema).
Cada uno de nosotros necesitamos tomar el lugar que le corresponde al don que hemos recibido, y servir.
Cuando no servimos, creamos un vacío y una necesidad.
El ejercicio del don se hace tanto en lo eclesiástico como en lo secular --matrimonio, familia, trabajo, vecindario, ciudadanía--).
Sant 1:2-4.
Tener gozo en medio de las pruebas.
El gozo no es lo mismo que la alegría o la felicidad.
El gozo es un sentimiento producido por el Espíritu Santo que habita en nosotros (Gal 5:22-23).
Sigue al amor y es seguido por la paz:
El amor que nos produce la seguridad de que en medio de las peores circunstancias, nuestrra vida está guardada por Dios en Cristo (1 Jn 4:18, Col 3:3) y que en todas las cosas somos más que vencedores (Rom 8:31-39).
La seguridad y la paz de que sabemos que la prueba es temporal y al salir de ella vamos a salir perfeccionados, a lo mejor (Fil 1:6, 1 Ped 1:6-9, 1 Ped 5:8-10).
La alegría y/o la felicidad son un emoción producida por las cosas que nos suceden externamente, generalmente cuando nos agradan, son placenteras, nos satisfacen. Obviamente, contrario al gozo, por lo general no está presente en medio de las pruebas, porque ella sí depende de lo temporal, lo que se ve, lo externo.
Las pruebas siempre vienen en contra de nuestra fe:
Heb 11:1, Mar 11:22: la certeza, la convicción de que Dios es Quién dice ser, y hace lo que dice que va a hacer.
Heb 11:8: la fe obediente: en medio de la prueba la carne nos va a sugerir :
Seguir nuestros propios caminos y resolverla por nuestros medios y desobedecer la Palabra de Dios,
Lo que nos traería consecuencias aparentemente placenteras (temporales) para la carne pero desastrosas para nuestrra vida espiritual.
La permanencia firmes en la fe traerá como resultado el desarrollo de la paciencia.
Otro fruto del Espíritu (Gal 5:22-23).
Necesario para que por ella y la fe obediente alcancemos las promesas de Dios para nuestras vidas (Heb 6:12).
Apo 14:12: la paciencia de los santos: guardan los mandamientos de Dios y la fe en Jesús.
También la paciencia es parte del proceso de perfeccionamiento y estar completos en Cristo.
O sea que las pruebas, por difíciles que aparenten ser, traen como resultado a nuestra vida:
Fortalecimiento de la fe y la obediencia.
Paciencia para alcanzar las promesas del Señor.
Perfeccionamiento, afirmación, completos en Cristo.
17
Mar
2022