La Epístola de Santiago (2). 1:5-11. Sabiduría, oración y riqueza.
Sant 1:5.
Si alguno tiene falta de sabiduría pidala a Dios.
La sabiduría es la aplicación de la Palabra de Dios en nuestras vidas.
Por ello, si nos falta sabiduría para aplicarla, vayamos al Padre en comunión con el Espíritu Santo, y Él nos enseñará y guiará para poner la Palabra en práctica en todas las áreas de nuestra vida.
La sabiduría produce bendición.
Se fundamenta siempre en la Palabra de Dios y en el temor de Dios (para ponerla por obra).
Sal 119:98. "Me has hecho más sabio que mis enemigos con tus mandamientos, porque siempre están conmigo.
Prov 1:7. "El principio de la sabiuría es el temor de Jehová; los insensatos desprecian la sabiduría y la enseñanza".
Prov 8:11. "Porque mejor es la sabiduría que las piedras preciosas; y todo cuanto se puede desear, no es de compararse con ella".
Lo contrario a la sabiduría es la necedad, que produce castigo, problemas, resultados negativos, cosas desagradables, etc.
Prov 10:8. "El necio de labios caerá.".
Prov 10:10: "El necio de labios será castigado".
Prov 14:14: "de sus caminos será hastiado (se hartará, se cansará, se aburrirá) el necio de corazón".
La vara, el castigo, es para la espalda del necio (Gal 6:7-8): Prov 26:3 (por cierto este versículo compara al necio con el caballo y el asno que no se dejan domar, amansar --mansedumbre--).
Pero si pedimos sabiduría debe ser porque vamos a obedecer.
Al que mucho se le da, mucho se le demandará (este es el mensaje que está detrás de Sant 3:1).
Si ese es el caso, el Señor no la va a dar abundantemente y sin reproche (sin echar en cara).
Sant 1:6-7.
El pedirle a Dios debe ser con fé.
No pedir por pedir; o pidiendo si, pero si no, da igual.
Pedir con fe: creer con pleno convencimiento de Quién es y que hace Dios.
Con la plena confianza en Su Soberanía y Omnisciencia.
Pedir por necesidades reales (no placeres carnales, ni deseos mundanos).
Ser guiados por el Espíritu Santo para pedir conforme a Su Voluntad (1 Jn 5:14, Rom 8:26).
Pedir con acción de gracias (y recibiréis), pero también dispuesto a buscar y encontrar, a tocar y abrir lo que sea necesario para recibir la respuesta (Mat 7:7).
Pedir con fe: no dudar.
El que duda: llevado de un lado a otro por sus pasiones, emociones, incredulidad.
No va a recibir cosa alguna del Señor.
Es como una persona de doble ánimo.
Sant 1:8.
La persona de doble ánimo:
No tiene una dirección fija (no tiene visión, se desenfrena, Prov 29:18).
Es llevado por sus pasiones, sus emociones, por su carne (no por el Espíritu ni la Palabra, Rom 8:14).
No es confiable (hoy dice si, mañana no, pasado quiza, dentro de una semana quién sabe).
No va a recibir cosa alguna del Señor.
Sea nuestro si, si; nuestro no, no. De un solo ánimo (Mat 5:37) porque lo que es más de esto (primero si y después no, o viceversa) de mal procede.
Sant 1:9-11.
El hermano de condición humilde debe sentirse agradecido de:
Que vale mucho ante Dios: sin importar riqueza o pobreza, todos valemos lo mismo delante de Dios.
Cuando Dios lo promueve y mejora su condición: Prov 4:18, 3 Jn 2.
Dios lo ha puesto en un lugar de honor.
Sant 2:5. "Hermanos míos amados, oíd: ¿No ha elegido Dios a los pobres de este mundo, para que sean ricos en fe y herederos del reino que ha prometido a los que le aman?"
Que Dios no lo desamparará:
Sal 37:25: Joven fuí, y he envejecido, y no he visto justo desamparado, ni su descendencia que mendigue pan.
El hermano rico debe ser humilde.
Con todo y sus riquezas, pasará como flor del campo (todo lo que tiene es pasajero).
Porque en cualquier momento podría perder esas riquezas.
No debería gloriarse en sus riquezas, sino en su salvación.
Debería ser rico en buenas obras con ese dinero (hacer tesoros en el cielo donde los ladrones no minan ni hurtan, ni el orín corrompe).
Recordatorio de 1 Tim 6:6-10: "Pero gran ganancia es la piedad acompañada de contentamiento; porque nada hemos traído a este mundo, y sin duda nada podremos sacar. Así que, teniendo sustento y abrigo, estemos contentos con esto. Porque los que quieren enriquecerse caen en tentación y lazo, y en muchas codicias necias y dañosas, que hunden a los hombres en destrucción y perdición; porque raíz de todos los males es el amor al dinero, el cual codiciando algunos, se extraviaron de la fe, y fueron traspasados de muchos dolores.
Si alguno tiene falta de sabiduría pidala a Dios.
La sabiduría es la aplicación de la Palabra de Dios en nuestras vidas.
Por ello, si nos falta sabiduría para aplicarla, vayamos al Padre en comunión con el Espíritu Santo, y Él nos enseñará y guiará para poner la Palabra en práctica en todas las áreas de nuestra vida.
La sabiduría produce bendición.
Se fundamenta siempre en la Palabra de Dios y en el temor de Dios (para ponerla por obra).
Sal 119:98. "Me has hecho más sabio que mis enemigos con tus mandamientos, porque siempre están conmigo.
Prov 1:7. "El principio de la sabiuría es el temor de Jehová; los insensatos desprecian la sabiduría y la enseñanza".
Prov 8:11. "Porque mejor es la sabiduría que las piedras preciosas; y todo cuanto se puede desear, no es de compararse con ella".
Lo contrario a la sabiduría es la necedad, que produce castigo, problemas, resultados negativos, cosas desagradables, etc.
Prov 10:8. "El necio de labios caerá.".
Prov 10:10: "El necio de labios será castigado".
Prov 14:14: "de sus caminos será hastiado (se hartará, se cansará, se aburrirá) el necio de corazón".
La vara, el castigo, es para la espalda del necio (Gal 6:7-8): Prov 26:3 (por cierto este versículo compara al necio con el caballo y el asno que no se dejan domar, amansar --mansedumbre--).
Pero si pedimos sabiduría debe ser porque vamos a obedecer.
Al que mucho se le da, mucho se le demandará (este es el mensaje que está detrás de Sant 3:1).
Si ese es el caso, el Señor no la va a dar abundantemente y sin reproche (sin echar en cara).
Sant 1:6-7.
El pedirle a Dios debe ser con fé.
No pedir por pedir; o pidiendo si, pero si no, da igual.
Pedir con fe: creer con pleno convencimiento de Quién es y que hace Dios.
Con la plena confianza en Su Soberanía y Omnisciencia.
Pedir por necesidades reales (no placeres carnales, ni deseos mundanos).
Ser guiados por el Espíritu Santo para pedir conforme a Su Voluntad (1 Jn 5:14, Rom 8:26).
Pedir con acción de gracias (y recibiréis), pero también dispuesto a buscar y encontrar, a tocar y abrir lo que sea necesario para recibir la respuesta (Mat 7:7).
Pedir con fe: no dudar.
El que duda: llevado de un lado a otro por sus pasiones, emociones, incredulidad.
No va a recibir cosa alguna del Señor.
Es como una persona de doble ánimo.
Sant 1:8.
La persona de doble ánimo:
No tiene una dirección fija (no tiene visión, se desenfrena, Prov 29:18).
Es llevado por sus pasiones, sus emociones, por su carne (no por el Espíritu ni la Palabra, Rom 8:14).
No es confiable (hoy dice si, mañana no, pasado quiza, dentro de una semana quién sabe).
No va a recibir cosa alguna del Señor.
Sea nuestro si, si; nuestro no, no. De un solo ánimo (Mat 5:37) porque lo que es más de esto (primero si y después no, o viceversa) de mal procede.
Sant 1:9-11.
El hermano de condición humilde debe sentirse agradecido de:
Que vale mucho ante Dios: sin importar riqueza o pobreza, todos valemos lo mismo delante de Dios.
Cuando Dios lo promueve y mejora su condición: Prov 4:18, 3 Jn 2.
Dios lo ha puesto en un lugar de honor.
Sant 2:5. "Hermanos míos amados, oíd: ¿No ha elegido Dios a los pobres de este mundo, para que sean ricos en fe y herederos del reino que ha prometido a los que le aman?"
Que Dios no lo desamparará:
Sal 37:25: Joven fuí, y he envejecido, y no he visto justo desamparado, ni su descendencia que mendigue pan.
El hermano rico debe ser humilde.
Con todo y sus riquezas, pasará como flor del campo (todo lo que tiene es pasajero).
Porque en cualquier momento podría perder esas riquezas.
No debería gloriarse en sus riquezas, sino en su salvación.
Debería ser rico en buenas obras con ese dinero (hacer tesoros en el cielo donde los ladrones no minan ni hurtan, ni el orín corrompe).
Recordatorio de 1 Tim 6:6-10: "Pero gran ganancia es la piedad acompañada de contentamiento; porque nada hemos traído a este mundo, y sin duda nada podremos sacar. Así que, teniendo sustento y abrigo, estemos contentos con esto. Porque los que quieren enriquecerse caen en tentación y lazo, y en muchas codicias necias y dañosas, que hunden a los hombres en destrucción y perdición; porque raíz de todos los males es el amor al dinero, el cual codiciando algunos, se extraviaron de la fe, y fueron traspasados de muchos dolores.
17
Mar
2022